1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Jean Tirole / Premio Nobel de Economía. Autor de ‘La economía del bien común’

“Necesitamos más flexibilidad para los trabajos indefinidos y menos para los temporales”

Irene García Pérez Barcelona , 7/06/2017

<p>Jean Tirole, en una imagen promocional.</p>

Jean Tirole, en una imagen promocional.

FOTOGRAFÍA DECIDA POR TAURUS

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Jean Tirole (Troyes, Francia, 1953) ganó el Nobel de Economía de 2014 “por su análisis del poder de mercado y la regulación”. El presidente del Consejo de Administración de la Toulouse School of Economics visitó a finales de mayo Barcelona para participar en la reunión anual que organiza el Círculo de Economía en Sitges, a unos 40 kilómetros de la capital catalana. En ella, trató algunos de los temas que aborda en su último libro, La economía del bien común (Taurus), en el que hace un repaso, para un público no especializado, de cuestiones como el impacto de la digitalización y la robotización en el mercado laboral, la necesidad de rebajar las cotizaciones a las empresas que generan empleo y de penalizar a las que despiden, y el imperativo de establecer un sistema que permita reducir el impacto negativo sobre el medio ambiente.

En su libro habla sobre la digitalización y sobre por qué no deberíamos preocuparnos por el empleo en términos generales. No obstante, esto genera una desigualdad desde una edad temprana, ya que muchos colegios fomentan el uso de la tecnología desde que los alumnos son pequeños. ¿Qué futuro les espera a los niños que acudan a colegios con pocos recursos que no puedan disponer de este material?

No soy un experto en educación que no sea superior, pero el problema no son los ordenadores o similares. La escuela tiene que cambiar a lo largo del tiempo. El conocimiento no es tan importante como solía serlo, ya que puedes encontrar información fácilmente a través de Internet, y tienes bases de datos en todas partes. Es un enfoque diferente de la educación, las personas tienen que aprender cómo aprender. Si hablamos de desigualdad en la educación, creo que ése es uno de los principales desafíos. Sabemos que hay mucha desigualdad. Parte de ella viene del entorno familiar: no se trata sólo de estar en los buenos barrios, que es donde se encuentran las buenas escuelas, sino también de la estimulación de los padres. Por ello es muy importante que todo el mundo tenga la oportunidad de tener una buena educación. En Francia, el 20% de la población con más ingresos está muy bien educada, pero es muy desigual, porque el otro 80% tiene una educación deficiente. Es un sistema educativo muy desigual. De hecho, si miras las clasificaciones de PISA y otros estudios, los resultados que obtienen esos dos grupos son muy diferentes.

El conocimiento no es tan importante como solía serlo, ya que puedes encontrar información fácilmente a través de Internet, y tienes bases de datos en todas partes. 

A pesar de que la educación pública es mayoritaria en Francia. 

La educación pública está fallando en su misión. No está consiguiendo ayudar a los más desfavorecidos a alcanzar un nivel educativo decente. Es cierto que lleva a mucha gente al Baccalauréat [equivalente a la Selectividad en España], pero no lo está haciendo muy bien en lo relativo a ayudar a los estudiantes a tener buenos resultados, y explica en parte por qué hay poca integración. Y tampoco está preparando a los jóvenes para el mercado laboral. El sistema educativo francés es excelente para el 20% más favorecido, sobre todo para el 5% superior, pero el nivel medio en realidad no es tan bueno. Y esto es algo bastante malo. Tenemos muchos Field Medals [el Nobel de Matemáticas], premios Nobel, etcétera, pero ves el nivel medio y no es bueno. Tenemos que tener una igualdad de oportunidades en relación a la educación; es la forma más elemental de redistribución. 

También habla del aumento del número de trabajadores por cuenta propia. Eso es transferir el riesgo de la compañía al trabajador. ¿Cómo afectará o está afectando ya al sistema de pensiones y de prestación por desempleo de países con Estados del bienestar como Francia o España?

En mi opinión, deberíamos dejar atrás esta distinción entre trabajadores por cuenta propia y por cuenta ajena o asalariados, porque actualmente la situación es algo más compleja. ¿Cuál es la diferencia [en términos laborales] entre un taxista y un conductor de Uber? Es algo bastante difícil de saber. Lo importante es que tengan acceso a los mismos servicios y garantías. Necesitamos inventar un nuevo contrato laboral que sea aplicable para todo el mundo, de forma que todos los trabajadores tengan la misma protección en términos de reciclaje formativo, cobertura sanitaria, pensiones, etcétera. Tiene que haber una igualdad de condiciones en la que el Estado no decida si tienes que ser autónomo o asalariado. Y yo creo que es irrelevante: hay quien prefiere ser autónomo y tener más libertad; otros prefieren ser asalariados y estar sujetos a una compañía. Es una cuestión de gustos, en mi opinión. Lo que debe hacer el Estado es establecer un sistema de protección que sea accesible para todo el mundo, incluido el sistema de pensiones. 

Necesitamos inventar un nuevo contrato laboral que sea aplicable para todo el mundo, de forma que todos los trabajadores tengan la misma protección en términos de reciclaje formativo, cobertura sanitaria, pensiones, etcétera.

También defiende que no deberíamos proteger los puestos de trabajo sino a los trabajadores. Plantea que las empresas que despidan internalicen ese coste, o parte de él, que actualmente asume la Seguridad Social en forma de prestaciones por desempleo. ¿Cómo afectaría una medida así en los procesos empresariales de contratación y despido?

Quizás debería empezar pensando por qué quiero hacer eso. Creo que lo que tenemos en España o Francia es terrible. Tenemos un mercado laboral con gente que está en trabajos temporales, otros tienen trabajos más protegidos, y esto es malo por varias razones. Esos trabajos temporales no suelen ser demasiado buenos: quien contrata no dispone de incentivos para quedarse con el empleado al final del contrato ni tampoco de incentivos para formarle porque el trabajador se irá. De modo que los trabajos temporales no son buenos trabajos, pero representan el 90% de la creación de empleo. ¿Por qué las empresas crean trabajos temporales? Porque no quieren crear puestos indefinidos, tan simple como eso, y no quieren hacerlo porque si no necesitan al trabajador, si ese puesto desaparece -- porque no tienes trabajo para esa persona o porque la posición se ha quedado obsoleta, y se puede reemplazar por un robot o lo que sea-- eso va a crear un sobrecoste, de manera que la compañía no quiere tener un contrato en el que, independientemente de las circunstancias, se vea obligado a mantener al trabajador. Eso es malo y también es muy costoso para el Estado porque cuando se acaban los contratos temporales, esas personas van al paro. 

No me gustan los trabajos temporales, pero tampoco los indefinidos; no me gusta ninguno de los dos por razones diferentes, pero en cierto modo van de la mano. Como las empresas no quieren crear puestos de trabajo indefinidos los crean temporales, así que van juntos. Y el gobierno deja que esto ocurra para evitar un aumento del desempleo. La primera observación, que se aplica tanto a España como a Francia, es que quienes saben si el trabajo es útil o no para la empresa son los que contratan. Un juez, o un tribunal laboral (en Francia se llaman prud’hommes), que decide sobre si un puesto de trabajo es necesario o no, no tiene información para decidir porque no lo sabe, no está en la empresa. Necesitamos más flexibilidad para los trabajos indefinidos para prescindir del trabajador si ya no lo necesitamos. En el caso de los trabajos temporales, en cambio, hay demasiada flexibilidad. Hay que hacer responsables a las empresas: no sé si tendría que ser un sistema de bonus-maluso de compensaciones y penalizaciones.

Ahora que comenta lo de los contratos indefinidos, en su libro trata un tema bastante sensible en Francia, que es el del funcionariado, y me ha parecido entender que propone que el Estado sea capaz de contratar para un plazo de años determinado. ¿Es así?

Lo que digo es que lo que importa es el servicio público, y éste lo puede ofrecer tanto el sector público como el privado. La cuestión es que queremos servicios públicos. La siguiente pregunta es ¿quiero implementar ese servicio público? Esto es el cómo lo haces, pero primero, lo importante es el servicio público. Servicio público no significa “número de funcionarios”, es algo completamente distinto. En Suecia, Alemania y Canadá han mantenido los servicios públicos al mismo tiempo que reducían el número de funcionarios. En los años noventa, Suecia redujo mucho el número de funcionarios, pero mantuvo los servicios. 

¿Y cómo se controla que la calidad del servicio cumpla con los estándares?

Todo depende del contrato que redactes. Puedes delegar o externalizar el servicio a una empresa pública, pero dices lo que quieres, las especificidades, el pliego de condiciones, y la compañía decide si es capaz de cumplir con los requisitos. De lo que se trata es de definir qué servicio público quieres, y de escoger la manera más eficiente de conseguirlo.

Hablemos de contaminación. ¿Por qué no hay una autoridad supranacional que controle una cuestión tan importante como la polución?

Es una buena pregunta. Me ha deprimido lo que pasó en las últimas cumbres, incluida la de la Conferencia de París sobre el Clima de 2015 (COP21), porque la declaración final es prácticamente igual a la de 1992. Al menos la ha firmado todo el mundo* pero, al margen de eso, son vagas promesas conjuntas. Creo que hay dos cuestiones principales. La primera es que necesitamos un acuerdo global, porque no puedes solucionar el problema de la contaminación tú solo. Puedes hacer algo, pero todo el mundo tiene que contribuir. Necesitas un acuerdo mundial y quizás una institución supranacional ayudaría. La única forma para lograrlo es tener un acuerdo supranacional coercitivo, de obligado cumplimiento. Y la cuestión es ¿por qué no existe? Puede que haya dos cosas. La primera es egoísmo, en particular de mi generación: nadie quiere pagar el coste, el desastre será para nuestros nietos, ¿a quién le importa? Nadie quiere decirlo, pero ésta es la verdad. Y, por otra parte, el electorado no sabe lo suficiente. Una cosa que me pareció llamativa del resultado de la COP21 es que todo el mundo estaba cantando victoria, pero en el acuerdo no hay casi nada. Básicamente dicen “deberíamos hacer eso”, pero no hay concreciones, ningún país está obligado a hacer nada. No hubo ningún primer ministro ni presidente que, de regreso a su país, dijera “vamos a invertir dinero para combatir la contaminación”. Sólo dijeron “mirad lo que hemos prometido conjuntamente”. Si el electorado hubiera sido consciente de que las promesas colectivas nunca funcionan, creo que hubieran estado al menos un poco decepcionados. También hay otra cuestión, que es la información del electorado. Si no tienes la formación para entender estas cosas, significa que los políticos lo pueden utilizar para engañarte. Y esto es un poco lo que pasó. 

No hubo ningún primer ministro ni presidente que, de regreso a su país, dijera “vamos a invertir dinero para combatir la contaminación”. Sólo dijeron “mirad lo que hemos prometido conjuntamente”

¿Qué ventajas tendrían las cuotas de emisiones negociables no ya para limitar la contaminación, sino para reducirla? 

Para los economistas, principalmente hay dos formas. Una es tener un impuesto al carbono, y la otra es un sistema de emisiones negociables. Podemos debatir ambos conceptos, aunque es una discusión muy técnica. Lo que se hizo en 1990 para reducir las emisiones de dióxido de azufre (SO2) en Estados Unidos fue proponerse recortar inmediatamente el nivel actual de emisiones a la mitad. Lo redujeron al 50% muy rápidamente. Para hacerlo, emitieron una cantidad limitada de permisos, y esos permisos tenían un precio en el mercado. El sistema de cuotas de emisión funciona de manera que se determina el número de permisos que corresponden a lo que quieres hacer. En el caso del dióxido de carbono (CO2) y otros gases con efecto invernadero, lo que harías es calcular lo que se conoce como presupuesto de carbono (carbon budget), cuánto podemos emitir todavía si queremos tener un incremento de la temperatura de no más de 1,5 Cº, y eso te dará el número de permisos. 

¿Para hacer que la gente utilice un tipo de energía determinada es mejor incentivar el consumo de la energía que se quiere potenciar o penalizar el de la energía más contaminante?

Si tienes un precio del carbono, eso surgirá automáticamente. Por ejemplo, la producción de carbón. El carbón contamina mucho, mucho más que la gasolina, por ejemplo. Si gravas el carbón, las minas de este mineral serán menos rentables y se abandonarán progresivamente. Por otra parte, la energía solar o la eólica serán más rentables porque no emiten carbono. Se hará automáticamente: si el carbono se encarece, las tecnologías verdes se benefician, y las tecnologías marrones serán penalizadas. 

¿Entonces no es necesario subsidiar a los que utilizan las tecnologías verdes?

Lo que puedes hacer es dar dinero a investigación y desarrollo fundamental para crear nuevas tecnologías sostenibles o mejorarlas, pero para la implementación en sí misma, como la producción de energía, el subsidio estaría implícito en el hecho de que no estarían pagando una tasa del carbono, de manera que, en cierto modo, estarían siendo subsidiados automáticamente, tendrían una ventaja competitiva. 

¿Y los Estados no utilizan esta tasa de carbono o mayores impuestos medioambientales por miedo a que las empresas se deslocalicen?

Esa es otra razón por la que necesitamos un acuerdo mundial. Si un país penaliza a sus empresas con tasas de carbono o establece unas cuotas de emisión, de alguna forma induce a las compañías que más contaminan a desplazarse allá donde no haya tal impuesto ni limitación. Ese es un problema que hay que tener en cuenta, y por eso necesitamos un acuerdo mundial. Tú solo no puedes implementar políticas efectivas, porque no reducirán la contaminación, sino que se irá moviendo. 

En su libro también habla del comercio internacional y de la responsabilidad social corporativa. Con la globalización, ¿nos hemos vuelto consumidores más o menos interesados por el origen (materias primas, condiciones de producción y transporte) de lo que consumimos, o sólo nos fijamos en el precio?

Como consumidores –podría ser también como empresa—quiero ser consciente en un plano socialmente responsable. En la actualidad es difícil porque, si compro por ejemplo un producto de China, tengo que pensar si los chinos están intentando reducir las emisiones de carbono. No lo sé. ¿Y el transporte? ¿Cuál es el coste de la sociedad? Si hay un precio del carbono, no me tendré que preocupar por eso, porque como consumidor quizás veré que el producto de China es más caro porque incluirá un precio del carbono y se ha emitido mucho tanto para su producción como para su transporte. 

También habla sobre un concepto económico interesante que es la economía de la atención. ¿Ha afectado a nuestra irracionalidad como consumidores?

Todos tenemos una atención limitada, no tiene por qué ser una cuestión de irracionalidad. Actualmente, con Internet tenemos acceso a todo el mundo, millones de posibles transacciones y socios. No sé si es irracional o no, pero tenemos limitaciones en cómo elegimos y las plataformas nos tienen que ayudar a descubrir, a encontrar lo que buscamos. No es su única función, pero sí es parte de su trabajo ayudarnos a encontrar socios comerciales de confianza, por ejemplo. Si buscas un hotel en Croacia, ¿tú qué sabes? Necesitas que alguien te diga que este hotel ha sido digno de confianza con anterioridad. Esas plataformas son muy importantes. Si mañana coges Uber (no en Barcelona, claro), querrás saber si el conductor es un criminal o alguien agradable. Los motores de búsqueda también tienen un papel en esto. Sabiendo mis gustos me hagan propuestas que me puedan interesar. 

¿Y dónde está el límite? Porque esto es a costa de nuestra privacidad de datos…

Es cierto que esas plataformas lo saben todo sobre ti. La información se recoge en cualquier parte. Tu reloj puede recopilar información sobre tu salud, que va directamente a una plataforma, y el día de mañana será peor, porque la camiseta que llevarás de aquí a unos años obtendrá y almacenará información sobre ti. Estas plataformas están recopilando una ingente cantidad de información. A veces es muy útil porque pueden ayudarte a elegir los productos que quieres o te pueden recomendar cosas de tu interés. Eso es útil, pero es una violación de la privacidad, por supuesto. ¿Dónde parar? Lo que tenemos que hacer es crear una nueva regulación de forma que la violación útil de la privacidad continúe, pero la violación inútil o perniciosa desaparezca. 

Las plataformas están recopilando una ingente cantidad de información. A veces es muy útil porque te pueden recomendar cosas de tu interés, pero es una violación de la privacidad 

¿Qué espera del nuevo presidente y el nuevo Gobierno de Francia?

Francia tiene muchos desafíos, y es más fácil hacer algo en el primer año, porque cuando haces reformas, los beneficios tardan en llegar, es un proceso lento. Si haces las reformas al final de tu mandato, no ves los frutos. Tienes que hacerlo cuanto antes para que fructifique y te puedas presentar a la reelección. Así que va a ser un año muy importante para Emmanuel Macron. Intentará algunas reformas en el mercado laboral (cruzo los dedos), y ya veremos cómo lo hace, pero será una cuestión importante porque el mercado laboral francés es muy desigual y muy ineficiente y tenemos que hacer algo al respecto. 

¿Desigual e ineficiente en qué sentido?

Desigual en el sentido de que hay una dualidad entre los que tienen un empleo indefinido y los que tienen trabajos temporales de poca calidad y periodos en el paro, especialmente los jóvenes y los más mayores. Muy poca gente por encima de los 55 años trabaja en Francia, mucha menos que en otros países. Si te quedas sin trabajo a esa edad, lo más probable es que no encuentres otro empleo en Francia. Es una locura si estás bien de salud. Y si eres joven, a menos que tengas una educación muy buena, también tendrás dificultades. Y es muy ineficiente porque es muy costoso para la sociedad, para la Tesorería y los Presupuestos del Estado. Quienes están con contratos temporales no están contentos, pero tampoco quienes están en empleos indefinidos porque se agarran a ese trabajo porque saben o creen que no encontrarán otro en esas condiciones. Incluso si están cansados de su trabajo, porque quieren un nuevo reto o un nuevo jefe, se quedan. También necesitamos una reforma del Estado. El gasto público en Francia representa el 57% del PIB, el más elevado del mundo, por un servicio público que no es de calidad excepcional. Eso es un problema. Necesitamos el Estado del Bienestar y un buen servicio público, pero necesitamos un Estado más pequeño. Y relacionado con esto, la tercera cuestión que será muy importante es la educación. Si no tenemos un mejor sistema educativo, el siglo XXI será muy duro para el país, porque es el siglo del conocimiento, y si no les das a los ciudadanos las herramientas para jugar el nuevo juego tendrán un gran problema. 

¿Así que esa idea de que la educación pública en Francia defendía los valores republicanos era marketing?

Algo de marketing hay. Yo fui a una escuela pública, creo que es importante tener escuelas públicas y me gustaría que tuviéramos un sistema de educación pública, pero si éste no hace su trabajo y hace marketing como usted dice, no está bien. Soy partidario del sistema educativo público, pero no es un cheque en blanco. Quiero un sistema educativo público eficiente, no mediocre. 

¿Y por qué dice que no tratan bien a los más desfavorecidos?

Por varias razones. La primera es que dejamos fracasar a las escuelas situadas en los suburbios con rentas bajas y muchos inmigrantes. Hace años la educación pública garantizaba una formación mínima para todo el mundo, pero ya no es así.  La segunda cuestión es que debemos ayudarles. El sistema francés es un sistema de insider-trading [información privilegiada]: la gente bien informada sabe qué debe hacer su hijo en cada curso y qué pasos hay que seguir en cada momento. Sabe cómo navegar en el sistema. Y los profesores y los consejeros de las escuelas e institutos no orientan a las familias menos informadas sobre lo que tendrían que hacer con sus hijos en cada momento que lo necesitan. De manera que los hijos de familias con cierto nivel educativo saben lo que tiene que hacer, mientras que a los otros se los abandona a su suerte, y yo creo que es un escándalo. 

---------------

La economía del bien común. Jean Tirole. Traducción de María Cordón Vergara. Taurus, 2017. 

*Esta entrevista fue realizada antes de que el presidente de EEUU, Donald Trump, anunciase que su país se retiraba del acuerdo de París. 

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Capitalismo o canibalismo

    "Tiene que haber una igualdad de condiciones en la que el Estado no decida si tienes que ser autónomo o asalariado.". Me parece que el entrevistado, o vive en otra realidad, o quiere inocular un relato que es bastante falaz. Sí, el Estado es quien, mediante el legislador, otorga un exagerado protagonismo al emprendimiento y lo envuelve en una áura mística de heroicidad que es absolutamente falsa. Falsa en la concepción que el propio legislador le intenta dar. Es cierto que el emprendimiento conlleva de una gran valentía, pero lo que no se dice nunca desde las altas esferas del ejecutivo del Estado, y del poder económico, es que sea valentía se debe a que el emprendedir no tiene absolutamente ninguna protección. Ni por parte del Estado, ni por parte del cada más poderoso poder económico. En realidad, y a pesar del argumento falaz del entrevistado, el legislador tiene predilección hacia la figura del emprendimiento. Pero eso no quiere decir que sea el Estado el que decida si debemos ser todos emprendedores o no. Es el poder económico privado real el que, mediante su franquicia política que habita dentro del Estado público, impone al trabajador que se tenga que convertir en autónomo para volcar completamente el riesgo empresarial en el autónomo y nada del beneficio. Hasta donde yo sé, esto es ilegal. Otro problema a parte de este es que no se persiga de oficio...

    Hace 6 años 10 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí