1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Análisis

Cómo autodestruir la izquierda: el caso italiano

La izquierda logra un consenso mínimo, frente a la repartición de la tarta electoral entre tres grandes polos: el centro liberal (abanderado por Matteo Renzi), la histórica coalición de centro-derecha (Berlusconi y Salvini) y el Movimiento 5 Estrellas

Alessandro Faggiano 21/06/2017

<p>Matteo Renzi.</p>

Matteo Renzi.

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

----------------------------------------------------------------------------------------------------- 

La peculiaridad italiana

Pese a algunos casos peculiares en donde los partidos tradicionales siguen dominando la escena política –véase el caso de Alemania con CDU y SPD – el replanteamiento de las narrativas políticas, sustentado por los efectos socioeconómicos producidos desde la crisis de 2008, ha influído en el terreno de la competición electoral. Es decir, que esta ya no se funda únicamente en la clásica dicotomía “izquierda – derecha”. Del ‘eje’ se pasa al ‘plano’ (dos ejes) que incluye, actualmente, el posicionamiento respeto a la Unión (en crisis de legitimidad popular). A partir de este nuevo terreno electoral, se observa que las nuevas izquierdas, al igual que las derechas nacionalistas, captan el voto de los críticos frente a la Unión. Para ralentizar el avance de estas corrientes desestabilizadoras, los partidos tradicionales tienden a aglutinarse en un nuevo centro liberal, retóricamente regenerado y pro-UE. El escenario que se presenta, por ello, es el siguiente: un centro moderado que busca captar el voto liberal, demonizando la “amenaza populista” (a menudo asociada a la demagogia) frente a una nueva izquierda radical (y tendencialmente horizontal) y/o una derecha ultraconservadora, reaccionaria, eurofóbica.

En el caso francés nos hemos enfrentado a una competición electoral monopolizada por los representantes de estas nuevas narrativas políticas (el ganador Macron, hijo del intento de regeneración europeísta, y Marine Le Pen, líder moral de los euroescépticos). En España, el centro pasa por la necesaria cohabitación entre PP, PSOE y Ciudadanos frente a la única alternativa que se presenta en la nueva izquierda de Podemos. Finalmente, observamos cómo en Italia el centro de la acción política se ha movido hacia el lado derecho del tablero ideológico: tanto por los principales temas tratados en la esfera de la opinión pública, como por los actores políticos involucrados en el mismo proceso de agenda-setting. Los partidos que puedan colocarse ideológicamente en el lado izquierdo del tablero se encuentran marginalizados, fragmentados en una multitud políticamente irrelevante. Nos preguntamos, ¿por qué esta anomalía? ¿Por qué un país con una fuerte tradición “roja” (el Partito Comunista Italiano estuvo entre los más importantes y votados en Europa) no presenta un partido fuerte que abandere la ideología socialista? 

En Italia el centro de la acción política se ha movido hacia el lado derecho del tablero ideológico, tanto por los temas tratados en la opinión pública, como por los actores políticos involucrados en el proceso de agenda-setting

La fragmentación y marginalización de la izquierda en la era Renzi

En efecto, la izquierda (entendida como sujeto político) que se autodefine como tal logra un consenso mínimo, frente a la repartición de la tarta electoral entre tres grandes polos. El más relevante en la actualidad es el polo del centro liberal (abanderado por el Partito Democratico del ex primer ministro Matteo Renzi, ganador por mayoría absoluta de la carrera a la Secretaría General de su partido el 30 de abril pasado); después, la histórica coalición de centro-derecha (que incluye a Silvio Berlusconi y al líder del partido eurófobo Matteo Salvini) y, finalmente, el Movimento 5 Stelle, el cual ha contribuido al giro derechista de los últimos años. Ahora bien, a pesar de que dichos polos no son precisamente estables (el M5S y la Liga Norte comparten ideas muy próximas sobre la Unión Europea), ningún partido que los conforme puede ubicarse de forma clara en la izquierda. 

El mismo Partito Democrático (partido de gobierno que, hace 10 años, aglutinó varias almas de la izquierda italiana) se demostró políticamente afín al “adversario de siempre”, Silvio Berlusconi. La propia alianza entre el magnate y Matteo Renzi -- establecida en enero de 2014 y denominada “patto del Nazareno”-- marcó el fin de la experiencia izquierdista del PD. La tendencia a abandonar ese lado del tablero venía ya marcada por el acuerdo de larghe intese(gobierno de coalición) de 2013, que incorporó a Enrico Letta (PD) como primer ministro. Un acuerdo “necesario”, según lo calificó el exsecretario del PD, Pierluigi Bersani, “para frenar el avance del M5S”. Sin embargo, los seísmos que se han ido sucediendo y que han provocado una serie de escisiones dentro del PD se han producido enteramente durante el primer periodo de Matteo Renzi  como secretario general (diciembre 2013- febrero 2017). 

Emergen partidos como Possibile, Sinistra Italiana, Articolo Uno: Movimento Democratici e Progressisti, además del movimiento político Campo Progressista liderado por el ex alcalde de Milán Giuliano Pisapia. Aunque en estos momentos cuentan con representación parlamentaria --la de los diputados escindidos del PD- estas formaciones tienen muy difícil repetir su presencia en la Cámara porque ninguno de ellos alcanza el umbral electoral, situado en el 3%. Los sondeos muestran que todos  estos partidos inscritos potencialmente en el área de izquierda no alcanzan, en conjunto, una cifra de dos dígitos. Por el momento, el único que podría aspirar a representación parlamentaria sin recurrir a alianzas sería Articolo Uno: MDP, partido surgido tras las tensiones entre el grupo mayoritario del PD (liderado por Renzi) y la resistencia interna del grupo liderado por el histórico socialista Pierluigi Bersani. Sin embargo, hay ciertas diferencias ideológicas que permiten entender por qué se han producido estas rupturas, esta fragmentación tan nociva – electoralmente hablando –  en el seno de las varias almas de la izquierda italiana.

Razones y lógicas de la marginalización de la izquierda: la fragmentación

En primer lugar hay que tener en cuenta el sistema y las leyes electorales de las últimas dos décadas. La Segunda República ha transcurrido entre leyes electorales proporcionales y mixtas, que han favorecido el surgimiento y crecimiento de pequeños partidos, que han tenido (y siguen teniendo) un papel fundamental a la hora de garantizar la mayoría en Parlamento en favor del Ejecutivo. Aunque este papel haya sido desempeñado prevalentemente por los partidos de centro (UDEUR y UDC en el pasado, NCD y otros en el presente), eso no ha impedido que pequeños partidos de izquierda contribuyeran a esa función. Después del macroproceso judicial Tangentópolis y la implosión del Partito Comunista Italiano, las escisiones y fracturas fueron – y siguen siendo – algo habitual. El surgimiento de estos partidos --electoralmente pequeños pero muy relevantes a nivel parlamentario– se ve incentivado por la generosa financiación pública de partidos, uno de los pilares del sistema político italiano. Ese elemento, combinado con la relativa facilidad para entrar en el Parlamento gracias a la ley electoral, explica por qué se ha producido esa fragmentación. En el período del auge del bipolarismo (entre 2006 y 2008, durante el segundo Gobierno Prodi), la coalición de la mayoría de centro-izquierda contaba con hasta 16 partidos, todos regularmente financiados con dinero público. Una primera vuelta de tuerca se concretó con la unión de los dos partidos más poderosos del centro-izquierda (el Ulivo y la Margherita), dando a luz, en 2007, al Partito Democratico y cobijando  tanto la experiencia de la izquierda socialista (Ulivo) como de la Democracia Cristiana (Margherita).

En el período del auge del bipolarismo, la coalición de la mayoría de centro-izquierda contaba con hasta 16 partidos, todos regularmente financiados con dinero público

Desde entonces, el PD ha marcado el rumbo de los gobiernos de centro-izquierda. En los primeros años (2007-2013) fue la rama más izquierdista del PD la que lideró el partido (desde Walter Veltroni hasta Pierluigi Bersani). Sin embargo, tras las elecciones de 2013, cuando se produjo la eclosión del M5S, las nuevas primarias celebradas en el partido otorgaron una victoria aplastante a Matteo Renzi. El joven democristiano – con una trayectoria relevante en la política nacional, tras su paso por la presidencia de la provincia de Florencia y la alcaldía de esta ciudad – cambió definitivamente el rumbo del partido. Tras la defenestración del ex primer ministro Enrico Letta (del mismo PD) asume el cargo más alto del Ejecutivo y, desde ese mismo momento, da paso a la última fase de centralización del partido. Durante los siguientes cuatro años empiezan a surgir partidos minoritarios formados por antiguos diputados y senadores del PD. El hecho de que todos los líderes de las nuevas formaciones (Possibile, Sinistra Italiana, MDP) formaran parte del PD les ha restado frescura en sus propuestas y capacidad para atraer votantes. Ninguno de ellos (Giuseppe Civati en Possibile, Pierluigi Bersani en MDP, Stefano Fassina en Sinistra Italiana) procede de un contexto nuevo, externo al mundo hipermediatizado de la política italiana. Sus figuras están marcadas por el pecado original de haber militado en el PD. Además, falta un liderazgo claro, fuerte, carismático, que permita a estos partidos minoritarios coaligarse y ganar credibilidad.

De facto, aunque en Italia no influya demasiado la teoría del voto útil (una vez más, debido al sistema electoral proporcional y, posteriormente, mixto), hay poca confianza en estos partidos debido, en gran parte, al propio devenir de la Seconda Repubblica, en la que estas formaciones minoritarias han jugado un papel decisivo a la hora de mantener (o hundir) los gobiernos, lo que ha fomentado una percepción pública negativa. En definitiva, la fragmentación y marginalización de la izquierda en Italia podría analizarse en tres etapas distintas: la primera va de la disolución del PCI hasta la fundación del PD (1991-2007); la segunda, el período izquierdista del PD (2007-2013); y la tercera, el período democristiano (2013-2017). Este último, como se ha visto, representa el punto de mayor inflexión electoral en la historia de la izquierda italiana. 

La izquierda dispersa: entre las ilusiones del PD, del M5S y la abstención

La decisión del Partito Democratico de colocarse en el centro del tablero no le ha restado atractivo para los moderados de centro-izquierda. La misma figura de Renzi, pese a haber perdido parte de la fuerza renovadora que supuso hace unos años, sigue estimulando a buena parte de los moderados,  ya sean jóvenes, menos jóvenes, más de derechas o más de izquierdas. En definitiva, Renzi consigue atraer a parte del electorado de izquierda por su carisma (sin duda es el mejor orador en la escena política italiana), por su capacidad de debatir y por su proactividad.

En un período histórico dominado por los liderazgos fuertes y hasta autoritarios, el ex primer ministro italiano se encuadra perfectamente en esa categoría de personas de élite. Él mismo intentó cambiar el eje del juego y estimuló (con éxito) una narrativa fundada en el contraste entre el viejo y lo nuevo. El propio M5S (Movimento 5 Stelle de Beppe Grillo) también se ha beneficiado de ese planteamiento y ha conseguido  captar el voto --sobre todo de los extremos--  de los  desilusionados de izquierda (al menos en una primera etapa, entre las elecciones nacionales de 2013 y las europeas de 2014) y de una parte de la derecha,  al autodefinirse como movimiento “postideológico”. En los últimos años, el M5S ha virado más hacia  la derecha, tras la alianza con Farage en Europa, el apoyo a  Trump y a Le Pen, el replanteamiento de las fronteras y la recuperación de la plena soberanía frente al monstruo europeo. En todo caso, esa postura no le ha impedido seguir siendo un partido extremadamente atractivo para todos los indignados, para aquellos que creían en un proyecto revolucionario y para quienes abogan por la participación directa del ciudadano en la vida pública.

Finalmente, no podemos olvidar la alta tasa de abstención  que prevén lo sondeos (en torno al 40%) en las próximas legislativas que aún no tienen una fecha fija (podrían ser en otoño o en 2018). La abstención se alimenta, en buen medida, de ese electorado de izquierda que no se identifica con ningún partido y por los desilusionados que no se autoposicionan en el tablero ideológico. Su actitud podría resultar determinante para revitalizar la izquierda en Italia. Pero, a día de hoy, no  hay ningún partido, ni figuras carismáticas, capaces de reanimarla por lo que la nueva izquierda en Italia, de momento, parece una pura quimera.

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Alessandro Faggiano

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. David

    No sé si es el caso de Italia pero he visto en muchos lados que el fracaso de la izquierda fue el progresismo. Y no hay que confundir la verdadera izquierda que es la que le interesa el bien común, con el progresismo que se construye sobre la base de crear víctimas en el imaginario colectivo y termina por enfrentar a distintos sectores de la sociedad. Además la izquierda tiene un origen genuinamente popular, mientras que el progresismo tuvo su origen en los jardines de los palacios donde la élite globalista occidental jugaba a cómo construir el mundo perfecto, según ellos, claro. Quiero insistir en que el defecto más grande del progresismo es que ve el mundo en términos de víctimas y ¿A quién con la mínima salud mental puede gustarle el papel de víctima? Yo, aún si fuera una víctima, que no lo soy, preferiría aceptar las limitaciones que impone la realidad como algo natural y no me quitaría la posibilidad de sentirme dueño de mi propia vida y de creer que yo soy el único responsable de mi destino, aún si tengo la mala suerte de que el mundo esté en mi contra o me llegue a hacer una mala jugada. Todos vamos a morir algún día, ese es el único hecho seguro y el más fatídico que puede existir, y sin embargo eso no impide que podamos alcanzar la felicidad y vivir en paz con nosotros mismos y esa naturaleza que funciona gracias a la muerte como un proceso de renovación, competencia y evolución constante.

    Hace 5 años 2 meses

  2. Alessandro Faggiano

    Hola Pau; soy el autor del artículo. En mérito a tu pregunta, el Movimiento 5 Estrellas ha dado una vuelta a la derecha en 2014, tras las elecciones europeas, aliándose con UKIP en el Parlamento Europeo. Además, desde entonces, se exacerbó la narrativa de la plena recuperación de la soberanía y, en particular, de las fronteras. También, presentan posturas relativamente conservadoras en mérito a los derechos civiles. Por supuesto, hay varios elementos y el argumento necesita un análisis más amplio. En este mismo periódico hay un artículo reciente y muy bien detallado de un periodista de "Il Manifesto" que trata del Movimiento 5 Estrellas. En éste, me he enfocado en la complicada situación de la izquierda en Italia.

    Hace 6 años 9 meses

  3. Pau

    Si fuera tan malo para todos no habría tantos gobiernos como dices tu de "centrismo del dinero". Siempre es culpa de los demás, las leyes fragmentan la izquierda... el problema es la falsa, o no tan falsa, premisa izquierdista de la superioridad moral a la que han contribuido tantos medios, cantantes, artistas etc etc. El simple hecho de ser de izquierdas te convierte, para ti mismo, en una persona mejor... y más importante el hecho de ser de derechas, o ahora liberal, en una persona mezquina con el único objetivo del dinero. Necesitamos huir de este encasillamiento y luchar por políticas concretas ya sean de izquierdas, derechas, liberales, progresistas o incluso conservadoras. Pregunta: el movimiento M5S yo lo tenía encasillado como movimiento de izquierdas. A lo mejor es por manipulación o ignorancia, podéis echarme un poco de luz? Gracias, saludos!

    Hace 6 años 9 meses

  4. Mentalmente

    Es muy sencillo, los políticos que tienen en la mas alta estima el dinero, saben ponerse de acuerdo, porque el dinero es algo objetivo para todos. Los que tienen en la mas alta estima la sociedad misma, no saben ponerse de acuerdo, porque tienen ideas de sociedad diferentes. Y hasta que eso no se arregle mediante algun metodo. Va a gobernar el centrismo del dinero, y no el centrismo de lo social. Lo que es malo para todos claro, claro que es malo. Ni el dinero ni las ideas políticas tienen que estar por encima de las personas. Esa es la máxima que debe regir el futuro político. La democracia ciudadana poner a las personas por delante, luego el resto.

    Hace 6 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí