1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

BELÉN GOPEGUI / NOVELISTA

“El espacio virtual es también un terreno comunal que nos está siendo robado”

Ekaitz Cancela 21/10/2017

<p>Belen Gopegui, en una imagen reciente.</p>

Belen Gopegui, en una imagen reciente.

Mauricio Retiz

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EE.UU. Si quieres ayudarnos a financiarla, puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

 

Lejos de seguir los cantos de sirena sobre la innovación, la meritocracia o la eficiencia de los propagandistas de Silicon Valley, Belén Gopegui (Madrid, 1963) despliega en Quédate este día y esta noche conmigo (Literatura Random House) un lúcido relato repleto de herramientas para pensar en cómo desafiar la realidad en lugar de sujetarla. “La razón --o habría que decir los propietarios de la razón-- esperaban sobre su montura, tan cobardes como los generales”, escribe sobre ese progreso que se dice ilustrado pero cuyo devenir se encuentra en manos de un par de titanes tecnológicos. CTXT conversa, mediante correo electrónico, con la escritora.

En primer lugar me gustaría conocer qué considera usted que va mal en la era actual para problematizar y deconstruir de forma tan explícita a Google en una novela. Usted dijo en su presentación que “es un desafío para los que escribimos”.

algo va mal si a nadie importa con qué derecho una gran corporación se encarama por encima de la ciudad, logra que su mirada atraviese los tejados, las pantallas, observe y almacene las conductas y después extraiga conclusiones

Google es lo más parecido a una voz narradora omnisciente, sólo que no es una voz sino una empresa, y que no actúa en la ficción sino en aquello que llamamos realidad. Esa pretensión de omnisciencia, su voluntad declarada no sólo de conocer sino también de organizar –esto es, narrar– toda la información que hay en el mundo, además de tener, cuando menos, resabios totalitarios, desde el punto de vista de la escritura es una provocación por varios motivos. Hablemos de dos: cualquier narrador omnisciente debe, a mi entender, legitimarse. Hace mucho tiempo escribí que cada vez que se fabrica un narrador, se está fabricando un instrumento de conocimiento. Y en tal caso es imprescindible que la o el novelista responda a estas dos preguntas: ¿para qué lo fabrica, es decir, qué intenta conocer a través de la imaginación?, y también ¿quién le ha pedido que lo fabrique, esto es, para quién va a conocer? Si estas preguntas me parecen pertinentes en el ámbito de la ficción, aún lo son más en el ámbito de lo real, del cual la ficción forma parte de un modo particular. Con respecto a su pregunta, algo va mal si a nadie importa con qué derecho una gran corporación se encarama por encima de la ciudad, logra que su mirada atraviese los tejados, las pantallas, observe y almacene las conductas y después extraiga conclusiones. Al hablar de desafío pensaba en que una narración no es información que se desprende de la vida incesante de los usuarios: se parece más a un modelo matemático, en la medida en que los modelos son también relatos acerca del comportamiento de un trozo de mundo en un espacio de tiempo. De algún modo los personajes toman la iniciativa, oponen su modelo al modelo de Google, rechazan, en la medida de sus posibilidades, que las líneas del código que rigen sus vidas les vengan impuestas.

Esta compañía, junto con Facebook, ya monopoliza los ingresos en publicidad de los medios. ¿Cree que llegará el día en que haga lo propio con los datos de la opinión pública, que en pocos años podrá analizar con sus sistemas de inteligencia artificial, para alcanzar la eficiencia absoluta y ofrecer una personalización total en el ámbito del periodismo o de la literatura?

Es algo que ya está sucediendo. Quizá la eficiencia nunca sea absoluta. Aun cuando gran parte de las acciones humanas resultan predecibles, no es probable que existan los medios para predecirlas todas. Pero este mismo hecho de que no sea absoluta actuará, está actuando ya, como forma de legitimación: siempre habrá, se dice, una o varias personas que elegirán salir de la burbuja, por lo tanto esa burbuja no es una cárcel, sino un lugar donde el resto de las personas quieren permanecer. El que haya fugas no significa que no haya rejas ni carceleros, y sin embargo el argumento parece funcionar, pues halaga el sentimiento, por otra parte legítimo, que tiene cada ser humano de ser único y, de algún modo, irreductible. El problema es que las grandes plataformas no son espacios vacíos por donde circula la información, sino que tienen dueños y reglas. Más que lo que dejan fuera, resulta inquietante lo que ni siquiera llega a existir por haber ocupado ellas los lugares donde eso que no existe podría crecer. Suele subrayarse que el modo en que están siendo diseñados los espacios de interacción virtual por las empresas comerciales recuerda más a los centros comerciales que a las plazas públicas. El problema, creo, se agudiza cuando el centro comercial se edifica en la plaza y hace que ésta desaparezca. Siempre habrá, se dice también por lo que respecta a la literatura, un rincón del alma inaccesible, esa extrañeza de las cosas y de la vida que sólo a través del arte podríamos conocer. Más allá de que se crea o no en tales rincones, de nuevo surge la cuestión de la fuerza, allí donde crece el artificio es difícil que se abra paso algo distinto, ya le llamemos arte o simple conciencia de que la realidad es bella y amenazante al mismo tiempo.

Sin especular sobre el futuro -- precisamente una de las características de su obra--, a diferencia de novelas como Cero K, de Don DeLillo, o ensayos como Homo Deus, de Yuval Noah Harari, usted no presenta una distopía que esté al llegar, sino que ofrece una radiografía en forma de ficción del presente. ¿Por qué eligió esta forma de narrar?

Chesterton, en Lo que está mal en el mundo, cita un refrán: “Según hayas hecho tu cama, así tendrás que acostarte en ella”, y luego dice que le parece sencillamente una mentira porque “si he hecho mal mi cama, puedo volver a hacerla”. Me gustan las distopías pero no me acaba de convencer cierto fatalismo que desprenden. Por otro lado, cuando se trata de diseñar una distopía todo está abierto. Mi manera de pensar funciona mejor con límites y resistencias, por ejemplo los que opone el presente. Además, lo que cuento ya está pasando; lo que Harari avanza, la mayor parte de las veces no es más que un desarrollo de lo que ya existe. Me pareció preocupante sobremanera, por ejemplo, la noticia que usted mencionaba en su cuenta de Twitter del partenariado entre Google y la Universidad del País Vasco para ayudar a encontrar trabajo o a emprender. Y, más aún, el hecho de que la inmensa mayoría de las universidades públicas españolas, no sé si todas, gestionen sus correos a través de Google; que lo que se investiga y se discute en esos centros académicos esté en los servidores de una empresa privada de otro país. En el caso de Cero K, si trasladamos alguno de sus temas al presente, veremos pronto, y estamos viendo, cómo la lucha por una longevidad con buena calidad de vida física y mental es parte ya de la lucha de clases, son los privilegiados quienes disfrutarán, disfrutan ahora en centros privados, del resultado de investigaciones médicas, y su longevidad no sólo obedece a la ciencia sino también al trabajo de millones de personas que no accederán a ella. A qué se dé prioridad en la investigación futura es un problema de correlación de fuerzas en el presente.

Usted escribe que “ahora mismo se están gestando nuevas forma de encuadrar fragmentos de realidad, generarlos, enlazarlos y ofrecerlos a cambio de algo”. ¿Poseer de forma exclusiva la capacidad de lucrarse de ese algo es el gran poder que tiene Google?

Subrayo su expresión: “poseer en exclusiva la capacidad de lucrarse”. En efecto, a menudo se olvida esta parte, “en exclusiva”, y parece que de lo que se trata es de escoger entre una plataforma u otra o entre un servidor u otro. Pero la acumulación de capital supone al mismo tiempo, como diría David Harvey, la desposesión de otras personas y a veces de otros Estados. La mayor parte de las empresas de Silicon Valley tienden al monopolio, forma parte explícita de su proyecto: puede haber un Google y un Facebook, pero es difícil que subsistan, salvo en entornos de resistencia de nuevo minoritarios, pequeños googles y pequeños facebooks con tareas semejantes y reglas diferentes. El capital, tal como los recursos naturales, es limitado, pues depende de la energía y del trabajo de las personas. Las autopistas analógicas eliminan caminos, cosa que también sucede con las autopistas digitales. Acudiré de nuevo a Chesterton: “Persigues al hombre o a la mujer que roba un ganso del terreno comunal, pero dejas libre al canalla que le roba el terreno comunal al ganso”. El espacio virtual no por ser nuevo deja de ser un terreno comunal que nos está siendo robado.

¿No cree que este sistema se parece cada vez más a las relaciones feudales previas a la llegada del sistema capitalista?

la lucha por una longevidad con buena calidad de vida física y mental es parte ya de la lucha de clases, son los privilegiados quienes disfrutarán, disfrutan ahora en centros privados, del resultado de investigaciones médicas

Lo es en la medida en que la ficticiamente llamada economía colaborativa aprovecha tanto las lagunas como la indolencia de los Estados a la hora de permitir la desregulación del empleo, el adelgazamiento de los impuestos con el consiguiente deterioro de los sistemas de seguridad social, la reducción de los salarios individuales, la destrucción de los salarios sociales, etcétera. Aún así, creo que no hay un regreso al feudalismo, pues estas empresas están inmersas en un proceso de acumulación desmesurada de capital, sin el cual no podrían existir. Y como bien cuenta Anita Elberse, la supuesta mayor conectividad entre sujetos y la reducción de los intermediarios no redunda tampoco en una mayor diversidad sino que la llamada cola larga del mercado se hace más larga, sí, pero también más fina, y lo que aumenta exponencialmente es el tamaño de la cabeza.

¿Considera que, de alguna forma, el nuevo cambio de piel del sistema capitalista, que como refleja el poder de esta y otras pocas plataformas ya es digital, plantea la bifurcación moderna entre capitalismo y democracia?

Diría que se avanza en esta bifurcación; la democracia parlamentaria tal como la hemos conocido ha podido ejercer, en ocasiones, de freno o de contrapeso a las exigencias del capital, pero muy débilmente. En esta fase de desarrollo, ¿cómo frenarlo con unos mecanismos que además de débiles resultan cada vez más inoperantes?

También dice que “las puertas no las ha hecho el capitalismo”, y Olga y Mateo, los protagonistas de su novela, se proponen disentir de esas “puertas”. ¿Qué capacidad para disentir tenemos en la vida real?

La capacidad que tengamos para concebir y realizar prácticas que no se cultiven; por ejemplo, la igualdad. Unida a lo que Richard Rorty llamaba hacer “comparaciones denigrantes entre el presente actual y un futuro posible, si acaso incipiente”. Es una capacidad menor, pues los códigos impuestos no son sólo simbólicos, están enraizados en el tiempo disponible que nos queda, en las calles que cruzamos y los cuerpos con que queremos resistir. Sin embargo, en la propia lucha para lograr aquello que hace la vida digna de ser vivida surgen estrategias de aproximación y conocimientos que ni siquiera habíamos imaginado.

“No podemos describir cómo funciona nuestra conciencia”. Google, se dice, trata de hacerlo. ¿Está la humanidad capacitada para que el progreso técnico conquiste parcelas cada vez mayores de conocimiento sobre su esencia sin renunciar a ella de alguna forma?

en la propia lucha para lograr aquello que hace la vida digna de ser vivida surgen estrategias de aproximación y conocimientos que ni siquiera habíamos imaginado

No veo por qué el conocimiento, la capacidad de explicar, incluso de aprender a hacer cosas complejas mediante soluciones simples ha de conllevar una renuncia a lo que se experimenta o se vive. Cada subjetividad se construye en el tiempo y en el espacio y por eso es única, al margen de que pueda o no ser descrita. Decir de algo que no puede ser explicado, todavía, no lo hace mejor, sólo habla de nuestra capacidad de comprensión. Por otro lado, más allá de los procedimientos está la cuestión del sentido. De entre todo lo que hay que conocer, quizá la propia conciencia no sea lo más interesante. Iris Murdoch decía: “El ‘autoconocimiento’, en el sentido de un entendimiento minucioso de la maquinaria de uno mismo, me parece que normalmente es, salvo a un nivel bastante simple, una ilusión. El análisis puede por supuesto inducir un sentido de dicho autoconocimiento por razones terapéuticas, pero la “cura” no prueba el supuesto conocimiento genuino. El yo es tan difícil de ver justamente como las otras cosas, y cuando se ha alcanzado la visión clara, el yo es en consecuencia un objeto más pequeño y menos interesante”. Antes de describir cómo funciona nuestra conciencia tal vez Google debería de ser capaz de ver y comprender relaciones.

La pobreza, el ser en la era digital y la muerte constituyen la tríada temática en una de sus últimas páginas, cuando describe la enfermedad del padre de Mateo, así como en buena parte del texto. ¿Cree que es esto lo que explicaría esencialmente algunos de los males que azotan a las sociedades modernas?

Esencialmente es mucho decir, dado además que una novela no es una explicación, leerla no consiste sólo en asignar un significado a cada una de sus palabras de manera, vale decir, lineal, sino que es preciso combinar espacios, personajes, diálogos, hechos, sintaxis y componer con ellos un territorio que no sólo cuenta sino que, al mismo tiempo, es. Por eso cualquier intento de condensar una novela u otra narración en dos frases resulta insuficiente, no porque se pierda la forma, como a veces se dice, sino porque se pierde la novela. En todo caso, mi novela tiene presente que somos cuerpos finitos y mortales y que valdría la pena establecer otras relaciones sociales que permitieran el despliegue de las facultades de todos los seres humanos.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ekaitz Cancela

Escribo sobre política europea desde Bruselas. Especial interés en la influencia de los 'lobbies' corporativos en la toma de decisiones, los Derechos Humanos, la desigualdad y el TTIP.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí