1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Análisis

Corrupción, entre la luz y la omertà

Un dibujo de lo que se dibuja no sólo en Valencia

Francesc Miralles Valencia , 28/01/2016

<p><strong>Marina d'Or Ciudad de Vacaciones.</strong></p>

Marina d'Or Ciudad de Vacaciones.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Dice un viejo chiste que en plena noche un borracho busca sus llaves perdidas bajo la farola no porque crea encontrarlas ahí, sino porque al menos cuenta con luz para intentarlo. La corrupción, lo crean o no, funciona de forma muy similar: sólo aparece en la agenda pública si la sociedad que la sufre --o se beneficia de ella-- tiene el más mínimo interés en poner el foco y levantar alfombras. A pesar de los tópicos sobre el vil extranjero, Italia hizo un esfuerzo por la limpieza a principios de los 90: el macrosumario de Mani Pulite, a cargo de un sector valiente de la judicatura con el apoyo de los medios, hizo volar el régimen de la I República por los aires. La Democracia Cristiana y el Partido Socialista Italiano se disolvieron y Bettino Craxi acabó sus días en Hammamet protegido por su compañero de la Internacional Socialista Ben Alí.

Pero Spain is different, y como en la Esparta de Licurgo, Leónidas y compañía el verdadero delito no es robar, sino que a uno lo pillen con las manos en la masa. Mientras sea capaz de disimular le irá bien y a la larga todos muertos --y amnistiados--. Mientras que en Italia la evidencia de una red masiva de comisiones por contratos públicos y financiación ilegal --el llamado Tangentopoli-- llevó a una catarsis colectiva --si lo que vino después fue mejor o peor es otro debate-- en España no ha tenido ninguna consecuencia práctica sobre la arquitectura del sistema. Hay indicios sólidos de la existencia de una única red estatal de sistema de adjudicaciones de obras y contratos: las mismas constructoras cotizadas en el IBEX, el mismo modus operandi de fundaciones y empresas vinculadas a los partidos recibiendo donaciones en dinero negro; una coincidencia temporal sorprendente en los cuadernos de contabilidad entre donaciones y adjudicaciones de obra, y hasta una tarifa tipo, el 3% del valor. Un savoir faire exportado con éxito a África --demandas, sobrecostes y abandono de contratos en Argelia--, Centroamérica --sobrecostes millonarios en el Canal de Panamá--  y el Desierto Arábigo --sorpresa, más sobrecostes de 6.000 millones en el AVE La Meca-Medina, incluidas las comisiones por su mediación, ingresadas en Suiza, como corresponde, según informó Interviú-- a miembros del entorno de la Corona. Siempre los mismos nombres: FCC, Ferrovial, OHL...

Hay constructoras como FCC y Ferrovial, por ejemplo, que hacen bingo: aparecen en el caso de los sobrecostes del AVE Madrid-Barcelona, en la trama Púnica, en Gürtel-Bárcenas, en el caso de los ERE andaluces y el caso Palau-Convergència. Constituyen el auténtico nexo en común entre todos los grandes sumarios de corrupción del Estado, con el que unos investigadores que se dedicaran a seguir al dinero, como en The Wire, armarían un gran caso. Pero Luis Bárcenas es fuerte y no habla, el sindicalista andaluz Juan Lanzas y el prócer Fèlix Millet guardan el mismo silencio ibérico prudente, y Jordi Pujol advierte de los riesgos que conlleva para todo el árbol hacer caer una rama. La judicatura, por cierto, tampoco desobedece mucho: los mayores riesgos para las instituciones vienen de un juez de instrucción mallorquín empeñado en la igualdad ante la ley. Cuanto más arriba, menos problemas para el poder: milagrosamente el juez interino de la Audiencia Nacional Ruz no estimó relación alguna entre las anotaciones en los papeles de Bárcenas y las adjudicaciones de obra coincidentes en el tiempo.

Ante todo este cuadro, en los tres territorios más poblados del Estado --Andalucía, la Comunidad de Madrid y Catalunya-- los tres partidos protagonistas en los grandes sumarios de corrupción y con los casos abiertos --PSOE, PP y Convergència-- siguen cómodamente instalados en el poder. Los líderes políticos en el momento del esplendor de esas grandes tramas --Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre, Artur Mas-- están aún más o menos en activo, y algunos como José Antonio Griñán y Manuel Chaves se retiraron --forzadamente-- hace apenas unos meses. Ninguno de ellos ha sido aún ni siquiera juzgado por estos casos, la mayoría de ellos ni tan siquiera imputado. Múltiples ministros, consejeros y diputados relacionados con tales sumarios siguen en política activa como si nada y más o menos jaleados por la prensa. Pero nada de esto es demasiado relevante si se dispone de un muñeco vudú para exorcizar los problemas y reírse como terapia: a la progresía española siempre le queda el recurrente ¿Cuándo se jodió Valencia?

El País Valenciano, al que no sin cierta razón se compara con Italia --aunque Valencia está hermanada con Bolonia y no con Nápoles como algunos creen--, es el cuarto territorio más poblado del Estado, con cinco millones de habitantes. Pero a diferencia de los tres territorios más poblados, el partido responsable de sus grandes casos de corrupción, el PP, ha sido desalojado del Gobierno autonómico y de casi todos los grandes ayuntamientos. Hay muchos sumarios abiertos en relación con las dos largas décadas de Gobierno del PP que dibujan un mapa preocupante de hasta qué punto la corrupción se extendió en las Administraciones autonómica, municipal y provincial valencianas. Lo que se tiende a explicar menos son las causas por las que todo esto ha salido a la luz. Aun así, los números hablan por sí solos. Este estudio de José Garcia del Institute Français de Géopolitique, distribuye en un mapa las comunidades autónomas con un mayor porcentaje de municipios afectados por casos de corrupción, en color más oscuro.

Lo que sí es bien cierto es que mientras la oposición madrileña firmaba el Pacto de Estado por Caja Madrid, incluidas tarjetas black, créditos en condiciones ventajosas y un ominoso pacto de silencio, la oposición valenciana se dedicó a denunciar, investigar y querellarse en casos en los que la Fiscalía no parecía demasiado operativa. La reciente Operación Taula tiene mucho que ver con la denuncia, la documentación y el seguimiento operado por Esquerra Unida del País Valencià a lo largo de varios años al respecto. Las diferentes piezas valencianas de Gürtel no serían posibles sin las querellas del PSPV-PSOE, que se endeudó para hacerlas posibles; así mismo con la rama valenciana del caso Nóos. Los casos Cooperación, EMARSA, Brugal o Taroncher no serían posibles sin la persecución de Compromís, incluidas amenazas de muerte y otras de carácter machista a sus diputadas, tal y como aparece en las escuchas. En contraste, la acusación popular contra Bankia en Madrid sólo fue posible por crowdfunding --UPyD aparte--. En Catalunya o Andalucía ni eso.

No existe tampoco un Marcos Benavent en otras latitudes ibéricas. Su rocambolesca figura es propia de un biopic digno de ser filmado por Paolo Sorrentino: la historia del pijo reconvertido en hippy, exyonqui del dinero y otras cosas; un hombre de éxito temeroso de sus compañeros hasta el extremo de grabar sus andanzas como protección. Aunque tiene mucho de sobreactuación en el marco de una estrategia de defensa, cabe remarcar que es el único gran caso de arrepentido en los últimos años, marcados por el hermetismo. A diferencia de Jaume Matas, que aparte de reparar el daño con sus bienes apunta que al final hacía lo que todos, Benavent parece entender que los tiempos han cambiado y que los jueces --y la sociedad valenciana-- desean comprar el discurso según el cual la época de la burbuja fue una locura que no es deseable que regrese; una sociedad deseosa de que se sepa toda la verdad, de que “salga mierda a punta pala”, en sus propias palabras. No está claro que el conjunto de la sociedad española, imbuida de la lógica de la “recuperación económica”, comparta mayoritariamente este discurso.

Es natural que el país donde se fabricó el primer papel europeo y se imprimió el primer libro de la Península Ibérica dé mucha importancia a los libros y a los relatos. Si, además, debe su momento fundacional a un código de leyes --los mismos Furs que hace unos días Joan Baldoví de Compromís regalara a Felipe VI y que antaño todos los reyes de Valencia habían de jurar para ser coronados--, es natural que entienda el poder performativo y no sólo descriptivo del lenguaje. El nom fa la cosa (el nombre hace la cosa) decía Joan Fuster, el intelectual y ensayista que en los años 60 del siglo XX hubo casi que inventarse en un libro --Nosaltres els Valencians-- un país nuevo para suplir los vacíos de la postguerra, de las decenas de miles de desaparecidos del genocidio franquista. Hacen falta historias para llenar los vacíos, explicarse los silencios.

Por eso no es casual que un hijo de republicanos valencianos, antifranquista él mismo y después retornado, Rafael Chirbes, haya sido el mejor cronista --con un reconocimiento social casi póstumo en su tierra, habiendo sido profeta en el extranjero-- del hilo argumental que une las fosas del Cementerio General de València con Marina d’Or Ciudad de Vacaciones Dígame. Donde unos quisieron ver una moraleja sobre la corrupción en casa ajena, Chirbes explicó no sólo a España sino al mundo, con precisión de viejo marxista, la postguerra, la Transición y la democracia de estreno en términos de acumulación, de desposesión, del olvido y el papel amnésico de la burbuja financiera. El espejo deformado de su Crematorio sólo deja de una pieza al constructor Rubén Bertomeu: consciente de sus actos, de sus limitaciones y contradicciones, de cómo todo su entorno vive de y alrededor del único capaz de mancharse las manos. Todos le desprecian o critican, pero prefieren mirar hacia otro lado y no reconocer su corresponsabilidad, cuánto de su bienestar proviene de las decisiones del constructor; mirarse al espejo y comprobar cuánto de Rubén Bertomeu hay en cada uno de ellos. El mensaje es desalentador: está en la arquitectura del sistema mismo.

Aunque no puede decirse que en el País Valenciano se haya comprendido excesivamente bien la obra de Rafael Chirbes, sí puede decirse que hasta cierto punto los nuevos gobiernos, la --ciertamente raquítica pero persistente-- sociedad civil y un sector de los medios han hecho una apuesta clara por limpiar la basura de las décadas precedentes y revertir algunas de sus políticas, entendiendo que la corrupción ha tenido una relación directa con el sistema productivo e institucional. Así se contempla en la agenda legislativa del llamado Pacte del Botànic --suscrito entre PSPV--PSOE, Compromís y Podemos-- unida a cierta voluntad de ruptura con el pasado e inicio de nuevas políticas, ciertamente más presentes en algunas administraciones --incluso en algunos departamentos-- que otros. Ello lleva a abrir debates sobre transparencia, horarios comerciales, urbanismo, modelo escolar, radiotelevisión pública o el papel de las diputaciones provinciales, aunque sea tímidamente y de forma insuficiente. Algo es algo.

Paradójicamente, la adaptación televisiva de Crematorio tomó otros derroteros. Aparte de la estética kitsch y barroca, mostraba a un villano desalmado aunque de gran personalidad, capaz de hacer infeliz a su familia y a su entorno, sin un discurso claro sobre sí mismo y sus motivaciones y cuyos crímenes eran castigados al final, para gusto del espectador. Un mensaje mucho más digerible para el público español y que dejaba a un villano claro que evitaba que el espectador medio pudiera pensar que al final el problema son siempre los otros. Eso representa la Valencia contemporánea para España, y seguramente las charlotadas de Alfonso Rus sean un buen ejemplo del tipo de villano que el público espera como chivo expiatorio mientras la nueva política / de siempre aprueba recalificaciones urbanísticas en su zona para atraer inversiones de millonarios de países emergentes.

La próxima vez que lean, vean u oigan burlarse de la corrupción valenciana en su medio favorito o en una conversación de bar, miren a su alrededor y pregúntense si en su ciudad, comunidad o país --como prefieran-- no hay nada de eso, si no hay algo de Rubén Bertomeu en su entorno; si realmente no hay llaveros de corrupción por el suelo o simplemente no tienen a un Rafael Chirbes de turno a quien se le haya ocurrido encender las farolas para poder buscar. Introspección o caricatura. Lo dejo a su arbitrio.

Dice un viejo chiste que en plena noche un borracho busca sus llaves perdidas bajo la farola no porque crea encontrarlas ahí, sino porque al menos cuenta con luz para intentarlo. La corrupción, lo crean o no, funciona de forma muy similar: sólo aparece en la agenda pública si la sociedad que la sufre...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Francesc Miralles

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

6 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Beatriz Basenji

    Francisco Miralles: Excelente lo aquí expuesto. Valencia ha buscado esclarecer los hechos y una vez salida a flote la merde, la Prosperidad, con mayúscula, regresará a los valencianos. En cambio en otras CC.AA todavía no han puesto los ventiladores en marcha! Cordiales saludos.

    Hace 8 años 1 mes

  2. Daniel Climent Giner

    Molt bo l'article. Gràcies. El compartisc.

    Hace 8 años 1 mes

  3. chema diaz

    Una cruda y muy real exposición.Creo que es inaplazable poner en cuestión esta pseudodemocracia,sin ,prácticamente ,pluralidad nformativa .masivamente manipulada desde los grandes medios escritos y televisivos sin ningún pudor.Se quiere mantener a ls clases populares en un total estado de idiotización a través de la "culocracia " televisiva. Es hora de despertar.Saludos y gracias por el artículo.

    Hace 8 años 1 mes

  4. Ferran

    Enhorabona per l'article. Bravo!

    Hace 8 años 1 mes

  5. Josema

    acabo con el sabor se boca de que "en todos lados cuecen habas". Me importa un pimiento quien las cueza, hay que poner el Estado boca abajo para echar a todos los ladrones. No podemos matarnos a pagar impuestos para que cuatro listos se lo lleven crudo.

    Hace 8 años 1 mes

  6. José Luis

    En Aragón la hay y es visible, la proliferación de centros comerciales con escándalos como Plaza no han sido tan mediáticos, pero ahora la ciudad esta parada en su expansión de vivienda y dos barrios nuevos en construcción es un paisaje lo suficientemente llamativo para preguntarse donde estaba la lógica que les dio vía libre.

    Hace 8 años 1 mes

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí