“¿Sí?, ¡Hola, César! Muy bien, estoy animado...” Por la inmediata disposición en coger la llamada y el idioma utilizado en la breve conversación telefónica, voy a cometer una indiscreción y aventurar que el interlocutor de Xoaquín Fernández Leiceaga (Noia, A Coruña, 1961) es César Luena, secretario de Organización del PSOE. La buena disposición de ánimo del candidato socialista a la Xunta de Galicia se produce poco después de que la encuesta del CIS pronosticara que el aspirante a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, del PP (aunque en los carteles prácticamente no aparecen las siglas) no se va a tener que mudar de la residencia oficial de Monte Pío, y no es el único sondeo que le augura que no habrá mudanza. Pero ser candidato del PSdeG-PSOE a la presidencia de Galicia nunca es una tarea fácil. En ocasiones, el designado parecía haber sacado la paja más corta. Aunque ahora no ha sido así y, por vez primera en la historia del partido en Galicia, este prestigioso profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago se ha ganado la candidatura en unas primarias bastante disputadas. Quizá por ambos retos Leiceaga, conocido por Xocas, el diminutivo tradicional de su nombre de pila, muestra en la cartelería un rostro decididamente firme, con la mirada acero de Daniel Craigh, mientras la franja azul de la bandera gallega sobre la cara recuerda al Mel Gibson de Braveheart. En la entrevista muestra, además, cintura.

Después de haber sido diputado en dos legislaturas, y portavoz del grupo parlamentario, se había retirado a la universidad e incluso había tenido tiempo para escribir una novela, Agosto de memoria e morte, ¿por qué quiso ser candidato?

Por vocación política, y por ver que podía aportar algo, básicamente creo que una cierta renovación del PSdeG, y conectar con la pulsión más galleguista que tiene este partido.

 Creo que puedo conectar con la pulsión más galleguista que tiene este partido

Tuvo una cuota importante de presencia y de poder, ¿lo echaba de menos?

No. Sentí que todavía podía dar un poco más. Ese sentimiento facilitó que tomara una decisión, que me costó trabajo, porque yo estaba muy cómodo en la Universidad, haciendo un esfuerzo por retomar mi vida profesional. Pero pasó por delante esta oportunidad y decidí aceptar el envite. 

¿Quién se lo hizo?

Varios dirigentes del partido, de distintas provincias. Después, antes de tomar una decisión, hice también una ronda de llamadas a 20 o 30 personas, con resultados muy diversos, como es habitual, pero que me convencieron de que podía ser razonable que me presentase.

Entre los socialistas gallegos rige aquello de Pío Cabanillas: “¡Al suelo, que vienen los nuestros!” La confección de las listas fue todo menos pacífica, con buena parte del partido alzado en declaraciones.

Hay un nuevo procedimiento de elección de candidatos en el partido, que son las primarias, en las que votan todos los militantes, y el resultado fue claro. Los militantes prefirieron que yo encabezase la candidatura, pero esto choca con la tradición del partido en el que los cuadros políticos siempre tenían un peso importante. Creo que es necesario instalar con claridad la cultura de las primarias en el funcionamiento del PSOE en general y en concreto en Galicia. Aunque quizás también influye que coincide que no soy el secretario general del partido, algo también nuevo.

¿Cómo definiría la campaña?

Es necesario instalar con claridad la cultura de las primarias en el funcionamiento del PSOE en general y en concreto en Galicia

Hay un intento del PP por una campaña plana, que haya poco debate, como si todo estuviese decidido ya, porque lo que trata es de desmovilizar al electorado progresista que quiere cambio, que es mayoritario en Galicia. Una campaña en la que el PP quiere que se discuta solo sobre la figura de Feijóo, como si no fuese del PP, cuando Feijóo es más del PP que Fraga. Todo lo que es en su vida política se lo debe al PP, mientras que Fraga era del PP porque lo creó él. Nosotros queremos que se discuta de políticas concretas: que pasó con la sanidad, con la educación, con el empleo, con la desigualdad... Esas son las claves, el nivel de movilización del electorado por una parte y otra, si discutimos de políticas o nos dejamos engatusar por discusiones de otro tipo que no son tan importantes, como que va a pasar después del 25, pactaría usted con no sé quién... que son interesantes, pero lo fundamental es el para qué.

¿Cree que el electorado progresista es hoy mayoritario en Galicia?

El que quiere cambio, sí. Hay un porcentaje mayoritario de la sociedad que quiere ver a otro partido en la Xunta. Si ese electorado va a votar, está claro que se va a producir un cambio. La cuestión es que se emiten muchos mensajes para desanimar ese voto, entre otros el que da igual lo que uno haga porque al final va a haber un presidente del PP.  

¿Por qué se presentó Feijóo?

Seguramente porque desde el PP de Madrid le pidieron que hiciese el esfuerzo, y poder estar después en condiciones de saltar a la Villa y Corte si hay necesidad. Yo creo que no quiere seguir aquí. Ya anunció que si pierde se va, algo que era absolutamente innecesario en estos momentos. Feijóo está negando en campaña ocho años de gestión. Está prometiendo lo que le negó a la ciudadanía en todo este tiempo. Ese es su gran fraude. 

Todo lo que es en su vida política se lo debe al PP, mientras que Fraga era del PP porque lo creó él

Este proceso electoral está siendo un tanto anómalo. Feijóo confirmó que optaba a la reelección a principios de mayo, el mismo mes en que se celebraron las primarias del PSdG, En Marea no tuvo su candidato definido hasta comienzos de agosto, y el BNG confirmó a su candidata en primavera. Un presidente con un conocimiento universal se enfrenta a tres rivales que al inicio de la campaña superaban en poco el 50%. 

En parte fue una decisión de Feijóo que adelantó las elecciones, pero en parte también porque la dinámica política es tan complicada, con ese encadenamiento de procesos electorales, que deja poco espacio para tomar decisiones. Hay que atender a las elecciones, a las investiduras… 

¿Qué cree que pasará este domingo?

Yo diría que el PP pierde la mayoría absoluta y nosotros lideramos un gobierno alternativo. 

Así, sin concretar.

Es difícil hacer vaticinios más precisos. El electorado hoy es muy volátil, cambia el sentido del voto incluso el mismo día de las elecciones. 

Da la impresión de que los tres candidatos de la oposición tienen bastantes puntos en común, además de que usted y Luis Villares (En Marea) fueron militantes del BNG y Ana Pontón (candidata del BNG) obviamente lo sigue siendo.

Feijóo está negando en campaña ocho años de gestión. Está prometiendo lo que le negó a la ciudadanía en todo este tiempo. Ese es su gran fraude

Hay una cierta renovación generacional, algo más evidente en los otros candidatos que en mí,  y eso hace que en la definición de trazo grueso pueda haber más coincidencias. Después yo creo que hay trayectorias políticas muy diferentes. Villares no tiene ninguna experiencia política, la única experiencia de Ana Pontón es la política y en mi caso combino una experiencia profesional dilatada con una experiencia política también larga. Después hay diferencias en las políticas que defendemos. Nosotros tenemos una propuesta más de gobierno, de ser capaces de aguantar la Xunta de Galicia, y aspiramos a que eso se vea y se reconozca. Ya tuvimos la presidencia de la Xunta, y la gente sabe que será el PP o nosotros. Gobernamos tres de las cuatro diputaciones y tenemos cien alcaldías. El BNG tiene también una cierta experiencia y tradición de gobierno y de colaboración con el PSOE. Las Mareas son más incógnita, porque allí donde están gobernando los resultados están, por decirlo así, por debajo de las expectativas, y en muchos lugares no tienen presencia de gobierno. Y creo que ni siquiera tienen esa vocación. 

¿Si En Marea fuese entonces la primera fuerza de la oposición no habría pacto para desalojar al PP?

No contemplo esa posibilidad. Yo repetí en las elecciones generales aquí en Galicia que no iba a haber sorpasso, que iba a haber sorpresa, los sondeos se equivocaron claramente [el 20D, En Marea obtuvo en Galicia el 25,01% de los votos y el PSOE el 21,33%. El 26J, con Leiceaga elegido candidato, En Marea tuvo el 22,18% y el PSOE el 22,25%]. Y en las encuestas del CIS, los ciudadanos gallegos a la pregunta de quienes prefieren como alternativa, señalan al partido socialista. Sobre hipótesis prefiero no pronunciarme

Siempre tiene que haber un plan B, ¿no?

[pausa] Bueno, en todo caso nosotros decimos que queremos ser la garantía del cambio.