1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Nadie sabe la verdad en Colonia

Los datos de la policía, muy criticada, son confusos. Las ONG feministas denuncian la utilización de las agresiones con fines políticos

Laura Alzola Kirschgens Colonia , 13/01/2016

<p>Las escalinatas de la Catedral de Colonia lucen cubiertas de flores y carteles plastificados que recuerdan las agresiones.</p>

Las escalinatas de la Catedral de Colonia lucen cubiertas de flores y carteles plastificados que recuerdan las agresiones.

L.A.K.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

---------------------------------
En enero CTXT deja el saloncito. Necesitamos tu ayuda para convertir el local en una redacción. Si nos echas una mano grabamos tu nombre en la primera piedra. Del vídeo se encarga Esperanza.

Donación libre:

---------------------------------

La estación central de trenes de Colonia huele a salchichas, café y detergente. Desde la megafonía se advierte una y otra vez sobre la presencia de carteristas. La policía patrulla. En el murmullo se distinguen decenas de lenguas. La salida principal del Hauptbahnhof da a una plaza presidida por la Catedral gótica, patrimonio de la Humanidad. Las escaleras de granito que llevan al templo lucen cubiertas de flores y carteles plastificados que recuerdan los hechos ocurridos en el lugar la noche del 31 de diciembre. Quince días después, las cifras de sospechosos bailan. La policía de Colonia asegura haber identificado a 23, mientras que la policía nacional germana, autoridad competente dentro de las estaciones de trenes del país, sospecha de 32 hombres y ha identificado a 22 de los mismos como demandantes de asilo. No parece cuadrar, sin embargo, esta última afirmación al detallar la nacionalidad de origen de los supuestos implicados: 9 procederían de Argelia, 8 de Marruecos, 5 de Irán, 4 de Siria, 3 de Alemania y 1 de EE.UU. Además, la fiscalía de la ciudad, investiga a doce personas y, de momento, solo hay 5 detenciones oficiales. Lo que sí es seguro es que hasta la fecha, se han interpuesto 553 denuncias: el 45% de estas, por delitos sexuales.

“¿Sabes lo que pasa? Que si pusiéramos flores en cada lugar donde han agredido a mujeres sexualmente, las calles tendrían que estar llenas de prímulas como estas”, exclama Heinrich. El señor de pelo blanco pega un paraguazo al suelo y se va dando zancadas.

Resulta complicado rodear la plaza. La catedral pegada a la estación, la sede del periódico local, y el edificio de la empresa Rolex solo dejan espacio a tres bocacalles. Para llegar al metro, hay que entrar primero en la estación, y viniendo desde el suroeste, no queda otra que cruzar la plaza o emprender un rodeo muy largo. Existe un túnel debajo de las escaleras de la catedral, por el que solo circulan coches. En Nochevieja hubo grupos de amigas que, al tanto de lo que ocurría en la plaza, decidieron tomar un taxi 500 metros, para llegar al otro lado.

Lo que es seguro es que hasta la fecha, se han interpuesto 553 denuncias: el 45% de estas, por delitos sexuales

“Mi hija y su amiga tendrían unos quince o dieciséis años. Les pasó lo mismo que a estas chicas. Fueron sus compañeros de colegio. Ellas denunciaron, sin consecuencias. No me puedo creer que siga ocurriendo”. Los surcos que encuadran los ojos azules de Michaela se inundan de lágrimas. Trabaja con niños. Con hijos de refugiados. Desde hace seis años, lee con ellos, les da clases de refuerzo de alemán. “Me parece tan bien que se haga esto“, dice con la voz quebrada. Michaela se quita las gafas para secar su mejilla y señala a los jóvenes que reparten unos folios verdes y blancos a su lado.

Shady y Jehad son sirios. Huyeron de Damasco y de Homs. Arrugan el entrecejo, concentrados para encontrar las palabras adecuadas en alemán y explicar por qué han decidido venir con sus amigos a la plaza. Shady redactó el texto, que ocupa una cara de folio y empieza así: “Condenamos enérgicamente las agresiones a mujeres, así como los robos cometidos en Nochevieja en esta plaza. Lamentamos que las mujeres fueran agredidas y esperamos que se recuperen pronto y bien de estos ataques y que los responsables sean encontrados y castigados“.

Según las últimas informaciones hechas públicas por la Policía de Colonia, de las supuestas mil personas presentes en la plaza durante la madrugada del 1 de enero, se separaron grupos más pequeños de hombres para agredir a mujeres.

La investigación no ha aclarado aún si se trató de un acto de delincuencia organizada, ni si los agresores se habían citado allí de antemano. Tampoco está claro que los hechos de Colonia y lo ocurrido esa misma noche en otras ciudades alemanas como Hamburgo o Düsseldorf, donde también hay más denuncias de mujeres por agresión sexual y robo de lo habitual, estén relacionados. Los medios no conocen tampoco de qué delitos se acusa concretamente a los sospechosos.

Los robos organizados no son una “dimensión completamente nueva de violencia”, igual que no lo es la violencia sexual machista. Que los alrededores de la estación central de la cuarta ciudad más grande de Alemania se convirtiesen en un territorio sin ley, en un lugar de miedo para las mujeres, sí es extraordinario.

Shady y Jehad, refugiados sirios, reparten un texto de condena a los ataques escrito por ellos.

Shady y Jehad, refugiados sirios, reparten un texto de condena a los ataques escrito por ellos.

De momento, sólo se ha probado que la Policía no estaba preparada para los hechos del 31 de diciembre. Aunque la estación de Colonia es un área muy conflictiva desde hace años, los cuerpos de seguridad fracasaron en una de las noches críticas del año, sobrepasados, tal y como se puede leer en el informe de la Policía datado el 4 de enero y publicado en medios de todo el mundo. Los funcionarios que se encontraban en el lugar no supieron intervenir, ni recibieron los refuerzos suficientes para hacerlo. Los cohetes y los botellazos se lo impidieron.

Jaleada en las redes sociales desde el inicio, la discusión ha girado en torno a todos los temas que la extrema derecha alemana (AfD, Alternative für Deutschland) querría ver sobre la mesa a diario para alimentar los temores del ciudadano preocupado.

Según las estadísticas de la policía, en 2014 hubo 199 agresiones sexuales graves a mujeres en Colonia, seis de ellas en el conocido Carnaval de la ciudad

Y las primeras reacciones de la política alemana tampoco han ayudado a redirigir el debate desde la comprensible reacción emocional hacia la racionalidad que un Estado de Derecho exige. Algunas, como la del ministro de Interior alemán, Thomas de Mazière, o las del ministro de Economía, Sigmar Gabriel, han entorpecido este proceso. En su primera intervención, De Mazière abogó por instalar más cámaras de vigilancia en las plazas públicas y aseguró no descartar otro endurecimiento de la actual política de asilo. Gabriel defendió que “si los estados norteafricanos no asumen su responsabilidad y aceptan que se les devuelva a sus ciudadanos criminales, habrá que amenazarlos con recortar las ayudas al desarrollo”.

Para Thomas Zitzman, director del Consejo Asesor del Refugiado de Colonia, perteneciente al Ayuntamiento de la ciudad, “el tema está siendo utilizado políticamente, no solo por la extrema derecha, sino por los partidos que aprovechan el momento para lanzar proclamas populistas como el endurecimiento de la ley. Se podría empezar por aplicar las que ya existen”.

Zitzman denuncia la falta de control existente en el sistema de los llamados platos giratorios: el Estado pone los medios para que los refugiados puedan proseguir su camino hacia otros países, los atiende en las estaciones y los lleva a los autobuses con los que seguir viajando, pero no se preocupa más de ellos. “Con la excusa de que no es competencia de las administraciones, se comete la negligencia de no atender uno a uno los problemas de los que llegan. Ahí reside el peligro. Quienes deciden quedarse en los alrededores de la estaciones en vez de tomar los buses caen en las redes de los clanes y bandas locales, muy activos en la zona”.

Alemania asimila su nueva condición de país de acogida. Tras hacer caso omiso del recelo de sus vecinos europeos y asumir la responsabilidad de lidiar con el drama humano que llama a las puertas del continente, en las administraciones germanas ahora se perfila un plan de integración capaz de convertir el reto en oportunidad. El Estado y la sociedad civil invierten dinero, tiempo y fuerzas en dar cobijo a quienes huyen de la violencia. Se corre el riesgo implícito en todas las grandes decisiones, pero la integración es un hecho y todos sus actores se encuentran ya sumergidos en esta tarea. Desde las oficinas del Consejo Asesor del Refugiado de Colonia temen que la discusión sobre la integración se encalle en la lucha contra la criminalidad, “cuando la prevención es vital para evitar dichos problemas”.

En Alemania, dos de cada tres agresiones sexuales ocurren en el entorno familiar y el 13% de las mujeres sufre violencia sexual (penalmente relevante) a lo largo de su vida

La violencia sexual contra las mujeres es una lacra a combatir todos los días, que debería ser una cuestión de Estado. También en Alemania. Según las estadísticas de la policía, en 2014 hubo 199 agresiones sexuales graves a mujeres en Colonia, seis de ellas en el conocido Carnaval de la ciudad. La media de agresiones sexuales denunciadas durante las tres semanas del Oktoberfest celebrado en Múnich cada año asciende a 200.

“Las denuncias son la punta del iceberg de la cifra real. Si hay algo bueno en todo este revuelo es que las atacadas se atreven a decirlo”, dice Irmgard Kopetzky, que trabaja en Notruf für Frauen, un centro de atención que ofrece apoyo y asesoramiento legal a mujeres afectadas por la violencia sexual. “La reacción de la policía en un día normal cuando vas a denunciar que un hombre te ha tocado la vagina o los pechos en la calle es mandarte a casa con el argumento de que podía haber sido peor”, explica Kopetzky.

En Alemania, dos de cada tres agresiones sexuales ocurren en el entorno familiar y el 13% de las mujeres sufre violencia sexual (penalmente relevante) a lo largo de su vida, según el Ministerio Federal de Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud. Irmgard Kopetzky atiende a mujeres traumatizadas, muchas de las cuales se acercan ahora al centro visiblemente afectadas por los últimos acontecimientos. “Se siente, nos sentimos, instrumentalizadas por la política. Nuestro centro nunca había recibido suficiente atención hasta ahora, tampoco por parte de los medios”.

Para Tanja Wiesenhof, miembro del colectivo feminista Young Struggle de Colonia, “esta es una ocasión para dar voz a las mujeres, para girar la discusión hacia el problema real y diario: la violencia sexual contra las mujeres”. Wiesenhof es una de las organizadoras de la manifestación de mujeres celebrada el pasado sábado día 5 de enero frente a la estación. La siguiente está prevista para el viernes 15. “Daremos el micrófono y a todas las mujeres que quieran venir y no se sientan escuchadas”.

En una esquina de la plaza, junto a las escaleras, la ciudad rinde homenaje a Freya von Moltke, una reconocida activista antinazi durante la Segunda Guerra Mundial. Von Moltke, nacida en un edificio próximo a la catedral, fue miembro del grupo Círculo de Kreisau que se opuso a Adolf Hitler desde el principio. A unos metros de distancia del busto de piedra que la recuerda, un joven habla por el móvil y describe lo que ve. “No sé explicártelo”, dice, “es interesante el ambiente, raro, como si algo hubiera cambiado”.

---------------------------------
En enero CTXT deja el saloncito. Necesitamos tu ayuda para convertir el local en una redacción. Si nos echas una mano grabamos tu nombre en la primera piedra. Del vídeo se encarga Esperanza.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Laura Alzola Kirschgens

Reportera e investigadora. Migración, educación, discurso y cambio social. Múnich, Hamburgo y ahora, Barcelona. Periodista. Máster en Inmigración por la Pompeu Fabra. Extranjera, como lo son todos en algún lugar

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

5 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Juan Montero

    Circunscribiéndonos a un analisis alejado de opiniones politicas, el abrir fronteras para admitir como "refugiados" con tinte de invasión de TODO lo que entre, sin las garantías de conocer sus antecedentes y motivaciones, es un "peligro" para la seguridad de la ciudadanía autóctona, especialmente para las mujeres, ancianos y débiles. La buena voluntad. no debe cegar el sentido común.

    Hace 8 años 2 meses

  2. xes

    Casi diría que la mayoría no la quiere saber. Parece que la convivencia con machistas indeseables están antes que los derechos de las mujeres. http://www.ocacchile.org/el-enfrentamiento-de-las-mujeres-contra-el-acoso-callejero-en-medio-oriente/

    Hace 8 años 2 meses

  3. Beatriz Basenji

    Es posible que falten fuerzas de seguridad en los espacios públicos. Mi padre contaba que años ha, las plazas eran permanentemente recorridas por miembros de las fuerzas de seguridad .Lo mismo en Gran Bretaña. Ahora que tenemos cámaras que filman de modo permanente, también se tienen oficinas de control de todas ellas. De modo que estos hechos no debieron haber ocurrido. Algo está fallando de parte de los controles del Estado.

    Hace 8 años 2 meses

  4. Juan

    Lo de costumbre: a río revuelto, ganancia de pescadores

    Hace 8 años 3 meses

  5. Ha Vett

    Es sorprendente que, aunque fuera Fin de año, no se llamara a los antidisturbios viendo el cariz que tomaba la situación. El remate es que los antidisturbios sí utilizaron los cañones de agua y los botes de gas lacrimógeno con la alegría habitual en las manifestaciones racistas de la semana pasada. Ojalá lleguemos a saber de verdad qué sucedió en algún momento. Lo dudo muchísimo. La verdad es que no se me ocurre un método más eficaz que dejar que se líe algo así para poder dar un giro de 180 º a las políticas de inmigración «por exigencia de la sociedad» y salvando la cara. Si la concentración partió de de un grupo de hijos de puta que iniciaron una cadena de mensajes entre sus amigos hijos de puta; si fueron neonazis que buscaban gentuza dispuesta a comportarse como tal y tener una excusa para vender su moto; si fue un «ataque terrorista» como he leído; o si fue algo más rastrero aún y organizado desde arriba, no creo que lleguemos a saberlo nunca; pero digo yo que, al menos, los policías que estaban en la zona podrán explicar si pidieron ayuda o no y qué respuesta recibieron si lo hicieron.

    Hace 8 años 3 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí