1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Reportaje

¿Quién manda en la privatizada sanidad madrileña?

Díaz Ayuso protege a las empresas que hacen negocio con la salud desde que Aguirre desmanteló la pública. Florentino Pérez, el grupo alemán Fresenius y el holandés DIF son los grandes beneficiarios de esa política

Gorka Castillo / Miguel Mora Madrid , 10/05/2020

<p>Isabel Díaz Ayuso y Esperanza Aguirre. </p>

Isabel Díaz Ayuso y Esperanza Aguirre. 

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Ahora que los contagios de covid-19 empiezan a remitir, el sistema sanitario contiene el aliento mientras empiezan a flotar los primeros pecios del naufragio. El más palmario es la ingente cantidad de dinero público que la administración madrileña ha desviado desde los primeros gobiernos de Esperanza Aguirre a empresas privadas y UTEs para explotar el inagotable filón de la Sanidad. Se trata de un sector inmune a las punzadas de las crisis: tiene asegurada la clientela, los enfermos; vive de la financiación autonómica, se beneficia de las listas de espera en una sanidad pública desmantelada, y está en constante revalorización gracias a su componente especulativo y a los recortes de material y de las condiciones laborales. La rentabilidad siempre está garantizada para unas corporaciones que pueden optar por un menú a la carta: construir hospitales, gestionar hospitales o solo servicios exteriores, y vender o revender activos, a menudo sin pagar impuestos en España. 

Aunque la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, exhibe a los cuatro vientos las donaciones altruistas y las respuestas ultrarrápidas a la emergencia y el compromiso social de algunas de estas empresas, para expertos como Marciano Sánchez Bayle, pediatra durante 46 años y portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, el deterioro que ha sufrido el sistema público de salud con las privatizaciones es incuestionable: “Madrid es la única comunidad del mundo que después de abrir once hospitales tiene menos camas disponibles por habitante que antes de su inauguración. Ayuso lo sabe y la prueba es que, en el momento álgido de la epidemia, el ejército tuvo que abrir una instalación muy precaria, sin UCIs, en una feria de exposiciones”.

Desde la puesta en funcionamiento de la privatización sanitaria en 2001 se han perdido más de 3.000 camas

Los datos son irrebatibles. Madrid es la comunidad peor preparada de España para enfrentarse a una crisis sanitaria. Por número de camas totales –2,7 por cada mil habitantes frente las 3,7 que tiene Aragón o las 5 que presenta la media europea– y por el número de personal sanitario, 3.000 trabajadores menos desde 2010. Destaca la reducción de camas registrada por los hospitales públicos desde la puesta en funcionamiento de la privatización sanitaria en 2001: más de 3.000, pese al aumento demográfico experimentado con la inmigración.

“La colaboración público-privada de la que tanto habla Díaz Ayuso es propaganda, publicidad. Sólo el 10% de los ingresos hospitalarios por coronavirus se derivaron al sector privado mientras todos veíamos que las urgencias y las UCIs del Gregorio Marañón, La Paz, etcétera, estaban colapsadas”, señala Sánchez Bayle.

IFEMA, buque insignia y metáfora de los negocios del PP madrileño con sus empresarios amigos, ha sido la respuesta “milagro” de la Comunidad de Madrid a la pandemia. A Guillén del Barrio, enfermero de urgencias del Hospital la Paz y delegado sindical del Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad (MATS), le han crucificado por criticar los masivos recortes que ha realizado el PP madrileño y por denunciar el mercadeo en el que ha convertido la sanidad. Para él, como para Marciano Sánchez Bayle, “el hospital del IFEMA es la muestra de un fracaso, del descalabro de un modelo que sólo ha beneficiado a fondos de capital y empresas de infraestructuras”, asegura.

Esta obra de arquitectura privatizadora invita a bucear en los libros de historia. El modelo, que se ha replicado y extendido por todos los
circuitos del sistema, nace en los felices tiempos inmobiliarios de José María Aznar. En 2003, cinco de las diez empresas constructoras con mayor capitalización bursátil de Europa eran españolas. Todas ellas han entrado en el sector sanitario para diversificar riesgos y ampliar mercados. ACS
sigue a la cabeza y dirige guarderías, servicios de limpieza y restauración de hospitales, residencias para mujeres y personas sin hogar, centros de día para personas discapacitadas, además de emplear a miles de cuidadores de ayuda a domicilio no sólo en Madrid sino también en Barcelona.

España gasta un 9% de su PIB en Sanidad. De ese porcentaje, casi tres de cada diez euros se mueven en el sector privado

Mientras la sanidad pública se despedazaba de forma sistemática, los beneficios del negocio sanitario privado en España no dejaban de crecer, y hoy son la envidia de las empresas europeas. España dedica un 9% de su PIB a Sanidad. Y casi tres de cada diez euros se mueven en el sector privado. Según el informe de la Fundación IDIS, la patronal del sector español, el peso del gasto sanitario privado sobre el gasto sanitario total es uno de los más elevados (28,8%) de Europa, por encima de la media de la OCDE (26,5%), muy por encima de países como Holanda (19,0%) y Francia (17,1%), y casi duplicando el de Alemania (15,4%). Este estudio, publicado en 2019, calcula que el mercado sanitario privado movió en España 28.858 millones de euros en 2016.

Arriba, Florentino Pérez y Juan Miguel Villar Mir. Debajo, Víctor Madera, Luis del Rivero y Javier de Jaime. 

En el mercado de la sanidad privada madrileña conviven ilustres constructores españoles que adoran los paraísos fiscales, grandes grupos sanitarios extranjeros y fondos buitre. Sacyr vendió su 49% de los hospitales de Coslada y Parla a un fondo de inversión del Lloyds Bank que luego compró el de Arganda. Florentino Pérez construyó el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda a cambio de gestionarlo, antes de venderlo a otro fondo, éste holandés, llamado DIF Capital Partners, que poco tiempo después lo traspasó por 300 millones de euros al gigante financiero Brookfield, socio preferente del presidente del Real Madrid en sus inversiones por España, Europa y Latinoamérica. Una sospechosa pescadilla que se muerde la cola. “La gestión sanitaria de Madrid no es una privatización sino un fraude”, afirma rotunda Rosa Medel, portavoz de Unidas Podemos en la Comisión de Sanidad del Congreso y oftalmóloga desde hace 35 años en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia.

El confinamiento ha servido a esta diputada para profundizar en su estudio del modelo sanitario madrileño: desde que Esperanza Aguirre tomó la decisión, ya antes del Tamayazo, de engrasar el negocio sanitario privado con dinero público, “se han empleado tres tipos de privatizaciones”, resalta Medel. La más común es la que se conoce en España como concesiones de obra pública en sanidad (oficialmente PFI, por su nombre en inglés) y afecta por ejemplo a los centros de Majadahonda, Coslada y Arganda.

También al Infanta Leonor de Vallecas, que estará en manos del fondo holandés DIF Capital Partners hasta 2035; y al Hospital del Tajo de Aranjuez, construido bajo el mandato de Aguirre en 2007 y hoy gestionado por Assignia Infraestructuras, de la que fue asesor el controvertido ex consejero madrileño de sanidad, Manuel Lamela, quien, como Aguirre, está investigado en el caso Púnica.

Finalmente, está el Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, construido y gestionado por Acciona, una de las empresas españolas de referencia en los sectores de infraestructuras y energías renovables. Rosa Medel calcula que todas estas operaciones “han costado a la ciudadanía entre 7 y 8 veces más de lo que hubiera supuesto su construcción y gestión pública”.

Otro patrón de privatización seguido en Madrid es la fórmula de la colaboración público-privada (CPP), fuertemente impulsada en tiempos de Aguirre para abrir en canal el sector sanitario al mercado libre. Los servicios son gestionados por empresas privadas con contratos de explotación de 30 años, lo que supone un sobrecoste anual para las arcas públicas cercano al 15%.

Es el caso de los hospitales de Valdemoro, Torrejón, el de Collado Villalba y el de Móstoles-Rey Juan Carlos, un complejo de 94.000 m2 que supuso un negocio redondo para la constructora OHL, propiedad del marqués de Villar Mir, buen amigo del rey emérito y símbolo de las puertas giratorias del franquismo a la Transición y la democracia.

De Publio Cordón a Fresenius, el gigante corrupto alemán 

Pero si hay un modelo sofisticado para ganar dinero ese es, sin duda, el que se aplicó en la Fundación Jiménez Díaz –donde ingresaron Esperanza Aguirre y su marido para ser tratados de la covid-19–, cuya gestión se concedió a la empresa IDC Salud, que hoy opera bajo la marca Quirón Salud. 

Quirón Salud es el holding que mejor resume el auge, la burbuja y el pelotazo que ha vivido la sanidad privada en España durante los últimos 20 años. Fue fundada en Zaragoza a mediados de los años 50 por el médico Publio Cordón, secuestrado en 1995 por los Grapo. Tras pagarse el rescate, el empresario nunca apareció, y su familia mantuvo el control del grupo –su mujer, Pilar Muro, era la presidenta, y la hija, María Cordón, la consejera delegada– hasta 2014, cuando el fondo británico CVC Capital Partners compró el 61% de la compañía a otro fondo, Doughty Hanson, por 1.500 millones de euros. 

Quirón Salud es la empresa que mejor resume la burbuja y el pelotazo que ha vivido la sanidad privada en España en los últimos 20 años

Antes de vender, CVC, el fondo dirigido en España por Javier de Jaime, que es consejero de PRISA desde 2017, había comprado para Quirón cuatro grupos hospitalarios más, entre ellos las dos clínicas Ruber de Madrid por 150 millones de euros, y cuatro sociedades de prevención: Muprespa, MC Mutual, Mutua Universal y Fremap, por unos 180 millones de euros. A finales de 2016, CVC liquidó su parte –embolsándose unas plusvalías de al menos 2.600 millones en solo dos años– a la multinacional alemana Fresenius, por un total de 5.760 millones de euros. 

En la venta al gigante alemán, el entonces CEO de Quirón Salud y hoy presidente no ejecutivo, Víctor Madera, recibió 6,1 millones de acciones valoradas en unos 400 millones de euros. Madera es un médico ovetense al que la prensa afín llama el mago de la sanidad privada y que colecciona castillos y palacios. El crecimiento de las ventas de Quirón Salud en los últimos años ha estado por encima del 5% anual, según el grupo alemán. Entre enero y junio de 2019, la facturación de Helios Spain (la sociedad que gestiona la actividad de Fresenius en España) creció un 7% hasta 1.668 millones de euros.

Ese mismo año, varios trabajadores del Hospital General Villalba (HGV) denunciaron sus malas condiciones laborales: “Las/os enfermeras/os ganan unos 1.100 euros mensuales netos, cuando en el resto de hospitales de gestión pública del SERMAS, del que forma parte el HGV, superan los 1.500”. “La empresa intensifica la explotación de las/os profesionales obligándoles a doblar turnos… Así genera Quirón Salud sus ganancias: menos profesionales y peor retribuidos”.

Según los trabajadores, “existe una posición ventajosa para los hospitales que Quirón Salud tiene en la Comunidad de Madrid, que deriva de los Pliegos y Convenios que firmó con la Consejería de Sanidad, permitiendo ingresar a pacientes de otras zonas, y facturando después con enormes márgenes a la Consejería de Sanidad por esta atención sanitaria extra”. 

El comunicado resumió también la estrategia empleada durante años por la Comunidad de Madrid para beneficiar a las empresas que comercian con la salud y dejar inerme a la sanidad pública: “En tiempos de Esperanza Aguirre se intensificó la privatización sanitaria incrementando la transferencia de fondos públicos a manos privadas. Para ello se centralizaron y privatizaron las citas sanitarias en un único Centro de Atención Personalizada (CAP), el conocido como Call Center. Desde el mismo se desvían consultas, pruebas e intervenciones de pacientes a los hospitales privados, pues se les dice que en sus respectivos centros públicos hay mucha lista de espera. Los pacientes esto no lo pueden confirmar, y ante esperas inasumibles contestan afirmativamente a la propuesta del CAP, terminando en los hospitales de gestión privada como el HGV, el Rey Juan Carlos, la Fundación Jiménez Díaz o el Hospital de Valdemoro. Cuatro hospitales que casualmente tienen un mismo dueño, Quirón Salud / Fresenius”.

Fresenius es el principal operador sanitario de España. En 2017 fue puesto en el ojo del huracán de la justicia de EE.UU. por practicar sobornos en 17 países

"De esta manera, los fondos públicos que terminan recibiendo estos hospitales pueden duplicar las cantidades que declara la Consejería de Sanidad en sus presupuestos anuales. Así lo reflejó la Cámara de Cuentas en su último informe de 4 Marzo de 2019: “Mientras en la mayoría de los hospitales públicos del Grupo 3, en el periodo 2010-2014, los gastos disminuyen en torno a un 10%, los de la Fundación Jiménez Díaz (hospital concesionado) se incrementan un 23%”.

Irónicamente, Fresenius, que es hoy el principal operador sanitario de España, tiene un pasado tan poco saludable como el de otras multinacionales alemanas. En 2017 fue colocada en el ojo del huracán de la justicia de EE.UU. por practicar sobornos sistemáticos en 17 países. El regulador bursátil estadounidense, la SEC, acusó a Fresenius de haber corrompido a médicos y otros responsables sanitarios entre 2007 y 2016 para que crearan unidades de tratamiento de afecciones renales que luego debían adquirir los productos de diálisis que ellos fabricaban. El escándalo fue enterrado con un acuerdo extrajudicial. Fresenius pagó una multa de 207 millones de euros.

Arriba, los directivos de Fresenius. Abajo, los cofundadores del fondo DIF Capital Partners, Menno Witteveen y Maarten Koopman.

Gay Talese escribió que Sinatra con un resfriado es como Picasso sin pintura, pero peor. Tirando de este hilo surge una pregunta. ¿Qué sería de Isabel Díaz Ayuso sin estas grandes corporaciones? Tras la misa con lágrimas negras, Ayuso se subió a un food truck para repartir bocadillos de calamares en la verbena que organizó en el improvisado recinto hospitalario del IFEMA que se disponía a clausurar. Pero allí, los mismos médicos, enfermeras y auxiliares que durante mes y medio curaron a 3.800 personas la recibieron al grito de “Sanidad pública”, “Queremos tests” y “No nos representas”. La reacción de la presidenta fue aplaudir a los manifestantes que la censuraban y sacarse fotos tras las pancartas ante la mirada atónita de una multitud de invitados. Ella, en cambio, dio la sensación de disfrutar como una niña jugando en el barro.

Su discurso fue un canto al libre mercado y a la colaboración público-privada. Una proclama que para sus detractores no deja de ser una arenga simplona que trata de ocultar uno de los mayores fracasos asistenciales que se recuerdan. Y con unos resultados dramáticos. Con la economía tendida en la lona, el desempleo disparado y las trompetas del miedo sonando a las puertas de las grandes empresas beneficiadas, su Gobierno ha comenzado a mirar la reconstrucción con temor, y trata de levantar diques que sostengan la privatización del sistema sanitario y residencial que su partido aplica como un mantra.

¿Cómo lo está haciendo? “La primera fase ha sido legitimar la función social de la gran empresa, el supuesto motor de esa ecuación neoliberal que conforman riqueza, empleo, crecimiento, progreso y desarrollo”, advierte Pedro Ramiro, coordinador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) e investigador sobre la relación entre el neoliberalismo y la pobreza. “El ejemplo es la publicidad que hacen de las donaciones de materiales y equipos sanitarios que realizan corporaciones como El Corte Inglés, Orange, la Fundación Amancio Ortega, el Real Madrid, Repsol, el BBVA, Telefónica, Iberdrola, etc. Esto no deja de ser un contraataque para adelantarse a las críticas de esa colaboración público-privada que defiende el PP”, explica el experto. 

Residencias mortales

La estrategia persigue blanquear la imagen de un negocio al que la pandemia ha situado contra las cuerdas. El paradigma son las residencias de mayores, intervenidas por el Gobierno después de que la ministra de Defensa y numerosos testigos y familiares describieran lo que sucedía como un espanto. 

El piloto rojo estaba activado antes de la llegada del virus pero la Comunidad miró hacia otro lado. Y hay más casos, la mayoría reportados en instalaciones cedidas por el Gobierno autonómico a fondos buitre y a la crema del sector de infraestructuras español. Junto al suculento negocio, el rastro de víctimas es estremecedor: al menos 5.860 muertos, por el momento. La Fiscalía está investigando a más de sesenta residencias privadas o concertadas en Madrid por homicidio imprudente y otros delitos.

Ayuso ha tratado de salir del embarazoso barrizal de los asilos transformándolo en artillería pesada contra el gobierno central, al que la presidenta madrileña acusa de “mirar hacia otro lado” y de no haber hecho “absolutamente nada” para revertir la situación. 

Su acto de contrición más destacable ante lo sucedido se limitó a prometer “planes de atención integral” para mejorar el servicio, a realizar un “seguimiento sociosanitario” y a “intensificar el cuidado” de los usuarios. 

El sociólogo Guillermo Fernández, autor del libro Qué hacer con la extrema derecha, explica así la táctica de Ayuso: “Ideológicamente tiene un cierto parecido a Rocío Monasterio y a Vox, en cuanto a la cultura del enfrentamiento y la visualización de símbolos como la bandera, el himno, y la exaltación emocional de una nación herida unida contra un virus. Pero, sobre todo, le veo gran similitud con Esperanza Aguirre porque, al igual que hizo la ex presidenta, ha logrado convertirse en una de las cabezas de la oposición al Gobierno central hasta el punto de que cuando habla en la Asamblea quien le responde es Pedro Sánchez en el Congreso”.

No es de extrañar que, en este caldo de acritud partidista, Díaz Ayuso parezca mucho más temible y astuta de lo que pensaban sus detractores.

Ahora que los contagios de covid-19 empiezan a remitir, el sistema sanitario contiene el aliento mientras empiezan a flotar los primeros pecios del naufragio. El más palmario es la ingente cantidad de dinero público que la administración madrileña ha desviado desde los primeros gobiernos de Esperanza...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Autor >

Miguel Mora

es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. ignacioparedesasenciooutlook-es

    DIAZ AYUSO ES UNA MARIONETA,PERDÓN , NI ESO, MARIONETA ERA LA INANIMADA FIGURA DE NUESTROS SUEÑOS, AYUSO EN SI ES UN PUTICLUB, LA DIRIGEN UN MONTÓN DE CHULOS QUE PRESUMEN DE MOZA , MOZA ,MODA, ESTUPIDEZ,CONTINUARA

    Hace 1 año 1 mes

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí