Dibeh Fakhr. Portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja para el Próximo y Medio Oriente
“Madaya es lo peor que hemos visto en Siria”
Amanda Andrades 13/01/2016
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Desde la semana pasada, las imágenes de niños y adultos desnutridos, algunos incluso al borde de la muerte, en la localidad de Madaya, han vuelto a traer a Siria a la actualidad internacional. Médicos sin Fronteras denunciaba el fallecimiento por hambre desde el 1 de diciembre de 28 de personas ingresadas en el centro de salud que esta ONG apoya en la ciudad, ubicada 25 kilómetros al noroeste de Damasco y sitiada desde hace seis meses por las tropas de Bachar el Asad con el apoyo de la milicia libanesa Hezbolá.
Un convoy de 44 camiones con ayuda humanitaria, liderado por Naciones Unidas en colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CRI) y la Cruz Roja Árabe Siria, consiguió llegar este lunes a Madaya. Otra caravana, de 21 vehículos, entró en Foua y Kefraya, dos localidades al norte de la provincia de Idlib y cercadas en este caso por fuerzas rebeldes.
“Madaya es lo peor de todo lo que hemos visto en Siria”, afirma desde Ginebra la portavoz del CRI para el Próximo y Medio Oriente, Dibeh Fakhr, quien critica que todos los actores implicados en el conflicto utilizan el acceso al agua, la comida o los medicamentos, como medio de presión por las partes.
Esta organización humanitaria estima que en estos momentos son en torno a 15 las ciudades o pueblos sitiados. “Hay alrededor de medio millón de sirios que viven en estas zonas. Si sumamos aquellos que sobreviven en lugares a los que es difícil acceder hablamos de cuatro millones y medio de personas” advierte Fakhr.
La portavoz del ICR alerta además de que “un envío de ayuda no salvará a la población”, ya que, como recuerda, 12 millones de personas necesitan ayuda de urgencia. Es necesaria una solución política. “Aquellos que tienen influencia sobre las partes en conflicto deben actuar”.
¿En qué situación han encontrado sus equipos a la población de Madaya, Foua y Kefraya?
Han encontrado a la gente en una situación horrible, que parte el corazón. Puede decirse que lo que hemos visto este lunes en Madaya es lo peor de todo lo que hemos visto en Siria en estos cinco años. Hemos visto gente muy debilitada, delgadísima, pálida, agotada... Personas hambrientas. Personas que estaban muy contentas de ver por fin llegar asistencia humanitaria, pero que, al mismo tiempo --algunos de ellos-- estaban furiosos porque ha tardado mucho tiempo. Algunas personas nos cuentan que no han comido nada en cinco días. La gente sobrevive bebiendo agua hervida con sal o con especias o hirviendo las hierbas que encuentran. Además, hacía mucho frío. La situación de los enfermos es realmente muy grave. Faltan atención médica y medicamentos. Hemos visto casos que estaban realmente entre la vida y la muerte. Necesitan atención médica muy urgente.
¿Y en las otras dos ciudades, Foua y Kefraya?
A estas dos ciudades hemos mandado convoys humanitarios, pero mediante la Cruz Roja Árabe Siria y son ellos los que han hecho la distribución. La información que tenemos, sin embargo, de las personas con las que estamos en contacto en las diferentes ciudades sitiadas en Siria, nos indica que la situación podría ser muy similar. Hablamos de cinco años de conflicto, por lo tanto, hay necesidad de medicamentos, alimentos, agua… Todo aquello que es necesario para sobrevivir o tener las necesidades básicas cubiertas falta en casi todo el país. Así pues, podemos imaginar que en las zonas sitiadas desde hace meses, donde la ayuda humanitaria no consigue llegar, la situación solo puede ser precaria.
¿Cuáles son las causas de la hambruna en estas tres ciudades y en otras localidades sirias?
Podemos decir que en Madaya hemos visto casos de malnutrición, ligados a la falta de alimentos y medicamentos que ya detectamos en octubre. Como no se ha podido enviar ayuda humanitaria desde entonces, la situación ha seguido agravándose. Hay lugares a los que la ayuda no llega o llega muy poca, de una manera no regular, las personas continúan desplazándose, las necesidades son cada día más grandes. Hay por tanto una ausencia en general de alimentos en algunas ciudades y regiones, sobre todo en las que están cercadas. Hablamos de en torno a 15 ciudades o pueblos sitiados por las diferentes partes en conflicto. Hay alrededor de medio millón de sirios que viven en estas zonas. Si sumamos aquellos que sobreviven en lugares a los que es difícil acceder porque las rutas son inseguras o porque las partes en conflictos no aceptan que llegue la ayuda, hablamos de cuatro millones y medio de personas.
¿En qué ha consistido la operación realizada en colaboración con Naciones Unidas?
Ha sido una operación conjunta con Naciones Unidas y la Cruz Roja Árabe Siria. El lunes hubo 44 camiones de ayuda que se dirigieron a Madaya con alimentos, leche y comida para bebés, mantas, medicamentos, material quirúrgico y sanitario. De manera simultánea otros 21 camiones con el mismo tipo de ayuda llegaron a Foua y Kefraya. La operación forma parte del acuerdo conseguido por Naciones Unidas con diferentes actores del conflicto y que ha comenzado por una evacuación de 450 heridos de Zabadani, Foua y Kafraya a finales de diciembre. También se estipulaba que, después de la evacuación, habría un envío de ayuda humanitaria a Madaya,Foua y Kafraya. También incluía Zabadani, pero no hemos ido todavía a esta última localidad.
Han conseguido llevar ayuda a estas tres ciudades sitiadas, pero, ¿qué pasará luego?
En principio, está previsto que volvamos a acudir mañana y la operación debe continuar en los próximos días, pero en el ICR estamos convencidos de que una operación o un envío de ayuda no salvará a la población. Es importante que podamos tener un acceso regular y seguro, sin trabas, a todas las regiones en las que hay necesidades enormes.
¿El hambre está siendo utilizada como un arma de guerra en Siria?
Lo que puedo decirle es que hoy en día todas las partes implicadas en el conflicto, todas sin excepciones, no respetan el derecho humanitario internacional. El agua, la comida, los medicamentos, son utilizados como medio de presión por las partes. Es inaceptable. Todas las personas que viven en lugares sitiados pueden estar viviendo la misma situación que en Madaya.
Hay activistas locales que han denunciado la lentitud de los organismos internacionales, ¿podría haberse hecho mejor?
Lo que la gente no entiende es que tener acceso a estos lugares no es nada simple. Es muy complicado. Necesita mucho tiempo, muchas negociaciones. Hay que negociar con todas las partes en conflicto. La ICR negocia con todos, con los que están en el aire y los que están en tierra. Por ejemplo, los camiones tuvieron que esperar este lunes muchas horas antes de entrar en Madaya porque el acuerdo decía que la ayuda debía ser distribuida de manera simultánea en las tres ciudades. Uno de los camiones que se dirigía a Foua y Kefraya se bloqueó debido al lodo que había en la carretera. El tiempo que se tardó en poner en marcha este camión y que pudiera ponerse de nuevo en ruta todo el convoy provocó un enorme retraso. La gente se preguntaba por qué no entran ya en Madaya. La solución para el conflicto sirio no es entregar ayuda, hace falta una situación política.
Están circulando en las redes sociales imágenes de los bombardeos de Alepo por parte de la aviación rusa que son como mínimo aterradoras, ¿trabajan en esta ciudad?
Sí estamos presentes, tenemos una delegación.
¿Tienen información acerca de lo que está ocurriendo?
No puedo confirmar la información que circula en los medios. Lo único que puedo decir es que el ICR cuando se trata del desarrollo de hostilidades solo discute de ellas de manera confidencial y bilateral con las partes implicadas.
¿Cuáles son los obstáculos a vuestro trabajo?
El gran desafío continúa siendo el acceso, la seguridad. La situación cambia constantemente, el emplazamiento de los combates varía. A eso hay que sumarle la complejidad de actores en conflicto, hay muchos, no son uno o dos para negociar. Hay lugares a los que antes se tardaba en llegar media hora o una hora y ahora tardamos dos o tres días. El conflicto en Siria es cada vez más complicado. En el ICR contamos con los recursos para hacer nuestro trabajo, solo necesitamos acceso.
¿Puede hacer algo más la comunidad internacional?
El mundo olvida en general que hay un conflicto en Siria. Lo triste es que la gente espera imágenes que parten el corazón como las que acaban de llegar de Madaya o como las del campo de refugiados palestino de Yarmouk de hace dos años o las de Alepo para darse cuenta. El mundo no debe olvidar que millones de civiles continúan sufriendo: 12 millones de personas necesitan ayuda de urgencia, ocho millones están desplazados dentro del país, más de cuatro millones han tenido que abandonar Siria para intentar encontrar un lugar en el que refugiarse. Aquellos que tienen influencia sobre las partes en conflicto deben actuar y aquellos que pueden apoyarnos a las organizaciones humanitarias deben hacerlo.
Desde la semana pasada, las imágenes de niños y adultos desnutridos, algunos incluso al borde de la muerte, en la localidad de Madaya, han vuelto a traer a Siria a la actualidad internacional. Médicos sin Fronteras denunciaba el fallecimiento por hambre desde el 1 de diciembre de 28 de personas ingresadas en el...
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Amanda Andrades
De Lebrija. Estudió periodismo, pero trabajó durante 10 años en cooperación internacional. En 2013 retomó su vocación inicial. Ha publicado el libro de relatos 'La mujer que quiso saltar una valla de seis metros' (Cear Euskadi, 2020), basado en las vidas de cinco mujeres que vencieron fronteras.
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