1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

EVA MARÍA GARRIDO / BAILAORA Y COREÓGRAFA

“Hay veces que le digo a Yerbabuena que la odio”

Paco Sánchez Múgica (La Voz del Sur) 2/03/2016

<p>La bailaora Eva Yerbabuena, en el Teatro Villamarta.</p>

La bailaora Eva Yerbabuena, en el Teatro Villamarta.

JAVIER FERGO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Un vuelco a su carrera, nuevos métodos de trabajo, un espectáculo largamente pensado. En plena madurez artística y personal, Eva María Garrido, madre de dos hijas, tiene un DNI oficial en el que pone que nació en 1970 en Francfort. De casualidad. De vuelta a Granada, donde se crió y creció, duplicó su identidad sumando también la de Eva Yerbabuena, que no necesariamente es su alter ego en los escenarios pero que sí da nombre a una compañía de danza flamenca que cumple 18 años. Mayoría de edad para un proyecto artístico que va indisolublemente unido a la música del guitarrista sevillano Paco Jarana, marido de Eva y compañero de fatigas de Yerbabuena.

Estamos en un hueco de uno de los camerinos del Teatro Villamarta. Enjuta y risueña, no deja de mirar a los ojos en cada respuesta. Cuando escribimos esta entradilla ya se ha producido el estreno de Apariencias, el nuevo triple salto mortal de la bailaora y coreógrafa granadina. Cuando se produce la entrevista, apenas faltan poco más de 24 horas más para levantar el telón del XX Festival de Jerez con el estreno absoluto del nuevo trabajo de la Premio Nacional de Danza (2001), una mujer inconformista, una lectora empedernida y amada hija adoptiva de la inmortal Pina Bausch.

¿Qué le da el Festival de Jerez para que usted le devuelva tanto?

Muchísima suerte. Estrené Lluvia, y no he parado de trabajar y fue un éxito impresionante. Espero que con Apariencias ocurra igual, que es estreno también. Además es que me acuerdo que fue un día como hoy, estuvo lloviendo hasta el día de antes. No sé, me gusta mucho Jerez. Cuando entro por Jerez me siento como en casa, es una energía que me gusta, es un reto que me ayuda, que me da impulso…

Habla de suerte, ¿es supersticiosa?

¡Sí, claro! [risas].

Su rostro, además, compone la imagen bicéfala, junto a Mario Maya, que ilustra el cartel de esta edición tan especial. 

Es una apariencia [risas], nunca mejor dicho. Te ves ahí y dices: madre mía, ¿así soy? Pero bueno, es maravilloso y estoy encantada. Este Festival es cercanía, arte, que es lo principal, y se ha convertido para los artistas en un punto de encuentro que nos encanta, sobre todo para contarnos artísticamente cuáles son las inquietudes de cada uno de nosotros.

¿Queda algo que no sea apariencia en la sociedad de hoy?

Uf, lo veo muy difícil yo ¿eh? De hecho Apariencias es un pensar, un sentir y una reflexión en voz alta de todo lo que nos está pasando: diferencias sociales, religiosas… Ahí se toca todo esto, es un trabajo que no es solamente voy a disfrutar, a cantar, a bailar… Hay interpretación y cuando lees la sinopsis son todo preguntas porque, en este sentido, tengo muchísimas dudas y no puedo conformarme con nada de lo que está pasando. A veces todo lo que me rodea me parece irreal, me tengo que preguntar dónde estoy viviendo y por qué estamos viviendo esto. Una película que me afectó mucho en su momento fue El show de Truman y hay momentos en los que digo ¡hostia, es increíble! Hay mucho control, mucha manipulación, mucha mentira, ya no sabes en qué creer, y no es fácil.

La muerte es el gran símbolo del espectáculo, es inevitable que estuviese

¿Hay que saber pararse?

Pararse siempre es necesario. Creo que ya no solamente en la vida de cada ser humano, en lo artístico también. Hay un momento en el que tienes que saber controlar, es lo más difícil, pero es imprescindible, vital.

Usted ha bailado a la soledad, a la pérdida, a la memoria. ¿Cómo se le baila a la muerte?

Es la única apariencia que nos hace iguales a todos. En términos generales. Ahí no hay ni diferencia de clases sociales, ni hay poder, ni hay influencia. Nada.

El que se tenga por grande, decía la petenera.

Exaaactamente. Es eso. Entonces eso tiene que estar en la obra, es inevitable. Es el gran símbolo del espectáculo.

¿Es malo gustarle a todo el mundo?

Quizás es más malo para ti que para el mundo. Es muy difícil gustarle a todo el mundo, los artistas cuando vemos que todo el mundo te dice qué bien, malo. Nadie mejor que uno sabe qué tiene y de qué carece. Eso lo tengo clarísimo. Te digan lo que te digan tú tratas de buscar siempre lo que necesitas. Y menos en el momento en el que vivimos. Antes cuando veías bailar o escuchabas a alguien, o te pasaba algo en la cotidianeidad, te conmovías, te impresionaba, decías: ¡Dios, ¿esto qué es?! Hoy ese sentimiento cada vez está más perdido, continuamente tenemos muchísima información, hay mucha técnica.

 

Eva Yerbabuena, durante la entrevista. / JAVIER FERGO

Eva Yerbabuena, durante la entrevista. / JAVIER FERGO

Ya no es irse a ver el trabajo de alguien y sentir que poco a poco ese sentimiento se ha ido haciendo tuyo. Luego, cuando voy a hablar otra vez de ese sentimiento, hablo, pero no es una copia de aquello que vi sino que he sido capaz, por no poder volver a verlo, de adaptarlo y hacerlo mío. Ocurre como con las historias familiares, pasa algo en la familia y cuando pasan unos años cada uno lo ve de una manera: así no fue, así sí, estábamos, no estábamos. Pasa con todo.

¿En quién se transforma la Yerbabuena cuando se levanta el telón?

Has ido al grano [risas]. Te puedo decir que Eva Yerbabuena al comienzo de este espectáculo empieza despojándose de todo aquello que haga posible que los demás te consideren flamenca. No te puedo decir más. He necesitado despojarme de todo para saber qué es lo que realmente necesito. Por eso este espectáculo ha ido de no tener nada a ir evolucionando y coger su propio camino.

¿Y en general, cuando sale al escenario, quién es usted?

Hay un juego maravilloso que yo no quiero perder nunca. Eva no sería Eva sin Yerbabuena. Yerbabuena no sería Yerbabuena sin Eva. De hecho, el espectáculo, no te lo debería de decir, pero termina con un poema de Miguel Hernández que es maravilloso…

¿Y eso es más de Eva o de Yerbabuena?

Es de Miguel [risas]. Es mucho de Miguel pero mira, termina diciendo: de tanto amarte te odio y de tanto odiarte te amo, y eso a mí me pasa muchas veces.

Estoy cansada del flamenco más puro, menos puro, más vanguardista, descontextualizo, deconstruyo. Hay una moda, esto se lleva y lo hago

¿Contigo misma?

Claro, hay veces que le digo a Yerbabuena: ¡te odio!, y a veces que Yerbabuena me dice a mí: te amo. Es lo que nos tiene… ahí.

¿Siente miedo en algún momento del proceso creativo o cuando se enfrenta al público?

No. El miedo lo siento cuando ya está aquí el espectáculo. Entonces digo: ya no hay solución. Aquello que me ha hecho sentirme segura de que esto es lo que quiero, esto no, esto sí, esta luz no, sí a esta música… Eso que te ve la gente y te dice, déjame que te explique y le dices no, no, no, porque ya lo tienes claro. Cuando está y lo ves, dices: ¿qué hago, para dónde tiro? Ya no, ya está ahí. Pero de verdad que estoy muy contenta, hay cosas que ya no podía callarme. Estoy un poco cansada de historias de flamenco más puro, menos puro, más contemporáneo, más vanguardista, descontextualizo, contextualizo, deconstruyo, construyo. Hay una moda y entonces esto se lleva y lo hago. No ha sido fácil, llevo un año y medio de locos. Hay una frase de Nietzsche que para mí es lo más flamenco del mundo, es algo que está pasando: es necesario ser un mar para que una corriente turbia no te haga impuro. Algo así era. No sé cuántos años hace que escribió eso pero es lo que está pasando ahora.

¿Hay muchas corrientes turbias en la danza flamenca?

Puf. Muchísimas.

Schonpenhauer decía que era la maldad la que distingue sobre todo al hombre de los animales, ¿qué hay más en este mundo de la danza y el flamenco, maldad o vanidad?

[Risas]. Mira, creo que siempre ha estado todo. Cambian las medidas. Un perfume es más fuerte, más dulce, pero es perfume. En el flamenco es igual: habrá habido malicia, habrá habido envidia, sentimientos más inocentes, pero la diferencia está en medir qué es lo que tienes tú más acentuado de todo. Puedes ser un intérprete conmovedor, pero a lo mejor como persona eres un hijo de puta. Entonces qué quiero yo, ¿comer contigo o me siento en un patio de butacas y te veo? Pues decido yo. Tengo que decidir para que no me afecte ni una cosa ni la otra. No es fácil.

 

Eva Yerbabuena, durante la entrevista. / JAVIER FERGO

Eva Yerbabuena, durante la entrevista. / JAVIER FERGO

¿Ha tenido la tentación de arder en la hoguera de la vanidad?

Ay, la vanidad. Paco [Jarana] me dice muchas veces: “cariño, no se puede despreciar a nadie que se acerca”. No es desprecio. No puedo despreciar a nadie que se acerca a decirme “Eva, me haces llorar”. Hasta ahí puedo llegar. Pero mi oído está educado para retorcerse cuando alguien me dice cosas como 'qué grande eres'. Cierro. Ahí no hay nada que hacer porque no es así. Es que no hay nadie mejor que nadie ni nadie más grande que nadie. Somos diferentes y esa es la riqueza que puede llegar a tener un país, que cada uno es diferente. Si no, no tendríamos donde escoger, seríamos máquinas.

¿Cómo traduce el lenguaje musical de Paco Jarana a su baile, cómo es el proceso, se entienden sin mirarse ni oírse?

Paco es maravilloso. Para mí, y separando que es padre de mis hijas y compañero, tiene una habilidad que muy pocos la tienen. Él guía, te lleva: “cógete de la mano y vámonos”. Va acentuando todo lo que necesita ese momento. Es increíble. Cómo hay música presente cuando hay un silencio. Cuando tenemos una rueda de prensa o algo le digo: Paco, me da mucha pena tener que definir yo tu música porque a lo mejor no es lo que es, o lo que tú entiendes. Y él dice: a mí no me preguntes, yo no te voy a decir qué es lo que he hecho. Es una pasada. Ha sido un proceso muy enriquecedor. Me reuní con Antonio Coronel y con él, y les dije: mirad, yo tengo la necesidad de tener una voz negra en el espectáculo. Mi creencia no está en la India, creo que todos venimos de África, todo nace de ahí, era una necesidad que tenía que calmar y necesitaba esa voz para ver a dónde me puede llevar. Lo entendieron, ahí está y han enriquecido la idea con el lenguaje musical. La primera música que se escucha es de Antonio, muy ancestral, cascabeles y tambores.

¿El escenario da la felicidad, la ha encontrado ahí?

Sí, sí, he encontrado la felicidad porque te das cuenta que hay momentos en los que te evades, creces, aprendes, tienes la oportunidad de viajar, conocer otras culturas… todo eso te lo da el poder compartir escenario, no solamente aquí si no fuera. Hay cosas que conoces a través del público. Cada día vas conociéndote a través de desconocidos. Es increíble pero es así. Nunca me imaginaba que la gente podía percibir esto o que yo podía transmitir esto.

Hay cosas que conoces a través del público. Cada día vas conociéndote a través de desconocidos. Es increíble pero es así

¿Para qué le ha servido la crisis? Imagino que habrá tenido apuros con su compañía.

Uf [risas], mejor no hablamos de apuros. No pretendo ir contracorriente, pero simplemente es que cada uno tiene una necesidad y yo no soy de decir 'como ahora hay crisis y no tengo, pues voy yo sola'. No. Yo tenía la necesidad de ir sola después de tener a Marieta [su segunda hija], ahora no. Ahora necesito rodearme de cuatro bailarines, de voces, es una necesidad.

¿Cansa que la comparen con Pina Bausch?

Hombre por Dios, para mí es un honor. Sería horrible y muy absurdo pensar otra cosa. Es impensable que me lleguen a comparar con Pina. Pina lo que me ha dado es amor, seguridad, me ha ayudado a no tener miedo, me ha ayudado diciéndome: “Eva, tienes intuición, y esa no te va a fallar”. Y es lo que el ser humano cada vez trabaja menos. Entonces, confía en eso. Lo que te dicte el corazón, hazlo.

¿Esa fue su gran lección?

Sí, sí. Y observarla. Ella era un ser especial y distinto a todos los seres que yo he conocido. Cuando también me dicen que les recuerdo a Carmen Amaya; me quiero morir. Me da pavor, madre mía. Todo lo contrario. Esas cosas son un honor. 

Esta entrevista se publicó originalmente en La Voz del Sur.

Un vuelco a su carrera, nuevos métodos de trabajo, un espectáculo largamente pensado. En plena madurez artística y personal, Eva María Garrido, madre de dos hijas, tiene un DNI oficial en el que pone que nació en 1970 en Francfort. De casualidad. De vuelta a Granada, donde se crió y creció, duplicó su identidad...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Paco Sánchez Múgica

Autor >

(La Voz del Sur)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí