1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

TRIBUNA

Humor, racismo y la excusa de los cobardes

Roberto Bodegas no es un enfermo, todo lo contrario. Con todos ustedes: tan solo otro hijo sano y mal mimado del racismo estructural

Rromani Pativ 27/08/2018

<p>Rober Bodegas durante un monólogo.</p>

Rober Bodegas durante un monólogo.

Phi Beta Lambda

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Comencemos hablando claro. Tras la supuesta rebeldía proclamada ante la denominada dictadura de lo “políticamente correcto” se esconden a menudo verdaderos reaccionarios que disfrazan sus enormes complejos con una ortopédica pose de contestatarismo hipster. Pero antes de seguir cargando las tintas, aunque sea de forma justa, debemos ser extremadamente cuidadosos. Y es nuestra responsabilidad ser cuidadosos porque reconocemos estar de acuerdo en algo con nuestros acérrimos antagonistas: rechazamos lo “políticamente correcto”. No obstante, nuestras posturas son radicalmente contrarias y nunca serán conciliables. Nos explicamos. Desde este lado de la vida, rechazamos la retórica de lo políticamente correcto por ser superficial, epidérmica, insuficiente y a menudo hipócrita. La consideramos insuficiente porque nos impide desarrollar lo que José Heredia Maya llamó una mirada limpia y horizontal que ilumine de forma crítica las verdaderas causas de nuestros problemas más persistentes. Sin embargo, todo indica que, desde el lado de Rober Bodegas, la cuestión que nos convoca se manifiesta de una manera, digámoslo así, “muy otra”. Especialmente desde hace unos años, lo políticamente correcto es rechazado porque deslegitima, al menos en el aspecto moral, los nada originales impulsos racistas y sexistas de los individuos más casposos de nuestra enfermiza sociedad. Este fenómeno ha cobrado popularidad en determinados espacios pretendidamente contra-culturales. Para una aproximación amena e interesante a tal realidad en nuestro contexto geográfico, nada como leer el libro Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural, del autor Víctor Lenore.

No nos preocupan tanto los mediocres insultos proferidos contra nuestro pueblo por este comediante en particular como el eco social que los producen y alientan

Es cierto que por abochornar públicamente a un humorista poco inteligente no acabaremos con el racismo antigitano, somos absolutamente conscientes de ello. No nos preocupan tanto los mediocres insultos proferidos contra nuestro pueblo por este comediante en particular, aunque emerjan camuflados como “chistes”, como el eco social que los producen y alientan. El patético y pálido humorista de etnia paya es, tan solo, uno de tantos síntomas más. No es él quien provoca la carcajada que nos denigra. La carcajada que nos denigra lo acuna en su evidente inmadurez intelectual y en su incapacidad para superar los condicionamientos patológicos de su propia cultura. No son sus torpes aspavientos ni su malicia adolescente la que nos hiere, son las condiciones de posibilidad de que un payo con micrófono sea aplaudido por bulerías -sin compás, eso sí- por rebuznar y graznar en do mayor. Y vaya por delante todo nuestro respeto a los burros y a los cuervos, animales dignos con mayor capacidad humorística que muchos. El discurso de quien no es otra cosa que un simple ventrílocuo que funciona como amplificador de los sentimientos racistas dominantes es, en este caso, más que hostil, de ahí que nos veamos en la necesidad de analizarlo con relativa frialdad.

Rober Bodegas es un hijo sano y mimado del racismo estructural.

Nuestro pobre humorista solo se está defendiendo. Está defendiendo su libertad de expresión, su derecho a ser abiertamente racista en una sociedad eminentemente racista que tiene un serio problema con el pueblo gitano. Por lo tanto, tras sus bromas palpita una queja pública: “a causa de lo políticamente correcto, no nos permiten ser abiertamente antigitanos”. Si desgajamos las risas, si eliminamos con brocha gorda el elemento irónico de su discurso social, lo que encontramos es un simple y ramplón ramillete de ataques que constituyen el abc del antigitanismo dominante, las reglas básicas del racista de manual para la vida moderna. Veamos entonces. En primer lugar, nuestro rebelde infante insinúa que los gitanos tienen dificultades para expresarse con propiedad por escrito, lo cual constituye, seguramente, una trabajada acusación que le ha obligado a someterse a años de estudio en las mejores universidades del país y el extranjero. Acto seguido, nos llama ladrones y esto sí que resulta ser un apelativo creativo y nuevo que nos hace preguntarnos cómo es posible que siendo dueño de semejante creatividad literaria, Rober no haya ganado a estas alturas algún premio cuyo prestigio, eso sí, no dependa del buen patrón catedrático al que uno se arrima. Para ir calentando el ambiente, en una pataleta digna del niño mimado de la gran casa del blanco privilegiado, asegura, lloriqueando aunque parezca reír, que ha aceptado una supuesta “tregua” en la producción de sus chistes sobre gitanos mientras que nosotros y nosotras no hemos aprendido a adaptarnos a sus normas sociales e integrarnos.

La retorcida lógica es la siguiente: os insulto porque no os integráis y no os integráis porque no sois dignos de ello

Es una pena que los psicólogos del Estado español no hayan aprendido aún a analizar los recovecos mentales del racismo porque estamos en condiciones de asegurar que un caso como el que nos ocupa es digno de estudios científicos apropiados. La retorcida lógica es la siguiente: os insulto porque no os integráis y no os integráis porque no sois dignos de ello. He aquí la primera capa de la cebolla en el mensaje taimado de nuestro artista durante su pseudocomedia. Pero, en el fondo, si quitamos más capas, hay tras todo este teatro un importante tufo a reproche. Por una parte, aunque de forma indirecta, el humorista necesita justificar su racismo, lo cual no le resulta difícil ya que, tal y como demuestran los aplausos y risas durante su show, nuestro protagonista goza de la aprobación entusiasta del sentido común dominante, y lo sabe. Por otra, y a pesar del evidente ninguneo, existe una latente y escondida necesidad de nosotros, de nosotras. La atracción morbosa hacia lo gitano, que se materializa en la imposibilidad de controlar su racismo de forma pública, aparece bajo la repulsión evidente hacia nuestra diferencia que comparte con gran parte de su sociedad. Bodegas se siente atraído por nuestro pueblo porque es payo y ha sido educado para insultarnos y para intentar despreciarnos, como todo buen hijo de vecino, salvando las honrosas excepciones.

La tragicomedia del humorista español

En una dimensión paralela, que a través de la analogía nos muestra el verdadero rostro de lo ocurrido, Bodegas aparece ataviado tragicómicamente con su uniforme de cuadros y, desconsolado, acude a su tutor para gritar lo siguiente: “papá, mira lo que me hacen estos pordioseros. Me exigen que no les humille, pero ellos no se visten como nosotros, papá, míralos. Son ladrones, papá, no saben hablar y además de casarse muy jóvenes les hacen burradas a sus mujeres”. No se dejen engañar, Bodegas no está haciendo humor. Rober, al menos en el caso que nos ocupa, utiliza el humor para dejar salir a su pequeño fascista interior al escenario. Puede desinhibirse porque intuye que, en el fondo, está en su salsa. Y esta es una realidad que nos apela como sociedad.

Resulta especialmente sintomático y triste que la comedia española carezca de humoristas críticos capaces de descubrir la relación ineludible entre humor y poder. No hablamos de moralina. Ni siquiera hablamos de no bromear con el racismo. Hablamos de que, en el contexto de la comedia española, son pocos los que se ríen del racismo con inteligencia y mordacidad y muchos -la mayoría- los que se ríen, sin creatividad ni originalidad, de los que sufren el racismo en primera persona. ¿Por qué será? Nadie le llamará racista porque eso es únicamente una manera de doblegarse ante la dictadura de lo políticamente correcto y nuestro campeón del humor es todo un rebelde. Pero no seamos tan duros, en el fondo no puede evitarlo. Señoras y señores, damas y caballeros: Roberto Bodegas no es un enfermo, todo lo contrario. Con todos ustedes: tan solo otro hijo sano y mal mimado del racismo estructural.

 -------------------------------------------------------------------

Rromani Pativ es una red de organizaciones que trabaja contra el racismo antigitano en los medios de comunicación y en las redes sociales.

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Rromani Pativ

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

14 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Aaron

    El humor no estaba en los clichés sino en la forma.

    Hace 5 años 6 meses

  2. Ildefonso

    Sí, asi es, estamos en un país de caspa y mucho más racista de lo que se cree, un artículo como este basta para mostrarlo en lectores de Ctxt, qué pena.

    Hace 5 años 6 meses

  3. Carlos

    Vaya hombre, querías escribir una argumentación contra el racismo y la intolerancia y te ha salido una interminable retahíla de insultos hacia Bodegas.

    Hace 5 años 6 meses

  4. Alejandro

    Ufff! cuanto tufo a racista en los comentarios. Todos vuestros comentarios demuestran que para erradicar el racismo es necesario mucho más trabajo, cada línea que habéis escrito rebuzna ignorancia, desinterés, racismo económico y étnico, además de una soberbia digna del mejor Cuñao con palillo en la boca. Os propongo que pidáis menos JB a las 07 de la mañana y busquéis estudios sobre índices de criminalidad, sobre los problemas de integración de los gitanos provocados por el rechazo racista y dediquéis unos 15 minutos a reflexionar sobre los posibles motivos por los que muchos gitanos se encuentran en circunstancias de precariedad y exclusión social. La libertad de expresión no tiene nada que ver con la actuación de este señor en un escenario, por mucho que sea vuestro mantra, aunque en cualquier caso me preocupan más los que ríen y aplauden que el humorista cuñao.

    Hace 5 años 6 meses

  5. Javier Bacardí

    Considero bastante más denigrante, desagradable y con bastante menos gracia los chistes sobre niñas asesinadas, víctimas del terrorismo y judios del Concejal Zapata, y no se le dio más importancia. Por lo menos en los medios mas progresistas

    Hace 5 años 6 meses

  6. manuel

    Hoy son los gitanos, mañana serán los taurinos, pasado serán los chistes sobre la iglesia o sobre el ejercito, y así iremos amordazando la cultura del reír, pero luego vendrán otras mordazas sobre otras culturas de la comunicación, del arte, etc. Recuerdo cuando todo el mundo eramos Charlie Hebdo, pero claro, eran chistes que solo podían ofender a los moros. El hombre inteligente se distingue por saber reírse de si mismo.

    Hace 5 años 6 meses

  7. Gorka

    "El patético y pálido humorista de etnia paya......." Dejando a un lado lo mediocre del articulo, que denota la presencia de un autor que no escribe muy habitualmente, simplemente voy a dejarla botando para que, si alguien quiere, lo discuta: hacer mencion de esa indignidad salvaje que forma parte de la cultura gitana que es la prueba del panyuelo es, segun el arriba firmante, fascismo. Ctxt, se os ha ido la olla totalmente publicando un articulo que rezuma odio a la libre expresion por los poros y que ademas no entra en el meollo de la cuestion. Es que algo de los 4 chistes malos que Rober hizo es una falsedad manifiesta? Tenemos que callarnos lo que nos transmite la mierda del panyuelo (entre otras cosas) para que alguien no se ofenda? es eso?

    Hace 5 años 7 meses

  8. Miguel Angel

    Los gitanos y los payos somos ciudadanos iguales y en todas partes cuecen habas. Pero si se quieren derechos, también hay obligaciones. Si los gitanos que sois decentes queréis que se acaben los problemas, tenéis que convencer a muchos de los vuestros que ir de agresivos y amenazantes, estar en el trapicheo de la droga o maltratar a vuestras mujeres no es cultura, es atraso y es reaccionario. Y ya no vale el discurso infantil de minoría puteada. Hace décadas era así, pero hoy no. Si quieres ver porque muchos payos siguen estando molestos con muchos de vosotros, date una vuelta por las urgencias de los hospitales de Madrid, habla con el personal sanitario y de seguridad de las plantas y que te cuenten cómo se comportan gran parte de los gitanos. También puedes hablar con los maestros de los colegios y los servicios sociales del Ayuntamiento y que te cuenten las actitudes. Los gitanos sois parte de este país, admirados por muchas cosas, pero unas mínimas normas de convivencia son necesarias. Si no lo entendéis, el problema lo tenéis vosotros.

    Hace 5 años 7 meses

  9. tolegarpio

    Dice el gitano diletante que se ve en la necesidad de analizar al humorista "con realtiva frialdad". Y en un ataque de ira incontenible lo describe así: El humorista es, entre otras cosas: mimado, patético, pálido, poco inteligente, con evidente inmadurez intelectual, incapaz de superar los condicionamientos patológicos de su cultura, que rebuzna y grazna en do mayor, de torpes aspevientos, que acusa una malicia adolescente, y [como muchos] con menor capacidad humorística que un burros y cuervos; un simple ventrílocuo que amplifica discursos racistas. En suma, un pobre humorista y un rebelde infante que ni tiene derecho a disculparse. Mientras tanto, en una galaxia muy cercana, 400 miembros exaltados de la victimizada raza gitana amenazan gravemente al torpe humorista y hasta organizan batidas. Joder, no es bueno usar los tópicos, pero si el humorista es el "típico hípster racista", un buen número de los individuos ofendidos reaccionan como los "típicos gitanazos vengativos". Por supuesto que los gitanos son víctimas, es más que evidente. Por supuesto que fue un error hacer chistes. Pero el resentimiento del autor del artículo no es una buena táctica para resolver un comportamiento puntualmente erróneo de un comediante que seguramente no será un ser tan abyecto como se describe.

    Hace 5 años 7 meses

  10. Lina

    No puedo opinar todavía del monólogo de Rober Bodegas, porque no lo he visto. Pero en este artículo en mi opinión, ironicamente, asoma precisamente aquello de lo que pretende acusar, es decir, racismo, De hecho, me parece delirante que se refieran a Bodegas como "El patético y pálido humorista de etnia paya". Desde luego, el texto no está a la altura de lo que publica habitualmente esta revista.

    Hace 5 años 7 meses

  11. Alfonso

    No es para tanto, oiga. Ni es necesaria tanta afectación y retórica indignadas, por mucha razón que tenga. Ahí está el señor(¿?) Torra, President de la Generalitat de Catalunya, despachándose a gusto contra los españoles, con un lenguaje antirracista y xenófobo que haría palidecer a Hitler, y, ya ve usted, es apoyado y aplaudido sin rubor por los independentistas, muchos de ellos de izquierda (¿?) y todos muy "demócratas". Pero no pasa nada. Y quien se atreva a discrepar es denunciado y/o agredido sin contemplaciones. ¿Es la democracia una gran mentira o estamos muy locos?

    Hace 5 años 7 meses

  12. Luisa

    Lamentandolo mucho, este es un país de fachas. Gracias por el artículo. "Resulta especialmente sintomático y triste que la comedia española carezca de humoristas críticos capaces de descubrir la relación ineludible entre humor y poder", completamente de acuerdo. País sumiso con una postura claramente reflejada en el comentario de Carlos García "Je suis Robet Bodegas". Bueno, bueno, bueno. Terrible país racista

    Hace 5 años 7 meses

  13. YEPALE

    Sin ánimo de causar más polémica por el asunto, me resulta cuando menos curioso el uso del lenguaje doblado y supuestamente "inclusivo" en un texto de defensa del pueblo gitano. En la vida real, la situación de la mujer gitana es significativamente peor que la paya (dificil que alguien discuta esto), pero en vuestros textos doblais los pronombres. Veis, eso si que es un ejemplo claro de lo politicamente correcto que con palabras pretende tapar realidades.

    Hace 5 años 7 meses

  14. Jesus

    https://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna/2018-08-27/rober-bodegas-gitanos-chistes-ni-caso_1608585/

    Hace 5 años 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí