El sexismo y las azafatas deportivas
La Fórmula 1 sustituirá a las azafatas de parrilla por niños la próxima temporada. ¿Una medida eficaz contra el sexismo?
Ricardo Uribarri 14/02/2018
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Entregar el trofeo al deportista victorioso, alegrar la vista al espectador con sugerentes bailes en los descansos de los partidos, pasear por el ring de forma insinuante con un cartel para anunciar el siguiente asalto, o hacer promoción de una marca con atuendos muy provocativos mientras le quita el sol con un paraguas a un piloto. Ese es el papel que le han reservado durante muchos años a la mujer en competiciones masculinas de ciclismo, baloncesto, boxeo o motor. Utilizar su imagen para honrar al ganador o como vía para hacer más atractivo el producto y conseguir más audiencia. Una costumbre que los nuevos responsables de la Fórmula 1 han decidido eliminar a partir de esta próxima temporada “al no encajar con nuestros valores y no ser compatible con las normas sociales actuales”. El debate está servido entre los que apoyan este tipo de medidas y los que defienden que esta actividad es un trabajo como otro cualquiera.
la presencia de las grid girls ya no es apropiada o relevante para la F-1 y sus aficionados,según Liberty, propietaria de la competición
12 de abril de 2015. En la entrega de premios del Gran Premio de Shanghai, el británico Lewis Hamilton, ganador de la prueba, dirige sin piedad el contenido de la botella de champagne a la cara de la azafata que tiene a su lado en el podio, un gesto que recibió numerosas críticas. “Simplemente me dijeron que estuviera quieta”, afirmó después la chica. Una escena así ya no se verá a partir del próximo 25 de marzo, cuando dé comienzo en Australia una nueva temporada de Fórmula 1. Y en la parrilla de salida ya no habrá atractivas mujeres junto a los bólidos, sino niños elegidos de entre los clubes de automovilismo locales. La empresa norteamericana Liberty, que hace un año compró los derechos de la competición, explica que “en los últimos meses hemos analizado una serie de áreas que sentimos que era necesario actualizar para estar más en sintonía con nuestra visión de este gran deporte”, llegando a la conclusión de que la presencia de las grid girls (como se las conoce en el sector) “ya no es apropiada o relevante para la F-1 y sus aficionados, los antiguos y los nuevos, en todo el mundo”.
La competición reina del automovilismo sigue así los pasos de otros eventos deportivos que ya habían acordado medidas similares en los últimos tiempos. Entre ellos están el Mundial de Resistencia, que incluye pruebas tan emblemáticas como las 24 horas de Le Mans, el Circuito Mundial de Dardos o diferentes carreras ciclistas, como el Tour Down Under, que se celebra en Adelaida (Australia), donde se prescindió de las azafatas porque “no tenía mucho sentido que el Gobierno pagara esta actividad al tiempo que financia tratamientos psicológicos para ayudar a las chicas jóvenes con trastornos provocados por su imagen", según el ministro laborista de Australia del Sur, Leon Bignell. En España, la Volta a Catalunya, la Vuelta al País Vasco o la Vuelta a Mallorca han tomado la misma decisión.
Sin embargo, los organizadores de otras competiciones, como el Mundial de Motociclismo, no están por la labor. Carmelo Ezpeleta, responsable de Dorna, la empresa que gestiona sus derechos, dejó claro en el diario AS que van a seguir contando con las paddock girls porque “en ningún país está prohibido ni se indica que el género pueda ser una razón para no realizar un trabajo. Además, el personal siempre tiene que cumplir las leyes del país donde se celebra la carrera”. El Tour de Francia y el Giro de Italia mantienen la tradición de que las azafatas besen a los vencedores de etapa y le entreguen el ramo de flores.
La Vuelta a España decidió el año pasado eliminar los besos femeninos en el podio y repartir entre chicas y chicos las labores protocolarias en la entrega de maillots. Algunos ciclistas apoyaron la decisión de dejar de emplear a mujeres para estas tareas. Uno de los más contundentes fue Mikel Landa, que declaró que “las azafatas en los podios sobran, es como tratarlas como objetos, infravalolarlas”. Aún se recuerda como el eslovaco Peter Sagan le tocó el culo a una azafata en el podio de la Vuelta a Flandes de 2013. “Fue una broma” esgrimió como justificación a la hora de pedir disculpas.
varias azafatas del último torneo de tenis Conde de Godó se vieron obligadas a vestir minifalda y manga corta con temperaturas inferiores a diez grados
Hace unas semanas se conoció que la Inspección de Trabajo de la Generalitat de Catalunya ha propuesto que la agencia Tote Vignau y a la empresa Schweppes paguen una sanción de 25.000 euros cada una a raíz del episodio que vivieron varias azafatas en el pasado torneo de tenis Conde de Godó, cuando con temperaturas inferiores a diez grados, se vieron obligadas a vestir minifalda y manga corta, lo que provocó que alguna cayera enferma. Ellas pidieron que les dieran ropa de más abrigo pero no les hicieron caso. El sindicato UGT denunció el caso y la Inspección decidió resolver el expediente con esta propuesta por "asedio discriminatorio por razón de sexo en el trabajo". El departamento de Trabajo de la Generalitat será quien decida finalmente sobre la propuesta de sanción.
La tarea de realizar políticas de igualdad y de luchar contra la desigualdad en materia de género le compete a nivel estatal al Instituto de la Mujer y para la igualdad de Oportunidades, cuya directora es Lucía del Carmen Cerón. Sobre la medida tomada por los responsables de Fórmula Uno responde a CTXT que “me parecen positivas todas aquellas decisiones que contribuyan a eliminar las situaciones en las que las mujeres son utilizadas exclusivamente como un reclamo o un objeto sexual, por lo que supone de cosificación. Esta cosificación contribuye a reforzar la discriminación de género. Las mujeres no son valoradas por su actividad profesional, sino solo como un adorno, como un complemento decorativo del mundo masculino. En el ámbito de las competiciones deportivas ha sido tradicional esta práctica, en distintos grados; el problema no es tanto que se contrate a personas para dar apoyo a la organización o construir una imagen de marca, que pueden ser hombres o mujeres, como utilizar esta estrategia explotando el físico femenino a través de las actitudes, la vestimenta o reforzando modelos estándar de belleza”.
Cerón deja claro que el trabajo de azafata es tan respetable como cualquier otro. El problema es el uso que le dan muchas veces las empresas. “Las azafatas están presentes en todo tipo de eventos, deportivos o no, y su papel difiere mucho de unos casos a otros. Al hablar de una actividad denigrante no se hace referencia directa a las mujeres que realizan este trabajo de forma profesional. Pero la excesiva reiteración de esta práctica, cuando las organizaciones las utilizan solo como un mero objeto sexual, sí es denigrante para la imagen colectiva de las mujeres porque no se las valora como sujetos ni por su actividad, sino solo por su apariencia. Además, esta utilización como objetos sexuales tiende a fomentar las actitudes machistas en su entorno de trabajo, a generar situaciones incómodas o abusivas por parte de cierto tipo de individuos. Y es algo que debe tenerse muy en cuenta”.
Cabe preguntarse qué medidas puede tomar un organismo como el Instituto de la Mujer para evitar estas prácticas. ¿Deberían prohibirse? La directora opina que “cualquier prohibición generalizada podría ser un exceso. Pero desde luego estamos vigilantes y cuando lo consideramos un caso claro de cosificación o trato vejatorio actuamos con los instrumentos legales a nuestra disposición. Sí invitamos a las entidades organizadoras de este tipo de eventos deportivos a realizar una reflexión, como ha hecho la Fórmula 1. A que valoren si en la sociedad actual, donde el papel de las mujeres es cada vez más relevante y tienen una participación activa cada vez mayor, tiene algún sentido reducirlas a ser un adorno o un reclamo. Tienen que ser conscientes de que las mujeres también practican deporte, con un éxito creciente, y son parte del público aficionado, y con estas prácticas trasnochadas parece que se les está diciendo que no tienen lugar en esos espacios; que están pensados solo por y para los hombres”.
Hay mujeres que han realizado estas tareas que lamentan que les dejen sin la posibilidad de lograr unos ingresos que pueden rondar los 320 euros por un fin de semana
Hay mujeres que han realizado estas tareas de azafatas en las parrillas de salida de las competiciones de motor que lamentan que les dejen sin la posibilidad de lograr unos ingresos, que pueden rondar los 320 euros por un fin de semana. Defienden su derecho a ejercer una actividad que ellas mismas han elegido libremente. Lucía del Carmen Cerón responde que “no creo que estas consideraciones tengan que tener como consecuencia que no haya puestos de trabajo para estas profesionales en estos eventos. Simplemente se trata de darles otra representación, de que su participación tenga otro enfoque. Sus funciones pueden verse modificadas y seguro que pueden aportar valor al desarrollo de los eventos. Además de que pueden ser compartidas tanto por hombres como por mujeres. Vuelvo a reiterar que la actividad de azafata o azafato es necesaria en muchos eventos como apoyo, para recibir, acompañar, informar, asistir… y para eso no hace falta imponerles lucir determinado tipo de vestimenta ni que se explote su físico”.
Vicky Valdazo es la responsable de la agencia Grandes Rasgos, que lleva muchos años proporcionando azafatas a Dorna para los espacios VIP en los Grandes Premios de Motociclismo y también a escuderías y empresas para otro tipo de funciones en las carreras, entre las que están las de acompañar a los pilotos en la parrilla. “El problema es que están vulgarizando todo el sector cuando la labor de una azafata es profesional y muy amplia --explica a CTXT--. Yo estoy de acuerdo en que hay muchos uniformes que resultan ordinarios y por ello, en mi caso, siempre pido al cliente verlos de forma previa porque hay algunos que no quiero que se los pongan las chicas. Es cierto que en algunos eventos deportivos relacionados con el motor hay marcas que intentan poner indumentarias más llamativas para hacerse notar más. Y piensan que así van a publicitarse mejor”.
Hay quien tiene claro que mientras no haya deportistas femeninas alzando trofeos y siendo besadas por dos chicos atractivos, no hay dudas: estamos ante una situación sexista
Valdazo considera que las chicas que aceptan ponerse una ropa provocativa para realizar estas tareas son responsables últimas de esta situación, pero defiende su libertad para elegir. “Teniendo en cuenta que las chicas son mayores de edad, tienen ya capacidad para elegir lo que quieren hacer en cada momento, lo que quieren ponerse y lo que no. Y es tan respetable el decir ‘me lo quiero poner’ como ‘no me lo quiero poner’. Es una decisión de una persona adulta. Estamos hablando de un trabajo, no estamos hablando de nada más, y el que lo quiera ver con ojos más sucios será porque tiene la mente sucia. A mí no me gusta esa imagen de vulgaridad, pero que sea vulgar no quiere decir que sea malo. Si creo que sería bueno que hubiera unos límites mínimos que cumplir para los uniformes”.
Entre las definiciones de la palabra sexismo está la de “aquellas actitudes que promueven estereotipos de roles sociales establecidos en las diferencias sexuales”. Y hay quien tiene claro que mientras no ocurra lo contrario a lo que estamos acostumbrados a ver, es decir, que haya deportistas femeninas alzando trofeos y siendo besadas por dos chicos atractivos o a hombres vestidos con ropa ajustada sosteniendo un paraguas sobre mujeres piloto, no hay dudas: estamos ante una situación sexista. Una realidad que algunos organizadores de eventos deportivos han entendido que no es de recibo mantener. Otros no lo ven así, pero quizá después del debate generado tomen medidas para, al menos, limitar esa exposición femenina y ofrecer una imagen distinta. Claro que, ya puestos a defender el papel de la mujer en la sociedad actual, cabría preguntar a los mandatarios de la Fórmula 1 por qué no dan un paso más definitivo: el de renunciar a organizar pruebas en países como Bahrein o Abu Dabi, donde muchos derechos de las mujeres sí que brillan por su ausencia.
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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