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Tribuna

¿Cómo terminará el capitalismo?

El sociólogo alemán Wolfgang Streeck define la era postcapitalista como un interregno inestable e ingobernable, en el que los individuos, abandonados a su suerte, podrán ser golpeados por el desastre en cualquier momento

Alex Roche 29/03/2017

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¿Cómo terminará el capitalismo? Esto se pregunta el sociólogo alemán Wolfgang Streeck en su último libro, How will capitalism end?, Y su respuesta no es precisamente halagüeña: “Antes de que el capitalismo se vaya al infierno, permanecerá en el limbo en el futuro próximo, muerto o a punto de morir por una sobredosis de sí mismo pero todavía coleando, pues nadie tendrá el poder para quitar de en medio su cuerpo en descomposición”. Después del capitalismo, explica Streeck, vendrá un interregno caracterizado por la inestabilidad y la ingobernabilidad, en el que los individuos, abandonados a su suerte, podrán ser golpeados por el desastre en cualquier momento.

Streeck era un oscuro profesor universitario hasta que, a raíz de la Gran Recesión de finales de la década de los 2000, sus artículos en la revista New Left Review empezaron a atraer a admiradores por sus agudos análisis del nuevo mundo en que nos adentrábamos. El volumen How will capitalism end? recoge estos artículos, en los que, de forma clarividente y provocativa, el autor pone negro sobre blanco, con datos que describen nuestra realidad y profundas reflexiones que nos ayudan a entenderla, el sentimiento de desasosiego que nos ha atenazado en los últimos y tormentosos años desde que todo se fue al carajo.

Streeck argumenta que el proceso de descomposición del capitalismo ya está en curso. El capitalismo ‘avanzado’ (las sarcásticas comillas son del autor) de los países de la OCDE ha ido tambaleándose de crisis en crisis desde los años setenta del siglo pasado. Cada crisis, elemento consustancial del sistema, se iba metiendo en un cajón, de modo que la solución temporal que se encontraba acababa abriendo otro cajón en forma de otra crisis, y así sucesivamente. La manta con la que los gobernantes han tenido que maniobrar es demasiado corta: si intentaban taparse los pies de la economía, con medidas impopulares exigidas por los técnicos, se destapaban el pecho de la política, pues causaban el descontento del electorado. El desequilibrio entre economía y política es intrínseco.

La desigualdad sistémica ha alcanzado tal nivel que los más ricos pueden considerar que su destino se ha vuelto independiente del destino de las sociedades de las que extraen su riqueza

Desde 2008, afirma Streeck, vivimos en la última etapa de esta secuencia de crisis. El estancamiento económico, la deuda y la desigualdad –“los tres jinetes del apocalipsis del capitalismo contemporáneo”– continúan devastando el paisaje económico y político. Hoy, el endeudamiento conjunto es más alto que nunca y la ‘recuperación’ (otras irónicas comillas del autor) no es más que la sustitución de desempleo por empleo de baja calidad.

En cuanto a la desigualdad sistémica, esta ha alcanzado tal nivel, denuncia Streeck, que los más ricos pueden considerar, con razón, que su destino se ha vuelto independiente del destino de las sociedades de las que extraen su riqueza y que, por tanto, pueden permitirse dejar de preocuparse por sus conciudadanos. Para mantener esta situación, los megarricos utilizan diferentes estratagemas. Por ejemplo, compran legitimidad social mediante actos de filantropía que en parte llenan los huecos en servicios sociales que deja su propia evasión de impuestos.

Al mismo tiempo que la secuencia de crisis iba avanzando, el matrimonio de conveniencia entre el capitalismo y la democracia se iba deshaciendo. La toma de decisiones relativas a la distribución de recursos escapó del ámbito de la acción colectiva hacia una esfera más remota y opaca controlada por ejecutivos de bancos centrales, organizaciones internacionales y reuniones intergubernamentales de ministros.

La viabilidad del modelo keynesiano que rigió en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, explica Streeck, dependía del poder político y económico que los trabajadores eran capaces de ejercitar en las economías nacionales más o menos cerradas de aquella época. Con el fin, en los setenta, de esta época dorada de crecimiento, las clases pudientes dependientes del beneficio empezaron a buscar una alternativa y la encontraron en la globalización. El capital presionó para ir a un nuevo modelo de crecimiento basado en la redistribución de abajo a arriba.

De este modo, continúa Streeck, empezó la marcha hacia el neoliberalismo, como una rebelión del capital contra el keynesianismo. Las menores tasas de crecimiento eran aceptables para los nuevos poderes siempre y cuando fueran compensadas por mayores tasas de beneficio y una distribución de recursos cada vez más desigual. La democracia se convirtió en una amenaza para este nuevo modelo y por tanto tenía que ser desconectada de la economía política. Así nació la “postdemocracia”, que Streeck caracteriza con una frase genial: “ahora los Estados están situados dentro de los mercados, en vez de los mercados dentro de los Estados”.

La industria financiera, al globalizarse, escapó del control democrático, convirtiéndose en un gobierno privado internacional por su cuenta, que mangonea a las comunidades políticas nacionales y a sus gobiernos. Hoy, expone Streeck, la democracia puede ser concebida como una lucha entre dos “electorados” –los ciudadanos de los Estados y los mercados internacionales– en la que el poder del dinero está por encima del poder de los votos.

La democracia, lamenta Streeck, ha perdido su carácter redistributivo e igualitario, por lo que en importantes aspectos es indiferente quién gobierne. Esta pseudodemocracia sirve para aparentar que la sociedad capitalista es producto de la elección popular, cuando en realidad hace tiempo que el control democrático ha desaparecido. Así, la ‘democracia’, vaciada de contenido sustancial, se convierte en una sucesión de debates estériles sobre los estilos de vida y características personales de los políticos y otras cuestiones culturales.

La democracia, lamenta Streeck, ha perdido su carácter redistributivo e igualitario, por lo que en importantes aspectos es indiferente quién gobierne

La globalización, afirma Streeck, ha movido los talleres clandestinos que Marx y Engels encontraron en Manchester a la periferia del capitalismo. Así, hoy los trabajadores explotados del Sur global y los trabajadores de clase media del Norte nunca tienen la oportunidad de experimentar juntos el sentimiento de comunidad y solidaridad que nace de la acción colectiva en común. Los explotados son objeto de caridad, como mucho, mientras que el estilo de vida consumista de Occidente depende de que continúe esta explotación. Al comprar camisetas o móviles baratos, los trabajadores de los países ricos, como consumidores, están poniendo presión sobre ellos mismos como productores, acelerando la deslocalización de la producción al extranjero y de paso socavando sus propios salarios, condiciones de trabajo y empleos.

Mientras tanto, explica Streeck, la flexibilidad creciente del mercado de trabajo ha sometido a los individuos a una presión implacable para organizar sus vidas en función de las impredecibles demandas de unos mercados cada vez más competitivos. El resultado es una polarización en aumento entre unas masas de perdedores empobrecidos; unas clases medias sobreexplotadas y absurdamente ocupadas, que se ven obligadas a aportar cada vez más horas de trabajo y más intensas a pesar de disfrutar de una prosperidad sin precedentes; y una pequeña élite de súper ricos cuya codicia no conoce límites, mientras que sus bonus y dividendos hace ya mucho que dejaron de cumplir cualquier función útil para la sociedad en su conjunto.

Para que este estado de cosas pueda sostenerse, el sistema incentiva cuatro tipos de comportamientos que Streeck denomina coping (enfrentar la adversidad con inacabables paciencia y optimismo), hoping (creer de forma ilusa que a uno le espera un futuro mejor a pesar de las circunstancias en las que uno se encuentra), doping (acudir a ayudas externas como, por ejemplo, drogas) y shopping (ser un obediente miembro de la sociedad consumista).

Las supuestas leyes naturales de la economía no son sino proyecciones de relaciones sociales de poder, que se nos presentan como necesidades técnicas

Una objeción razonable que se le puede poner al análisis de Wolfgang Streeck es que se fija exclusivamente en los países más desarrollados, obviando los tremendos avances que se han producido en las últimas décadas en cuanto a la reducción de la pobreza extrema, la mortalidad infantil o el analfabetismo a nivel global. Si bien es posible argumentar que el mundo nunca ha estado mejor que ahora, el sufrimiento y la desesperación de amplias capas de la población es innegable. El que las tesis de Streeck suenen excesivas o no dependerá de la situación en la que se encuentre el lector, pero exageradas o no, su inteligencia y coherencia son iluminadoras.

El libro se centra en el análisis de problemas más que en la propuesta de soluciones. Sin embargo, Streeck apunta algunas ideas para conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo para la inmensa mayoría de la gente. Por un lado, hace falta revitalizar el movimiento sindical. Por otro, hacer más efectivos los impuestos sobre los ingresos y bienes de los vencedores de la liberalización; los Estados no deberían tener que llevar a cabo las funciones que les encomiendan sus ciudadanos en beneficio de la sociedad a base de pedir dinero prestado, que luego ha de ser devuelto con intereses a los prestamistas, que a su vez dejan sus riquezas en herencia a sus hijos.

¿Y qué hacer para restaurar el papel de la democracia como un correctivo eficaz del capitalismo? Streeck es muy escéptico acerca de las posibilidades de gobernanza, cohesión social y solidaridad que puedan conseguirse en una Europa supranacional (no digamos a una escala mundial), por lo que aboga por, en lugar de tratar de extender el alcance de la democracia para abarcar el de los mercados capitalistas, hacer lo posible para reducir el ámbito de estos últimos para igualarlos al de aquella. Es decir, para Streeck, la única manera de volver a someter el capitalismo al control democrático, y por tanto salvarlo de la extinción, es “desglobalizándolo”.

Una última reflexión de Streeck sirve de conclusión y de aviso a navegantes: las supuestas leyes naturales de la economía no son sino proyecciones de relaciones sociales de poder, que se nos presentan como necesidades técnicas. Si olvidamos esto, la economía capitalista se convierte simplemente en “la economía” y la lucha social contra el capitalismo es sustituida por una mera lucha política y jurídica por la democracia.

La democracia que tenemos no es suficiente si no nos permite acabar con las injusticias de esta modalidad de capitalismo que sufrimos.

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Alex Roche

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23 comentario(s)

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  1. Godfor Saken

    "Work hard, consume plenty, ask for more, compare yourself to others, feel good when they are doing worse than you, feel bad when they are doing better, and search for their weak spots to hide your own. Be firm; flexibility makes you weak, and so do kindness and empathy. Never show any emotions towards anyone; rather, let them feel your power by always being critical and aggressive. Take absolute advantage of any situation or person that comes your way. Never say sorry to anyone, for you will immediately be taken advantage of. When someone does something for you, never say thank you, just make them feel it is what was expected, anyway. A simple “thank you” can make people feel that they are over-delivering, and they will not do enough next time. Do not waste your time being in touch with anyone unless you have a reason. Socialize for only two reasons: to check on others and see where you stand, and to find out how you can benefit from them. Always appear busy, smart, and tough!" -Esra Kuş, "Madness Overrated"

    Hace 5 años 7 meses

  2. Godfor Saken

    First came the Expansion. That was followed by the Consolidation. Then there was the Union, which birthed the Empire, which gave way to the Collapse. After a long, slow climb there came the Reunion. It dissolved into the Second Empire, which was followed by the Interregnum. The Interregnum was long and prosperous and offered, among other things, something new to humankind: time for reflection. It was an age when inherent and inherited stupidity finally surrendered to understanding and common sense, and saw among humans the first firm grasping of those things that really matter. As a result, the Conclave that followed lasted even longer than the Interregnum. It showed what could be done. Humanity spread out and flourished. Did some grand things. Noble things, even. But in the end, or perhaps it should be said in The End, it was revealed that the species’ baser instincts had not, after all, been laid to rest but had merely been slumbering. They reasserted themselves with a vengeance. Human fought human over things that, in the end, mattered little. There was shouting and screaming and cursing. There was slaughter and destruction and aggrandizement. Finally, in every sense of the word, there was the Aura Malignance. That was when everything began to come apart. As the Conclave disintegrated, the bold and the hopeful and the vainglorious made an attempt at a Third Empire, but the inexorable spread of the plague known as the Aura Malignance had weakened the species to the point where that sort of racial energy could no longer be summoned in quantities sufficient to sustain any kind of functioning organization across the spaces between the stars. Gradually the means to conjoin, and eventually even to communicate, began to fade away. He didn’t know if this was due to a forgetting of knowledge or the loss of the rare elements that underlay the necessary technology. Worlds lost contact with worlds. The society of man splintered, then fractured, and before long commenced a long, slow slide toward total collapse. Only this time it was different. This time there was no recovery, no reconsolidation, not even a last desperate reach for Empire. -Alan Dean Foster, "Relic".

    Hace 5 años 7 meses

  3. Mikel Agirregabiria

    El libro se puede leer enteramente en PDF en español en este enlace: https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/PC_13_streeck_web_2.pdf

    Hace 5 años 7 meses

  4. wolfang gangster

    interregno el del bobón, que devuelva lo robado.

    Hace 5 años 8 meses

  5. JM

    La medicina contra el periodismo de clickbait y titular tendencioso es este periodismo. Es una de las mejores reseñas que he leído en mucho tiempo. No como reseña sino como un buen análisis. El libro es un must, pero este Ctxt.es es una buena esperanza para el periodismo. Enhorabuena.

    Hace 6 años 11 meses

  6. Hanna

    «Orgullosos de llegar tarde a las últimas noticias». Imposible haber encontrado una frase más acertada que esta, que encierra por los menos dos promesas: la del tiempo para analizar y la del tiempo para escribir como exijo, es decir, como Alex Roche o como Cristina Fallarás., de la que llevo leídos tres o cuatro artículos. Pero que nadie se moleste, prácticamente acabo de conoceros. Con mi alegría y mi admiración, mi rendido agradecimiento y la seguridad de que creceréis, aguantad, por Dios.

    Hace 6 años 11 meses

  7. Mike

    Erikito, Suiza, con su rico chocolate y sus fantásticos relojes, ha hecho muchos pactos con el demonio para acumular su riqueza. No te olvidas acaso del oro nazi? Cuantas cuentas de dictadores, narcos, ricos evasores de impuestos han pasado por los bancos suizos? Cualquiera que tenga el aguijón clavado a los ríos de oro que producen las masas explotadas del mundo estarán gordos y felices, claro. Muy pobre tu justificación del capitalismo.

    Hace 6 años 11 meses

  8. Marcos

    Sublime articulo

    Hace 6 años 11 meses

  9. Juan

    Por los derechos de los trabajadores y trabajadores del SEPE (antiguo INEM), por favor, firmen: https://www.change.org/p/crist%C3%B3bal-montoro-por-la-consolidaci%C3%B3n-en-el-empleo-nosotr-s-tambi%C3%A9n

    Hace 6 años 11 meses

  10. Juan

    ¡Por los derechos de los trabajadores y trabajadoras temporales del SEPE, por favor, firmen! https://www.change.org/p/crist%C3%B3bal-montoro-por-la-consolidaci%C3%B3n-en-el-empleo-nosotr-s-tambi%C3%A9n?source_location=minibar

    Hace 6 años 11 meses

  11. Jesús Díaz Formoso

    Lo olvidaba; Pérez, GRACIAS A TI; los fascistas hacéis innecesaria la respuesta; os describís solos. Pérez, saluda al ratón de mi parte.

    Hace 6 años 11 meses

  12. Jesús Díaz Formoso

    Erik, que bonito, con su camisita (azul tirando a morada) y su canesú. Hay que ser beligerante contra el fascismo; yo no olvido, aunque perdone.

    Hace 6 años 11 meses

  13. Nyrken Abdirov

    Erik Pérez, te habrás quedado a gusto con esa pueril defensa del capitalismo. Pero inventarte tu propia versión de la realidad no cambia las cosas. El fascismo es la fase histérica del capitalismo. Oh sorpresa, en ambos existe la propiedad privada de los medios de producción por parte de una minoría, en ambos la gran mayoría se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir y en ambos resulta que los burgueses viven del plusvalor. Lo de que Hitler quería acabar con media Europa por ser capitalista es que ya no merece la pena ni comentarlo, por falaz y absurdo. Basta con ver lo bien que les fue a los empresarios germános con ese sistema tan "anticapitalista". Que sí, que los suizos gozan de mayor independencia material que en el resto de los países donde también impera el capitalismo. También los rusos también vivían mejor que los vietnamitas cuando en ambos países imperaba el socialismo. Pero eso no demuestra gran cosa salvo que el mismo sistema se aplica en países prósperos y en países míseros. Que sí, que lo de la pobreza extrema os encanta como milonga de las bondades del capitalismo. Pero resulta que si cobras menos de 1,9 dólares al día eres un pobre de solemnidad, pero si cobras 2 ya no lo eres. ¡Anda que no!, que gusto da dejar de ser extremopobre. La única realidad es que en el capitalismo la riqueza y los medios de producción se concentra en unas pocas manos que tienen la capacidad de influir en las decisiones políticas que afectan a todos. Y esa minoría interviene precísamente en la política y en la economía para mantener su status quo. Es más, es minoría interfiere arbitrariamente en la libertad de la mayoría. Por eso los que deben vender su fuerza de trabajo para sobrevivir no son libres por más que puedan engañarse a sí mismos.

    Hace 6 años 11 meses

  14. Paco

    A los defensores de capitalismo: "leed a Erik Perez, os mostrará el camino correcto".

    Hace 6 años 11 meses

  15. Erik Pérez

    Gracias señor Jesús Díaz Formoso por descubrir por fin que los Suizos en sus cantones realmente no son libres y ricos sino que viven en un sistema fascista. Que a ver, vivirán en un sistema donde todos viven como nadie en ningún lugar del mundo puede soñar, pero es fascismo, las cosas como son. Vete allí, les descubres tu hallazgo y les dices que nada, que se acabó, marxismo para todos, sálvalos de sus riquezas. Un poco de plusvalía, un poco de explotación, y ala, una buena revolución bolivariana para los suizos, eso es lo que están deseando. Vete y pregúntales si se fían más de ti o de sus gobernantes fascistas, te vas a llevar una sorpresa. Que quizás, solo quizás, digo, no te hayas dado cuenta de que el fascismo nació ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE PARA LUCHAR CONTRA EL CAPITALISMO, pero nada, detalles menores, Hitler quería acabar con media Europa por ser capitalista, pero nada, que él era capitalista, tu hazme caso que yo sé de este tema, que a lo mejor tampoco sé muy bien qué es el fascismo y me lo parece todo, pero tú hazme caso a mí, lo bueno es el comunismo, ¿que a lo mejor tampoco sé que nunca ha funcionado? pues puede ser, pero oye, que nadie es perfecto. A mí el que me mola es el de Uruguay, ese el viejito entrañable, Mujica, ese, ese, un crack, ese tío sí que dice las cosas como son, no los fascistas de los nórdicos que tienen a su pueblo sumido en la más mísera de las riquezas, penoso de verdad. Y al señor chifus, que a lo mejor tampoco sabe que se lleva anunciando la muerte del capitalismo desde que lo anunciara Marx en 1848, y parece que este fin se está demorando un poquito, parece que tarde ehh, pero eso nada, ya sí que queda poquito, juusto ahora cuando por primera vez en la historia tenemos una pobreza extrema por debajo del 10% de la población mundial, justo ahora, va a desaparecer, y va a venir el buen paraíso comunista, como Dios manda. No habrá ni que trabajar ni nada, los ricos pagarán impuestos de una vez y viviremos bien gracias a ellos, que a lo mejor no pagarán impuestos porque nadie trabajará y desaparecerá toda la riqueza, también puede ser, pero oye, es que el capitalismo es muy muy malo, eso no se puede negar.

    Hace 6 años 11 meses

  16. Jesús Díaz Formoso

    A los defensores del capitalismo: Si tu enemigo tiene la llave de tu despensa, como te enfrentes a él vas a pasar hambre. No por tu voluntad, sino por la suya. Y eso en caso de que los compañeros de lucha sean compañeros y no infiltrados del bando contrario.

    Hace 6 años 11 meses

  17. Erik Pérez

    Que se vaya a Camboya y les diga que se acabó, que las fábricas de nuevo a Europa y ellos de nuevo al campo a vivir de la agricultura de subsistencia y en la pobreza, a ver qué opinan. Qué fácil es rechazar el capitalismo y la globalización cuando se vive bien gracias a este sistema. En Vietnam aman el capitalismo porque les está permitiendo ganar dinero y tener mejores trabajos que los que tenían antes en el campo, son quienes viven de verdad en una economía anticapitalista y solo conocen la miseria. Cualquier africano estaría encantado de que llegara el capitalismo a su país para poder vivir dignamente, pero claro, aquí estamos nosotros para salvarlos de que empiecen a comer por primera vez en su historia. Allá donde luchan contra el capitalismo solo hay pobreza.

    Hace 6 años 11 meses

  18. Mig

    Supongo que donde dice "oscuro profesor universitario" querrá decir un prestigioso académico. Que se acabe de enterar de su existencia no significa que sea "oscuro" http://www.sinpermiso.info/textos/tensin-creciente-entre-capitalismo-y-democracia

    Hace 6 años 11 meses

  19. Borja

    Ya. Todo muy clarito ... si de antemano distribuimos los conceptos de bondad y maldad - así cualquiera! El unico hecho irrefutable es quede entre todas las formas conocidas de gobierno de sociedades, la que tienen ahora los países desarollados es la menos mala -- todas las demás formas han demostrado defectos mucho mayores.

    Hace 6 años 11 meses

  20. Jesús Díaz Formoso

    Que cómo terminará el capitalismo? fácil. Acabarán llamándolo socialismo. Y lo votaremos con la conciencia tranquila: no apoyamos el fascismo (capitalismo), porque votamos socialismo; o algo que se dice tal. Con no leer el programa programa programa (que además, es solo una declaración de buenas intenciones sin valor de compromiso), la conciencia hará su trabajo para justificarse ante si misma.

    Hace 6 años 11 meses

  21. Lentejas

    Interesantísimo. Yo mismo ya me desglobalicé hace tiempo, habrá que seguir caminando.

    Hace 6 años 11 meses

  22. JULIO Velasco

    ¿Se puede conseguir el libro en español?

    Hace 6 años 11 meses

  23. Saúl

    muy ilustrador! habrá que leer el libro

    Hace 6 años 11 meses

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