1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

NOVELA POR ENTREGAS

García contra la España zombi

Capítulo I, donde arrancamos por todo lo alto con Nixon, Kissinger, Franco, el Príncipe de España y Pedro Sánchez

Guillem Martínez 1/08/2016

FURIBUNDO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La historia es sobradamente conocida. Sucedió durante el viaje de Nixon a España. Esto es, en 1970. España olía a anís y a calcetines a cuadros. Se le recibió por todo lo alto, al pollo. Tiraron la casa por la ventana. Le tuvieron dando vueltas una semana. Que si a un tablado, que si a los toros, que si una tuna, que si a comer cochinillo en Casa Cándido. Se le hizo cofrade de la Hermandad del Torrezno, de los vinos de Jerez, de la lamprea, de la RAE, de su puta madre. Los catalanes la liaron, y le hicieron miembro de no sé qué del all-i-oli. El tío no paraba. Le hicieron bajar a una mina, en la que un minero había construido el Cristo de Lepanto con la cera de las orejas que había recolectado durante décadas. Allí se les ofició una misa minera. Nixon alucinaba. El Príncipe heredero hacía los honores en esos periplos. De vez en cuando, Nixon decía: "Pero Franco...". Y el Príncipe: "Está muy liado, mañana, mañana. Ahora, vamos a comernos un cochinillo, hombre". Al final, cuando ya se había comido medio PIB, consiguió, por fin, ser recibido por Franco. Imagínate. El Pardo. Estaba el No-Do, EFE, TVE, toda la pesca. Supongo que estaría hasta el Capitán Estadella. 

--¿El Capitán Estadella? ¿Ese friki? 

Esto lo dije yo. Hola. Me llamo García, y esta es mi primera participación oral en esta historia. Como gran frase, no es la pera. Soy periodista. Más concretamente, periodista de la base de su cadena trófica. Ese tipo de periodista pringuis y que trabaja en agosto. El Señor Jabugo, el tipo que está explicando esta historia de Franco, Nixon y toda la tropa, es mi jefe de sección. Por lo que siempre es aconsejable escucharle con atención. Se le conoce como Señor Jabugo por esa manía que les dió a los cracks del periodismo de los 80, consistente en suplir su nombre por sus iniciales. Así, el Señor Jabugo, para su desgracia posterior, suprimió su Juan José Jiménez Jiménez, con el que vino al mundo, por JJJJ. Cuatro jotas. Un Jabugo meditado. El Señor Jabugo prosiguió con lo suyo:

--Friki no. El Capitán Estadella es historia viva del periodismo patrio, zoquete. Un poco de respeto a los clásicos. Bueno. El Pardo, el No-Do, el Capitán Estadella. Y allá, Nixon y Kissinger, más despistados que una cabra en un garaje. Un cabo furrier, con uniforme de Regulares de gala, les guía por los pasillos. Al final, entran en una sala. Nixon y Kissinger se encuentran de morros, por fin, con el Caudillo. A su lado, el príncipe heredero, que les saluda con la manita. Franco está en una silla. Ni se levanta. Nixon y Kissinger hacen el paripé y se sientan. Y Franco que no dice ni pío. Les mira con cara de póquer. Y ahí tienes a Nixon, un tipo que, según cómo se levante, te bombardea Camboya, acojonado. Traga saliva, y empieza a hablar de los fuertes lazos de amistad entre Norteamérica y el noble pueblo español. Y Franco como si viera llover. Nixon ya había agotado la perorata que tenía preparada, y había pasado a hablar del tiempo cuando, de pronto y por primera vez vez en la última hora, Franco emitió un sonido. 

--¿Qué dijo?

--No dijo nada. Fue un ronquido. Franco se había quedado ceporro.

--Se ha quedado ceporro --dijo el Señor Jabugo que dijo el Príncipe.

Kissinger, en ese preciso instante, se quitó los zapatos y emitió un suspiro de alivio.

--Me disculparán. Son ya varios días dando vueltas. Tengo los pies como melones.

-Haga, haga, está en su casa. Su excelencia puede pasarse horas así. El otro día también se quedó traspuesto en una recepción de la ONCE. Como que no lo veían, y esperando que su Excelencia rompieran el hielo, no dijeron nada. La cosa duró doce horas. Salieron deshidratados. Qué de reir. Bueno. Si les puedo ser de utilidad, no lo duden. 

Kissinger y Nixon intercambiaron una mirada de inteligencia. 

--Pues la verdad --dijo Kissinger--, es que no tenemos mucho de qué hablar. Todo el negociado diplomático ya ha sido cerrado entre nuestra embajada y su Gobierno. Veníamos más que nada por curiosidad.

--Pues ya ven.

--No, si en este trabajo ves de todo.

--En serio, ¿no puedo ayudarles en nada?

--Francamente, no se me ocurre.

--Pues vaya. Pues qué cosas. ¿Les apetece tomar algo? ¿Cochinillo?

--No, por Dios.

--Debería saber que el señor Kissinger come kosher. De hecho, deberían saberlo todos. Nuestra embajada fue muy clara en ese punto mientras se negociaba el viaje. Y lo ha sido cada día, varias veces, desde que el viaje oficial se inició.

--Pues yo, si no les importa, me pediré un cochinillo.

El Príncipe salió. Pegó un grito desde la puerta. Al cabo, vino el cabo furriel con uniforme de gala de Regulares. Con tres raciones de cochinillo. Se inició entonces una conversación de besugos, que interrumpía periódicamente un silencio tedioso.

--Una pena que hayan venido ahora, y no en temporada de caza. Hubiéramos hecho una montería y nos hubiéramos puesto las botas cazando koshers como psicópatas. ¿Los koshers son esquivos, o son como el jabalí o el elefante, que vienen de frente?

El Príncipe, un profesional, un hombre mundano que conocía varias lenguas, entre ellas, claro, el inglés, no cejó en su empeño de abrir vías y accesos, desde ese momento, hacia una conversación estructurada. Y créeme que lo intentó todo. Kissinger, un piernas, parece que se animó cuando el Príncipe sacó su última carta. Pilinguis.

--....Pues si va, pregunte por la Lunares.

--¿Puede deletrearme La Lunares?

Pero la conversación dejaba corrido a Nixon, un cuáquero como el carajo de una vela. Por lo que la conversación volvió a morir.  En eso, el Príncipe sacó su última carta. No era ni una carta. Era una estupidez. Pero, con ella, por fin, cambió el ambiente en la sala.

--¿Y qué? ¿Cómo van los viajes a la Luna?

Nixon y Kissinger volvieron a intercambiar una mirada.

--Bien, bien, muy bien. Bueno, ya sabe, la NASA ha restringido un tanto sus operaciones. Pero sí, subimos a la Luna, bajamos de la Luna y así.

Nixon cortó a Kissinger.

--Va, díselo, Kissinger. 

Kissinger dudó.

--Que se lo dices tú o que se lo digo yo, hombre.

--Presidente, acordamos que no diríamos nada a nadie. Es materia reservada y estamos sujetos a ley al respecto. 

--Mira a tu alrededor, Henry. Esto es nada y nadie. No va a salir de aquí. Además, me muero por decirlo. Nunca podemos decirlo. La cosa tiene su cachondeo. O lo decimos aquí y ahora, o nunca lo diremos.

--Me tienen en ascuas.

Kissinger miró a Nixon con seriedad. Luego, sin cambiar de expresión, le sonrió. Acercó su cuerpo hacia el Príncipe, para comunicar que en breve se adentraría dentro del mundo de la confidencialidad internacional, tal vez por primera vez en su vida. 

--Verá, se lo explicaré. Pero, en primer lugar, podría apartarme este cochinillo de los morros.

--Sí, claro. Disculpe.

--Hemos contactado.

--Sí, yo también lo noto.

--No. Verá. Lo que quiero decirle es que, en uno de los primeros viajes lunares, en la etapa Johnson, tuvimos un contacto.

--Pues no lo recuerdo.

--Que contactamos con los marcianos, coño --dijo Nixon.

--Bueno, no son de Marte. Son de un planeta que está a un huevo de aquí. Les llamamos extraterrestres.

--No me jodan. ¿Han hablado con los marcianos?

--Hace cinco años que hemos establecido conversaciones oficiales.

--¿Y cómo son?

--Son... De otro mundo.

--Qué fuerte. ¿Y de qué hablan?

--De todo. Y de nada.

--Jé, como nosotros hoy.

--Le puedo garantizar que, como nosotros hoy, no. Intercambiamos información. A varios niveles.

--¿Y cómo son?

--No los hemos visto. Bueno, hemos visto fotos. Las reuniones se celebran en la cara oculta de la Luna.

--¿Por las noches?

Nixon intercambió otra mirada con Kissinger, como diciéndole ves-como-no-había-peligro.

--Sí. Por las noches --Kissinger suspiró--. Y lo sorprendente es que son como nosotros. Bueno. Casi. Tienen el corazón a su derecha. Fuman como carreteros, eso es otra curiosidad.

--Vivir para ver. ¿Y nunca han venido a la Tierra?

--Se han hartado de venir a la Tierra. De hecho, y esto le interesará, tienen un núcleo, una base, un nodo importante en España.

--No me diga. Siempre había sospechado que el NO-DO tenía algo raro. Así que eran marcianos...

--Lo que quiere decir mi Secretario de Estado es que hay un núcleo estructurado de extraterrestres aquí, en su país.

--Hala. ¿Y qué hacen?

--Trabajo de campo.

--Monterías. ¿También comen koshers? ¿Me dijo que era una bestia frontal o esquiva?

Kissinger se levantó. Se llegó hasta la pared. Se golpeó la cabeza contra la pared en varias ocasiones. Luego miró, desesperado, a Nixon.

--Todos los latinos son iguales, Presidente. La semana pasada volví a contactar con aquel general chileno, Pinochet. La embajada le pidió una cita urgente. Y el mamón va y les envía, por telegrama urgente, una frase de un romano.

Nixon asistía a estos eventos con un espíritu fascinado, más divertido.

--Henry, dile lo de la mujer.

--¿Lo de la mujer?

--Lo de la mujer.

--¿Qué es lo de la mujer?

Kissinger recuperó su compostura. Volvió a sentarse.

--Verá. Nos han hecho saber que sus contactos con la población han ganado en intimidad.

--Natural. Somos un pueblo abierto.

--Lo que está intentando explicarle mi secretario de Estado es que han abducido a una mujer. Una española. Nos han comunicado que fue sometida a un proceso de inseminación y que, en la actualidad, está embarazada. 

Kissinger y Nixon hicieron aquí una pausa dramática, esperando algún tipo de reacción del Príncipe. No la hubo. Salvo que pensemos que volver a coger el plato de cochinillo que había en la mesa, ponérselo en su falda, y empezar a roer una costilla, fuera una.

--El primer ser de una nueva raza está a punto de nacer en su país. ¿No le impresiona?

--Pues, la verdad, no. Este país está repleto de mujeres a las que las embaraza un marciano, que luego se va pitando. Si yo les contara...

--Nos hemos comprometido ante los extraterrestres a no realizar ningún tipo de seguimiento de esa mujer. No obstante, ustedes son otro Estado, un país amigo, y si quieren investigar, están en su derecho. Claro, después tendrían que intercambiar con nosotros la información resultante, de manera fraternal. ¿Quiere saber cuál es el nombre de esa mujer?

--¿La Lunares? --dijo el Príncipe.

--¿Cuál era el nombre de esa mujer? --intervine yo.

--Ninguno. El Príncipe pasó ocho pueblos. Dijo que él era un caballero, y que entre caballeros, terrestres o no, esas cosas debían de transcurrir en la estricta confidencialidad y discreción. Al poco, Franco se despertó, y entre todos le cambiaron los dry nights. Una cosa llevó a otra, abandonaron la conversación y se fueron pitando. De hecho, no volvieron nunca jamás.

--¿Y para qué me explica esta historia?

--Porque es agosto. Y todo el mundo explica historias chorras en agosto. Esta es la mía. Bueno, todos menos Pedro Sánchez, que no abre la boca de la cara desde las pasadas elecciones. 

El Señor Jabugo dio por zanjada su historia y su momento de asueto y pasó a ponerse en modo trabajo. Me explicó mis deberes. Hoy había Consejo Federal en Ferraz. Había conseguido el compromiso de la jefa de prensa de Sánchez de que, a la finalización de la cosa, Sánchez daría unas declaraciones a nuestro egregio diario.

--Dirá poco, o nada. Pero tú te estás ahí. Quiero un articulete para hoy. Intenta que se moje, a ver si finalmente votará al PP por la vía rápida, o por la lenta. O si se hará el sueco. El tío anda zombi, pero se hacen hasta películas con zombis. Y tú sólo tienes que hacer un artículo. Ya estás arreando.

Y, en efecto, a los pocos segundos ya estaba en la calle, no sólo sin saber si Sánchez me diría o no algo, sino sin saber aún que la historia, chorra, que me había explicado el Señor Jabugo no lo sería, en breve, tanto para mí. Sin saber que, en efecto, Sánchez estaba dentro del campo semántico zombi mucho más de lo que creía el Señor Jabugo. Y, por encima de todo, sin sospechar siquiera que, en muy pocos minutos, yo iniciaría una relación de amistad íntima con mi opuesto, el Capitán Estadella, el periodista más friki de Madrid, ese biotopo en el que hay tanto para elegir.

No se lo pierdan. 

La historia es sobradamente conocida. Sucedió durante el viaje de Nixon a España. Esto es, en 1970. España olía a anís y a calcetines a cuadros. Se le recibió por todo lo alto, al pollo. Tiraron la casa por la ventana. Le tuvieron dando vueltas una semana. Que si a un tablado, que si a los toros, que...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Jesús Díaz Formoso

    A ver si en el Capítulo II toca el cómo se llevó Vicente Navarro, el autoexiliado, a Carrillo al Departamento de Estado Yankies.go.home, dónde Kissinger le dió sus bendiciones y le impuso su peluca, de común acuerdo con tecnócratas y falangistas que, entonces, estaban repartiéndose nuestro futuro, atado y bien atado por estos dos extremos, Falngistas y tecnócratas, transactos travestidos de demócratas.de.toda.la.vida; fundadores del actual Franquismo.sin.Franco, preludio de una Democracia.con.tapujos que nos ha dado estos "otros" 40 años de felicidad y alborozo. Fíjense sino en los Socialistas más comprometidos con "lo suyo" - http://www.abc.es/espana/galicia/abci-jose-bono-espero-psoe-abstenga-201607292259_noticia.html // NAvarro, el viejo profesor de la CIA, que nos cuenta noseque de su exilio, en vez de hablarnos, el burguesito y espía, de sus viajes "de estudios" en cia (de compañía, mal pensads, pero acertados).

    Hace 7 años 7 meses

  2. Jesús Díaz Formoso

    El Tribunal Constitucional, y no solo Ausonia, da alas. Da alas al PP, buscando un enfrentamiento con los nacionalistas en época de traiciones postelectorales y conspiraciones preelectorales. Los del PP salvarán a la patria en llamas!! Nos dirá Rajoy, mediante sus periodistas independientes, pero buenos católicos, que solo el PP puede garantizar la convivencia pacífica, y apagar el incendio "imprevisto", mientras esconde la caja de fósforos en su manga ancha como Castilla. El Tribunal Constitucionalero, afortunadamente, va teniendo la consideración que se merece, y parece que pocos verán con malos ojos que se les mande a tomar por allí. Aunque los boots y los trolls se ocuparán de que parezca l o contrario. Cada vez cuela menos; pronto entre cero y nada. Sin embargo, la oposición indignada y antisistema anda muy preocupada en garantizar que sus candidatos y cargos públicos puedan acreditar su absoluta sumisión al Sistema, así como Certificar que se encuentran al corriente del cumplimiento de sus obligaciones fiscales y legales en general. Cuando acaben de garantizarlo, pasarán a los perdones. Pedir perdón por las gamberradas, que no eran protestas, sino rabietitas de niñatos mimados. Saldrán de su Central Circus con las camisas azul falange, tintadas de rojo infiltrado, dando un bonito tono morado.

    Hace 7 años 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí