1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

La mística de la eutanasia

José Antonio Martín Pallín 5/07/2017

<p>Javier Bardem, caraterizado como Ramón Sampedro, en la película <em>Mar adentro</em>.</p>

Javier Bardem, caraterizado como Ramón Sampedro, en la película Mar adentro.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La presidenta de la Asociación para una Muerte Digna manifestó, hace unos días, en el programa de radio A vivir que son dos días, que dirige Javier del Pino, que en todas las escuelas se debía enseñar una asignatura para aprender a morir. La idea no me parece desacertada, pero dudo mucho que la inmensa mayoría de los alumnos consiguiésemos superar dignamente los contenidos de tan compleja y enigmática materia. Yo personalmente me doy por autosuspendido.

Asistimos en estos momentos, en nuestro país, al enésimo debate sobre la legalización de la eutanasia (buena muerte en su sentido etimológico del griego) pero que yo me atrevería a traducir como la muerte que cada uno tiene derecho a elegir, según sus circunstancias vitales. Obsérvese que en un país de referencia, siempre que surge la controversia, como Suiza, no se utiliza el término eutanasia sino el de suicidio asistido y lo que es más humano, acompañado de las personas que, en ese momento, deseas que te rodeen y te ayuden para que el tránsito sea más benigno, tranquilo e incluso placentero.

Cuando se aborda el debate en nuestro país, inmediatamente, se alza la voz dogmática, tronante y condenatoria de la jerarquía de la Iglesia Católica. Al parecer, según las encuestas, no todos los católicos practicantes comulgan con esta intransigencia, carente de la más mínima racionalidad, incluso de respeto para ese Dios que dicen que es el dueño de la vida,  del amor y de la muerte. Si realmente es así, resulta difícil comprender cómo puede desear el  sufrimiento de aquellos seres a los que, según la doctrina ortodoxa de los jerarcas, ama como hijos por él creados.

Cuando se aborda el debate en nuestro país, inmediatamente, se alza la voz dogmática, tronante y condenatoria de la jerarquía de la Iglesia Católica

Cuando se trata de defender posturas antagónicas no sé lo que me produce más irritación, si los doctrinarios irracionales que ponen a Dios como pretexto, o los que, haciendo un alarde hipócrita de una libertad que tengo la sensación de que no les entusiasma demasiado, argumentan que la eutanasia sería equiparable al genocidio del holocausto. Otros, bajando un poco el elevado listón, alegan que podría  propiciar la tentación de una eugenesia que eliminase a los que, teniendo una edad elevada, no se les considera productivos y además, ahora, podrían añadir que representan una carga para la Seguridad Social y las pensiones.

Queden tranquilos, ya que las decisiones de exterminios selectivos sólo pueden darse en una dictadura, a la que muchos, en España, se han negado a condenar. La democracia es el imperio del respeto a la libertad y dignidad  en la persona humana. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en derecho, tienen o deben disfrutar de las condiciones que les permitan el libre desarrollo de su personalidad y el de elegir en determinadas circunstancias la muerte, como la liberación de una vida incompatible con la dignidad del ser humano.

Esta sensación de desasosiego con la vida que les ha tocado vivir la interpretó insuperablemente nuestra mística por excelencia, Santa Teresa de Jesús,  en uno de sus poemas más conocido: “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”. Como expresión de un ardiente deseo de llegar, a través de la muerte, a un anhelado destino, puede servir como punto de reflexión, incluso a los agnósticos.

El que vive impotente, postrado, prisionero en un cuerpo inerte o aquejado por una enfermedad dolorosa, incurable e irremediablemente mortal puede pensar y sentir lo mismo que Santa Teresa expone en otro verso de su poema.  “Ay qué larga es esta vida!  ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel estos hierros, en que el alma está metida!”

¿Cómo se puede explicar la intransigencia cruel del que contempla impasible un cuerpo que late pero carece de vida plena porque está encerrado en sí mismo y no responde a la capacidad normal de cualquier ser humano para desarrollar su vida? ¿Cómo no entender que puede desear y decidir una muerte digna? Ramón Sampedro, que nos aportó su vida y su ejemplo para comprender este terrible dilema, desahogaba su mente escribiendo, manejando la pluma con su boca; son textos que a nadie pueden dejar indiferente, y a los que puso un título altamente expresivo, Cartas desde el infierno.

Nunca alcanzaré a comprender qué razones se esgrimen para penalizar a los que de alguna manera les ayudan a salir de la prisión en la que viven, liberándolos para dejar que se internen, como decía Sampedro, Mar adentro, hasta buscar ese infinito al que también aspiraban los místicos.

Un poder político democrático, respetuoso con la dignidad humana, no tiene legitimación ni argumentos para impedir que se regule la forma de morir dignamente. Ya he dicho que la palabra eutanasia traducida como buena muerte no me parece enteramente acertada. Creo más adecuado traducirla como muerte voluntaria y querida, en su doble acepción de muerte decidida de forma autónoma y libre, o en su acepción de deseada para dejar el horror del presente y dirigirse hacia otros horizontes. En este camino también nos acompañan los místicos.

Un poder político democrático, respetuoso con la dignidad humana, no tiene legitimación ni argumentos para impedir que se regule la forma de morir dignamente

El debate es universal. Ya una sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de Norteamérica del año 1997 advertía de que uno de los problemas con mayor trascendencia ética que se están planteando las sociedades contemporáneas es la respuesta jurídica que el derecho debe dar al auxilio al suicidio. Añade que cada vez son más y adquieren creciente difusión los casos de situaciones dramáticas en las que viven algunas personas que, para dejar de vivir, reclaman colaboración de otras, después de haber tomado la decisión de poner fin a su vida.  

Es cierto que un juez ultraconservador, Rehnquist, consiguió imponer sus ideas, en este caso,  para rechazarla. Otros jueces disidentes se preguntaron si este enfoque restrictivo, basado en algunas leyes estatales, representa una “imposición arbitraria”, o una “restricción inútil”. Afortunadamente, en otras resoluciones, como la sentencia Casey, se afirma: “En el corazón de la libertad está el derecho a definir y diseñar la propia existencia, así como el sentido del universo y el misterio de la vida humana. El Estado no puede establecer imperativamente las creencias sobre estas materias, ya que conforman los atributos de la personalidad”.

Esta sentencia termina diciendo que los ciudadanos norteamericanos están llevando a cabo un debate honesto y profundo acerca de la moralidad, la legalidad y la práctica del suicidio con asistencia médica. La sentencia que citamos nos sirve para recordar a nuestros políticos que afrontar esta cuestión es una exigencia ineludible en una sociedad democrática. 

Nos gustaría conocer con qué argumentos algunos juristas, que gozan de una decisiva influencia en partidos conservadores, se niegan a regular la ley del suicidio asistido y mantienen su penalización. Con notable hipocresía castigan, si bien más levemente, la conducta del que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar.

Nos gustaría conocer con qué argumentos algunos juristas, que gozan de una decisiva influencia en partidos conservadores, se niegan a regular la ley del suicidio asistido

Ante situaciones como la que se describe en el Código Penal, cabe preguntarse qué base se esgrime para justificar un reproche penal y qué bien jurídico se está lesionando. El mismo legislador no encuentra explicación satisfactoria alguna y se limita gratuita y caprichosamente a imponer, en estos casos, una pena notablemente inferior a la del homicidio o asesinato. En una sociedad democrática, pluralista, laica y respetuosa con la dignidad y la libertad de los seres humanos nadie está legitimado para imponer sus creencias personales y morales, que algunas veces son verdaderas dismorfias del espíritu, a personas que, ante la imposibilidad de actuar o decidir terminar con su vida, están obligados a llegar al trance final bebiendo hasta la última gota el cáliz de la amargura. Pienso que su angustia se ve agravada por la incomprensión de una parte de la sociedad que no tolera ni les ayuda a ejercer el dominio sobre su vida. Muy al contrario, imponen reproches, incluso penales, llegando en su insensata soberbia a justificar su postura invocando la voluntad de un Supremo Creador, del que muchos agnósticos pensamos que no puede ser tan cruel con sus criaturas.

Permanecer anclados en estas posturas parece que ya no es posible. Muchos partidos políticos propugnan la inaplazable necesidad de regular el derecho a una muerte digna o un suicidio asistido. Ha llegado el momento de pasar de las propuestas a los hechos y dejar de un lado disputas infantiles sobre la mejor de las soluciones. Es el momento de sentarse a debatir serenamente, conjugar todas las aportaciones que se hagan y alcanzar acuerdos que ya se han logrado en otros países.

No son necesarias grandes disquisiciones morales, éticas o legales. Disponemos de modelos perfectamente válidos y asumibles. La eutanasia es legal en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, en Suiza, donde recibe la denominación de suicidio asistido, y en cinco Estados de los Estados Unidos de Norteamérica.

 Estoy seguro de que Santa Teresa de Jesús y nuestros místicos estarían mucho más cercanos a facilitar una solución legal para que sea posible una partida serena, responsablemente elegida y digna hacia otros espacios infinitos, desconocidos e inexplorados. Nos lo recuerda en su poesía: “Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero que muero porque no muero”.

-----------------------------------------

José Antonio Martín Pallín es magistrado emérito del Tribunal Supremo. Comisionado español de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra). Abogado de Lifeabogados. 

La presidenta de la Asociación para una Muerte Digna manifestó, hace unos días, en el programa de radio A vivir que son dos días, que dirige Javier del Pino, que en todas las escuelas se debía enseñar una asignatura para aprender a morir. La idea no me parece desacertada, pero dudo mucho que...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

José Antonio Martín Pallín

Es abogado de Lifeabogados. Magistrado emérito del Tribunal Supremo. Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

5 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Percebeiro Gude

    La primera vez que vi morir a un paciente estaba en tercer curso de Medicina. Varón de 43 años, SIDA avanzado, linfoma con metástasis cerebrales, coma profundo. Talla 167cm, Peso: 32 kg. La incapacidad de resolver situaciones tan inhumanas, resignándose a contar horas, días, semanas, es una situación absurda y horrible.

    Hace 6 años 9 meses

  2. Percebeiro Gude

    La primera vez que vi morir a un paciente estaba en tercer curso de Medicina. Varón de 43 años, SIDA avanzado, linfoma con metástasis cerebrales, coma profundo. Talla 167cm, Peso: 32 kg. La incapacidad de resolver situaciones tan inhumanas, resignándose a contar horas, días, semanas, es una situación absurda y horrible.

    Hace 6 años 9 meses

  3. Percebeiro Gude

    La primera vez que vi morir a un paciente estaba en tercer curso de Medicina. Varón de 43 años, SIDA avanzado, linfoma con metástasis cerebrales, coma profundo. Talla 167cm, Peso: 32 kg. La incapacidad de resolver situaciones tan inhumanas, resignándose a contar horas, días, semanas, es una situación absurda y horrible.

    Hace 6 años 9 meses

  4. Percebeiro Gude

    La primera vez que vi morir a un paciente estaba en tercer curso de Medicina. Varón de 43 años, SIDA avanzado, linfoma con metástasis cerebrales, coma profundo. Talla 167cm, Peso: 32 kg. La incapacidad de resolver situaciones tan inhumanas, resignándose a contar horas, días, semanas, es una situación absurda y horrible.

    Hace 6 años 9 meses

  5. Jesús Díaz Formoso

    http://puntocritico.com/2017/02/09/dependencia-y-eutanasia/

    Hace 6 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí