1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Después de Piketty: el debate sobre la desigualdad continúa

Tres economistas recopilan en 'Debatiendo con Piketty' artículos académicos de múltiples disciplinas que abren nuevas líneas de investigación sobre el reparto de la riqueza

Lídia Brun / Ignacio González 5/07/2018

<p>Thoma Piketty en la conferencia de Fronteiras do Pensamento en Porto Alegre (2017).</p>

Thoma Piketty en la conferencia de Fronteiras do Pensamento en Porto Alegre (2017).

Fronteiras do Pensamento

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Hace 4 años, el economista francés Thomas Piketty escribió un libro que supuso un revulsivo en círculos académicos, políticos y mediáticos. En más de 700 páginas, exponía los principales hallazgos de su exhaustiva recopilación de datos sobre desigualdad de renta y riqueza a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI, para varios países. El resultado es un libro, Capital en el siglo XXI (C21), que aporta abundante evidencia empírica de que la desigualdad está creciendo hasta niveles comparables con sociedades de hace 200 años, que creíamos política y culturalmente superadas. Pero Piketty no se queda aquí, y también argumenta que la época “dorada” de crecimiento inclusivo y reducción de las desigualdades fue una anomalía producto de una contingencia histórica (las dos guerras mundiales), que consiguió romper con una regularidad empírica del capitalismo: la famosa r > g.

La reacción a las tesis de Piketty fue intensa en ambos lados del espectro ideológico. Sus predicciones pesimistas sobre un futuro de crecimiento estancado y alta desigualdad, donde la riqueza y el estatus heredados predominan por encima de las oportunidades universales, fueron descartadas por los más afines a las tesis neoclásicas tradicionales. Por otro lado, su planteamiento ambiguo sobre el carácter presuntamente inevitable de las dinámicas de desigualdad en el sistema capitalista le granjeó la oposición de algunos economistas progresistas. A pesar de estas reacciones, el libro tiene la virtud de poner el foco sobre un tema largamente ignorado en la disciplina económica, permitiendo que hayan aflorado el trabajo de miles de investigadores de diversas disciplinas y generando un interés renovado por la desigualdad. Tres años después de la publicación de C21, los economistas Heather Boushey, Bradford DeLong y Marshall Steinbaum nos presentan Debatiendo con Piketty (traducido del inglés original ‘After Piketty’ por Deusto), una recopilación de artículos académicos de múltiples disciplinas que reflexiona sobre el libro para señalar nuevas hipótesis y líneas de investigación que nos ayuden a comprender mejor las dinámicas históricas y contemporáneas de la desigualdad.

Piketty y la teoría neoclásica 

En su extenso trabajo, Piketty documenta dos regularidades empíricas: a) el aumento de la porción de la renta percibida por el capital; y b) el aumento de la ratio de la riqueza (el stock en propiedad) sobre la renta (el flujo de ingresos). En teoría, a medida que el capital se acumula las inversiones más rentables se agotan y su rendimiento tiende a disminuir, de manera que la inversión debería ser menos retribuida. Así, el aumento de la riqueza debería verse compensado por una reducción de sus rendimientos, dejando la proporción del pastel que se percibe en forma de dividendos, beneficios, etc. más o menos estable. Esta hipótesis forma parte de un conjunto de regularidades empíricas identificadas por Kaldor en 1957 sobre los que se asientan los modelos de crecimiento de la economía neoclásica. Sin embargo, esta regularidad ya no se sostiene: la porción del PIB percibida por las rentas del trabajo está cayendo, y la percibida por las rentas del capital está aumentando.

Para explicar sus dos hallazgos usando la teoría neoclásica estándar, Piketty asume un presupuesto teórico controvertido: que el trabajo y el capital físico son factores de producción sustitutivos o, en jerga económica, que la elasticidad de sustitución entre trabajo y capital es mayor a uno. Cuando el trabajo y capital son sustitutos, incrementos en la intensidad del capital expulsan a los trabajadores y en general tienen un impacto negativo sobre las rentas totales del trabajo. Sin embargo, como muestra el capítulo 4, esta hipótesis puede ser errónea, porque existe abundante evidencia empírica de que trabajadores y capital a nivel agregado son complementarios, no sustitutivos. A pesar de esta evidencia, parte de la comunidad académica interpretó que el mensaje principal de C21 era sobre los riesgos de la sustitución de trabajadores por máquinas/robots, adoptando una visión puramente “tecnológica” del argumento de Piketty. La evidencia de que trabajo y capital son complementarios sugiere, más bien, que el reparto cada vez más desigual entre trabajo y capital no se explica fundamentalmente por el desplazamiento tecnológico del trabajo, sino sobre todo por factores institucionales.

Precisamente, uno de los principales aspectos de Debatiendo con Piketty es la lectura institucional y política de la obra del francés. Mientras que la teoría neoclásica ha asumido tradicionalmente que el tamaño del pastel y su repartición se determinan por procesos inconexos analizables de forma independiente, Debatiendo con Piketty subraya la lectura de C21 en clave de Economía Política clásica, para mostrar cómo las teorías de crecimiento económico están enlazadas con las teorías de la distribución factorial (entre capital y trabajo) y de la distribución personal de la renta y la riqueza (quién posee y quién recibe qué). Por ejemplo, el economista Branko Milanovic (capítulo 10) clarifica estadísticamente la relación entre la distribución factorial y la distribución personal. Así mismo, diversos capítulos resumen los avances teóricos que relacionan los niveles de desigualdad con los agregados macroeconómicos, como por ejemplo, la importancia de la riqueza hereditaria (capítulo 14), o el impacto de la desigualdad en la macroeconomía (capítulo 16) y en la estabilidad financiera (capítulo 17).

A pesar del énfasis en aspectos institucionales y políticos, Debatiendo con Piketty también explora los aspectos distributivos directos que tienen los procesos de digitalización y robotización, así como los efectos distributivos indirectos que estos procesos tienen a través de la globalización (capítulos 8 y 12). Aunque su impacto neto sobre el reparto de la renta entre capital y trabajo es discutido, es esperable que tengan un efecto sobre los tipos de empleo y la distribución de los salarios, así como sobre la estructura de los mercados, ya que las nuevas tecnologías se caracterizan por fuertes externalidades de red y nuevas economías de escala y alcance.

Pero, ¿qué demonios significa r>g?

Uno de los rasgos distintivos de la salida de la Gran Recesión es la recuperación de la tasa de beneficio acompañada de un estancamiento del crecimiento y del empleo en las economías avanzadas. Cuando ésto ocurre, aumenta la desigualdad. En C21, Piketty muestra que esta correlación positiva entre la diferencia entre el rendimiento del capital (“r”) y la tasa de crecimiento de la economía (“g”), y el aumento de la desigualdad es un hecho histórico estilizado. Esto se puede entender intuitivamente de la siguiente forma: si lo que crece la economía es una media entre lo que crecen los rendimientos del trabajo y lo que crecen los rendimientos del capital, cuando los últimos crecen más que la media, entonces los primeros (los salarios) crecen menos, lo que obviamente tiene un impacto distributivo.

Que el rendimiento medio de la inversión sea tan elevado a pesar de que el crecimiento económico no sea boyante puede ser una contradicción aparente. Sin embargo, la contradicción no es tal si los rendimientos del capital provienen de cambios en la valuación financiera del capital (bursátil) y no como retorno a la inversión productiva. Por ello, quizás lo más controvertido de la teoría de Piketty es la nula diferencia que establece entre riqueza, particularmente la financiera, y capital productivo. Ni toda la riqueza se puede usar en el proceso productivo, ni todo el capital tiene un valor bien definido y comercializable. Equiparar riqueza y capital lleva a no distinguir entre movimientos en la valuación de los activos financieros y los cambios en la capacidad productiva de la economía real. Más allá de algunas críticas sobre cómo se mide el capital esclavo (capítulo 6) o el capital humano (capítulo 7), esta crítica está poco elaborada en Debatiendo con Piketty.

En una investigación reciente, Brun y González (2017) explicamos cómo un aumento de la valuación financiera de las empresas, y a través de dividendos y ganancias de capital, del retorno a la propiedad de capital (“r”) provoca un estancamiento de la inversión productiva, y por tanto, del crecimiento de la economía (“g”). El poder de mercado (monopolio) de las empresas y las políticas fiscales favorables al capital, es decir, la disminución de los impuestos sobre los dividendos, sobre las ganancias de capital, y sobre los beneficios corporativos (en detrimento del trabajo) inflan la capitalización bursátil de las empresas respecto a su valor contable. Cuanto mayor es esta diferencia, mayor es el peso del sector financiero y más se resiente el sector real de la economía. Estos cambios tienen efectos sobre la distribución primaria de la renta altamente regresivos, ya que el aumento de los retornos al capital, muy concentrado en pocas manos, se produce a costa de los salarios, que son la principal fuente de ingreso para la mayoría de la población.

 El capítulo 9 ahonda en otra explicación institucional clave y, en nuestra humilde opinión, es una de las contribuciones más importantes del libro. En él, David Weil explica cómo cambios en la estructura corporativa afectan al trabajo y, en particular, cómo las grandes empresas han externalizado las partes del proceso productivo de menor valor añadido, construyendo así un “espacio laboral fisurado”, en el que personas que trabajan bajo un mismo techo responden a empleadores diferentes. Cuando ésto ocurre, la capacidad de sindicación y el poder de negociación de estos trabajadores quedan fuertemente debilitados. Sin embargo, otros aspectos relacionados con el poder de negociación de los trabajadores, como el aumento poder de monopsonio, la reducción de las tasas de sindicación, o los cambios en la legislación laboral reciben menos atención en el libro, aunque sobre estos temas existen importantes contribuciones recientes.

La economía política de r>g

Una parte importante de Debatiendo con Piketty aborda una aparente contradicción en el relato de C21, que oscila entre unas “dinámicas inexorables” del capitalismo que llevan a mayor desigualdad, frente al reclamo continuo de que “el nivel de desigualdad en una sociedad es una decisión política”. Mientras afirma de manera insistente a lo largo de C21 que el rol de técnicos y economistas es el de informar un debate que debe ser democrático, y por lo tanto, sujeto a opiniones y consensos diferentes, Piketty no acaba de esclarecer un rol comprensible y sistemático de las fuerzas políticas y sociales en las dinámicas de la desigualdad. Al fin y al cabo, la globalización, el aumento del grado de concentración empresarial, el dominio de las finanzas sobre la economía productiva o el modelo de relaciones laborales, que influyen en el tamaño relativo de “r” y “g”, son productos eminentemente políticos (capítulo 5).

Varios capítulos profundizan en esta cuestión. Gareth Jones (capítulo 12) explica cómo la geopolítica económica compite con la legislación (fiscal, de transparencia, etc.) –o más bien con su ausencia– para atraer el dinero de grandes inversores en un contexto de alta movilidad global de capital. Marshall Steinbaum (capítulo 18) alega que el consenso que permitió un pacto social entorno al Estado del Bienestar, con políticas de fuerte redistribución e impuestos marginales confiscatorios, no tuvo sólo causas materiales (la destrucción bélica), sino que también se debió a la conquista de la hegemonía cultural por parte de los partidos socialdemócratas. David Singh (capítulo 19) desgrana las raíces legales de la economía de mercado para preguntarse si no es inevitable la prevalencia del capital sobre el trabajo en sistemas jurídicos construidos filosóficamente a través de la propiedad privada.

Otras dimensiones de la desigualdad 

Una parte del libro, algo discontinua, pone el foco en otras dimensiones de la desigualdad, más allá de la monetaria. Heather Boushey (capítulo 15) pone el foco en la desigualdad de género, y se pregunta si este retorno al “capitalismo patrimonialista” supone una nueva amenaza para los derechos y las libertades económicas de las mujeres, dado que la transmisión de la riqueza ha tenido históricamente un sesgo de género. Por otro lado, Christoph Lakner (capítulo 11) introduce el tema de la desigualdad global, la cual sigue dinámicas propias y divergentes de aquellas enfatizadas por el relato contemporáneo que a menudo hacemos en Occidente. También se analiza cómo los efectos del colonialismo persisten a través de la configuración histórica de las instituciones (capítulo 20). 

Probablemente, lo que entraña un mayor riesgo para las sociedades democráticas es el hecho de que la desigualdad económica se traduzca en desigualdad política. Elisabeth Jacobs (capítulo 21) identifica múltiples mecanismos de transmisión de desigualdad económica en desigualdad política, y describe cómo se refuerzan mutuamente, de manera que una mayor desigualdad económica debilita los dispositivos políticos que al mismo tiempo permiten atenuarla. Este relato contrasta con el optimismo político de Piketty pero completa su advertencia sobre la grave amenaza que supone la desigualdad para el funcionamiento de la democracia.

Algunas consideraciones críticas

Echamos de menos un hilo argumental lógico que acompañe al lector a lo largo del libro, mediante una estructura definida de enmiendas, sofisticación de diagnósticos e identificación de nuevas líneas de investigación a partir de las tesis de Piketty. Hay desde capítulos muy técnicos (tanto teóricos como empíricos) hasta capítulos narrativos sin cifra alguna. Algunos capítulos abordan de frente el gran relato que Piketty dibuja, desde varias disciplinas, mientras otros tratan cuestiones técnicas y parecen más dirigidos a economistas preocupados por la desigualdad. Otros tratan temáticas autónomas. Quizás estos múltiples enfoques hubiesen sido más fáciles de compatibilizar con una clarificación del perfil de audiencia a la que Debatiendo con Piketty va dirigido.

Por otro lado, estamos convencidos de que la pluralidad política e ideológica que destilan los diferentes capítulos, que abarcan desde teorías neoclásicas como la del capital humano hasta teorías de corte institucionalista y otras teorías heterodoxas, es intencional y dota al libro de una riqueza teórica sorprendente. Quizá, dada la falta de uniformidad epistemológica en las distintas aportaciones, hubiese merecido la pena poner más en diálogo las diferentes partes del libro y abordar sus discrepancias de manera transparente, en vez de presentarlas de manera inconexa. En cualquier caso, en las distintas presentaciones del libro los editores han sido explícitos en su intención de amplificar el debate público sobre la desigualdad y hacerlo de forma inclusiva, desde varias posiciones políticas y desde múltiples disciplinas. Este propósito está en sintonía con el objetivo del propio Piketty, el cual responde a varias de estas interpelaciones en el último capítulo del libro.

Frente a una reacción inicial adversa de la profesión económica, que osciló entre la  condescendencia y la hostilidad, es de agradecer que se cambie el tono de la conversación y se tomen en serio los hallazgos de Piketty. Esto es lo que consiguen con este libro Boushey, DeLong y Steinbaum, cuyo esfuerzo por reunir a una gran cantidad y diversidad de investigadores y trabajos, señala el camino a seguir, tanto a nivel de investigación como a nivel de propuesta política. Debatiendo con Piketty es un libro importante y que apunta en la dirección correcta.

---------------------------

Lídia Brun (@LilyPurple311) es investigadora doctoral en macroeconomía y desigualdad en la Université Libre de Bruxelles.

Ignacio González (@Nacho2G) es economista y profesor en la American University, Washington DC. 

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Lídia Brun / Ignacio González

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí