1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

La huella solidaria

El médico canadiense Norman Bethune socorrió a las víctimas de los bombardeos franquistas contra la población civil en la carretera de Málaga-Almería en 1937. Un crimen que no ha prescrito

Carlos Jiménez Villarejo 30/01/2017

<p>Miles de refugiados huyen tras la caída de Málaga en manos de las tropas franquistas.</p>

Miles de refugiados huyen tras la caída de Málaga en manos de las tropas franquistas.

Foto tomada por uno de los ayudantes del doctor Bethune

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos desarrollando un proyecto para una publicación mensual en papel. ¿Nos ayudas a financiarlo?

Donación libre:

Suscripción:

Hablamos de la presencia del doctor Norman Bethune [Gravenhurst, Canadá, 1890- Hebei, China, 1939] durante ‘El crimen de la carretera Málaga- Almería” (febrero 1937)’, siguiendo el enunciado de su propio escrito.

Se preguntaba, cargado de razón, al final del mismo: “¿Qué crimen habían cometido estos hombres de la ciudad para ser asesinados de modo tan sangriento? Su único crimen había sido el de votar por un Gobierno del pueblo”.

Ciertamente, ninguno. Pero se vieron forzados a huir cuando las fuerzas militares rebeldes --con el apoyo de unidades fascistas italianas-- ocuparon Málaga el 8 de febrero de aquel año. Porque, desde aquel día la represión fue terrible. Fue una de las violaciones más masivas y sistemáticas de los derechos humanos cometidas por el franquismo desde el inicio de la sublevación. Así lo han reconocido numerosos estudiosos e historiadores.

Madres que se negaban a desprenderse de sus hijos muertos perdieron la razón. Otras, creyendo salvarse, se arrojaron al mar donde perecieron

Entre otros, Julián Zugazagoitia, ministro de la República, fusilado por Franco el 9 de noviembre de 1940: “Sobre la masa empavorecida que desertó de Málaga, huyendo de las represalias, los aviones de Franco y los navíos nacionalistas se cubren de oprobio. En vuelos rasantes, las ametralladoras agotaron sus municiones sobre la muchedumbre desesperada. Madres que se negaban a desprenderse de sus hijos muertos perdieron la razón. Otras, creyendo salvarse, se arrojaron al mar donde perecieron. La carretera quedó cubierta de cadáveres y moribundos…. La carretera es un calvario, de infinitas cruces [1].

Y, otra cita relevante, la de la obra de Antony Beevor: “Hombres, mujeres y niños huyeron de la ciudad por la carretera de Motril pero fueron machacados sin piedad por las bombas de la aviación y de la armada… Los que se quedaron no corrieron mejor suerte, ya que fueron ejecutadas unas 3.500 personas durante la primera semana de la ‘liberación de la ciudad’”. Según un informe del cónsul británico en dicha ciudad, de 1944, “…desde el  15 de febrero de 1937 hasta el 25 de agosto de 1944 otras 16.952 personas fueron condenadas a muerte y fusiladas…” [2].

Ante esta catástrofe humanitaria, A. Malraux. dijo: “Un médecin, le chef du service de trasfusión de sang canadien, était venu avec l’auto[3].Y añadía, ante una “migration desesperé vers Almería”.

El doctor Bethune llega a España con el servicio ya citado porque aquí “la democracia se debate entre la vida y la muerte”. Y decide prestar sus servicios en los frentes porque el suministro de sangre en esas zonas puede paliar las bajas. Y lo hace en la forma que los describen muy bien los autores Arenas y Girón: “(El doctor) se encontró una riada de  personas masacradas por tierra, mar y aire. Dicha columna humana la componen fundamentalmente mujeres, ancianos y niños; todos ellos exhaustos, hambrientos y angustiados por la situación que acaban de vivir…. Desbordados ante la avalancha humana que pide ser rescatada de ese infierno, Bethune y sus compañeros deciden establecer unas prioridades y llevar fundamentalmente a enfermos y niños”. “Durante siete días y siete noches, Bethune y sus amigos arriesgaron su vida llevando ininterrumpidamente a niños, mujeres y ancianos, salvándoles de una muerte segura [4]”.

Desde este breve, pero suficiente, análisis de la situación, debe constatarse, durante dicho periodo histórico, la ausencia de instrumentos legales formales, es decir, codificados, para garantizar eficazmente la asistencia a niños y personas enfermas. Luego, tras el fin de la II Guerra Mundial, dicha asistencia fue subsanada a través de los Convenios de Ginebra de 1949 y, especialmente del IV, sobre la “protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra”. En este, se dictan disposiciones para una singular atención a la infancia, heridos, enfermos y mujeres encintas que “serán objeto de una protección especial” [5]. Normas sobre las no pueden ignorarse la influencia de conductas como la del doctor Bethune. Eso sí, doce años después del genocidio cometido en Málaga.

Bethune, además de ser un “comunista de convicción”, estuvo “comprometido con un ideal de “justicia sin fronteras”

El punto de partida de la memoria del doctor Bethune ya lo fijó el profesor Javier de Lucas con motivo de la inauguración de la exposición celebrada en el Palau de Cerveró de Valencia. El profesor destaca cómo Bethune, además de ser un “comunista de convicción”, estuvo “comprometido con un ideal de “justicia sin fronteras” que expresó a través de su ayuda “a la población civil en los conflictos bélicos”. De ahí que lo defina como un ejemplo de “lucha por los derechos”, “por el reconocimiento y garantía efectiva de los derechos humanos” y, en particular, por el avance del “Derecho Internacional Humanitario”.

Y, en efecto, así fue. En la medida en que, arriesgando su vida, puso sus conocimientos al servicio de la población civil indefensa atacada por una parte del conflicto armado, las fuerzas militares y civiles rebeldes y sus aliados alemanes e italianos. Víctimas, por tanto, de Crímenes contra la Humanidad. Es evidente que el Ejército sublevado contra la República no podía aceptar el compromiso del Art. 7 de la Constitución de 1931 con “las normas universales de Derecho Internacional”. Pero es indiscutible que, como parte beligerante de un conflicto armado, sí estaba obligado al respeto y cumplimiento estricto de las  “las leyes y usos de la guerra” fijados en las Convenciones de La Haya de 1899 y 1907 y en el Convenio de Ginebra de 27 de julio de 1929, sobre el trato de los “prisioneros de guerra”.

Las fuerzas franquistas violaron abierta y reiteradamente dichos convenios; pero era evidente que siempre han sido punibles los delitos contra las personas y, en particular, contra la vida.

Lo cierto es que en el Convenio de 1899 ya se hacía la siguiente apelación a las partes de cualquier conflicto armado, apelación luego reiterada en el de 1907: “En los casos no comprendidos en las disposiciones reglamentarias adoptadas (por las Altas Partes contratantes), los pueblos y los beligerantes quedan bajo la salvaguarda y el imperio de los principios del derecho de gentes, tales como resultan de los usos establecidos entre naciones  civilizadas, de las leyes de la humanidad y de las exigencias de la conciencia pública” (la llamada Cláusula  Martens). Esta cláusula es el origen del posteriormente llamado Crimen contra la Humanidad [6]. Es indudable que el ataque continuado e indiscriminado a la población civil, completamente indefensa, constituye la máxima expresión del menosprecio y grave ofensa de lo que en el Convenio de 1899 se denominan, como valores que deben cumplirse en cualquier conflicto armado, ”los intereses de la humanidad” y “las siempre crecientes exigencias de la civilización”. Pero, como hemos dicho, en dichos convenios no había ninguna previsión de castigo penal formal, es decir, codificado, para los responsables de conductas contrarias a sus principios y a las normas que contenían. Pero sí eran penalmente perseguibles. Así lo acreditó la Audiencia de Barcelona   (Auto de la Sección Décima de 22 de enero de 2013 cuando) ordenó al Juzgado de Instrucción 28  abrir un proceso penal por los ataques, comenzados también en febrero de 1937, de  l’Aviazione Legionaria  italiana sobre la población civil de la ciudad con un resultado de 2.500 muertos y numerosos heridos, ataques que el tribunal calificó como “un ensayo de mecanismos de aniquilación de la población civil”, exactamente como había ocurrido con  quienes huían de Málaga por dicha carretera. Y, como fundamento de la Resolución, afirmó la imprescriptibilidad universal de los delitos de esta naturaleza conforme a lo acordado por, entre otras, una Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la de 16/4/2012, que justificó la persecución de los asesinatos masivos de polacos en Katyn (Rusia) en 1940. Y porque los “principios” del Derecho consuetudinario internacional “están por encima de las leyes internas de cada país, y por tanto son directamente aplicables aunque la legislación interna del Estado donde se perpetraron (los delitos) no los tuviera formalmente tipificados”.

Han transcurrido ochenta años de aquel inmenso crimen y nadie ha respondido por ello ante un tribunal penal

Así se derivaba de los citados Tratados internacionales. Si, ya entonces, se exigía que los “prisioneros de guerra” fuesen “tratados con humanidad”, ¿cómo no iba a ser exigible un comportamiento respetuoso y digno con la población civil? Asimismo, estaba estipulado internacionalmente que “los beligerantes no tienen derecho ilimitado a la elección de medios para dañar al enemigo” y estaba “particularmente prohibido” “matar o herir a un enemigo que, habiendo depuesto las armas, o no teniendo ya medio de defenderse, se ha rendido a discreción” o “atacar o bombardear ciudades, pueblos, casas o edificios que no estén defendidos”. Y, entre otras muchas disposiciones, se dispone que en caso de “sitios y   bombardeos”  se adopten las medidas necesarias para “librar” de ellos a “hospitales, enfermos y heridos”. Ni esas mínimas exigencias o deberes internacionales fueron respetados por el Ejército franquista y sus aliados. El doctor Bethune dejó constancia de ese horror en sus escritos que, solo por ello, merecen una extraordinaria valoración histórica. A los que  hay que sumar los testimonios de quienes, entonces niños o adolescentes, sufrieron  y relataron aquel horror.

Porque dicho doctor fue un excepcional testigo de conductas que entonces y, afortunadamente, ya hoy, en los Arts. 608 a 614 bis. del Código Penal democrático, consistían en la agresión indiscriminada y brutal contra la población civil en caso de conflicto armado. Especialmente, cuando dicha agresión está dirigida, como lo estaba en la carretera de Málaga a Almería, contra las que, desde el Convenio de 1949, se llaman “personas protegidas”, como civiles indefensos, heridos, enfermos, personal sanitario, personas fuera de combate, o las conductas consistentes en ataques indiscriminados o excesivos contra la población civil con la finalidad de “aterrorizarla”. Además, como ocurrió en aquella carretera, de que dichos ataques causaron miles de víctimas mortales.

Han transcurrido ochenta años de aquel inmenso crimen y nadie ha respondido por ello ante un tribunal penal. Pero aquellos gravísimos delitos no han prescrito y es plenamente exigible la responsabilidad penal de quienes los cometieron y los ordenaron. Este acto, bajo la imborrable presencia del doctor Bethune, es una ocasión excepcional para exigir, una vez más, a las Autoridades del Estado, la constitución de una Comisión de la Verdad --también reclamada por la ONU-- para conocer con total exactitud todos y cada uno de los Crímenes contra la Humanidad cometidos,  primero, por los rebeldes, y , luego, por la dictadura desde el 18 de julio de 1936 hasta el 20 de noviembre de 1975.

-------------------------

Carlos Jiménez Villarejo realizó esta intervención el pasado martes 24 de enero en la mesa redonda Bethune: su tiempo y su legado. En la misma participaron también Natalia Fernández y Linda Palfreeman y  Gregorio Morán como moderador.

La exposición en Memoria del doctor Bethune y de los canadienses que apoyaron el combate contra el fascismo en España (1936-1939), producida por el Centro Andaluz de la Fotografía y organizada por la Fundación Canadá y la Asociación de Amigos de las Brigadas internacionales, con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, se podrá visitar hasta el 2 de abril en el Centro Conde Duque-Madrid.

Notas 

[1] Guerra y vicisitudes de los españoles. Editorial Crítica. Grupo Grijalbo. 1977. Pg.239.

[2] La Guerra Civil Española, Editorial Crítica. 2005. Pgs. 136-137.

[3] L’Espoir. André Malraux Gallimard. 1937. Pg.511.

[4] Dr. Norman Bethune: la forja de un héroe. Andrés Arenas Gómez y Enrique Girón Irueste. Isla de Arriarán, XV, 2000, pp.65-75.

[5] Arts. 16 y 24.

[6] Derecho Penal Internacional. Alicia Gil Gil. Editorial Tecnos.1999. Pgs. 106-112

Estamos desarrollando un proyecto para una publicación mensual en papel. ¿Nos ayudas a financiarlo?

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Carlos Jiménez Villarejo

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí