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TRIBUNA

La tentación rojiparda

El rojipardismo prefiere perderse en la nostalgia de imaginarse una ‘clase obrera nacional’, que ya no existe, antes que atender a lo que son sus ‘pobres reales’, aquellos que tiene al lado y que no son nacionales

Emmanuel Rodríguez 10/09/2018

<p><em>Rojipardismo</em></p>

Rojipardismo

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Los rojipardos empiezan a asomar la patita también en España. Muchos izquierdistas (curiosa y particularmente viejos y nuevos estalinistas) preocupados por el ascenso de la extrema derecha, le hacen el caldo gordo. Convierten la inmigración en el gran problema de la “clase trabajadora” –cualquier cosa que esto sea–. Buscan en las estadísticas, en la tertulias de televisión, y encuentran su espejo en los discursos del racismo populista. Gritan con ellos: “nuestro problema es el exceso de inmigración, la competencia por los salarios”. Dicen, como dicen muchos oportunistas, que el “capital”, “Soros” y la “globalización” son proinmigración. Y que debajo del cosmopolitismo liberal está la gran maquinación del capitalismo global. Los rojipardos señalan al resto de la izquierda: no podemos hacer trinchera con el neoliberalismo. En ello anda la iniciativa Aufstehen (En Pie) salida de una parte del progresismo alemán, no pocos admiradores de Salvini en Italia, así como un creciente coro de políticos, periodistas e intelectuales de la izquierda española (y catalana).

El rojipardismo se cree vacunado contra el viejo fascismo. Esgrime su pedigrí probado en la II Guerra Mundial, en la que el estalinismo europeo fue efectivamente el gran campeón del antifascismo. Se le olvida, sin embargo, algunos importantes deslices del Gran Timonel y la errática política de la III Internacional, responsable en no poca medida del triunfo del nazismo. Se le olvida, también, el terreno común de cierto fascismo obrero, que lindó con cierto comunismo, y que en la Alemania de los años veinte-treinta dio lugar a la singular experiencia del nacionalbolchevismo. También quiere dejar atrás el desastre del Partido Comunista francés, su posición nada clara en los años ochenta con respecto del avance del Frente Nacional en algunos de los distritos tradicionalmente comunistas. Existe una línea, no tan extraña, que ha deslizado el voto al viejo comunismo (no ocurre lo mismo con otras tradiciones políticas obreras, como el socialismo o el marxismo heterodoxo) hacia el nuevo fascismo. Caso de no rastrear y comprender esa conexión, el rojipardismo nunca estará vacunado contra sí mismo.

El rojipardismo se declara a salvo de todo compromiso con el capitalismo liberal. Nos insiste en que ser hoy anticapitalista es ser anticosmopolita y antiglobalista, y nos propone una vuelta al Estado nación, a la protección soberana de los mercados nacionales regulados bajo un protector sistema público de bienestar. En esta fantasía, el verdadero internacionalismo es aquel que consiste en proponer planes de desarrollo a los países de emigración: un 0,7% hinchado de buenas intenciones, pero con un férreo control de fronteras. Su escenario ideal es el de cada uno en su país dedicado a forjar la prosperidad nacional. Tal es el delirio. 

Pero antes de concederle rango a sus argumentos, conviene considerar el fenómeno también en su contexto histórico: quizás su anticapitalismo no sea ni tan sólido, ni tan sustantivo. Hoy no estamos en la fase triunfante de la era de la globalización financiera. La crisis de 2008 ha situado a las élites económicas ante una pluralidad de escenarios. Tiempos inciertos, en los que una parte quizás no tan pequeña de esas élites ha iniciado un juego tan arriesgado como el de la década anterior, pero seguramente con mayores dosis de criminalidad. Detrás de un ricachón sanguíneo como Trump, al igual que de la clásica figura del orador de Italietta que es Salvini, no sólo hay involución política: la vuelta a una era monstruosa y patriarcal de egoísmos étnicos. Hay una incapacidad para dar una salida positiva a tres décadas de crisis sistémica.

En ese contexto se entiende el giro proteccionista de Trump y la reciente guerra comercial contra China, los emergentes y, de forma encubierta, la UE. La vuelta a un proteccionismo limitado y aparente, en el marco de una integración global que resulta irreversible, busca arrancar posiciones económicas, pero también políticas. Para Trump defender unos miles de empleos en las cadenas de montaje (y por tanto en los últimos tramos de la cadena mundial de valor) del Medio Oeste, es tanto como asentar parte de su base electoral, al tiempo que la subida del dólar desplaza las oportunidades de negocio financiero sobre la deuda de los países emergentes. Para las derechas de los países europeos, ser hoy proteccionista no es más que asegurar de forma brutal una posición relativamente segura para segmentos pequeñísimos de una fuerza de trabajo subsidiaria del polo exportador centroeuropeo. (Desgraciadamente para estos últimos, uno de los objetivos de Trump está en destruir ese polo con el fin de invertir parcialmente la balanza comercial estadounidense.) Sin necesidad de seguir, vale concluir que el tiempo en el que se podía tomar a los viejos Estados como unidad económica elemental ha pasado a mejor vida. Los rojipardos puede que sean más funcionales a este capitalismo en transición de lo que su imaginación política es capaz de detectar.

Pero haríamos mal en no tomarnos en serio a la nueva izquierda antiinmigración. En su explicación coinciden demasiados factores: su impotencia frente a un populismo etnicista que le marca los tiempos, su subordinación a la agenda electoral y mediática contra la que no tiene nada que enfrentar, así como su traumática desconexión de unas “clases trabajadores” de composición compleja y mestiza (paradójicamente multinacional).

Pero tampoco en esta discusión conviene sucumbir a la tentación de la superioridad moral que caracteriza al progresismo. El racismo no es una posición ideológica absurda, condenada a la extinción en la era de los Derechos Humanos, y tampoco una tentación continua de toda civilización. Es una aberración históricamente determinada. La línea de color tiene fecha reciente. Se puede rastrear en la colonización europea del continente americano, y específicamente en la cuna del capitalismo mundial, la economía de plantación, que dio lugar a la promulgación de los “Códigos Negros”.

Como han señalado ya demasiados estudiosos (Wallersterin, Y. M. Boutang, E. Williams), el racismo institucionalizado no se consolidó con el comercio de esclavos procedentes de África, sino tiempo después. Cuando el sometimiento de una menguante población indígena no permitió proveer niveles suficientes de mercancía colonial (azúcar, cacao, tabaco), cuando los contratos forzosos sobre los colonos pobres procedentes de Europa tampoco lo consiguieron y cuando se empezaron a formar peligrosas colonias rebeldes y mestizas, compuestas por indígenas, africanos y europeos (desde las repúblicas indias hasta los quilombos, pasando por la piratería). El racismo fue el medio de gobierno y de segmentación del trabajo del primer capitalismo global. Y no ha dejado de ser eso. Al fin y al cabo, el racismo es poco más que el modo de dividir y segmentar a la vieja y a la nueva fuerza de trabajo, de remitir cada condición laboral y social a un estatuto jurídico y cultural distinto, y de estimular así la odiosa competencia entre pobres.

Por eso el rojipardo no sabe muy bien qué hacer con el “racismo”. Desde luego, no quiere ser racista, pero tampoco entiende que la posición en la que quiere pelear ya no se comprende dentro de un país pequeño y aislado, sino en una economía global, compleja e interconectada, y sobre todo irreversible. Prefiere perderse en la nostalgia de imaginarse una “clase obrera nacional”, que ya no existe, antes que atender a lo que son sus “pobres reales”, aquellos que tiene al lado y que no son nacionales, así como a los muchos más que rodean su pequeño país. Su límite es, por tanto, de partida. No es casual que el racismo solo tengan fortuna en aquellas regiones en declive donde la población inmigrante o migrodescendiente es baja o nula.

Por el momento, convendría reconocer que quien adopta una perspectiva “nativa”, consistente en poner por delante, ante el drama de un mundo en colapso, la situación de no se sabe bien qué “clase obrera” blanca y nacional, ya ha perdido. Sobre esa base, apenas logrará movilizar un resentimiento blanco-nacional, contra el único futuro que le queda a una Europa decadente y envejecida.  Y lo que es peor, quien se alinee con esta izquierda tendrá que admitir que es propiamente racista. Pues el racismo es sola la forma de interiorizar la segmentación étnica y jurídica, esto es, la división política que corresponde con la mayor de las fracturas sociales de este planeta que hace tiempo se nos quedó pequeño.  

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Autor >

Emmanuel Rodríguez

Emmanuel Rodríguez es historiador, sociólogo y ensayista. Es editor de Traficantes de Sueños y miembro de la Fundación de los Comunes. Su último libro es '¿Por qué fracasó la democracia en España? La Transición y el régimen de 1978'. Es firmante del primer manifiesto de La Bancada.

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  1. Girón rojo

    La "nueva izquierda", la izquierda más chachi y más crítica con el Stalinismo, se creé que tiene la autoridad moral como para llamar rojipardo a Julio Anguita... Sois unos sinvergüenzas a demás de incapaces. Vuestro cosmopolitismo liberal libertario, vuestro resentimiento hacia los pueblos, solo se puede explicar desde el odio y culpa que procesaban los revisionistas del marxismo hacia sus propios padres y abuelos al colaborar con los ocupadores nazis en la segunda guerra mundial. Os sorprendió para mal que Satalin respetará las realidades nacionales de los pueblos de Europa del Este y no creara una amalgama de a saber qué, os dolió. Todo el mundo sabe que desde mayo del 68 y el escupitajo a Sartre cambiasteis de clase revolucionaria y le jurasteis odio eterno al obrero europeo. Sois cómplices de la explotación al que gran capital somete a gente, que engañada, decide migrar a Europa. Claro, así los dos ganáis, el capital por tener mano de obra semi esclava y vosotros por teorizar con el multiculturalismo y llevar a cabo todo tipo de ingeniería social. Sin vosotros las políticas económicas liberales no serían posibles. Vuestras ideas no ganaron ninguna guerra al fascismo si mal no recuedo. Tenéis la desgracia de que la globalización tiene los días contados. Y, por último, si llega a ocurrir algún conflicto grave derivado de vuestras prácticas de ingería cultural se os llamará a la puerta y se os pasará factura, tenerlo claro.

    Hace 4 años 11 meses

  2. Girón rojo

    La "nueva izquierda", la izquierda más chachi y más crítica con el Stalinismo, se creé que tiene la autoridad moral como para llamar rojipardo a Julio Anguita... Sois unos sinvergüenzas a demás de incapaces. Vuestro cosmopolitismo liberal libertario, vuestro resentimiento hacia los pueblos, solo se puede explicar desde el odio y culpa que procesaban los revisionistas del marxismo hacia sus propios padres y abuelos al colaborar con los ocupadores nazis en la segunda guerra mundial. Os sorprendió para mal que Satalin respetará las realidades nacionales de los pueblos de Europa del Este y no creara una amalgama de a saber qué, os dolió. Todo el mundo sabe que desde mayo del 68 y el escupitajo a Sartre cambiasteis de clase revolucionaria y le jurasteis odio eterno al obrero europeo. Sois cómplices de la explotación al que gran capital somete a gente, que engañada, decide migrar a Europa. Claro, así los dos ganáis, el capital por tener mano de obra semi esclava y vosotros por teorizar con el multiculturalismo y llevar a cabo todo tipo de ingeniería social. Sin vosotros las políticas económicas liberales no serían posibles. Vuestras ideas no ganaron ninguna guerra al fascismo si mal no recuedo. Tenéis la desgracia de que la globalización tiene los días contados. Y, por último, si llega a ocurrir algún conflicto grave derivado de vuestras prácticas de ingería cultural se os llamará a la puerta y se os pasará factura, tenerlo claro.

    Hace 4 años 11 meses

  3. Girón rojo

    La "nueva izquierda", la izquierda más chachi y más crítica con el Stalinismo, se creé que tiene la autoridad moral como para llamar rojipardo a Julio Anguita... Sois unos sinvergüenzas a demás de incapaces. Vuestro cosmopolitismo liberal libertario, vuestro resentimiento hacia los pueblos, solo se puede explicar desde el odio y culpa que procesaban los revisionistas del marxismo hacia sus propios padres y abuelos al colaborar con los ocupadores nazis en la segunda guerra mundial. Os sorprendió para mal que Satalin respetará las realidades nacionales de los pueblos de Europa del Este y no creara una amalgama de a saber qué, os dolió. Todo el mundo sabe que desde mayo del 68 y el escupitajo a Sartre cambiasteis de clase revolucionaria y le jurasteis odio eterno al obrero europeo. Sois cómplices de la explotación al que gran capital somete a gente, que engañada, decide migrar a Europa. Claro, así los dos ganáis, el capital por tener mano de obra semi esclava y vosotros por teorizar con el multiculturalismo y llevar a cabo todo tipo de ingeniería social. Sin vosotros las políticas económicas liberales no serían posibles. Vuestras ideas no ganaron ninguna guerra al fascismo si mal no recuedo. Tenéis la desgracia de que la globalización tiene los días contados. Y, por último, si llega a ocurrir algún conflicto grave derivado de vuestras prácticas de ingería cultural se os llamará a la puerta y se os pasará factura, tenerlo claro.

    Hace 4 años 11 meses

  4. Rem

    Jon Snow, usted señala lo siguiente: "si Wallerstein dice que el capitalismo es un sistema mundial integrado en el que el centro recibe recursos de la periferia, y por tanto hay que volver al Estado-nación como solución, eso nos parece mal. ¿No había una manera de rebatir el estalinismo, sin usar a un estalinista?" Wallerstein, para empezar, propone un mayor equilibrio entre soberanía y globalización, orientada a las clases populares, no volver a los parámetros de Estado nación clásico de posguerra. Y otra cosa que le separa del rojipardismo es su discurso de la inmigración. Afirma lo siguiente: "Debemos acostumbrarnos a que existan movimientos de personas. De hecho es el área en la que el laissez-faire puede realmente funcionar; recuérdese que el eslogan original era laissez-faire, laissez-passer (dejar hacer, dejar pasar). Dentro de los países dichos movimientos ocurren todo el tiempo." "Si un país aceptara la inmigración libre, sin que los demás hagan lo mismo, se vería abrumado. Pero si todo el mundo lo hiciera, creo que los flujos migratorios no aumentarían mucho más que en el presente, serían más racionales y menos peligrosos, y provocarían menos oposición." Inmigrantes, Inmanuel Wallerstein. No suena muy rojipardo ni estalinista, que digamos, se esté o no de acuerdo con él. Un saludo.

    Hace 5 años 4 meses

  5. Isabel Vázquez

    Sergio Bologna en 1993 (Nazismo y clase obrera): “la «xenofobia obrera» es una forma distorsionada de añoranza por mejoras salariales y por regulaciones normativas conquistadas y después perdidas; es la expresión distorsionada con que se añora la pérdida de ciertos niveles de civilización. Liquidar el tema con expresiones como «egoísmo» es una zafia simplificación, «la xenofobia obrera y popular» es un problema endiabladamente complejo. Si ha aparecido hoy, en un período de relativa expansión económica, figurémonos en qué clase de mezcla mortífera puede convertirse mañana, durante un período de recesión y desempleo masivos. Sólo cuando inmigrantes y «nativos» juntos, encontraron la fuerza de la unidad para imponer una nueva civilización del trabajo, el círculo vicioso se convirtió en un círculo virtuoso. Pero se debió a la unidad de intereses materiales y no al altruismo del «nativo» frente al inmigrante, se debió a la solidaridad obrera no a la caridad cristiana, al sindicalismo militante y no a la comunidad de acogida".

    Hace 5 años 5 meses

  6. Jon Snow

    ¿Usando a Wallerstein para rebatir al neo-estalinismo? Así no vamos bien me parece a mí. Siendo breve, nos parece que Wallerstein tiene razón cuando dice que el racismo es algo totalmente exterior a nosotros, algo creado por el capitalismo (ese maravilloso sujeto humanizado) para dividir a los trabajadores. Sin embargo, si Wallerstein dice que el capitalismo es un sistema mundial integrado en el que el centro recibe recursos de la periferia, y por tanto hay que volver al Estado-nación como solución, eso nos parece mal. ¿No había una manera de rebatir el estalinismo, sin usar a un estalinista? No parece muy serio. Por otro lado, los estalinistas dan soluciones, malas en mi opinión, pero soluciones a fin de cuentas. ¿Cuál es la alternativa? Si la alternativa es ir a ver que nos dicen Sirin Adlbi Sibai, Daniela Ortíz, el Ateneu del Raval y sus colegas mal vamos. Nos dirán que, como blancos privilegiados que somos, tenemos que renunciar a nuestros privilegios, a tener un trabajo precario y malpagado y un mes de vacaciones al año en el mejor de los casos. Y con ese discurso muy lejos no vamos a llegar. No se puede construir un proceso de subjetivación revolucionario diciéndole a la gente que se tienen que sentir culpables por ser blancos y que son unos privilegiados, y menos si quien lo dice es la nieta de un ministro de Perú, por mucho que se sea latinoamericano. Hay ya más clase media fuera de Occidente que dentro. ¿Dónde quedó aquello de que había plebe en todas las clases? Toca espabilar un poquito y dejarse de tonterías. Si no, poco futuro le veo a esto.

    Hace 5 años 5 meses

  7. fedorov

    Asi es la "izquierda posmoderna". Si no compartes su visión del tema inmigración -> eres racista Si no compartes su visión del feminismo -> eres machista Si no compartes su visión de la estrategia política -> eres facha

    Hace 5 años 6 meses

  8. Trabajadora

    El autor no debe de haber visto personas que trabajan para empresas, y si los ve. los considerará viejos blancos y decadentes. Nadie repone en supermercados, ni cobra en las cajas, ni coloca las tiendas, conduce carretillas, autobuses, trenes, nadie limpia. Nadie enseña a niñas y jóvenes y adyultos. nadie limpia culos en los hospitales, nadie te administra medicamentos con vías, nadie gestiona los derechos de este señor escritor anticomunista (digámoslo). Son nacidos en España la mayoría, y viven mal. No tienen asistenta en casa, no pueden pagar guarderías y comedor. No reciben ayudas porque hay otras persdonas que ni siquiera pueden trabajar. Tienen miedo al futuro. Explíqueles que son viejos blancos (morenos) decadentes, señor.

    Hace 5 años 6 meses

  9. Enrique

    Salen dos perfumes del artículo: a izquierda pija y a invención de enemigos. Flojo...

    Hace 5 años 6 meses

  10. alejandro jose

    empecé a leer el artículo, pero me resultaron extrañas algunas cosas que dice, así que me puse a leer los comentarios y me estoy poniendo las botas, jaja, son mejor que el texto, jaja..

    Hace 5 años 6 meses

  11. zyxwvut

    Una respuesta razonada y valiente de Monereo, Anguita e Illueca a la mayoría de los comentarios indocumentados a su artículo sobre el Decreto Dignidad en Italia. https://www.cuartopoder.es/ideas/2018/09/14/anguita-monereo-decreto-dignidad-italia/

    Hace 5 años 6 meses

  12. cayetano

    Intentemos exprimir alguna reflexión o interrogación del mismo. Para empezar el racismo es tan antiguo como la sociedad humana, remotas comunidades caníbales reservaban esta práctica, exclusivamente para quiénes no formaban parte de la tribu; todo lo que no formaba parte de ella era considerado alimento, caza, fuera o no humano. El miedo a lo desconocido y diferente, fundan también en nuestra naturaleza psíquica al racismo. Pero estos elementos están intervenidos hoy día simbólicamente, ya que la propia comunidad es simbólica y no natural (estamos capacitados para conocer hasta 250 miembros, conocer en el sentido estricto, permitiendo interactuar previendo reacciones). De manera, que hace ah nuestras comunidades son simbólico-representativas de formas y contenidos culturales entorno a unos intereses, aumentando los rasgos materiales y/o económicos, también en su potencia simbólico-cultural. De la inconcreción en el artículo wobre alternativas o propuesta entre el ataque al proteccionismo y la falta de defensa del liberalismo comercial. Podríamos entender que en fase de gestación, el autor podría acabar por interpretar que la encrucijada actual no obedece al comercio. Y quizás algún día entienda que la Crisis es Sistémica por obedecer al primer acto de intercambio, organización y relación que impregna al conjunto de relaciones, al rol y función ocupada en el modo de producción. Y todo modo de producción está constituido por medios y procesos de producción, siendo los medios o infraestructuras quiénes posibilitan, portan la potencialidad del conjunto de diferentes opciones de relaciones. No otra cosa quiere decir, si vamos al núcleo del significado, que somos hijos de nuestro tiempo. Y si la vida es cambio por morir y nacer continuamente, por evolucionar; la Crisis es una aceleración del movimiento que cambia paradigmas, y que por ser más intensa ha venido provocando más tensiones. Ahora bien, es justo decir, que las vaguedades maximalistas en las que se desenvuelve Rodríguez, con independencia de ser verdad o no, no sirven para oponerse a una realidad el avance de la ultraderecha, y no lo olvidemos, a lomos fundamentalmente del discurso racista y aporofóbico. ¿Eso da razón a quiénes planteen propuestas de racializar las clases? No, pero tampoco niega la necesidad de abordar dos debates diferentes: la relación entre los miembros de nuestra comunidad, con independencia de su origen (quién no tiene en su familia a foráneos o de origen), que debe ser la normal relación de una comunidad; y nuestras propuestas sobre la inmigración, que deben ser la de una sociedad desarrollado y democrática, y por ende dentro de los límites que permitan mantener y enriquecer –holísticamente- dicho modelo social- . Hoy no está discutiéndose socialmente si derribamos las fronteras o no. Hoy el debate está situado en obstaculizar la vida a quiénes siendo de nuestra comunidad, tienen origen foráneo. Hoy está discutiéndose endurecer las acciones para el control de la migración, no el abrir las fronteras. No se trata de ser roji-matizado o de cualquier otra etiqueta atrincheradora, se trata de responder a las inquietudes de gran parte de la población (no a las extremas derechas); de que encuentren otras respuestas y propuestas además de las racistas y aporofóbicas. Mantener debates éticos, morales o ideológicos, sobre cuestiones políticas, siempre ha llevado a la marginalización de dichas posiciones; tratándose además del racismo cuyo terreno de juego es el maximalismo, es ponerles las cosas fácil a la ultraderecha, por permitirles ser los únicos que den respuesta aquí y ahora, respuesta política a sus inquietudes, ansiedad, miedos, aspiraciones… .

    Hace 5 años 6 meses

  13. zyxwvut

    El artículo es de una pobreza desoladora. Lleno de referencias indirectas y cripticas, y de saltos "históricos" poco o nada fundamentados. Un batiburrillo de conceptos con las única finalidad de evitar salir de la zona de confort que se han construido los "comunes", ni un gramo de interés por el peligro que supone que las clases subalternas estén apoyando a Cs, PP y otros grupos de la nueva / vieja derecha. Por cierto, el autor debería dejar esa excluyente y elitista denominación de "pobres" y analizar la sociedad en clave de clases subalternas y expotadas. Pero es demasiado pedir.

    Hace 5 años 6 meses

  14. marte

    El mundo posmodernista y neoliberal ha decidido que la clase obrera no existe, solo existen hombres, mujeres, transgénero, migrantes, animalistas, etc. La trampa de la diversidad de Daniel Bernabé retrata esta situación de manera ejemplar. Por otra parte, la entrada de España en la UE fue vendiendo un mercado de 40 millones de consumidores a cambio de unos fondos que ya se acabaron hace mucho tiempo y dejando por el camino sectores como los altos hornos o el naval por imposición expresa de Alemania y Francia, donde éstos seguirían activos. Un ejemplo paradigmático de nuestra clase política y empresarial: ENDESA (pública española) comprada por ENEL (pública italiana). Ni que decir tiene que el empleo que puede ofrecer España a la inmigración es de muy bajo valor añadido y con alto índice de temporalidad, el ejemplo más reciente el "boom" inmobiliario con un alto porcentaje de trabajadores inmigrantes como peones. Para el autor (por las reiteradas alusiones al estalinismo), perdió Trosky y ganó Stalin. (Para todos) Hace unos días se cumplieron 45 años del golpe de estado en Chile que acabó con la vía Chilena hacia el socialismo dirigida por Salvador Allende. Éste, en 1953, glosó de esta manera la figura de Stalin, tras su muerte: https://baracuteycubano.blogspot.com/2014/01/chile-el-dia-que-salvador-allende-gloso.html.

    Hace 5 años 6 meses

  15. marte

    El mundo posmodernista y neoliberal ha decidido que la clase obrera no existe, solo existen hombres, mujeres, transgénero, migrantes, animalistas, etc. La trampa de la diversidad de Daniel Bernabé retrata esta situación de manera ejemplar. Por otra parte, la entrada de España en la UE fue vendiendo un mercado de 40 millones de consumidores a cambio de unos fondos que ya se acabaron hace mucho tiempo y dejando por el camino sectores como los altos hornos o el naval por imposición expresa de Alemania y Francia, donde éstos seguirían activos. Un ejemplo paradigmático de nuestra clase política y empresarial: ENDESA (pública española) comprada por ENEL (pública italiana). Ni que decir tiene que el empleo que puede ofrecer España a la inmigración es de muy bajo valor añadido y con alto índice de temporalidad, el ejemplo más reciente el "boom" inmobiliario con un alto porcentaje de trabajadores inmigrantes como peones. Para el autor (por las reiteradas alusiones al estalinismo), perdió Trosky y ganó Stalin. (Para todos) Hace unos días se cumplieron 45 años del golpe de estado en Chile que acabó con la vía Chilena hacia el socialismo dirigida por Salvador Allende. Éste, en 1953, glosó de esta manera la figura de Stalin, tras su muerte: https://baracuteycubano.blogspot.com/2014/01/chile-el-dia-que-salvador-allende-gloso.html.

    Hace 5 años 6 meses

  16. Patidifuso

    Para Emmanuel Rodríguez todo aquel izquierdista que crea urgente atender el grave problema material que sufren las clases populares lo convierte en “estalinista-rojipardo” y “le hace el caldo gordo a la ultraderecha”. Al parecer para el autor del artículo ya no hay clases sociales porque todos los habitantes de las naciones de Europa debemos ser empresarios acaudalados. En el caso del Estado español -el país de la UE con más trabajadores pobres según la OCDE- los asalariados precarizados y desempleados que se las ven y se las desean para subsistir día a día no serían pobres ya que “los pobres reales” son solo los que están fuera de nuestras fronteras. Así que a callar porque quien proteste intramuros por sus condiciones de vida se convertirá automáticamente en un racista. Curiosa conclusión la de quien alineado con las tesis más postmodernas de la izquierda abandonaron a Marx para entregarse a su nueva fuente de inspiración encarnada en un tal Heidegger (nazi declarado) condimentado en postestruturalismo. Habría que recordar que desde la llegada de todo este tipo de modas post con neologismos tipo “rizomas”, “redes”, “significantes vacíos”, “biopolítica”, “multitud”, etc. el capitalismo neoliberal continúa campando a sus anchas y la extrema derecha tiene hoy barra libre. Gran éxito.

    Hace 5 años 6 meses

  17. Casio

    Pues claro que hay inmigración poco cualificada a Alemania. Y regularmente cualificada, y muy cualificada... si tu conoces casos personales de lo primero yo conozco un buen puñado de casos de lo ultimo. No desvíes la conversación. Vuelvo a insistir a inmigraciones e inmigraciones y países receptores con distintas situaciones. El problema es ese, en España hay un paro cuasiestructural del 15 por ciento, un paro juvenil del 32 por ciento,muchos de ellos esperando su primer trabajo no precarizado y cientos de miles de parados de larga duración, muchos de ellos con baja cualificación. Nada que ver con la situación de Alemania. En España sí hay un efecto de esta inmigración de baja cualifiación en la precarización del empleo y bajos salarios pregunta en hostelería…. ¿por qué van a prohibir los alemaness que lleguen jóvenes universitarios españoles, si la patronal alemana ha emitido hace poco un informe de que hay decenas de miles de puestos vacantes en el sector industrial? La inmigración masiva es un efecto de la globalización. La inmigración NO es el primer problema que tienen que abordar nuestras sociedades, pero no es un problema que se limite a garantizar los derechos de los inmigrantes, si no que hay que gestionar la inmigración como se gestiona cualquier otro elemento de la realidad politica. Que si me creo las fronteras o la soberanía o cualquier otra cosa, pues claro que constructos ¡y? ¿acaso son menos efectivos? Ataquemos las causas, vale, en eso estamos de acuerdo, es evidente . Pero para que seamos efectivos necesitamos conquistar palancas de poder efectivo, construir un poder nacional y después un poder trasnacional ¿o esperamos a que todos, nacionales e inmigrantes estemos proletarizados hasta el hambre y hagamos la revolución mundial? ¿Seguro que abriendo nuestro mercado laboral y de servicios socialess a toda la inmigración económica del mundo lo vamos a construir sociedades con capacidad de cambiar las relaciones de fuerza ? ¿seguro que sí?

    Hace 5 años 6 meses

  18. Ni Casio

    Lo siento, se me olvidó un NO importante aquí: "Los golpes del mercado no entienden de tiempos vitales humanos y por ende las migraciones en masa NO son “razonables”, pero qué vas a regular?"

    Hace 5 años 6 meses

  19. Ni Casio

    Te equivocas Casio, la emigración española a Alemania no es, de media, ni muy joven ni muy cualificada y lo digo desde la experiencia en un sindicato. Eso podría ocurrir antes de la Gran Recesión de 2008. No has de hacer caso a las campañas de propaganda. Obviamente la gente emigra donde hay trabajo que pueda realizar. La gente se va de Extremadura, no se va a buscarlo allí, por lo mismo la gente se mueve a Alemania, mejor dicho, a Alemania del oeste, ya que en el este la tasa de paro es bastante más alta. Te sorprendería la cantidad de trabajo no cualificado que se genera en Alemania. Ese rollo del “talento”, la “fuga de cerebros”, etc. es parcialmente ilusorio y una especie de auto-alivio de corte psicológico. Adivina quién hace el trabajo menos cualificado y con peores condiciones, no lo adivinas? Los inmigrantes, entre ellos españoles también. De todas formas es un argumento que no entiendo. Si no eres muy cualificado no debes de tener derecho a migrar? También podrías haber dicho que la mujeres hacen competencia a los hombres y que no estaría mal regularles el trabajo. Que gracias a ellas nos hacemos todos un poco más miserables y bla, bla, bla. Por otro lado, qué soberanía nacional? Y la autonómica? Tienen sus fronteras también. Y las ciudades y municipios? No todos tienen las mismas necesidades, por qué habría que regularse nacionalmente. Porque a ti parece más bonito, porque la soberanía descansa en la nación. Te has creído el cuento? Cuántas décadas lleváis intentando conquistar el estado? Y mientras lo intentáis y la derecha lo maneja, os parece bien apoyar su discurso regulatorio de la migración. Traicionando a todas esas personas. Oportunismo de corto alcance y absurdo, al querer empezar a construir la casa por el tejado. Luchemos contra las consecuencias y no las causas, todo muy lógico. Las leyes son coercitivas siempre en la misma dirección. A ver si alguien se inventa la deportación de banqueros o inspectores de hacienda ”nativos”, pero no, vamos a hacerlo por tener baja cualificación o tirar de subvenciones y ayudas paternalistas o simplemente ser pobres. Pero espera y verás, tras los inmigrantes irán los pobres “nacionales” de Europa. Los golpes del mercado no entienden de tiempos vitales humanos y por ende las migraciones en masa son “razonables”, pero qué vas a regular? Es imposible contener o regular este chiringuito si no es de manera autoritaria. En eso están, y tú dándoles su apoyo.

    Hace 5 años 6 meses

  20. Casio

    Aquí la contestación de Casio a NiCasio: si has emigrado de España a Alemania seguramente formarás parte de un fenómeno común: jóvenes españoles muy cualificados emigran al norte de Europa, mientras a la vez a España llegan irregularmente miles de trabajadores de fuera de Europa poco cualificados. Lo que indica varias cosas: en primer lugar como ya decía que hay distintas inmigraciones y distintas situaciones en los países receptores. En segundo lugar el modelo económico de m… que depara a España el actual reparto europeo. Y en tercer lugar que en Alemania hay demanda de empleos cualificados que es cubierto por trabajadores de la UE, lo que me parece estupendo. Supongo que no ha leído el enlace. Ahí se indica que la inmigración económica en ciertos países, en el que estoy seguro que incluye este, ha beneficiado a determinadas clases, adovoma cuales, y ha perjudicado a otras, adivina cuales. Si la UE es un espacio económico que lo sea para todo. No tengo ningún problema con el movimiento migratorio interno. Lo que reivindico es el derecho de que la UE y los estados que la forman, tengan derecho a hacer de las fronteras una herramienta efectiva de soberanía. Y no solo en el tema de la gestión del mercado de trabajo, también para gestionar y marcar limites a la financiarización de la economía y la lucha contra el cambio climático por jemplo para el futuro ¿por qué no un arancel especifico a la importación de productos que utilicen exclusivamente energías fosiles? Si no utilizamos el poder del estado la alternativa es permitir que todos los flujos de la globalización circulen libremente, puertas abiertas al capital, a la mano de obra y al comercio. Con un poco de suerte conseguimos que el nivel de depauperización de los trabajadores se acelere lo suficiente para constituir una clase obrera mundial en unas decenas de años, cuando la concentración de capital y su imposición de un monopolio de facto de las condiciones que predijo Marx en su momento. En ese momento todo el mundo seremos igual de miserables y vendrá alguien a liderar la revolución mundial, esperemos que traiga capa y los calzoncillos por fuera. ¿ Cual es la alternativa, Nicasio? ¿fronteras abiertas? Pues muy bien, pero dilo con todas las letras, y asume las consecuencias. " En realidad “control” significa “violencia”" . Vaya has descubierto uno de las caracteristicas de las leyes, que son coercitivas. No mola nada un tipo en una frontera que te pide papeles, ni un inspector de hacienda que te exige que pagues impuestos, ni un profesor que exige que sepas de lo que te examinas. Todo violencia.

    Hace 5 años 6 meses

  21. Arzak

    El racismo facha más el pragmatismo socioliberal que defiende la mano de obra sobrexplotada porque la economía depende ello ( con el puño en alto ) es lo que se ha estado practicando hasta ahora con el bipartidismo con su gestión de la economía y el mercado laboral. Reinventando la rueda vamos.

    Hace 5 años 6 meses

  22. Ni Casio

    Ni caso a CASIO, no sabe absolutamente nada de lo que habla y su único conocimiento de la inmigración son las pateras de la tele. Como inmigrante económico a la tierra de la nueva derecha roja de Aufstehen, es decir Alemania, solo puedo decir que esto era lo único que nos faltaba tras las cacerías de extranjeros en Chemnitz de hace apenas 2 semanas. Que desde una izquierda progre-liberal, hipócrita, impotente, que no entiende ni su país, ni Europa, dé la razón a esta gentuza. Oportunismo electoral de baja estofa. Por un puñado de votos desprecian a las personas que migran. A esto se le une la ceguera típica de la izquierda parlamentaria que se cree que al fascismo se le para con 4 votos y 3 leyes. Desde luego como ya avanza el artículo no es algo nuevo, pero se está redescubriendo de nuevo. Es una táctica estúpida dentro de una estrategia inverosímil y descabellada. En primer lugar es cuestionable dividir a las personas de manera tan vil, ya que si te vas de Extremadura a Madrid por trabajo a Casio le parece un problema, pero si te vas de Extremadura a Lisboa o París hay que regularte. No sé qué experto ha de decirte a dónde, cuándo y cómo has de emigrar. Y lo tiene que hacer el Estado, claro, ese ente, que mientras los progres-liberales-rojopardistas conquistan, sigue vomitando su estrategia divisoria con sus papelajos, certificados, ayuditas, controles, etc. Pero además apoyado por el discurso rojopardo de control migratorio. A ver si Casio es capaz de definir LOS intereses nacionales de consenso que salva el control migratorio, quién es la nación. Y mientras no conquistáis el Estado esparcís esta basura antimigratoria. En fin, absurdo. La gente tiene una idea muy chachi-piruli en la cabeza cuando oye “control”, se cree que hay un tío en una puerta, que dice sí o no y la gente lo acata sin rechistar, se dan media vuelta y aquí no ha pasado nada. En realidad “control” significa “violencia” única y exclusivamente, ya sea física (hostias, cárcel, etc.), psicológica (incertidumbre, tensión, menosprecio, etc.) y administrativa (papeleos, controles, tasas, etc.). Dile a un inmigrante que ha tenido que soportar todo eso que una vez dentro le consideras un igual, jaja, vaya cínico!! Mal que nos pese la extrema derecha ya nos ha metido una cuña más.

    Hace 5 años 6 meses

  23. Casio

    Vamos a ver, poner al mismo nivel a Monereo y a Aufsehgen con Trump y a Salvini, es tramposo y cutre. La critica al movimiento de Salvini es acertada en todos sus puntos, el aviso a la locura de aceptar dialécticas identitarias en vez de de clase, el racismo etc. Los primeros no sostienen en absoluto, como dice el autor que la inmigración sea nuestro primer problema. Sostienen su derecho a repensar sobre ello. No se pueden desechar ciertas cuestiones planteadas por Melenchon y Aufstehen como meras contaminaciones de la extrema derecha. El deslizamiento del voto obrero francés al FN no se debe algún gen “rojopardista” oculto en los viejos comunistas , porque tambien ha pasado con el voto socialista, y porque es muy poco serio un “análisis” de este tipo ¿ya no hacemos análisis de las condiciones materiales de la gente que ahora vota FN? ¿no habría que ver en qué ha fracasado la iquierda? ¿ ahora nos deslizamos a explicaciones “mágicas” de supuestos sustratos criptofascistas? Tela… En primer lugar hay muchas inmigraciones. No es lo mismo un refugiado politico que un inmigrante económico. Dentro de estos no es lo mismo un inmigrante con cualificación profesional que quien carece de ella. Del mismo modo no todos los paises receptores son iguales. No es lo mismo un pais como España que uno como Alemania. Si partimos de maximalismos previos vamos mal. Aqui el autor dice que el "rojipardismo" conviene al capital, ¿pruebas? porque sí se podrian aportar pruebas, sin embargo de que en ciertos paises europeos la inmigración economica de personas poco cualificadas ha afectado a los salarios de las clases bajas nacionales. Le recomiendo al autor que se lea este articulo aparecido en este mismo medio: http://ctxt.es/es/20180801/Politica/21091/Jose-Luis-Villaca%C3%B1as-Berlanga-migracion-Banco-Mundial-poblacion-mundial-refugiados-desplazados.htm Hay que repensar la inmigración desde la izquierda a partir de hechos, y no de prejuicios. Si nos declaramos de izquierda hay que dejar bien claro que los DDHH son lo primero, y que los refugiados politicos y quienes huyen de persecucion tienen toda nuestra solidaridad, sin peros. Pero otra cosa es la inmigración economica. Lo que se plantea es lo siguiente: el instrumento de poder con el que pueden contar las clases populares para su defensa y reequilibrio de las relaciones de poder es el estado, el capital tiene múltiples mecanismos. El mercado de trabajo, su formación y constitución esta dejado a la libertad de fuerzas del mercado, se trata de recuperar su control y eso ha de significar que el estado ha de gestionar el espacio nacional, ha de decidir cuando se abre y cuando se cierra en función de la relaciones de fuerza en el interior del estado porque no hay otro agente de cambio que pueda manejarse en el entorno global. Efectivamente , significa que las fronteras tiene que ser un instrumento mas del estado y no una mera linea que es perfectamente permeable a las demandas del capital. Australia por ejemplo regula su trafico de inmigración economica en función de sus intereses nacionales, incluyendo en ellos la tasa de paro y la presión sobre los salarios. ¿Es esto fascista? Australia, Canadá son “rojoparda” , el nuevo insulto que tapona la libertad de pensamiento? Eso no significa en absoluto que los inmigrantes que estan dentro de nuestras fronteras no tengan que se protegidos y considerados como nuestros iguales, precisamente para evitar fraccionar la lucha de la clases dependientes. Esto es perfectamente compatible con un control de fronteras flexible ajustado a los intereses de las clases trabajadora y no a la demanda de mano de obra barata del capital. Mal que os pese, el debate no ha hecho mas que empezar.

    Hace 5 años 6 meses

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