1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

La financiación pública de la investigación en tiempos de austeridad

La I+D pública brinda un gran potencial, pero aún sabemos muy poco acerca de sus efectos reales

CTXT / Observatorio Social “la Caixa” 29/06/2017

<p>Científicos</p>

Científicos

Pixabay

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Espacio realizado con la colaboración del
Observatorio Social de “la Caixa”.

El peligroso cóctel que supone la elevada deuda y el escaso crecimiento en Europa exige formas inteligentes de aplicar el gasto público. Es decir, se necesita una inversión pública que fomente el crecimiento a largo plazo y al mismo tiempo minimice los posibles efectos y a corto plazo en las finanzas públicas.

Una de las áreas que se considera idónea para una inversión pública inteligente es la investigación y desarrollo (I+D). En líneas generales, los presupuestos públicos suelen destinarse en su mayor parte a respaldar la I+D privada, aunque también incluyan partidas para la Universidad o los institutos de investigación públicos.

La principal razón que justifica este apoyo es el clásico argumento de deficiencias del mercado: los mercados no proporcionan suficientes incentivos para la inversión privada en investigación. 

Por un lado, los nuevos conocimientos creados a partir de la I+D son de carácter “no competitivo”. Es decir están a disposición del público y solo pueden excluir el acceso de forma parcial: cualquiera puede utilizarlos sin que ello comporte necesariamente un pago, por lo que se consideran “beneficios indirectos”.

Y por otro, los resultados de la I+D suelen tener un carácter sumamente arriesgado e incierto. Esta incertidumbre, unida al desequilibrio en materia de información entre los mercados de capitales y los inversores en I+D, bloquea con frecuencia el acceso a la financiación para proyectos de innovación arriesgados, en especial cuando se trata de proyectos pequeños y nuevos.

Estos dos factores justifican, en teoría, la intervención del Gobierno para que las inversiones privadas en I+D se sitúen más cerca de los niveles de inversión socialmente óptimos. Existen, sin embargo, algunas razones por las que dichas intervenciones tal vez no sean eficaces:

-- La financiación pública de algunos proyectos puede sustituir a la privada.

-- Nuevos proyectos realizados con fondos públicos pueden desplazar indirectamente a la I+D privada al aumentar la demanda de recursos para la investigación, lo que daría lugar a costes más elevados, como, en ocasiones, salarios más altos para los investigadores

-- La financiación pública debería incentivar los proyectos con índices de rentabilidad social más elevados, pero para ello los Gobiernos tendrían que tener suficiente información de dichos índices, algo que no siempre ocurre.

-- En ocasiones los intereses políticos polarizan la selección de los proyectos, alejándose del criterio de valor social.

Las estimaciones de los índices de rentabilidad social son escasas. La mayoría de los estudios empíricos existentes están basados en casos específicos. Aún así, en general, la bibliografía revela que los beneficios de la I+D a escala social o económica son mucho más elevados que los beneficios privados de las empresas. Por ejemplo, el trabajo de Mansfield et al. (1977), basado en 17 innovaciones industriales, revela que estos  obtuvieron un índice medio de rentabilidad social de alrededor del 56%, frente a un índice de rentabilidad privada de cerca del 25%.

Otra forma de medición que se utiliza es la de analizar los beneficios indirectos del conocimiento. En este ámbito, las matrices de los beneficios indirectos de la tecnología por sectores, basadas en información de patentes que citan a otras patentes como referencia previa, son las más populares. Un ejemplo de esto es el estudio de Dechezlepretre et al. (2014) en el que se demuestra que los inventos patentados de tecnologías no contaminantes fueron citados un 43% más que aquellos de tecnologías contaminantes. En base a estos resultados puede afirmarse que las tecnologías no contaminantes deberían recibir más apoyo público.

Apoyo gubernamental a la I+D

Dos son las herramientas empleadas fundamentalmente por las autoridades para apoyar la investigación y el desarrollo.

1. Créditos fiscales a la I+D

Una de sus ventajas, en comparación con las subvenciones, es que permite a las empresas elegir los proyectos.

Esta modalidad suele medirse mediante la elasticidad del precio fiscal: la I+D adicional generada por 1 euro de deducción fiscal.

En base a este cálculo, y tras revisar la bibliografía disponible, Mohnen (2013) concluye que “las pruebas existentes acerca de la efectividad de los incentivos fiscales a la I+D, pese a que no son uniformes, tienden a concluir que no son muy eficaces a la hora de fomentar una I+D que rebase el importe de los ingresos fiscales sacrificados”. En líneas generales, esta herramienta de financiación funciona más a la hora de incentivar nuevos proyectos que de respaldar los ya  existentes.

Otro inconveniente es que  tienden a favorecer a las grandes empresas de I+D ya establecidas, aunque las pequeñas suelen beneficiarse de unos índices de crédito más elevados. Esto se debe a que las pequeñas y nuevas empresas que carecen de información y experiencia no los solicitan debido a los altos costes que comportan. A pesar de que la elasticidad fiscal para estas es mayor.

2. Subvenciones para la I+D privada

La mayoría de los estudios econométricos que analizan esta modalidad se se centran en sus efectos: si la inversión en I+D se suma a la I+D privada y tiene un efecto de atracción, o si la sustituye y tiende a desplazarla. Al centrarse en estos no toman en consideración el valor social, la razón fundamental de la intervención pública.

Las investigaciones existentes concluyen que “los resultados, en general, son ambivalentes», aunque por término medio hay más datos a favor de los efectos positivos en la I+D privada.

Un problema fundamental es el sesgo de selección: ¿se relacionan los efectos positivos con las subvenciones de I+D porque las firmas seleccionadas para las subvenciones son las mejores y no porque las subvenciones son las que generan un mejor rendimiento? La dificultad estriba en determinar qué habría sucedido ante la ausencia de apoyo.

Estudios más recientes, que han empleado mejores metodologías tienen también conclusiones ambivalentes, pero todo apunta que los efectos positivos tienden a prevalecer con más frecuencia.

Un enfoque interesante es el utilizado por el proyecto Simpatic (Social Impact Policy Analysis of Technological Innovation Challenges), una red europea que aúna a especialistas en análisis econométricos a escala micro y macro con objeto de evaluar las políticas de I+D. Su modelización estima los costes para las empresas que solicitan una subvención y los beneficios sociales derivados de un proyecto dado. Su modelo y parámetros permiten comparar los costes y beneficios de la política en curso con diversos escenarios alternativos.

La primera conclusión importante de este proyecto, común a los cinco países que analiza (Bélgica [Flandes], Finlandia, Alemania, Países Bajos y España), es que solo un reducido porcentaje de las empresas solicitan subvenciones, aunque ya lleven a cabo proyectos de I+D, lo que que se convierte en el principal obstáculo para estas ayudas públicas puedan tener una repercusión a mayor escala. La pregunta entonces es ¿por qué las empresas solicitan —o no solicitan— subvenciones?

En cuanto a si las subvenciones atraen o desplazan la inversión en I+D privada, los resultados muestran una diferencia significativa entre los distintos países. Existe un efecto de desplazamiento en Bélgica y España, mientras que en los otros países ocurre lo contrario.

El enfoque de Simpatic permite además determinar el valor social, identificado mediante el tipo de proyectos financiados y en qué medida. Los resultados son heterogéneos entre los distintos países, pero confirman que en todos los casos los proyectos financiados presentan un valor social (bienestar) que rebasa sustancialmente (pero no de forma radical) el valor privado (beneficios).

Los resultados más interesantes de este proyecto son las comparaciones de distintos escenarios de políticas:

-- Las políticas actuales, en comparación con una ausencia de apoyo gubernamental, generan significativos beneficios en I+D para aquellas empresas que de todos modos llevarían a cabo proyectos de este tipo.

-- Los beneficios son casi nulos a la hora de atraer a nuevas empresas para que se incorporen a la I+D. 

Estas dos conclusiones explican porque los beneficios en términos de bienestar solo son moderados:

-- Las empresas que ya invierten en I+D tienen tal volumen de gastos que la rentabilidad de la I+D adicional es bastante reducida. Incitarlas a invertir más requiere un apoyo público sustancial.

-- La mayor parte del potencial del valor social consistiría en atraer a nuevas empresas, algo que no es precisamente el punto fuerte de las actuales políticas.

I+D y aumento del PIB y del empleo

Para evaluar este aspecto debemos recurrir a los modelos macro.

Dos son  los modelos macro utilizados en estos momentos por la Comisión Europea.

-- El modelo Nemesis (New Econometric Model for Environment and Sustainable development Implementation Strategies), de la Dirección General de Investigación e Innovación, evalúa de manera preliminar el impacto en el PIB y el empleo del presupuesto del UE-7PM 2013.

Según este modelo por cada euro público invertido habría un efecto impulsor medio de 0,74 euros de I+D privada, lo que supondrían unos 13.900 millones de euros. Además estima un PIB total acumulado adicional de 86.000 millones de euros al cabo de 20 años, un factor multiplicador de alrededor de 10 con respecto a los 8.000 millones de presupuesto del UE- 7PM-2013. También calcula unos 38.000 puestos de trabajo adicionales cada año en la UE, tras un período de 15 años.

Ahora bien, estos efectos positivos se producirían solo a largo plazo (un periodo mínimo de cinco años).

-- El modelo QUEST III, empleado por la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros, también lleva a cabo simulaciones que señalan que las subvenciones de I+D dan lugar a un aumento permanente de los niveles del PIB, pero no afectan a la tasa de crecimiento del PIB.

Al igual que en el anterior,  los efectos positivos solo se materializan a largo plazo. A corto, se producen negativos como la reasignación de empleados altamente cualificados --de producción a I+D-- y pérdida de empleos a causa de una mejora en la productividad.

Los resultados de este modelo confirman la complementariedad de las políticas de I+D y las reformas del mercado de productos, del mercado de trabajo y educativas.

Basado en este modelo, el análisis de Roeger et al. (2013) sobre los efectos de diversas reformas estructurales en algunos países de la Europa meridional (Italia, España, Portugal y Grecia) concluye que las que producen los resultados más significativos a largo plazo son las políticas educativas al reducir la proporción de trabajadores poco cualificados. Esto se traduce en un aumento del empleo: 11% en Italia y 10% en España. Los mayores beneficios económicos se obtienen, sin embargo, a partir de las reformas del mercado de productos. En España, un aumento del PIB del 16%.

Conclusiones

La I+D pública puede formar parte de un saneamiento presupuestario inteligente, pero para ello es necesario:

-- Más información empírica sobre la efectividad (relativa) de las distintas políticas. Faltan estudios con un diseño (cuasi) experimental que permitan determinar el efecto de causalidad de la financiación pública. Es difícil extraer conclusiones generales de los estudios individuales, puesto que los efectos de un programa en particular dependen de la gestión y el diseño de dicho programa en concreto.

Que las subvenciones y créditos fiscales a la I+D se destinen a empresas que tengan dificultades para desarrollar proyectos de I+D cuyos índices de rentabilidad social rebasen sustancialmente los de rentabilidad privada.

Pare ello, las administraciones deben ser capaces de identificar y seleccionar estos proyectos. Lo ideal sería potenciar los esfuerzos de investigación básica y la colaboración entre la industria y la ciencia.

Los datos de Simpatic parecen indicar que la financiación pública se destina principalmente a empresas que ya están invirtiendo en I+D y no llega a nuevas empresas.

-- Los programas de I+D pública aseguren que los procedimientos de solicitud son lo más claros y transparentes posibles para poder atraer a más empresas.

-- Las campañas orientadas a atraer más solicitudes se dirijan especialmente a aquellas empresas susceptibles de producir el tipo de I+D que el Gobierno desea subvencionar, aquella con índices de rendimiento social más elevados. Sin embargo, cabe la posibilidad de que las empresas no se presenten a los créditos y subvenciones porque carecen de proyectos innovadores y atractivos que generen unos índices de rentabilidad privada lo bastante altos, incluso cuando son subvencionados.

-- Modelos macros capaces de marcar cuáles son las condiciones marco necesarias para conseguir que la innovación genere unos índices de rentabilidad privada y social más elevados.

-- Interactuar con las reformas del mercado de productos, mejorar la competencia, las reformas laborales y educativas, y mejorar el stock de competencias.

Sin duda, la I+D pública brinda un gran potencial, pero aún sabemos muy poco acerca de sus efectos reales: se precisan más evaluaciones macro y micro.

---------------

Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto Cómo invertir los fondos públicos destinados a I+D en tiempos de austeridad presupuestaria, de Reinhilde Veugelers, profesora titular de la Universidad Católica de Lovaina, en el departamento de Economía Empresarial, Estrategia e Innovación, y asociada Principal del Instituto Bruegel, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.

Espacio realizado con la colaboración del
Observatorio Social de “la...

Autor >

CTXT / Observatorio Social “la Caixa”

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí