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Santiago López Petit / filósofo

“La CUP es tragicómica y Podemos, directamente, cínico”

Joan Carbonell 30/10/2016

<p>Santiago López Petit</p>

Santiago López Petit

Foto cedida por el entrevistado.

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Santiago López Petit (Barcelona, 1950) es un filósofo que toma una posición clara, honesta y profundamente radical ante la vida y la política. ¿Cómo se puede impugnar la realidad? ¿Qué significa "querer vivir"? ¿Cómo se traducen estos planteamientos en prácticas políticas concretas? Profesor de Filosofía de la Universidad de Barcelona, sus clases eran un refugio para militantes y activistas de la izquierda de la izquierda, cuando ser anticapitalista no estaba de moda. Por sus clases han pasado muchos protagonistas de la "nueva política". Hablamos con él de filosofía, del 15-M y los nuevos partidos, entre otras cuestiones.

Algunos analistas políticos, como Enric Juliana, dicen que vivimos tiempos interesantes. ¿Qué piensa?

El concepto 'tiempos interesantes' aplicado aquí no me parece muy adecuado. ¿Para quién son interesantes? ¿Por qué son interesantes? De hecho, te ponen en la situación de espectador. Es cierto que parece que se ha terminado la huelga de los acontecimientos y que pasan muchas cosas. Pero la pregunta entonces sería hasta qué punto los acontecimientos son portadores de una novedad radical, hasta qué punto vienen cargados de futuro. Yo tengo una sensación dividida. Hay momentos en que pienso que sí, que realmente son momentos históricos, que el bipartidismo en España está hundiéndose, que la gente está organizada en todas partes y, por ejemplo, hay más ateneos, más interés por la cultura.

Pero, por otra parte, desde otro punto de vista, tengo la impresión de que no es así; que estoy viviendo, al igual que otros miembros de mi generación, la repetición de una historia ya conocida, de un teatro, de una comedia que realmente no abre espacios posibles, sino que repite una historia ya sabida, un mero cambio de élites. Estoy con un pie a cada lado. De hecho, el proverbio chino que dice "¡Que vivas tiempos interesantes!" es una maldición. Quiere decir que vivas tiempos problemáticos. En este sentido, desde mi punto de vista, ojalá viviéramos tiempos problemáticos. Tiempos que nos permitieran  ir al fondo de las cuestiones esenciales.

Dice que estamos ante una comedia que se repite. Hablemos de su trayectoria. Comenzó a militar políticamente en los años setenta.

Yo estudiaba Químicas en la Universidad de Barcelona y un día vino a la facultad el militante autónomo José Antonio Díaz Valcárcel a dar una conferencia sobre el Primero de Mayo. Su discurso era completamente diferente del que conocíamos. En ese momento había grupos trotskistas, pro-chinos o Bandera Roja, que representaban la izquierda tradicional, más o menos heterodoxa. En realidad defendían el mismo partido leninista de siempre concebido por Lenin en su libro ¿Qué hacer?. Aunque bajo versiones diferentes se trataba de una estructura jerárquica y verticalista hacia dentro. Mientras que hacia fuera la estructura jerárquica se ejercía sobre  la clase trabajadora que permanecía  sometida al partido, el partido al comité central, y, finalmente, éste al líder. José Antonio Díaz Valcárcel me enseñó que había en Barcelona otras formas de organización, asamblearias y autoorganizadas. Mi entrada en la política fue apoyando este tipo de movimiento que no era la izquierda hegemónica.

En el libro Crítica de la izquierda autoritaria en Cataluña, ahora reeditado y actualizado, explica que fueron las prácticas y las formas de organización de las formaciones leninistas las que les hicieron buscar otras formas de militancia. ¿Cuál era la problemática?

La idea central del libro era desmitificar el modelo leninista que antes he comentado. No lo queríamos hacer oponiéndolo a otra tradición como, por ejemplo, el anarquismo, y entrar así en una discusión de libros, sino mostrando, por ejemplo, cuál era el valor de la teoría política dentro de las organizaciones: la gente creía que tú participabas en una organización política si estabas de acuerdo con su programa político,  con su concepción de la sociedad futura. Nosotros, fruto de la experiencia personal y de los testimonios recogidos, llegábamos a la conclusión de que la gente participaba en una organización concreta por afinidades personales, por proximidad e incluso por cuestiones amorosas.

Desmontamos unas grandes verdades fetiches. La clandestinidad era la gran excusa para estas élites para controlar la organización, ya que incomunicaba las células y sólo los dirigentes conocían toda la información y no permitían hacer grandes asambleas. De esta manera, cortaban la comunicación interna y separaban a intelectuales y obreros para evitarse problemas. El papel del líder era clave. Y, por ejemplo, describimos detalladamente como el líder intelectual utilizaba al líder obrero para llegar a las masas. Lo que nos movió era una idea que sigue siendo válida ahora: los medios que utilizas para alcanzar una sociedad diferente deben estar prefigurados ya en esta sociedad. El núcleo del pensamiento dialéctico lo afirma de la siguiente manera: si quieres llegar a una sociedad libre, debes ser libre ya antes. Con un partido leninista, esto era imposible.

¿Podríamos decir que fuerzas como Podemos siguen una estrategia leninista?

En cierto modo, sí. La nueva política ha puesto otra vez en el centro la idea de la dirección política. El partido leninista pone en primer plano la necesidad de dirigir políticamente a las masas, los trabajadores; ahora dirán la gente decente. Se trata siempre de una idea de dirección política externa al mismo movimiento. Esta dirección siempre implicará la creación de una  burocracia. El grupo Socialismo o Barbarie en Francia mostró muy bien que  una de las principales consecuencias de este modelo consiste en separar dirigentes de dirigidos, en definitiva, los que piensan de los que meramente ejecutan.

¿Qué papel tuvo la izquierda autoritaria en la Transición?

Creo que no vale la pena perder mucho tiempo criticando la Transición. Durante años éramos muy pocos los que la criticábamos, y ahora, de repente, son muchos los que  atribuyen a la Transición ser la fuente de todos los males. Recuerdo hace un par de años el sociólogo Salvador Giner criticando la Transición en una conferencia donde también estaba Pasqual Maragall, cuando son gente que participó en todo esto. La Transición es muy fácil de explicar: en un momento determinado, la fracción del capital inteligente se da cuenta de que la dictadura no les sirve y es débil. La naturaleza represiva de la dictadura politizaba cualquier acto, cualquier reivindicación.

Por ejemplo, recuerdo cómo la lucha por un semáforo en Hospitalet derivó en un problema de orden público. Como estructura política era inservible, ya que, en lugar de apaciguar, multiplicaba los conflictos. Y, en un momento dado y ya en plena dictadura, los sectores reformistas del capital que perciben la dictadura como un obstáculo se encuentran con el reformismo obrero. Y ambos reformismos se encuentran en contra de lo que se les escapaba, lo que podemos llamar movimiento autónomo, o autonomía obrera. En la Transición hubo más conflictos que durante la Revolución Rusa. Es impensable para la gente joven de ahora comprender lo que sucedió en aquella etapa de nuestra historia: conflictos permanentes en las fábricas, en las universidades, en los barrios, en todas partes. Había un contrapoder difuso que se extendía, y había que acabar con él. Los Pactos de la Moncloa, el pacto social, son la escenificación de este encuentro entre los dos reformismos. No es una cuestión de traición, no se debe personalizar este proceso.

Hay muchos que cambian de chaqueta; pero, si hubiera sido sólo una cuestión de traición, el movimiento habría continuado hacia adelante y la derrota no se habría planteado como victoria, que es lo que ha acabado ocurriendo. La clase trabajadora entendió en un momento dado que ante ella se abría un abismo, y prefirió dar un paso atrás: convertirse en un grupo de presión dentro del mismo sistema. Pronto pagaríamos cara nuestra derrota, y el neoliberalismo comenzó la progresiva desarticulación política, económica y social de la clase trabajadora. Cuando un joven hoy va a buscar trabajo y se encuentra la situación actual de precariedad y de explotación es porque hace muchos años, cuando aún no había nacido, perdimos.

¿Cuál sería el momento concreto en que se da esta desarticulación, esta derrota?

Depende de cada país. En Italia en 1977, tal y como explicó Nanni Balestrini, 30.000 personas pasan por la cárcel. Esto marca un antes y un después. En París, con los acuerdos de Grenelle, los trabajadores aceptan unos aumentos salariales elevados y la tranquilidad vuelve a las fábricas. En el caso de España, podemos decir que los Pactos de la Moncloa suponen el momento en que se saca la política de la fábrica y se lleva al Parlamento. Es la institucionalización de la rendición. En el caso de España, me gusta hacer un punto de autocrítica. Nos faltó inteligencia para verlo: estábamos tan metidos dentro de esta ola intentando llevar más allá el movimiento autónomo que quizás, si lo hubiéramos visto más claro .. Bueno, tampoco sé que habríamos hecho. Prepararnos mejor para lo que venía. Acumular fuerzas para detener la humillación que se avecinaba. Intentamos empujar un movimiento en el que creíamos lo más lejos posible.

La derrota de la clase obrera, y de todo lo que representaba, no se ha explicado aquí. Quizás aquí nos ha faltado esa mirada.

Nosotros desde Espai en Blanc, a posteriori, hemos hecho una película, Autonomía Obrera. Unos amigos hicieron Setenta y dos horas, pero poco más. Nos faltó inteligencia para prever el ataque neoliberal. Cuando desde el movimiento autónomo veíamos como la clase trabajadora, en cierta medida, retrocedía, algunos entraron en Herri Batasuna, otros entramos en la CNT ... Hubo como una especie de explosión. Yo mismo entré en la CNT, no siendo anarcosindicalista de tradición, pensando que mediante esta estructura histórica renovada se podía alargar un poco un ciclo de luchas que se estaba agotando.

También hubo quien pasó al PSC. Quizás fueron estos gestos los que hicieron que la balanza fuera decantándose y que el movimiento obrero se desmovilice.

Es difícil precisarlo. Los hechos de Vitoria, con todos los muertos que se produjeron, no generaron una gran huelga de protesta. En ese momento, una serie de gente tuvimos la tentación de la lucha armada, nos aproximamos a ella, la observamos y vimos que íbamos a que nos matasen y desestimamos esa opción. Y otros, en el mismo momento, apostaban por entrar en el PSC y hacer una tendencia autogestionaria dentro. Algunos de este sector llegaron a asumir responsabilidades políticas importantes, como Enric Truñó, compañero mío del sector químico que terminó como concejal del PSC organizando los Juegos del 92. No sé lo que te lleva a decidir qué camino tomar. No es el hecho de ser más o menos radical. En el sector autónomo hubo un grupo pequeño de gente que creyó de buena fe que se podía hacer algo entrando en el PSC. Y en el famoso mitin de este partido en el Palacio de Deportes hablaron de anticapitalismo y de autogestión. Progresivamente fueron a parar hacia el final de la lista electoral hasta que desaparecieron. Personas de este sector se dejaron deslumbrar: te daban una tribuna, reconocimiento público de todo tu pasado... De no tomar esta opción, quedabas arrinconado, como yo. La filosofía es lo que me salvó, ya que pude pensar filosóficamente todo lo que había pasado. Había creído que cambiaríamos el mundo, y de repente, estaba solo en casa. Y comenzó una larga travesía de soledad.

Centrémonos en esta travesía. En los ochenta es muy dura, en los noventa se dulcifica un poco con la okupación y el zapatismo.

Es un periodo largo de soledad amarga. Pero a la vez los autónomos teníamos la dolorosa satisfacción de ver que nuestra crítica a la izquierda autoritaria y hegemónica se había corroborado: la gente deja las organizaciones, se hunden los partidos, las asociaciones de vecinos permanecen pero ya como simples tentáculos de las instituciones. Es una victoria desde el punto de vista del análisis, pero personalmente amarga. En 1994, con el zapatismo, surgen nuevas formas de hacer política. Después se irán acumulando diferentes ciclos de movilizaciones: la okupación, la antiglobalización, el movimiento contra la guerra de Irak. Resumiendo, creo que la novedad en la forma de hacer política es que, por unos momentos, no se tiene en cuenta la correlación de fuerzas. Las luchas de estos ciclos pasan a ejercer un desafío directo, a poner el cuerpo. Un ejemplo son las contracumbres de la década de los 2000 y su determinación radical de imposibilitar la celebración de la cumbre. El discurso podía ser un poco humanista pero la práctica era absolutamente radical.

Hay quien diría que esto era sólo el comienzo de un proceso político más largo que evolucionará hacia la correlación de fuerzas.

Tomando el caso del 15-M, se ve muy bien eso que estás diciendo, ya que representa esta nueva manera de hacer política que consiste en interrumpir la vida cotidiana y decir basta. En este caso, se hizo desde la inteligencia colectiva y con la convicción de que el espacio puede ser una palanca. Ocupar una plaza es usar el espacio para poder expresar el malestar. El gesto radical de la ocupación de la plaza abre un espacio del anonimato. Me interesa remarcar que se trata de un espacio del anonimato, ya que esto es lo que se ha ido perdiendo con la "nueva política".

En las plazas no íbamos ni como trabajadores ni como ciudadanos; íbamos como singularidades. Como un cuerpo que decía: no quiero más eso, quiero vivir. En este sentido, hablo de una política diferente. Una política que significaba poner el cuerpo. El espacio del anonimato era el lugar donde se tomaba la palabra y se perdía el miedo. ¿Qué pasó? Porque yo soy el primero en reconocer el límite de este gesto radical. ¿Por qué la politización de la existencia que se dio allí se detiene? Es complicado contestar. Creo que la respuesta es que el 15-M y este tipo de politización de la vida, de la existencia, es demasiado romántico. En el 15-M nos faltó más rabia y más estrategia.

Desde la nueva política lo que se ha hecho es traducir en términos políticos el 15-M, pero este ya era político.

Como antes he dicho, aquí tampoco es un problema de traición. Es evidente que había gente interesada en traducir políticamente la fuerza del anonimato que se les escapaba. Pero también es verdad que el 15-M se convirtió en un espejo de la misma sociedad. Un hecho que lo muestra claramente es un día que llegué a la plaza de Cataluña y había una mesa en la entrada donde te preguntaban dónde querías ir según tus intereses: economía, ecología, espiritualidad... Esto es lo que nos hundió. Es decir, convertir en temas lo que era un grito colectivo. De repente, ya no sabíamos por qué estábamos allí, lo habíamos convertido en temas que expertos serían los que los tratarían. De hecho, la nueva política no es más que una nueva forma de tematizar, y por tanto de apropiarse, de lo que inicialmente era un grito colectivo.

¿Cree que era posible que con esa estructura se pudiera ir más allá?

Una de las frases centrales del 15-M era aquella de "Vamos despacio porque vamos lejos", y esto significaba una relación diferente con la política. Significaba la politización de la existencia. ¿Cómo se podía sostener este grito? Creo que sólo construyendo una posición en un campo de guerra. El problema es que construirla es sobre todo una apuesta colectiva. ¿Cómo se pueden mantener abiertos los espacios del anonimato?

Es muy difícil porque estamos en una sociedad capitalista, porque tenemos familia, porque a las 12 de la noche se acababa el metro, porque los que teníamos hijos teníamos que regresar a casa, etc. No puedes estar siempre militando activamente todas las horas del día. Por otro lado, éramos muy pocos. Cuando bajabas al metro, veías otra ciudad. La respuesta a tu pregunta sería: el espacio del anonimato, el gesto radical que son la expresión del querer vivir. No sé cómo se puede mantener este grito, sinceramente. Puedo decir grandes frases, pero de hecho a mí mismo, si me hicieran ir cada día a una asamblea de vecinos aquí en el barrio, no sé si iría. Seguramente preferiría quedarme en casa leyendo un libro.

En el caso de Cataluña, a la nueva política se añade el crecimiento del independentismo. Se pasa de la proclama de "lo queremos todo" a aceptar la política institucional como herramienta para gestionar la vida y la realidad.

El 15-M, la ocupación de las plazas, abre un vacío. Es un periodo de experimentación política y vital, pero no sabemos mantener abierto este espacio. Este vacío que se crea será llenado por dos discursos tradicionales, la nueva política y el independentismo, que plantearán una politización desde el Estado. Traducir en el lenguaje político lo que se escapaba: la fuerza del anonimato, el gesto desafiante, etc. En el caso de la nueva política, es más interesante lo que sucede. La nueva política se engaña y nos engaña porque presupone la autonomía de lo político. Y no es así. El subsistema político, con su código gobierno/oposición, no tiene autonomía respecto a una realidad que se ha hecho plenamente capitalista.

¿Cómo ha visto la emergencia de fuerzas políticas nuevas, como Podemos, o no tan nuevas, como la CUP?

La CUP es tragicómica, y Podemos, directamente, cínico. La CUP está atravesada por una tragedia como tal: que si se institucionaliza, que si unas gotas de anticapitalismo... Asimismo es una comedia como vimos en la asamblea aquella donde empataron para decidir el futuro político de Artur Mas. Pero en el caso de Podemos ya es falsedad. Tiene una concepción de la política patética y autoritaria. Cree que todo pasa en el discurso, y que basta con un buen relato para ganar cuotas de mercado. Es una mezcla de Lacan y de posmodernismo francés.

No me dan ninguna pena ahora que parecen perdidos. Con Podemos, el gesto radical termina en pura gesticulación. Es el espacio del oportunismo y del cinismo. En la CUP todavía hay algo de verdad. En cuanto a los otros, no son creíbles. Un día, hablando con Raimundo Viejo [ahora diputado en el Congreso de En Común Podem], le dije: "Vosotros no tendréis tiempo de traicionarnos porque todo pasa demasiado deprisa, todo se quema demasiado deprisa. A vosotros os dan espacio para crear más confusión, desanimar a la gente y ya está". Él me contestó: "Totalmente de acuerdo. Preparemos juntos el fracaso". Pero no nos hemos visto más.

¿Y no se puede hacer nada?

Al final del prólogo del libro planteo algo que creo que todavía es válido. En un momento determinado se puede optar por dar un paso adelante y decidir pactar con el PSC, en el caso de BComú, o con CDC, en el caso de la CUP, o bien se puede parar y afirmar públicamente que no hay nada que hacer. En otras palabras: hacer una interpelación colectiva. Esta interrupción, esta toma de posición, dentro del mismo sistema político es impensable. Llegar a este punto sería el que daría verdad a una práctica política. Tsipras era querido por todos y ahora es un maldito que nadie quiere en un mitin. ¿Por qué? Pues porque ha mostrado que no hay nada que hacer. Ha mostrado que el margen para otra política no es posible. Es en este sentido que digo que nos engañan y se engañan.

Con la globalización la política de Estado es la gubernamentalidad neoliberal y dentro de esta no hay espacio para otra cosa. La frase de Margaret Thatcher "No hay alternativa" es asquerosamente cierta. Pero en este punto, asumiendo esta profunda derrota, quizás podría comenzar algo. Y aquí es donde no se quiere llegar nunca. Barcelona en Común no puede intervenir realmente en el puerto de la ciudad por los límites competenciales y los fuertes intereses que operan allí, ni tampoco pueden tocar la Guardia Urbana cuyo pasado no es muy esplendoroso. Ante esto, ¿qué hacemos? Para mí, la posición sería quememos las naves y avancemos hacia adelante. Eso es lo que dije a Raimundo Viejo. A mí, y a mucha más gente, nos encontraréis entonces. Pero engañarnos, hacer "como si"... eso no.

Parece que el poder tiene una dinámica fagocitadora. ¿Cómo se puede superar?

Me gusta decir que nos encontramos ante un impasse que tendría una cara objetiva y una cara subjetiva. La cara objetiva nos dice que lo que es políticamente factible no cambia nada y las acciones que podrían conseguir hacer cambios verdaderos son políticamente impensables. Creo que una nueva izquierda debería admitir esto como punto de partida. Este impasse no debe tomarse como un límite infranqueable, como un final, sino como un límite a superar. La cara subjetiva sería la existencia de hiato profundo entre el destino personal y el destino colectivo. Hoy difícilmente alguien piensa que colectivamente podrá resolver sus propios problemas laborales. Cada uno se busca la vida como puede.

¿Y cómo se puede salir de este bloqueo?

Salir del impasse sólo es posible atravesándolo. Se trata de llevar hasta sus últimas consecuencias el sentimiento de que no puedes más. Una manera de atravesarlo sería introduciendo el verbo 'politizar'. Así como Carl Schmitt en un momento determinado plantea pasar de la política a lo político. Creo que sería productivo pasar de lo político a la politización. Politizar puede ser desde reivindicar la transparencia en Internet hasta cuestionarse la industria alimentaria, etc. Conjugar el verbo politizar abre todo un abanico de posibilidades. Creo que en este punto es donde se puede intentar ir un poco más allá. La política mediatiza, representa, juega con la oportunidad, mientras que la politización es imprevisible, articula, despliega un espacio de posibles e implica un giro subjetivo. Es lo que te decía de las dos dimensiones del querer vivir: una nueva política debe tener una dimensión colectiva y una dimensión personal. La idea de politización permite, en cierto modo, vincular estas dos dimensiones.

Barcelona en Común, Podemos o la CUP aceptan también esta doble dimensión de lo personal y de lo colectivo.

Creo que la discusión es qué relación hay entre hacer política y politizar como verbo. Politizar tiene unos límites, cuando hemos hablado del 15-M, lo hemos visto. Politizar deja a un lado la cuestión de la decisión. Hacer política es otra cosa. Aún más: muchas veces hacer política se opone a politizar porque politizar abre unos espacios imprevistos, desencadena dinámicas que se escapan. En este sentido, pienso que esta travesía del impasse tiene que ver con un giro subjetivo que pone la politización de la existencia en el centro pero siempre con el interrogante que nos dice "¿En algún momento se ha de hacer política? ¿Es suficiente una práctica colectiva de la politización?". Una manera de entender este giro subjetivo consiste en abandonar la política, y conjugar el verbo politizar con todo lo que implica y a pesar de todas las dificultades. Obviamente con ello sé que abro más problemas. Pero el otro camino...

En sus libros defiende el concepto de odio libre: "Hay que odiar la vida". Es una afirmación muy fuerte que no aparece nunca en los medios ni en los libros de autoayuda.

El trabajo, que era la forma de control político por excelencia, hoy se ha transformado en la obligación de tener una vida. Esta obligación la llamo la movilización global. Es la que organiza la existencia dentro de este vientre de la bestia. Dentro de la movilización global, vivir es tener una vida, cargar con una vida, hacer de uno mismo un yo marca. Películas como El club de la lucha representan muy bien esta realidad. El querer vivir está capturado dentro de esta máquina de movilización. Todo lo que he intentado durante 40 años es hacer del querer vivir un desafío que para mí sería la apertura hacia otra manera de hacer política, aunque no solamente. Para hacer del querer vivir un desafío, tenemos que salir de esta movilización en la que estamos metidos y a la que llamamos vida.

Vivir no consiste en tener el mejor curriculum vitae pegado en culo. ¿Cómo podemos salir de esto? Durante algún tiempo pensé que el odio, un odio libre, podía ser la manera de salir de ella. Tú sólo puedes hacer de tu querer vivir un desafío si una pasión fuerte expulsa tu miedo. Esta pasión es el odio. Hablo del odio a la vida que tienes. Si tú no odias a fondo tu propia vida, no la cambiarás nunca. Hay un odio que libera. Si odio la vida, levanto una línea que separa lo que quiero vivir de lo que no quiero vivir. Cuando tuve que plantearme la cuestión de la enfermedad, introduje la idea de anomalía. En el momento en que la enfermedad se hizo más fuerte sobre mí, tuve que plantearme más radicalmente el odio a la vida. Fue cuando empecé a hablar de la noche.

Sufre una enfermedad difícil de diagnosticar, el síndrome de fatiga crónica. ¿Cómo afecta a su pensamiento?

Con el paso de los años, la enfermedad que padezco se fue haciendo cada vez más fuerte.  Llegó un momento en el que la idea que me había movido a estudiar filosofía, y que era "¿Qué quiere decir querer vivir?" , se convirtió directamente en una necesidad vital. Me preguntaba "¿Por qué sigo vivo?". Y "¿Qué es el querer vivir?". Fue en ese momento cuando me topé con la necesidad de pensar la enfermedad en ella misma. Por esta razón escribí Hijos de la noche (Bellaterra, 2014), que contiene y resume muchas de mis ideas.

El punto de partida es la constatación de que existen unas enfermedades de la normalidad. Son enfermedades que se deben a que justamente estamos movilizados permanentemente porque trabajar consiste en estar permanentemente movilizado. Esta movilización, esta máquina de muerte que es el capitalismo, nos tritura. Las enfermedades de la normalidad son las enfermedades que surgen como consecuencia de esta imposibilidad de vivir. De querer vivir y no poder hacerlo. Enfermos de normalidad, por lo tanto, son las vidas que se rompen ya que no pueden seguir este ritmo de movilización exigido la misma realidad.

"Borracho de viento, y yo mismo, hecho un jirón de viento me agarro con toda mis fuerzas esta puta vida hermosa [sic]". Tal como dice al final de Hijos de la noche , a pesar de todo, la vida es bella.

Normalmente no uso palabrotas, pero me gusta mucho esta frase porque condensa esta relación ambivalente con la vida. Hijos de la noche es un libro muy personal, pero es también un libro de filosofía que traza una demarcación. Frente a Nietzsche o a Deleuze, que nos dicen que lo que hay que hacer es afirmar la vida y que, por ello, expulsan de la vida todo lo que son las pasiones tristes, yo planteo que afirmar la vida implica necesariamente una lucha a muerte con la vida. Sólo una lucha a muerte con la vida puede provocarla, y hacer que venga hacia nosotros. En toda anomalía hay una fuerza de dolor. Y anomalía es todo aquel o aquella que dice basta, quiero vivir... Si esta fuerza de dolor tú la acoges, en cierto modo eres dueño de tu vida. Entonces el problema, el único problema que verdaderamente se plantea, es cómo poder dirigir esta fuerza de dolor y atacar a esta realidad que me ahoga.

__________ 

La versión en catalán de esta entrevista está publicada en Crític. 

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Autor >

Joan Carbonell

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31 comentario(s)

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  1. GilVer

    Yo que creía tener mi laberinto dominado... resulta que hay otros mucho mas enrevesados y procelosos. Sujéteme la copa que voy a ver si salgo.

    Hace 5 años 7 meses

  2. Florentino

    La cosa es darle a Podemos... El PPsoE + Psc; bien ¿ No ?.

    Hace 6 años 5 meses

  3. Susana

    Gracias mil,por su potente y cierta descripción de lo político y su propuesta de politización,que algunos ,sin entenderle,califican de derrotismo,cuando es precisamente la postura más realista en el mundo actual y la más valiente,porque trata al individuo como un ser libre y responsable.

    Hace 6 años 5 meses

  4. VAO

    Algunas opiniones son directamente graciosas. Podemos necesita más participación, menos lecciones y sobre todo menos insultos, que para eso ya sobran candidat@s. Las formas de relaciones sociales que surgieron del 15-M ya han cambiado el modelo de convivencia que persiguen las personas como individuos. Podemos, como partido político, no va a cambiar lo que se persigue desde aquellos dias de liberación y desconexión de un sistema podrido. Podemos es una herramienta necesaria, un "taller" más nacido de las plazas, una herramienta para seguir dando batalla (y por cierto lo hacen muy bien) en un terreno donde el acceso hasta ahora estaba restringido. Nadie acabará absorbid@ por sus formas organizativas, ni por sus líderes, ni por ninguna otra pantomima que se quiera poner de ejemplo en batallas perdidas del pasado. Sr. López Petit, esto es nuevo y la mejor forma de darse cuenta de que el 15-M está tan vivo como el primer día es que uno de sus talleres, dedicado a tomar las instituciones, funciona. Aunque a usted le parezca cínico más cínico resulta pensar que todo va a ser diferente de la noche a la mañana y que tod@s las personas despertarán mañana con ganas de cambiarlo todo. VAMOS DESPACIO PORQUE VAMOS LEJOS. Le contesto desde la plaza, siento que piense que falta rabia y estrategia, yo le aseguro que me sobran ambas pero, para eso son las plazas... para que hablemos de estas cosas. Si se puede. Unid@s Podemos. Vive el 15-M.

    Hace 6 años 8 meses

  5. juan garcía

    Cada vez más radical. Cada vez más profundo. SLP es, probablemente, uno de los filósofos de referencia de la alternativa al poder más sólidos desde los 90's. Y a los intelectuales hay que pedirles fundamentos, no estrategia, y mucho menos golpes tácticos. Por supuesto que Podemos/BC, de la mano del PSC, es puro cinismo. Y la CUP, del bracete de CiU-PDECat, una especie de lirismo previo al cinismo más descarnado.Y eso era de manual antes de empezar. Es obvio que el "gobierno representativo" fue creado con la finalidad de asegurar el poder del dinero / de los ricos. Es un mecanismo perverso que sustituye el plano de la lucha real por el de la lucha de salón. En este último, automáticamente, las luchas de las clases trabajadoras están destinadas al desastre. Y eso es debido a la fórmula perversa que los que lo diseñaron (principalmente el filósofo John Locke, el "economista" James Mill o Madison el constitucionalista americano) tenían en mente. En efecto, cuando un "representante" es "llevado" al Parlamento por sus electores (o, en otro nivel, un sindicalista al comité de empresa), le piden que "arregle" sus problemas. Cuando el mismo "representante" se encuentra en esa situación, la dignidad de su cargo hace que "exija" no ser presionado. Pero, por otro lado, "los que saben" van a explicarle cómo se hacen las cosas. Y los que tienen, además de tener en nómina a "los que saben", "tienen" los medios para "construir la realidad", con la que no van a dejar de presionar a los representantes desde sus intereses. En definitiva, la creación de ideas (a lo que intelectuales como SLP ayudan mucho), la libre experimentación con las formas organizativas y las luchas, así como con la difusión de aquellas y estas, constituyen el meollo de lo que se puede hacer. Desde ese punto de vista, la oposición entre "hacer política", aceptando las reglas y el campo de juego del enemigo, y "politizar", creando nuestro propio terreno (como hizo el 15.m durante un buen tiempo), determina una cosmovisión clave con la que afrontar la creación de las herramientas fundamentales que permitan cambiar las estructuras institucionales. Y, naturalmente, hoy politizar desde el anonimato, hacer políticamente significativos los temas que interesan al común, que son justamente los que no interesan a las élites de poder, me parece un concepto extremadamente prometedor para el cambio social sin el cual la dignidad y la vida están seriamente comprometidas. Pablo Iglesias (el radical, el de la Iª Internacional) se vio, en este mismo sentido, desbordado en 1919, durante una reunión en Barcelona, en la que, desbordado por la capacidad de movilización y el dinamismo de Salvador Seguí y los obreros que le acompañaban, se vio obligado a decir "“ustedes los obreros manuales lo ven así, pero nosotros, los intelectuales, lo vemos de manera diferente”. Ángel Pestaña, “Lo que aprendí en la vida”, p. 62 y 63. El otro Pablo Iglesias (el de ahora, el blandi-blú, como sus referentes intelectuales), por supuesto, ni siquiera se plantea el problema.

    Hace 7 años

  6. Belenos

    Primero, dar las gracias a Joan por la entrevista y a Santiago por la sinceridad. Gracias. No entiendo como a un medio manipulador como publico, se le pudo colar esta entrevista. Si, manipulador, Ejemplo: Mosul, ciudad tomada por daesh repleta de civiles que son usados como escudos humanos, Alepo, ciudad tomada por daesh repleta de civiles vistimas de los ataques del gobierno... Pero bueno un medio con una directora apellidada de vera (con abolengo) y otros venidos de 20minutos, no se puede esperar otra cosa. tras leer la entrevista y las opiniones, yo tambien voy a dar la mia. El problema esta en los lideres, para que reunir a un millon de personas, debatir y llegar a consensos o acuerdos si al final, la ultima palabra la tiene una sola persona, o una elite, llamarle representantes, delegados o como querais. Tropezais mil veces y seguis con lo mismo. Suprimid al lider y sed todos lideres y dueños de vuestra soberania, no delegueis. Todos con voz y voto, para todo. Organizar a un millon o dos o cuarenta se puede hacer, en grupos mas pequeños, o acaso votamos todos en el mismo colegio electoral? Y si alguien tiene que representar a un grupo, que sea solo eso, la voz del grupo, no su ultima palabra, y que se le pueda inhablitar como portavoz cuando asi lo decida la mayoria, en cualquier momento, si que se puede, pero...¿se quiere? O ¿no habrias querido la mayoria de vosotros inhabilitar inmediatamente a aznar cuando os metio en la guerra?, por ejemplo. No se si me he explicado bien. Salud y libertad.

    Hace 7 años 4 meses

  7. Maju

    Cómo me irrita este derrotismo autocomplaciente del derrotado viejo: como a nosotros nos derrotaron (o nos auto-derrotamos quizá en parte) ahora ya no merece la pena intentar nada. Qué triste y que viejuno! Y lo dice un viejo autónomo también, uno que también flirteó con la CNT y vio que era una pérdida de tiempo, etc. No tan viejo sin embargo y espero que no tan viejuno. La situación es completamente diferente: en los 80 se empezó a inflar la burbuja thatcheriana que es lo único que ha retrasado un par de décadas aquella crisis terrible que nunca acabó, sólo fue difuminada por el crédito fácil, pero eso ya acabó en 2007-08, ahora estamos de lleno en la gran crisis del Capitalismo, mucho mayor que la de los 70, mucho peor que la de los años 30 (aunque tiene algunos paralelos) y en realidad sólo comparable, si acaso, a la crisis del Ancien Régime a fines del s. XVIII, porque, como entonces, el estado sangra a impuestos a los pobres para dárselos a los super-ricos. Hay una diferencia sin embargo: si la cabeza de Louis XVI no hubiera rodado, el mundo seguiría existiendo, ahora, si el Capitalismo no cae, la Humanidad casi con certeza se extinguirá por sobredosis petrolera. Yo es que leo a Petit y no me suena a autónomo, sino a postmoderno, a la muerte de toda esperanza y de toda lucha. "¿Por qué la politización de la existencia que se dio [en el 15-M] se detiene?" La impresión que yo tengo es que no se detuvo, se recicló de forma compleja y multifacética. Tú idealizas la plaza, yo no: la plaza es instrumento, como lo es un partido, un sindicato, un libro o un comentario en la internet. La plaza no es sostenible por su misma naturaleza explosiva, necesitamos instituciones aunque sean (que ojalá que lo sean) autoconstituidas y por supuesto asamblearias y participativas - pero también en algún grado representativas o delegadas. Nunca vas a reunir a un millón en una asamblea y si lo hicieras no se va a repetir de forma regular: no es práctico. Nuestra autonomía primigenia está diseñada para cifras del orden de las decenas o centenares a lo sumo, más es un caos: no hay tiempo para que hablemos y nos escuchemos todos, incluso en una asamblea así se degenera en liderazgos y representación. Es inevitable y tenemos que aceptarlo: menos purismo y más realismo eficiente, tendremos que usar otros medios para el debate (Internet, no?) y centrémonos en lo que sí que podemos cambiar: la propiedad (= la ley), la economía y la ecología. Los medios no son triviales pero no dejan de ser medios. "¿Cómo se pueden mantener abiertos los espacios del anonimato?" Este comentario es tanto o más anónimo que cualquier participación en un debate de plaza: aquí hay un seudónimo, allí ni siquiera una máscara. Idealizas un "anonimato" que en realidad es sólo producto de tu imaginación. "... o bien se puede parar y afirmar públicamente que no hay nada que hacer". Eso es lo que no se puede hacer: si haces eso dejas de ser autónomo, es decir: político, y pasas a ser postmoderno o nihilista. "Tsipras era querido por todos y ahora es un maldito que nadie quiere en un mitin. ¿Por qué? Pues porque ha mostrado que no hay nada que hacer. Ha mostrado que el margen para otra política no es posible". Tsipras no quiso. Quisimos creer que quería pero yo no podía sino desconfiar de él desde el principio y, en retrospectiva, está mucho más claro. En cambio nunca desconfíe de Varoufakis y, efectivamente, éste no nos traicionó, a pesar de su pasado cuasi-socialdemócrata. Tampoco nos traicionó el ala izquierda, que luego formó Unidad Popular sin tiempo para preparar las elecciones-trampa del taimado Tsipras. Tsipras venía calculando la traición desde el primer momento: su juego era el poder, no la revolución. Tsipras y Syriza en general si podía. De hecho debía. He dicho muchas veces y sigue siendo cierto que Grecia tenía que elegir entre "ser Haití" y "ser Cuba". Tsipras eligió Haití, no tuvo valor o, más bien, nunca se tomó en serio eso de ser líder de la "izquierda radical", con ser el PASOK 2.0 le basta al parecer. Ahora bien me parece arriesgadísimo extrapolar Syriza a Unidos Podemos. Las personas son distintas y éstas no me dan mala espina, mientras que Tsipras nunca me pareció realmente confiable: demasiado centrista y demasiado "leninista" a la vez. De todas formas esto se ve cuando toman el poder: toman medidas rápido o dejan pasar el tiempo dando una de cal y tres de arena? Tsipras dejó pasar el tiempo, Asiron apoyó a la policía municipal tras un desalojo violento, Uriarte se opuso al derecho de autodeterminación (tras lo que se evidenció su currículum de vigilante contra los derechos laborales), esas actitudes son las que deben desatar todas las alarmas, pero es algo que va con personas y es algo que yo por ejemplo no le veo a Iglesias, no aún al menos. Mucho menos lo veo en la CUP, por supuesto. "Hoy difícilmente alguien piensa que colectivamente podrá resolver sus propios problemas laborales." Pues, la verdad, me parece aún más difícil resolverlos individualistamente. O se adoptan decididas políticas socialistas que efectivamente generen pleno empleo (con jorndas reducidas idealmente), o vamos a ser muchísimos los que seguiremos estando parados de forma permanente o intermitente. "Cada uno se busca la vida como puede." Por supuesto pero eso no es una solución ni un programa: es la lógica de la supervivencia en condiciones capitalistas. Si llevamos tu argumento al extremo lógico no es más que un llamamiento al tráfico de drogas y otras actividades delictivas, porque es lo que hay, no? Creo que hay otras opciones pero pasan por la subversión revolucionaria de la realidad, con una clara dimensión política (medio de organización, que no pueden sólo los partidos, por supuesto), que es también socio-económica (la necesidad de trabajo y vivienda dignas, la necesidad de colectivizar y democratizalo todo) y ecológica (la necesidad de salvarnos como especie y planeta, sin lo que todo lo demás fracasa).

    Hace 7 años 4 meses

  8. Carlos

    Colonizados por la propiedad y el consumo solo queda la ira colectiva en los márgenes!!!!!!

    Hace 7 años 4 meses

  9. Alexandre Jubany

    Mucha lucidez que no lleva a nada. Intelectual que se mira el ombligo mientras cientos de miles de personas mueren cada día. "La CUP es patética y Podemos es cínico", así, en bloque; mejor CDC, ERC, PSC, PP, C's, etc., sin duda. No hagamos nada ante el riesgo de errar. Penosa persona, su enfermedad le disculpa.

    Hace 7 años 4 meses

  10. Alguien

    Hace tiempo que te perdí la pista, yo también. Sigo creyendo que das demasiada importancia al sujeto como esencia, cuando somos pura relación y vínculo. Estamos más vacíos de lo que consideras y por eso el ensimismamiento sólo conduce a perderse hacia dentro. Una forma más de perderse en la vida, ya que otros se pierden hacia fuera. Creo que en ese adentro se gesta una cierta incapacidad para entender la imperfección del mundo. Por otro lado creo que no entendiste la ironía de Raimundo. Tampoco estoy de acuerdo que la CUP sea tragicómica, más bien funciona como un movimiento religioso sólo apto para puros de espíritu, guardianes de las esencias. De ahí se explica que sean nacionalistas sin ninguna contradicción interna.

    Hace 7 años 4 meses

  11. Diego

    Con los podemitas en el poder Madrid ha empeorado bastante y está bastante peor a como estaba y estaría si los peperos estuvieran en la alcaldía. No sólo no se estaría ahorrando deuda municipal a costa de disminuir empleo en la limpieza y el mantenimiento de calzadas (suciedad como nunca, peligrosos baches en asfalto y aceras,..) ni habría aumentado tan exageradamente el número de consejeros a dedo y altísima remuneración ni se producirían tantísimas contrataciones a dedo con empresas (en segmentos inferiores creo que a unos 19.000 € porque a partir de ese umbral las contrataciones tendrían que ser públicas y sujetas a concurso). La deuda pública municipal no se está reduciendo (como ocurriría con el PP) vía impuestos a nuevas empresas y salarios porque se impulsa una política obstaculizadora del crecimiento económico: por ejemplo, se han paralizado grandes operaciones urbanísticas sobre todo la Chamartín (https://okdiario.com/economia/2016/05/25/errejon-celebra-perdida-120000-empleos-6-000-millones-inversion-operacion-chamartin-163322) y la Campamento so pretexto que eran especulativas (en el capitalismo toda inversión es especulativa) y que habrían creado casi 200.000 nuevos empleos y habría dotado al municipio central metropolitano del muy deficitario suelo de oficinas, otros servicios y residencial necesarios para la nueva implantación de empresas. El desempleo en el municipio central ya ha pasado a ser, por primera vez en la historia, superior al del resto del área metropolitana. Tengo claro que cuentos más parados más votos tendrá Podemos y estoy seguro de que, aunque cueste trabajo creerlo, están haciendo todo lo posible para ganar electores (para ellos cuanto peor, mejor). Mi opinión respecto a Aguirre deriva de mi experiencia personal de sus actuaciones y no coincide en absoluto con la imagen de diablo con cuernos y olor a azufre que divulga infundamentada y manipuladoramente el catecismo podemita en la Secta. Aguirre no ha metido la mano, fomenta el crecimiento económico, el empleo, la recaudación de impuestos y las infraestructuras y equipamientos públicos (hospitales, metro, Cercanías, vías rápidas,…) y la financiación y mejora de los servicios sociales. Carmena tampoco ha metido la mano pero mi opinión sobre esta última tampoco coincide con la del catecismo podemita: esta última ha impedido que los trabajadores de su marido cobraran indemnización tras quebrar su empresa, donar sus costosos bienes a Carmena y él declararse insolvente (http://www.abc.es/espana/madrid/abci-maniobra-marido-carmena-para-no-pagar-empleados-investiga-justicia-201512151218_noticia.html). Tengo claro que Aguirre habría sido mucho más beneficiosa para Madrid que Carmena. A otra escala, los populismos marxistas reducen tremendamente la productividad y la competitividad de las empresas y, por tanto el empleo, y desarrollan la ruina y la crisis del Estado de Bienestar, el desarrollo de la deuda pública (gastan muchísimo más en servicios públicos que ingresan para financiarlos) y el odio y la descohesión social. Zapatero tuvo que irse un año antes de sus 4 años de mandato cuando ya tenía España 6 millones de parados.

    Hace 7 años 4 meses

  12. Gonzalo

    Me parece muy interesante la entrevista, pero en mi opinión le falla lo de siempre: la falta de propuestas de alternativas. Las cosas están mal, pero... ¿qué hacemos? Falta estrategia, pero... ¿cuál? Resolver esto con lo de "politizar" me parece insuficiente, muy falto de concreción. Por mi parte, para quien le pueda interesar, aquí aporto eso que falta: una propuesta de estrategia global para cambiar las cosas... si eso fuera posible. http://noalregimendel78.blogspot.com.es/p/blog-page_79.html

    Hace 7 años 4 meses

  13. Crashdelyo

    En fin...este no es país para viejos aunque lo que ocurre es viejo y lo de siempre.

    Hace 7 años 4 meses

  14. Fornieles

    No puedo con este tipo de gente ensimismada... viven en la verdad absoluta, y con la única ideología del "yo mismo"... o mis ideas que son las acertadas, o la nada... Hay que ser gañan, para desacreditar toda la lucha de la izquierda.. Pues si, hijo si, venimos de una gran derrota, y tu pensamiento individualista es más propio de neoliberales...

    Hace 7 años 4 meses

  15. Fornieles

    No puedo con este tipo de gente ensimismada... viven en la verdad absoluta, y con la única ideología del "yo mismo"... o mis ideas que son las acertadas, o la nada... Hay que ser gañan, para desacreditar toda la lucha de la izquierda.. Pues si, hijo si, venimos de una gran derrota, y tu pensamiento individualista es más propio de neoliberales...

    Hace 7 años 4 meses

  16. Leopoldo Salgui

    vaya tostada ... bufff, qué casino, qué tizón

    Hace 7 años 4 meses

  17. luis

    Aunque es complicado de entender - pienso que hay que leerlo muchas veces y apoyarse en mucha lectura complementaria -, así a primera lectura me quiero quedar con la diferencia entre politizar y hacer politica, el mensaje de que es una opción interesante eso que define como politizar me interesa, voy a profundizar en ello. En cuanto a la cup o a podemos, creo que tiene bastante razón en ambos casos.

    Hace 7 años 4 meses

  18. Jesús Díaz Formoso

    PRIMERO FUERON A POR LOS SINDICALISTAS: “Son escenas olvidadas, repetidas tantas veces”. La entrada de España en la Comunidad Europea de Mercaderes –actual UE-, de la mano de los Socialistas de Suresnes, supuso la destrucción del Sindicalismo Obrero, de clase. Desaparecidos los Sindicalistas reales, aquéllos que en la Bahía de Cádiz, en Ferrol, en Sahagún o en Cartagena cantaban el “No pasarán” a la Policía represora de libertades -que en efecto, no pasaba, porque no podía con los soldadores, con los estibadores, con los torneros, con los mineros-, quedaron solo los Sindicalistas oficiales del nuevo sindicalismo burgués, el de los Cursos de Formación para empleos inexistentes. La reconversión Industrial fue, en realidad, la Reconversión Sindical. No solo se cerraron las Industrias con obreros comprometidos –y beligerantes contra el poder del capital-; además, durante aquéllos años de finales de los 80’, se devolvían desde nuestra Comunidad Autónoma –y desde las demás- miles de millones de los fondos Estructurales y de Cohesión, para la creación de empleo industrial, sin tocar. Que se perdían con el fin de cada presupuesto anual. Cerrando industrias y abriendo cafeterías. Esos lodos reconversores dieron lugar a los barrizales sindicales en que nos encontramos. El Sindicato Andaluz de Trabajadores acaba de cumplir 40 años, sin haber dejado nunca de existir como Sindicato de Clase. Por ello hoy es el Sindicato más represaliado de Europa. Los Medios Neoliberales –todos- juegan al “Dispara al jornalero, machaca al obrero”. Con la excusa de “cursos de formación”, los sindicatos “oficiales” se han encargado de disimular la ausencia de empleo en los sectores distintos al de servicios mediante una autentica avalancha de subvenciones arbitrarias, y a menudo delictivas, en las que este Sindicato nunca ha querido participar. Cuando, como hoy, uno de los nuestros, Diego, un Jornalero, se sienta en el Congreso de los Diputados, nos dicen que no lo merece porque no tiene “formación”; porque habla como nosotros, no como ellos. Porque le entendemos, resulta peligroso para este Sistema. Un Sistema en el que los partidos de izquierdas se definen políticamente mediante las fotos de los gatitos que suben a las redes sociales. Un Sistema en el que los partidos que se dicen de izquierdas persiguen el Libre Mercado, la desregulación y la explotación laboral. Pero, en este nuevo mundo global del terror y la calumnia como argumentos políticos, el Sindicalismo de Clase del SAT permanece firme en sus luchas y reivindicaciones. Cuando surge el Movimiento de las manitas al aire -15M-, mientras los “ninis” (que no son ni de derechas ni de izquierdas, es decir, que son de Derechas) de la antipolítica acampaban a sus anchas en las plazas principales de nuestras ciudades y villas, a los sindicalistas del SAT, les detenían por acampar en campos baldíos de titularidad pública. No pedían subvenciones, solo pretendían trabajar y hacer productivos esos campos. Por ello fueron detenidos e imputados judicialmente. Y así continuan; luchando contra el poder de los Mercados, contra el inhumano poder financiero, sin miedo; confortados por las convicciones. Libertad y Solidaridad. Haciendo visible la mayor de las dignidades humanas; la Dignidad de la Clase Obrera, de los trabajadores. Ahora, nos dirigimos a vosotros, que sois nosotros, denunciando un nuevo golpe a los restos del Sindicalismo Obrero que han dejado los sucesivos Gobiernos de derechas del PSOE y del PP. Ahora van a por el empleo público. Hemos decidido tomar impulso jurídico; hacerles frente en los Juzgados. Para ello necesitamos vuestro apoyo. De nada vale la lucha en los Juzgados, mientras no sea apoyada por vosotros; mientras sus prevaricaciones queden ocultas por los aullidos mediáticos de los canallas al servicio del imperio. Porque lo contrario de la Izquierda es la derecha; pero lo contrario del Socialismo, es el Imperio, tanto el basado en la Religión -Monarquía-, como el basado en el Poder Financiero -Fascismo. El SAT es un Sindicato de Clase, que se define como Socialista.

    Hace 7 años 4 meses

  19. Jesús Díaz Formoso

    "Un hecho que lo muestra claramente es un día que llegué a la plaza de Cataluña y había una mesa en la entrada donde te preguntaban dónde querías ir según tus intereses: economía, ecología, espiritualidad... Esto es lo que nos hundió. Es decir, convertir en temas lo que era un grito colectivo. De repente, ya no sabíamos por qué estábamos allí, lo habíamos convertido en temas que expertos serían los que los tratarían". - Discrepo en el "nos"; mejor "han". Luego, la pregunta es "¿porqué?". O, mejor, "¿por quién?".

    Hace 7 años 4 meses

  20. Calamar

    estoy leyendo los comentarios de algunos despues de haberme leido la entrevista y estoy alucinando. ¡¡¡¡No habéis entendido nada!!!!!. Por lo demás, tiene razón. Podemos Huele a autoritarismo que mata y su critica al 15M es acertada y basada en hechos que yo mismo he podido comprobar en mis andanzas por las plazas. De la noche a la mañana todo se convirtió enn una algarabía de ocurrencias y talleres temáticos que sólo servían para que los cuatro listos del pueblo se dieran su pátina de gloria y paliaran su sed de gloria

    Hace 7 años 4 meses

  21. Engegna

    También pienso que el análisis de SL Petit es absolutamente certero. Y sin embargo… sin embargo no se me ocurre descartar con desdén (o ya no más) el voto como un modo de politizarse como otro cualquiera. Lo que me parece importante es no caer en la trampa de la esperanza. El voto/la política no es la llave absoluta por sí misma, de la misma manera que tampoco lo son el sabotaje, la resistencia, las asambleas, la denuncia, o cualquiera de las estrategias que la politización de la existencia requiera, permita o provoque… O acaso lo sean todas ellas todo el tiempo. Es iluso pensar que un partido político es la solución a todo. De la misma manera que tampoco lo puede ser únicamente un determinado proceso de subjetivación. Así pues ¿por qué descartar la posibilidad política del voto y de los partidos? ¿Por qué denigrar esa posibilidad sin utilizarla? Tanto más cuando la actividad del parlamento/congreso/gobierno tiene consecuencias absolutamente reales sobre nuestra existencia. ¿Por qué rechazar esa vía, por minúscula que sea?

    Hace 7 años 4 meses

  22. Resistencia

    Santi, hace algunos años que te perdí la pista, desde tu visita a la plaza. Me ha gustado mucho volver a leerte, y creo que sigues acertando con tus análisis.

    Hace 7 años 4 meses

  23. Ignorante para este seguro

    Uff qué tostonazo de persona. Yo también pienso de la hostia pero por favor si llego a darme tanto el coñazo a mi mismo, que alguien me de una colleja.

    Hace 7 años 4 meses

  24. Carlos

    El partido del Sr. López lo está arreglando todo, todo y todo. En España hay demasiados "cuñaos".

    Hace 7 años 4 meses

  25. Mig

    Un ejemplo del callejón reaccionario al que muchos han llevado Foucault, Negri o Deleuze. Precisamente el ramalazo del cual rogaría a cualquier dirigente de Podemos que huyera como de la peste.

    Hace 7 años 4 meses

  26. Mig

    Liberatus, muy sensato lo que dices. Por lo demás, lo de este señor es un ejemplo de impotencia, y me parece que es de los que hacen que la filosofía sea menos útil que un maldito libro de autoayuda. El yaestoydevueltismo. Para decir que la vida es una mierda y que cada cual se las apañe como pueda no necesitamos académicos.

    Hace 7 años 4 meses

  27. Liberatus

    A los que atacan a este señor por su posición desconociendo su trayectoria y sin comprender sus razones, les recomiendo que se calmen un poco. A López Petit, por contra, que si piensa que en Podemos creen que todo se cambia con el discurso, que se arrime un poco más, porque no sabe lo que se piensa en Podemos, ni arriba, ni abajo (que los hay, aunque no debieran). Si piensa que estamos haciendo mal las cosas, que nos sugiera cómo hacerlas mejor hoy y mañana, no ayer ni dentro de 20 años. Y si verdaderamente piensa que no se puede hacer NADA, que lo dudo bastante, espero que se mire al espejo, porque el cínico es él.

    Hace 7 años 4 meses

  28. rafagarrafa

    alejo, no se te ocurre porque necesitarias mucha cultura politica para entenderlo

    Hace 7 años 4 meses

  29. alejo

    No se me ocurre otra explicación a la sarta de tonterías que dice este señor: alguien le ha pagado para despotricar contra Podemos y para elevar a lo absurdo el movimiento 15M.

    Hace 7 años 4 meses

  30. Dulceopinador

    A los de Podemos y la CUP los ha calao.

    Hace 7 años 4 meses

  31. Dulceopinador

    A los de Podemos y la cup los ja calao.

    Hace 7 años 4 meses

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