1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

ISABEL VILLAR / Pintora

“En mi época las mujeres que pintaban firmaban con la inicial y el apellido, para disimular que eran mujeres”

Miguel Ángel del Arco 30/11/-1

<p>Isabel Villar. </p>

Isabel Villar. 

M.A.D.A.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Queremos sacar a Guillem Martínez a ver mundo y a contarlo. Todos los meses hará dos viajes y dos grandes reportajes sobre el terreno. Ayúdanos a sufragar los gastos y sugiérenos temas (info@ctxt.es).

Isabel Villar (Salamanca 1934) tenía claras dos cosas: que quería ser pintora y que iba a pintar diferente. Ha conseguido ambas y tanto críticos como artistas han aplaudido, admirado y reconocido su originalidad. Cuando tuvo esas certezas, había terminado la carrera de Bellas Artes y destacado en el dibujo. Como entonces había una verdadera fiebre por la pintura abstracta, ella tiró por otro camino: pintó prados luminosos, mujeres desnudas, inventó familias imposibles, animales apacibles como sacados de un zoológico mágico.

Hija de un ingeniero de montes, pensó que para ser pitora lo primero era salir de Salamanca. Aprendió a dibujar en la escuela de San Eloy porque el ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando era difícil. Aprobó a la primera.  Alfredo Alcain, Antonio Zarco, Ángel Doreste, Vicente Vela o Eduardo Sanz fueron sus compañeros de clase. Con el último se casó. La clave de su unión fue la pintura. Isabel era la única chica entre tantos chicos que quería ser pintores. Todos la invitaban a salir, a bailar, al cine. Eduardo quedaba con ella para hablar de pintura, para pintar paisajes juntos. Tuvieron un hijo que también fue pintor.

Tiene 84 años y sigue pintando, poco, está atenta a lo que pasa a su alrededor, echando de menos a su marido, que se le fue hace cinco años, y exponiendo. Hace apenas tres meses la galería Fernandez-Braso presentó Isabel Villar, Pinturas, 1970-2017.

¿Recuerda cuando empezó a pintar?

Toda la vida, yo creo que nací con el lapicero en la mano. En la familia de mi madre, mi tío Manolo dibujaba que era una maravilla, fue uno de los que más me apoyó para que me viniera a Madrid. También mi abuela, Ana Mirat, tenía una gran ilusión de que yo pintara. Me apoyó mucho, aparte de que tenía una cocinera impresionante y siempre llamaba a mi madre, oye que me quedo a comer con la abuela. En Salamanca preparé mi primera exposición en la galería Miranda. Me había ido a la Alberca, pasé quince días y dibujé los paisajes, yo era muy rápida. La vendí entera.

Ser rápida, ¿qué significa? ¿facilidad?

Siempre he sido bastante rápida, aun con los cuadros que hago ahora que son más elaborados. Me acuerdo cuando iba a San Eloy a aprender a dibujar, con el uniforme del colegio. Manolo García, que era muy buen maestro, me tenía que poner algo para dibujar, y luego otra cosa, porque ya había terminado las tareas.

Pero es seguridad, buena mano o qué.

Tal vez es que ves muy pronto lo que quieres hacer. Antonio López es todo lo contrario. Antonio coincidió con nosotros en la escuela, no en nuestro curso, sino en uno o dos superiores. Teníamos mucha relación porque íbamos a ver sus cosas y porque había dos estrellas entonces en la escuela, Antonio López y Manuel Alcorlo, este sí era de nuestro curso. Y Antonio era lentísimo. Todavía me acuerdo de aquellas recepciones, donde ibas en fila a saludar al rey… Debió ser de las primeras, iba delante de mi Antonio y  Juan Carlos le dijo: “Pero Antonio, por favor, me vas a pintar viejísimo como no termines”. Es magnífico pero muy lento.Antes a los pintores nos cuidaba la televisión, ahora no se ocupa para nada.

Se empeñó pronto en pintar de otra manera.

Totalmente. Eso fue al acabar Bellas Artes, se produjo un boom del abstracto, que a mí me interesaba mucho. Siempre quise pintar algo que fuera muy mío y, además, que se viera enseguida que era mío y que no tuviera que ver con la moda. Muchos críticos me decían, pero si tú tienes mucha facilidad… No me divertía pintar abstracto, aunque me gustaban mucho la pintura de Millares, o la de Saura. Así que, en pleno furor del abstracto, busqué este mundo más ingenuista.

Ha dicho que quería pintar como una mujer.

Eso también lo tuve yo muy claro, porque en mi época las mujeres que pintaban firmaban con la inicial y el apellido, para disimular que eran mujeres. Si se llamaba por ejemplo Matilde Fernández, pues firmaba M. Fernández. Se escondían. Incluso yo firmé varias cosas I. Villar. En un momento me dije, nada de eso, yo soy Isabel Villar, soy una mujer y punto. Y hasta ahora.

***

El camino que eligió Isabel Villar para ser diferente se internó por prados verdes, mágicos y verosímiles solo por su pincel rápido y claro. Iba  apuntando los títulos de sus cuadros en una libretita y ha juntado cientos de ellos, irónicos, ambiguos, intencionados, explicativos, que son quiños y críticas suaves a la España que iba viendo, a los tópicos, al cerrajón. Ella es luminosa, optimista, alegre, y todo lo mete en sus cuadros con una aparente facilidad pasmosa. El resultado, lleno de detalles, entra por los ojos, sorprende y hace pensar.

‘La mujer desnuda y ‘El león en mitad del prado verde’, ‘Noche tranquila’, ‘Familia del obispo’, ‘Niña volando con rinoceronte’, ‘Concierto en do mayor para rebaño’, ‘El lobo’,  son algunos de los títulos, entre la ironía, la broma o la paradoja. Vemos en ellos un león solitario que va encontrando compañeros que salen de un fantástico arca de Noé.

Ha tenido diferentes etapas y en cada una de ellas ha ido añadiendo detalles a su originalidad, a su diferente manera de pintar. Así que ha puesto en sus cuadros a las mujeres solitarias, desnudas, cándidas y voluptuosas, quizá volando; a sus leones apacibles, sus lobos buenos, es decir, animales salvajes en un zoo armonioso; a las majas y a los toreros sin toro; a los ángeles feminizados,  que pueden igual ir a la playa que jugar al golf; a sus grupos familiares tan improbables como sugerentes, parejas felices, niñas mariposa volando y multiplicándose hasta el infinito. Un mundo interior rico y claramente reconocible. De muy difícil clasificación. Por eso los críticos la han llamado neofigurativa, neosurrealista, microrrealista, naif, erótica o feminista. Quizá en una simplificación de lo inabarcable de  su pintura minuciosa, concienzuda, detallista.

De estas definiciones cual le gusta menos: naif, ingenua, infantil, neofigurativa, neorromántica, primitivista, feminista...

El que me llamen naif nunca me ha gustado, porque es no entender lo que están viendo, no es naif lo que yo pinto. Me dieron una vez en Basilea un premio naif, pero en aquella misma exposición había también cuadros de Botero porque lo consideran dentro de ese mundo.. Menos naif, me gustan todas. Pero naif es el señor que nunca ha estudiado pintura, y se nota. Yo te puedo hacer unos retratos si quiero. No soy naif.

Tampoco realista.

Yo no pinto realismo porque me aburre, nunca lo he hecho. Yo el realismo este de coger un vaso y hacer tal cual nunca me ha llamado. Me acuerdo de que una vez Isabel Quintanilla me dijo: “Desengáñate, esto es una cuestión de culo”. Eso decía ella, porque tienes que estar ahí, insistiendo.

A estas alturas de la vida, de los cuadros pintados, de las exposiciones, ¿se siente reconocida?

Sí, porque no me importa. Si fuera hombre y no pintara lo que llaman naif, puede que fuera más reconocida. Suelo aparecer en la historia de la pintura, pero no lo busco. Pero sabes qué pasa, que a mí lo que me interesa, a Eduardo también le pasaba y a mi hijo Sergio también, es que nuestra obra les guste a los pintores. Yo desde el primer día que hice mi exposición entró Canogar, que no tenía ni idea de lo que yo hacía, y dijo “cómo me gusta esto”, “pues es mío".

¿Se llevó bien con la crítica?

No me ha interesado mucho lo de la crítica. Yo vendía bien; tengo que decir que la primera exposición la vendí entera. Es que en aquella época si no eras abstracto era un pecado, y yo hice retratos porque se me daban bien…Luego lo dejé, pinté alguno, pero a mi estilo. Luego me han pedido más pero es pesado, tienes que procurar que se parezcan.

¿El mundo del arte es machista?

Sí, que lo es. Falta mucho para una verdadera igualdad, aunque yo en ese sentido reconozco que tuve suerte. Desde la primera exposición en la galería Sen en Madrid, les interesó mucho lo mío. Moreno Galván escribió una crítica en la revista Triunfo, luego Calvo Serraller. Pero en antologías y eso, sí que salen menos mujeres. A mí sí me han sacado.

Pero usted dejó de pintar para dedicarte a la casa.

Más que a la casa, a la hoja de lata. Porque yo inventé una artesanía en los años que terminé la carrera y Eduardo se fue a París. Éramos, como decía un amigo nuestro, amigos noviosos, porque estábamos muy independizados. Yo me fui a Salamanca y con una amiga inventamos unos manteles con panes de oro y dibujitos que vendíamos en una boutique, o sea que la artesanía siempre me interesó. Y cuando Eduardo expuso en Madrid y ya destacó y se afianzo cogí la hoja de lata, la vendí. Es que con las figuras de hoja de lata ingresábamos muy bien. La casa la seguí llevando, pero no renuncié a nada… De hecho, en Bilbao expuse a punto de dar a luz. Yo aposté por la pintura de Eduardo y no me importó esperar un poco para hacer lo mío.

Pintora, esposa de pintor, madre de pintor. ¿Cómo se lleva eso?

Bien, nadie enseña a nadie porque hemos sido tan distintos y no hemos interferido. Hombre, solo algún consejo y mucho respeto por lo de los otros. Cada uno en su sitio. Yo tenía mi estudio en el jardín, que ya no es mi estudio, ahora es el almacén donde guardamos cuadros de otros pintores, Úrculo, Miralles, qué sé yo. Eduardo pintaba en el sótano y Sergio también abajo, pero en la otra parte.

***

Estuvo en una antología de genealogías feministas.

Sí, una exposición importante del museo de León. Siempre te gusta que las feministas te pongan como bandera, qué bobada, eso satisface porque las mujeres estamos como estamos: no vas a decir que estás igual porque no es verdad. En esta última exposición los compradores eran todos clientes nuevos de la galería y casi todo mujeres. Una pintora amiga mía me decía, “es que eres ejemplo para nosotras”, y otra, “¿sabes que ahora las feministas te están poniendo de modelo?”. Lo curioso es que eran los temas de mujeres solas que he pintado desde el principio, siempre pinté mujeres libres.

Las mujeres han conquistado las calles

Sí, sí, hay que conquistar las calles, con esa burrada de la sentencia de La Manada. Hay mucho qué hacer. Se ha avanzado, pero el machismo sigue funcionando, pero de qué manera.

Se dice que la revolución será feminista o no será.

Yo creo que sí, es un camino para arreglar las cosas,  porque hay que ver cómo está todo. Raro es el día que no hay un escándalo, cuando no es Zaplana es la Gürtel y el otro, todos los días hay algo.

Su triunfo y el de las mayores ventas de sus cuadros coincidió con la Transición, ¿cómo la vivio?

Sí, fueron unos momentos muy importantes, muy interesantes.

Para unos buena y ejemplar, para otros mala, una derrota

Yo pienso que entonces no se podía hacer otra cosa. Fue un éxito, la gente demasiado joven no se da cuenta de lo que fue aquello. Había que tener un cuidado... Eduardo, porque tenía bigote lo llamaban en la DGS Eduardo Sanz alias Stalin. Era muy difícil, demasiado.

¿Le censuraron sus cuadros, sus mujeres desnudas?

Eso fue divertido. Hice una exposición importante en los años setenta, en la galería Sen, todos los cuadros eran mujeres desnudas en los jardines, el único hombre que había era un mirón, se veía la cabezuca del hombre entre unas ramas mirando. Y fue la televisión. Antes a los pintores nos cuidaba la televisión, ahora no se ocupa para nada. Pues me hicieron un reportaje y grabaron los cuadros, pero lo que sacaron fue sólo prados verdes, no salía ni una mujer. Dijeron a los que habían hecho el reportaje que de desnudos, nada. Así que acercaron el foco y todo lo que salía eran prados desnudos, sin nadie.

¿Dice que, salvo Antonio López, no hay importantes entre los realistas?

No. Tuvieron esa exposición del Thyssen, que fue muy importante, pero no creas, no estaban considerados. Vendían muy bien y eso, pero luego no los llevaban a las bienales. Por ejemplo, Eduardo fue tres veces a las bienales. Siempre llevaban a gente más rompedora.

El canon ¿quién lo pone, el mercado?

El mercado es muy desigual. He visto lo que hay en EEUU con Koon, lo último que hace, con muñecos que luego funde... A mí me gusta el perrito que tiene en la puerta del museo Guggenheim, es interesante... pero son muchos los galeristas que lo imponen. 

Queremos sacar a Guillem Martínez a ver mundo y a contarlo. Todos los meses hará dos viajes y dos grandes reportajes sobre el terreno. Ayúdanos a sufragar los gastos y sugiérenos temas

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Miguel Ángel del Arco

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí