
La batalla de Accio, pintada por Lorenzo A. Castro
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Se dice que, tras la derrota en Actium, un Marco Antonio sosegado dijo, mientras veía el alba: "Jamás me había abrazado la derrota. Y, ahora que lo hace, no me parece tan grave. Mira, el Sol sale, como cada día. Y, tras la derrota, parece que eso siempre ha sido suficiente".
Posiblemente Marco Antonio no dijo eso. Posiblemente eso es lo que llegó a decir un Marco Antonio que no existió, a lo largo de los siglos, y a partir de varios intérpretes. Uno de ellos, Shakespeare. Sea como sea, la alocución en brillante, por lo que es perdurable. Dice algo certero y universal. Y resuena porque descansa en dos grandes soportes. El abrazo y el Sol.
"Jamás me había abrazado la derrota" alude a que la derrota, en efecto, es un abrazo. Lo que indica que la derrota no se produce en Actium, sino que se produce en la intimidad, que es donde se realizan los abrazos prolongados. Cualquier derrota lo es sólo si es íntima. Las derrotas, por lo tanto, sólo se producen en el alma. No en Actium. Tras el abrazo de la derrota "el Sol sale, como cada mañana", y "parece que eso es suficiente". El abrazo de la derrota lo cambia todo. Cambia la percepción de todo. En cierta manera excita los sentidos hacia lo básico y lo sencillo, que vuelven a ser lo importante, una vez que lo que se creía importante desaparece en los Actium. El abrazo de la derrota hace ver el Sol, algo que sólo vemos, en su rotundidad, de niños, como algo bello y pleno. La derrota hace comprender que el Sol, una hoja, un anillo, la brisa, el calor, el frío, son un milagro.
Esta madrugada he visto salir el Sol. El mismo que vio Marco Antonio y todos mis antepasados. Era bello y perfecto. Lo contemplaba fumando un cigarrillo. Ese cigarrillo que fumas, por ejemplo, cuando has rayado el lateral del coche con la columna de parking. Ya te da igual el lateral del coche y la columna y, mientras ves el humo del cigarro, eres feliz, pues hay pocas cosas tan sencillas como el humo. Hacía miles de años que no contemplaba un Sol tan rotundo y perfecto y autosuficiente. Lo que me ha hecho comprender, zas, que comprender eso es el sello de la derrota.
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección.
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