1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

“Solo quiero pasármelo bien”

Miguel Mora / Orietta Gelardin Madrid , 19/12/2019

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hola Carmen, ¿cómo estás?

Pues mira, muy contenta de estar aquí contigo.. ¿Te acuerdas cuando íbamos a tu casa que tenías allí todas las máquinas de escribir? Allí, fue donde salió el himno de CTXT, estábamos con Aurora, la mujer de Morente, con mi hijo Edu, Soleá...; empezamos con una chirigota y salió una chirigota preciosa de CTXT. Así que muy contenta de estar aquí y de que tu periódico esté yendo palante...

Sobreviviendo... Vamos a hacer cinco años en enero... Enseguida haremos la comunión... ¿Y te acuerdas de la letra del himno? 

No me acuerdo muy bien....

¿Cómo no te vas a acordar? ¡Imposible! La letra decía: la prensa libre cayó en los bancos, ya no sabemos qué leer, a las flamencas no nos echan cuentas...

¡Pero tenemos Ctxt, Ctxt...!

¡Eso era!

Eso era un coro de mujeres con mi hijo con la guitarra...

¡Corralero, un corro corralero!

Corralero, corralero, sí...

El año que viene hace 40 años que Carmen anda cantando por ahí, dando tumbos por el mundo, y va a celebrarlo con un nuevo espectáculo, vamos a contar un poco la carrera de Carmen. Unas pinceladas, tampoco nos vamos a extender mucho porque habéis venido básicamente a oírla cantar, pero me gustaría que nos cuentes un poco cómo es posible que la hija de un ferroviario de Linares haya acabado cantando en el Carnegie Hall. ¿Cómo pudo ser eso? ¿Qué pasó en esa casa para que salieras cantando?

aprendí mucho de Fosforito, que fue uno de los primeros maestros, y aprendí muchísimo, aunque fueran artistas de mi edad, de Enrique Morente y Camarón

¡Lo que han dado de sí los villancicos! Así fue como empecé, yo apenas sabía hablar y ya cantaba con mi padre los villancicos del pastor... (canta): “un pastor lleva un borrico cargao…”.  Y yo... (gesticula un pequeño baile). Era la que más me gustaba... Y claro, en una casa donde hay un instrumento pues es difícil que...  Y si te gusta cantar...  y a mi padre le gustaba cantar, le gustaba tocar la guitarra y estaba encantao de que a su hija le gustara cantar y quisiera ser artista… Entonces, todo se estaba compinchando pa que yo cantara. Empecé cantando los villancicos en mi casa con mi padre, en Linares, en la radio también... Luego a mi padre lo trasladaron a Ávila...

Un sitio muy flamenco...

Flamenquísimo... Pero bueno, cuando llegué allí enseguida me hicieron una cena, “la niña, que canta flamenco”, increíble. Fundaron la peña “Don Antonio Chacón”, o sea que... la sensibilidad para el flamenco está en cualquier parte del mundo. El flamenco tiene una fuerza... Allí en Ávila conocí a Gerena, que estaba allí de electricista...

Pobrecico mío...

Y claro, Gerena, una familia andaluza que llega allí... Pues nada, estaba todo el día con mi padre, cantando y mi padre tocando la guitarra...

Y allí es donde empezaste a cantar más... Salías por los pueblos de gira, ¿no?

Hacíamos giras sí, con nuestros humoristas, José y Fidelín, y el profesor Contreras, que hacía juegos de magia y, cuando no le salían, pues todos los de los pueblos: ¡Fuera! ¡Fuera! Una vez quería convertir el agua en vino, como Jesucristo, los panes y los peces, y echó un pañuelo así (gesticula), quitó el pañuelo y aquello seguía siendo agua y yo dije “de aquí no salimos”. (Risas) En fin, son anécdotas que no he contado nunca...

Eso te valió para cualquier cosa que viniera después, ¿no?

Sí, claro. Un escenario... El artista se hace en el escenario. No puedes, de repente, salir de tu casa y de repente pegar un éxito... Porque luego las cabezas se ponen como se ponen, que la gente se pone muy tonta y se pone mu... 

Hay que ir despacito... 

No, hay que... Cuando empiezas desde abajo... pasito a paso... El título de una soleá de Manolo Sanlúcar Pasito a paso, te da tiempo a asimilar las cosas y te das cuenta de que el arte está ahí para realizarte tú como ser humano, como persona, como artista... Y para darle a la gente alegría, ¿no? Y para darle a la gente un momento, y darle inspiración y sanar el alma, ¿no?  

Y allí en Ávila había un chaval que se llamaba Miguel Espín...

Ah, sí, sí... Lo conozco.

...Que canta muy bien por malagueñas. Supongo que es lo que te gustaría de él, ¿no? (Risas) Lo bien que canta por malagueñas...

Bueno, tiene muchos palos eeh...

¿Y cómo fue que os conocisteis? ¿Tú tenías como 13 años?

Cuando conocí a Miguel tenía 13 años, habíamos llegado a Ávila y enseguida mi padre, que es muy aficionao, contactó allí con Anselmo Lumbreras, que era un barbero que tocaba la guitarra, y con todos los aficionados, y claro, allí estaba Miguel Espín el primero. Y entonces vino mi padre con Miguel a nuestra casa a intercambiarse discos... Y mi padre, muy ingenuo, me dice: “Cántale un poquito por soleá a Miguel que es muy buen aficionao”. Y yo dije: “¿Ahora?, No, no…”. Y así empezamos.

¿Y os casasteis temprano también, o cómo fue la cosa? 

Sí, luego yo ya me vine a Madrid, Miguel estaba estudiando en Salamanca y se vino a Madrid, y ya luego pues... él entró en televisión, y yo empecé mi carrera saliendo de mi casa, porque hasta entonces había estado haciendo una vida de una niña, una joven normal, estaba estudiando, y ya cuando llegó el momento de pensar qué hago con mi vida, “mamá quiero ser artista”, y empecé a cantar en...

En el conservatorio de aquí de Madrid, es decir, en los tablaos...

Sí, sí. En Torres Bermejas, Chinitas... En Torres Bermejas estaban Camarón, La Perla... En fin, he tenido mucha suerte, en Chinitas estaba Morente, Juan Varea también, tuve la gran suerte de llegar a Madrid y conocer a gente muy importante...

¿Quién dirías que fue la artista o el artista del que más aprendiste, o el que más te influyó de aquel grupo?

Bueno, he aprendido de todos… Pepe el de la Matrona fue un hombre del que aprendí mucho, no solo en cuestión de cante, sino sobre su filosofía de vida, era una persona inteligente, un flamenco de arriba a abajo, de ley. Escucharle hablar... “Iba yo en el año cinco…”. ¿Cómo? ¿En el año cinco? Y decíamos ¿cómo le vamos a discutir a este hombre algo?. “Porque en el año cinco, por la carretera de Almería…”, y claro, escuchándole todo el mundo embobao...

Ese decía que se iba a tomar café a La Habana, que cogía el barco en Sevilla, se iba  a tomar el café a La Habana y luego volvía...

Efectivamente, fíjate qué formas... Estar en Gayango en una fiesta y salíamos a las cinco de la mañana de allí, con Enrique Morente, con todos los que... Por aquí está Juan Verdú también, que de eso sabe un poco... (Risas) el Juanito también ha hecho de las suyas… Y salíamos y decíamos: “¿Vamos pa la casa?”, y decía Pepe con el bastón (gesticula) “¿Ahora?, ¡Ámono a la Titi, hombre!”, que la Titi era una venta... 
¿Y tú qué hacías allí con 18 o 20 años? Si pesabas 32 kilos...

¡Pues con mi padre! Tenía padre artista, porque claro, si a mi padre no le hubiera gustado el flamenco, probablemente, yo en esas reuniones no hubiera podido estar, porque con 18 años....

¿Y qué tal te recibieron? ¿Bien? ¿Te cuidaban?

a mí, en el mundo del flamenco, me han tratado siempre muy bien, y me han respetado, y he tenido siempre apoyo de la afición

De maravilla, de maravilla… Absolutamente. Con mucho respeto, con mucho cariño... “La niña, que va a cantar la niña”, y ya estaban allí... Siempre lo digo, he tenido mucha suerte porque, a mí, en el mundo del flamenco, me han tratado siempre muy bien, y me han respetado, y he tenido siempre apoyo de la afición, porque era una cantaora que me tomaba muy en serio mi profesión, mi trabajo y entonces no había ningún problema. Yo me imagino que otras mujeres habrán tenido problemas, digamos en el entorno de la familia, porque no estaba bien visto que una niña fuera artista, fuera cantaora, y más en el mundo del flamenco que no estaba bien visto el flamenco... Sé que muchas mujeres no han podido dar ese paso por la posición de la propia familia, siempre hay un hermano, o tu padre o el novio que no te deja. Pero yo, resulta que a mi novio le gustaba mucho más que a mí (risas), y a mi padre también... Así que me empujaban. En vez de decirme que no pues… 

También aprendí mucho de Fosforito, que fue uno de los primeros maestros, y aprendí muchísimo, aunque fueran artistas de mi edad, de Enrique Morente y Camarón... Con Enrique me ha pasao como con Pepe el de la Matrona, que he hemos trabajado mucho juntos, y hemos convivido en el tablao... Éramos como familia, y Enrique era una persona muy inteligente, muy artista, y hablabas con él y aprendías solo hablando.

Y teníais una relación familiar de mucho contacto ¿no?, tu eres comadre de Aurora y de Enrique...

Sí, somos padrinos de Soleá, mi marido y yo. Con Enrique ha sido... Se ha ido pero... está aquí, está aquí...

Y el legado que ha dejado, ¿no?...

Claro, por supuesto. Enrique ha sido, aparte de un maestro del cante, ha sido artista. Ar-tis-ta, con todo el abanico abierto y toda la extensión de la palabra, que es diferente, claro. Y ha abierto muchos caminos, muchas ventanas para todos los que hemos estado ahí, atentos a lo que pasaba en el flamenco, y a lo que pasaba en el mundo. Ahí ha abierto muchos caminos...

¿Cómo fue el paso de los tablaos a los formatos más grandes, y al lanzamiento de discos, el principio de la carrera discográfica? ¿Hubo una transición rápida o cómo viviste eso?

Yo estaba cantando pa el baile, y por eso lo titulamos ahora 40 años de flamenco, porque son 40 años como solista pero llevar llevo más años, claro... Fíjate, si empecé con cuatro o cinco, vamos a sacar el velo (risas), y entonces, sí, empecé y cuando me casé y tuve a mi primer hijo Miguel, pues ya lo de las giras y todo eso ya, como que no... no me cuadraba a mí.  He seguido como artista pero ya no eran giras, eran actuaciones sueltas, lo cual me permitía estar en mi casa, cuidar de mi hijo y preparar cosas nuevas y... en fin... No todo el mundo ha tenido esa suerte porque los artistas que cantan para el baile tienen que ir a una gira a EE.UU. de cuatro meses… Bueno, me organicé y dije “esto es otra etapa de mi vida” y empecé a grabar. Grabé mis primeros discos, ya empecé a hacer festivales y... en fin...

Una vida más tranquila... Pero viajar has seguido viajando mucho, has debido de dar también un par de vueltas al mundo, o tres, por lo menos...

Sí, mucho. Pero ya era actuando yo sola con lo cual hacía a lo mejor cuatro o cinco conciertos y me volvía... Y además, el flamenco no es como otro tipo de música que hacen una gira de 20 actuaciones y están mucho tiempo fuera. Nosotros estamos en otra línea. 

Pero ha habido unos años muy potentes también. Y el flamenco sigue viajando mucho.

Absolutamente. 

Te acuerdas de Chano Lobato que contaba que una navidad estaban en Los Ángeles y decía: “Estuvimos en Los Ángeles trabajando y nos tomamos las doce uvas. Y nos fuimos a Hawaii y nos volvimos tomar las doce uvas (Risas)”. Era así ¿no?, esas compañías grandes no paraban...

Claro, porque iba con Antonio (Ruiz Soler) El Bailarín y claro, hacían unas giras impresionantes.

¿Tú has estado en Japón también, por ejemplo? ¿Mucho?

Sí, claro. Varias veces he estado...

¿Y qué tal los yenes? Como decía la Paquera: “Qué bonicos los yenes”...

Pues, bueno, en Japón todo el mundo sabe que hay una gran afición al flamenco y nos tratan de maravilla, y allí han ido muchos flamencos, había muchos tablaos...

Y hay mucha afición...

Por ahí está el Tito Losada, ese era el rey de Japón... 

¡Maestro! (saluda)

Ese iba, y al año siguiente volvía y...

¿Y los yeneh bonitos o no?

(Pregunta Carmen a Tito Losada) ¿A que son bonitos? (Risas)

Bueno, Tito yo creo que ha sido de los artistas que más veces ha ido a Japón, ¿a que sí?

(Responde Tito): ¡68!

Carmen: 68 veces ha ido. Yo he ido cuatro o cinco veces. Tito yo creo que iba, se estaba tres meses volvía y al año se iba otra vez.

(Tito): Llegaba al aeropuerto, le daba un beso a mi madre y volvía (Risas).

Carmen: Es que en Japón gusta el flamenco muchísimo...

Hay más academias de baile solo en Tokio que en España...

De hecho, en Tokio había más tablaos que en Madrid, imagínate... Además, tienen un respeto a ese arte y hay que quitarse el sombrero por ellos, porque han dado mucho trabajo a los artistas. Muchos artistas, cuando había épocas malas, se iban a Japón y venían con sus yenes... (Risas) Y muchos pisos que se han comprado los flamencos, han dado su entrada con los yenes...

Has sentido alguna vez que el flamenco se valora más fuera que en España, o crees que hay un público aquí que lo valora mucho, aunque no sea mayoritario. ¿Cómo has sentido eso?

Bueno, yo creo que donde más se escucha flamenco es aquí en España, claro. Y donde más se entiende, y donde más se valora, lógicamente. Pero sí que te digo que vas por ejemplo a Francia y allí ha habido siempre una tradición de flamenco. Y en Japón, y en Alemania... En toda Europa. Y es verdad que, yo lo he sentido así, que fuera valoran muchísimo el arte flamenco, mucho. Saben que es una gran música, una música de una calidad única... ¡Es que el flamenco es único! Aunque no sepan qué es una soleá o una seguiriya o unos tientos, saben que les llega al corazón. Saben que ahí hay una gran música y que si se hace bien tiene una fuerza increíble. El cante y sobre todo el baile, y la guitarra llega antes que... 

Más fácil que el cante...

Claro.

Y cómo afrontas esta nueva etapa de más tranquilidad, de más reflexión, de más estudio, de cantar a  los poetas, de haber hecho tu propio repertorio... 

Bueno, poco a poco tomé las riendas de mi discografía, e hice mi primer disco con mi propio sello, produciéndolo nosotros, el homenaje a Juan Ramón Jiménez, Raíces y alas, y luego otro, Remembranzas, que era un recorrido por toda mi carrera, un disco en directo, y luego otro sobre Miguel Hernández... Es una etapa de mi vida, lógicamente, más tranquila. Cuando eres más joven tienes mucha más energía para viajar, ir pa allá y pacá, todo el día... Madre mía... Y ahora me tomo las cosas con más tranquilidad, pero estoy en activo, absolutamente en activo, y hago mis discos, y preparo este próximo espectáculo, y en fin, que tengo mucha actividad y mucha ilusión porque todavía quiero hacer cosas, aunque saque un disco y a los cuatro años salga otro...

Claro, despacio...

Espaciado… Pero bueno, muy contenta de seguir en esto, de que el público todavía quiera venir a verme, y de poder contar con músicos estupendos, buenos guitarristas, llevo baile.... Y pasarlo bien, lo que quiero es pasármelo muy bien...

Bueno Carmen, hasta aquí hemos llegado, te dejamos 10 minutos para que te prepares y te oímos cantar. 

Vale, me pongo la voz... (Risas).

 

 

Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Miguel Mora

es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).

Autor >

Autor >

Orietta Gelardin

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí