Análisis
El PNV triunfa y reafirma su liderazgo
Tres de cada cuatro de los parlamentarios elegidos se ha comprometido, durante la campaña, con el derecho a decidir de los vascos. Además de los nacionalistas, Bildu y Elkarrekin Podemos darían su apoyo a una iniciativa en este sentido
Isabel Camacho / Gorka Castillo Bilbao , 26/09/2016
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El PNV arrasa en las elecciones vascas, supera el bajón de los comicios generales y obtiene 29 escaños de un total de 75, dos más que en las anteriores autonómicas. Este triunfo le permitirá pactar con cualquiera de las otras fuerzas políticas aunque es mas que probable que se decante por el PSE-EE, con el que llegó a acuerdos en el Gobierno, diputaciones y municipios en la pasada legislatura.
Los socialistas han sufrido la mayor debacle de su historia con una pérdida de 7 escaños. Sin embargo, los 9 logrados sumados a los de los nacionalistas logran la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria. EH-Bildu aguanta la aparición de Elkarrekin-Podemos y se convierte en la segunda fuerza con 17 representantes. La marca morada rompe las expectativas generadas en los dos comicios generales cuando fue la más votada y se estrena en la Cámara vasca con 11 parlamentarios. El PP supera los malos augurios preelectorales y solo pierde un escaño, quedándose en 9. Ciudadanos no logra entrar en el escenario político vasco de los próximos cuatro años.
Estos resultados, sin duda, colocan a Pedro Sánchez en una situación de debilidad extrema frente a los barones del partido que buscan la cabeza de su secretario general y, con ella, una abstención en el Congreso que permita gobernar a Mariano Rajoy. Su destino en Euskadi seguirá siendo orbitar alrededor de los jeltzales para no alimentar lo que Idoia Mendia pretende neutralizar: que los nacionalistas encuentren el sustento que necesitan para gobernar con garantías con los dos partidos que defienden“el derecho a decidir”como EH Bildu y Elkarrekin Podemos porque el PP queda descartado de antemano.
En las conversaciones que el PNV iniciará con el resto de fuerzas en las próximas horas se mirará de reojo a la evolución de los acontecimientos que se produzcan en Madrid. Con los resultados del domingo, para los nacionalistas vascos no es lo mismo negociar en un escenario donde Pedro Sánchez sigue intentando conformar un gobierno alternativo al PP, o con Mariano Rajoy en La Moncloa, tras consumarse el posible golpe de Estado del que tanto se habla en Ferraz. Y si hay terceras elecciones, las negociaciones se producirán de nuevo en el enrarecido ambiente de una campaña.
Por lo que respecta a los resultados vascos, hasta el último momento, no se despejó la incógnita. Con más del 99% de los votos escrutados seguía en juego que el PNV lograra o no la mayoría absoluta con los votos socialistas. Se la jugaba en un puñado de papeletas. Era el último escaño, correspondiente a Bizkaia. En liza: el PNV y EH-Bildu. Finalmente, la última pieza del puzle se colocó en el lado del partido de Iñigo Urkullu, que repetirá en la presidencia del Gobierno vasco con un resultado extraordinario.
El pragmatismo de Urkullu y su templado discurso no parecen ajenos al triunfo. Su gestión de gobierno en tiempos malos para la economía y la irrupción de un nuevo partido como Podemos, que llegó a superar en votos al PNV en las últimas generales, no han sido un obstáculo para que el PNV refuerce su supremacía: 397.664 votos —2.898 más que hace cuatro años—, dos escaños por encima de los 27 que ya tenía y el 37,65% de los votos emitidos y se convierta en imbatible y en el único que no solo no pierde poder, sino que asciende.
Apenas a ocho escaños de la mayoría absoluta, el PNV podrá gobernar con infinitas casuísticas. Podrá consensuar pactos de investidura, de legislatura y lo que se denomina geometría variable, que es lo mismo que decir que dependiendo de los asuntos a debatir, se inclinará por unos u otros. El PNV está acostumbrado a pactar con quien haga falta: lo hizo en su tiempo con Izquierda Unida, lo ha hecho con el PSOE y con la izquierda abertzale. Con ellos, sacó la Ley Municipal adelante la pasada legislatura mientras que los presupuestos salieron gracias al respaldo socialista.
El PNV está acostumbrado a pactar con quien haga falta: lo ha hecho con Izquierda Unida, con el PSOE y con la izquierda abertzale
Los sondeos preelectorales se aproximaron al pronosticar el triunfo del PNV y la derrota del PSE-EE pero erraron al establecer la lucha por el segundo puesto en igualdad entre EH-Bildu y Elkarrekin-Podemos, la marca vasca y al augurar que el PP perdería la mitad de sus representantes. Claro que el éxito nacionalista no se lo esperaban ni sus dirigentes. Urkullu repitió con prudencia durante la campaña que 23 o 24 escaños serían un buen resultado teniendo en cuenta que un nuevo partido aparecía en el mapa político de Euskadi, y a tenor de lo que había pasado en las generales, lo hacía arrollando. Todo lo que fuera más de 27 escaños constituiría un “triunfo”. Así que, 29 ha debido de parecer al nacionalismo vasco lo más parecido a volver a la infancia y levantarse la mañana de Olentzero con los zapatos rodeados de juguetes.
Urkullu, poco dado a los excesos, ha dicho sentirse “feliz e ilusionado” en su comparecencia ante la militancia --que en su alborozo gritaba “independencia”-- y los medios de comunicación. Lo mismo que Andoni Ortuzar, el presidente del PNV, más proclive a la exteriorización de la alegría, quien asumió el triunfo de su partido con “orgullo, humildad y sentido del deber” pero sabedor de que la suma de los votos de los segundos y terceros (EH-Bildu: 224.254 y E. Podemos: 156.671) no logran superar a los suyos. El PNV gana en las tres capitales vascas y en la mayoría de las poblaciones, entre ellas las de la margen izquierda, en un tiempo territorios socialistas, incluso en otras como Ermua, donde el alcalde es del PSE.
Diálogo con todos los partidos
“Asumo la responsabilidad de iniciar la formación del próximo Gobierno vasco” se comprometió Urkullu en su intervención tras saberse absoluto ganador. Reafirmó los compromisos adquiridos por el PNV “con humildad, realismo, verdad y trabajo. Vamos a garantizar la convivencia social y política. Más autogobierno, más bienestar y trabajaremos por un acuerdo institucional plural, entre diferentes”, anunció.
También repitió que dialogará con todos los partidos para alcanzar acuerdos que doten de fortaleza y permitan desarrollar un proyecto de futuro para Euskadi. Y, aunque durante la campaña no ha querido adelantar si repetirá pactos con los socialistas, parece más que probable que volverán a apoyarse en ellos para sacar adelante la gestión. Y ello a pesar de que estos han lanzado duras críticas a la gestión del PNV a pesar de su respaldo.
El 76% de los parlamentarios elegidos se ha comprometido, durante la campaña, con el derecho a decidir de los vascos
Urkullu insistirá en su próximo mandato en lograr un pacto con el Gobierno de Madrid “de igual a igual” y de manera bilateral dirigido a dotar a Euskadi de mayor autogobierno para gestionar mejor, repitió ayer. Ya lo intentó en la pasada legislatura pero se topó con el portazo directo de Mariano Rajoy frente a su pretensión de diálogo. Las relaciones Vitoria-Madrid fueron inexistentes, tal y como se han venido quejando reiteradamente los dirigentes del PNV.
Con la fuerza de los votos, Urkullu vuelve a recordar ahora que ese nuevo pacto con el Estado deberá reconocer la realidad vasca. Euskadi mira al mundo y a Europa, sostuvo. Una de las claves de la próxima legislatura será, precisamente el debate que con toda seguridad llegará al Parlamento vasco y que tiene que ver con el derecho a decidir de los vascos. Junto a esta defensa del PNV, se alinean EH-Bildu y Elkarrekin Podemos. La unión de las tres fuerzas representa el 76% de la composición de la Cámara lo que permitirá sacar adelante holgadamente cualquier pretensión en esa dirección.
Un protagonista inhabilitado
Ya lo ha recordado Arnaldo Otegi, que no pudo ser candidato tras ser inhabilitado por el Tribunal Constitucional, pero que ha sido el protagonista durante la campaña. “El asalto a los cielos comienza esta noche de la mano de la izquierda soberanista”. La izquierda abertzale ha logrado recuperarse de los desastrosos resultados sufridos en las tres últimas convocatorias, que le colocaron al borde del abismo con la aparición de Podemos. Ahora, comienza su recuperación con la obtención de 17 escaños, y 224.254 votos (50.000 menos que hace cuatro años). Los resultados están muy por encima de los malos pronósticos que auguraban los sondeos, lo que ha animado a un eufórico Otegi a volver a ofrecer una mano tendida al PNV para formar un Gobierno de progreso junto con Podemos. Eso solo será posible, dice, si los nacionalistas dejan de optar por “la bicicleta estática del PSE, si le dan los números, o por el PP, si no le dan”. No parece que el PNV vaya a atender su plegaria.
La posibilidad de un pacto entre esa formación y Podemos Euskadi, una de las hipótesis que se han barajado durante la campaña, dada su confluencia en temas sociales y en esa defensa del derecho a decidir, tampoco parece la más viable. Desbancar al PNV solo fue un sueño bonito para algunos mientras duró. La suma de ambas formaciones es de 28 escaños, uno menos que el PNV en solitario. Solo la unión de los socialistas les permitiría sacar adelante sus propuestas pero resulta algo improbable dada la animadversión a ambos partidos y el pacto que se barrunta con los ganadores de las elecciones, que sería el flotador que impidiera a los socialistas ahogarse tras su derrumbe electoral.
El asalto a los cielos comienza esta noche de la mano de la izquierda soberanista
Los resultados tampoco han sido los esperados para Elkarrekin Podemos. Ha logrado un resultado histórico para una formación que concurre por vez primera a las elecciones autonómicas: 11 representantes y superar al PSE y a PP. Sin embargo, no ha logrado arrebatar el segundo puesto a la izquierda abertzale y menos aún al PNV, al que desbancó del primer puesto del ranking en las últimas elecciones generales. En esa ocasión obtuvo 333.730 votos provenientes de esa izquierda abertzale depauperada y de los socialistas, incluso de las filas del PNV. Ahora, ha visto mermado su éxito al recabar 156.586 votos. Alguno de sus dirigentes ha matizado en la noche electoral que en los comicios forales de 2015, los únicas de ámbito vasco en la que había participado hasta el 25S, obtuvo 148.626 votos. Entonces, no confluyó con IU ni con Equo, como en éstas.
El tablero vasco tan plural se conforma además con un Partido Socialista en sus horas más bajas que solo la mano interesadamente tendida del PNV no le hace naufragar en el mar del fracaso. La pérdida de 7 escaños de los 16 que poseía, y 87.000 votos, le deja en igualdad de condiciones que el PP y le obliga a colgarse el cartel con los peores resultados de su historia.
Nuevo toque al bipartidismo
En privado, algunos socialistas vascos se han quejado amargamente del flaco favor que los continuos desafíos de los barones a Pedro Sánchez les han hecho; dañado aún más la dificultad que el PSE tenía para lograr unos resultados aceptables.
La secretaria general y candidata por su partido, Idoia Mendia, ha atribuido la debacle a la abstención y a la llegada de Podemos. Pero, tampoco les ha favorecido su respaldo incondicional al PNV y una campaña en la que han puesto el foco en asuntos como el euskera, en el que este partido fue clave cuando se definieron las políticas de euskaldunización. “Ha sido un mal resultado”, no tuvo más remedio que reconocer Mendia, quien anunció que defenderá la creación de empleo y no se “enredarán en proyectos soberanistas”.
La última pieza del puzle vasco lleva las siglas del PP que logra mantener 9 de sus 10 escaños. “Hemos sacado un magnífico resultado en Euskadi. Hemos visto el inicio de la recuperación del PP para ganar en todas partes”, se ha aventurado a decir un sonriente Alfonso Alonso.
Es muy probable que el lendakari comience los encuentros con los distintos partidos esta misma semana. Ya lo anunció en cuanto se conoció el vencedor. “Asumo la responsabilidad de iniciar la formación del próximo Gobierno vasco”.
Hemos visto el inicio de la recuperación del PP para ganar en todas partes
La investidura del lehendakari suele producirse entre dos y tres meses después de las elecciones, según la experiencia de comicios anteriores, aunque no hay plazos legales fijados para ello. A diferencia de lo que ocurre en el Congreso no puede sufrir bloqueo por el formato de votación. El candidato necesita la mayoría absoluta del Parlamento (38 de los 75 escaños) en la primera votación y la mayoría simple de los votos emitidos en la última.
Hace cuatro años, en la última investidura, Urkullu fue designado lehendakari 53 días después de que los vascos acudieran a las urnas. La futura cámara vasca estará compuesta por 40 mujeres y 35 hombres.
El PNV arrasa en las elecciones vascas, supera el bajón de los comicios generales y obtiene 29 escaños de un total de 75, dos más que en las anteriores autonómicas. Este triunfo le permitirá pactar con cualquiera de las otras fuerzas políticas aunque es mas que probable que se decante por el...
Autor >
Isabel Camacho / Gorka Castillo
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí