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Misterpiro / artista urbano

“Que pinte en la calle quien quiera que para eso es de todos”

Gabriel Méndez-Nicolas 21/11/2018

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Al contemplar las obras de Misterpiro (Madrid, 1994) llenas de colores, combinando el spray con la acuarela, mezclando lo real con lo psicodélico, el impacto visual es inmediato. Su trabajo no necesita de filtros intelectuales para la transmisión de una energía sin complejos. La obra de este joven artista contrasta con su carácter calmado y pausado, amigable en el trato. Considerado uno de los referentes actuales de la nueva ola de arte contemporáneo y urbano de la escena madrileña, fue seleccionado el año pasado por Forbes España para figurar en su lista de los 30 jóvenes españoles menores de 30 años con mayor influencia. Nos encontramos en La Causa Galería (Malasaña, Madrid) hogar de su primer Solo Show:‘Golden Clouds’ para una charla entre ‘millenials’.

¿Cómo te metiste en el mundo del arte?

Yo nací aquí en Madrid, pero cuando era muy pequeño, con dos años, nos trasladamos a Plasencia en Extremadura. Crecí allí, me desarrollé allí y cuando era pequeño pintaba a todas horas, en academias o en casa. Nunca me sentí como un artista, un niño artista.

¿Siempre has tenido la necesidad de pintar?

Siempre he pintado, todo lo que veía, pero cuando tenía once años, en el 2006, como muchísimos jóvenes me empecé a interesar por el grafiti. Muchísima gente pintaba en España, era un movimiento joven. Y empecé a hacer bocetos de grafitis y letras con mi nombre. Me puse Piro por aquel entonces para salir a pintar y liarla, todavía me dura. Abrieron una tienda en Plasencia de rollo hip hop, ropa, música y sprays, íbamos siempre mis amigos y yo. Me compré mi primer spray y fui a una nave en un polígono con un colega y empezamos a pintar. En Extremadura se pintaba mogollón por aquel entonces, tenía muchos referentes mayores que yo que pintaban y eso me ayudó. Eso y la cantidad de gente que pintaba en España.

¿Y cómo pasas de eso, del primer grafiti, a tu estilo actual?

Pues en realidad yo siempre he pintado con acuarela, técnicas más de estudio, más tranquilas. Yo empecé en el grafiti porque era la moda y todo el mundo ponía su nombre en la pared y a mí me tocaba poner el mío, pero en realidad nunca ha sido mi pasión. Los fines de semana íbamos unos treinta colegas a pintar murales, hacíamos murales enormes. Pero a mi cada vez me gustaba menos hacer piezas y letras. Un día intenté pintar una foto, pero tampoco me gustaba mucho la ilustración. Siempre he pintado con mucho color y empecé a hacer realismo, caras, a investigar un poco y ahí decidí quedarme con eso.

En realidad tu estilo es una mezcla de realismo con psicodelia multicolor, si se puede llamar así.

Sí, fue porque estudié diseño aquí en Madrid, nunca quise entrar en Bellas Artes, no encajaba en el molde y pensé: “Pues voy a hacer diseño”. Pero tampoco me gustó el diseño, no podía estar en un ordenador mucho tiempo, no iba a clase nunca, no me enteraba de tipografía, de diseño técnico, lo odio. Yo era el asistente de Okuda cuando vine aquí a Madrid, y en uno de los viajes en los que le acompañé fuimos a la India. Yo, el grafiti lo tenía en mente como una técnica de spray, una técnica cerrada. Cuando llegué a la India nadie pintaba con sprays. De hecho, en todos los anuncios de películas o de marcas, los carteles los hacen pintándolos. Lo pintan con pincel todo, a mano. Ahí me di cuenta de que había posibilidades. Entonces cuando volví empecé a probar con pintura de pared de colores y a hacer lo que hacía en papel, ilustraciones con lápiz y acuarelas. No tenía nada que ver.

Decidiste plasmar lo que hacías en lienzo o en papel directamente en muro.

Claro, cuando pintaba en la calle nunca me he sentido muy a gusto, yo hacía bocetos en acuarela, pero luego nunca era igual cuando lo pintaba. Entonces pensé en usar pintura al agua con brocha que al final es lo mismo. Empecé a sentirme más a gusto y fui tirando por la abstracción, manejando colores. A veces es verdad que pinto figuración, pero me siento muy a gusto en el abstracto.

Empathy XXI / Facebook Misterpiro

Y toda esa psicodelia, ¿cómo la creas? ¿Es improvisación?   

En realidad, me dicen mucho lo de psicodelia, pero no me encuentro en ella. Cuando veo una imagen de esos colores y formas no me veo ahí, no sé por qué, pero no me veo ahí. De hecho, no me gusta nada, no lo pondría en mi casa. No pondría un cuadro mío en mi casa.

¿No te gusta tu estilo?

Sí, claro que sí, pero, yo no podría estar viéndolo todo el rato, no tengo ningún cuadro mío ni nada. Me acabaría cansando verlo todos los días. Siempre estoy obsesionado con evolucionar, y ver una pieza durante un año y darte cuenta de que estás haciendo algo muy parecido, me molesta. No quiero encasillarme. También me ayuda a separar el trabajo de la vida personal. Pero volviendo a la creación, mi estilo al crear es totalmente impulsivo, no pienso nada nunca, ni los colores que voy a usar, cuando estoy en el taller abro toda la gama de colores, me pongo a improvisar y según se va secando la pintura voy corrigiendo.

Siempre con muchísimo color.

Sí, ahora estoy haciendo usando colores más pasteles porque estoy un poco cansado. Mi proceso es preparar un montón de lienzos y voy haciendo fondos. Lo dejo reposar, vuelvo al día siguiente y pinto de fotos que tengo en el móvil o cosas que me apetece plasmar, voy trabajando sobre ese fondo. Meto capas en profundidad o degradados, voy jugando. Como coger una mancha y darle forma, darle color, darle textura, profundidad. Después si le quiero meter una cara o un brazo, lo voy viendo. Pero tengo que empezar a darle formas sobre un fondo. Eso lo hago impulsivamente, sin pensar en nada y cuando tengo ese fondo ya empiezo a pensar un poco lo que voy a hacer. Muchas veces cuando pinto murales, vuelvo a una parte y pienso: “Ostia no me acuerdo de haber pintado esto” (se ríe).

Hay artistas que buscan en su obra reflexiones o mensajes, pero yo lo que busco es que a la gente que vea la obra le cause una sensación

Hay muchos artistas que piensan una idea, la maduran y le dan muchas vueltas a sus obras.

A mí eso me da ansiedad, tener un cuadro mucho tiempo. De hecho, muchas veces lo considero acabado y de repente le doy otra vuelta, lo tapo, lo vuelvo a hacer, pinto otra cosa o lo repito. Pero cuando empiezo con un cuadro en blanco lo tengo que ver bastante avanzado.

Tu estilo es muy creativo en lo visual, pero tienes pocas obras reivindicativas ¿no?

Estoy concienciado con el tema medioambiental pero nunca haría obra social o política. Hay artistas que buscan en su obra reflexiones o mensajes, pero yo lo que busco es que a la gente que vea la obra le cause una sensación. Más que una reflexión, una sensación.

yo creo que los grafiteros no se consideran artistas, se consideran grafiteros

En un plano más general, el arte urbano se ha abierto más al público, es más conocido. Desde telediarios, casas de subastas, galerías. ¿Qué te parece esa democratización?

Dicen muchos que todo ha derivado en un postgrafiti. Hay gente que se ha quedado con el grafiti, que no ha querido salir de ahí. Igual lo que digo es una burrada, pero yo creo que los grafiteros no se consideran artistas, se consideran grafiteros. No hacen arte, hacen grafiti. Un día tuve un debate sobre esto y se montó un lío... (se ríe). Hay otras personas que han evolucionado, que, con ese grafiti o arte público, al final estás creando una obra en un espacio público. ¿Qué es un mural? ¿Qué es un grafiti? A mí me gusta llamarlo arte público porque está en la calle y todo el mundo puede verlo y hacerlo. Me parece muy bien que todo el mundo pinte en la calle, que lo llamen como quieran, no tengo ningún problema. De hecho, mola que gente que no es artista, diseñadores, ilustradores, acuarelistas, o una señora que lleva pintando paisajes toda la vida se ponga a pintar murales.

¿No te parece una intrusión?

Para nada, me parece bien. Que pinte en la calle quien quiera que para eso es de todos. Me gusta, es una sensación bonita compartir las calles. El otro día estuve con Mercedes Bellido que es amiga mía y le estuve preguntando muchas cosas porque iba a hacer un mural en una tienda. Me parece bien, por ejemplo, que ella que es ilustradora, de repente haga sus ilustraciones en formato enorme.

Todos los artistas querréis evolucionar para hacer cosas nuevas, pero es verdad que el estilo MisterPiro se detecta muy rápido. ¿Tienes pensado seguir en esa línea?

Mi estilo le gusta a la gente, aunque me da un poco igual que guste, pero estoy muy cómodo en lo que me sale. No podría ponerme a hacer líneas rectas, algo en blanco y negro, ni superrealista, porque no sería yo. Ha dado la casualidad que lo que hago le ha gustado a la gente, es muy vistoso y encaja en muchos sitios. Gracias a eso puedo vivir de mi trabajo, pero me da un poco de miedo repetirme. La verdad es que estoy con un estilo de pintura que a la vez se reconoce muy bien y es muy adaptable a cualquier formato. Me gusta mucho cuando pinto cosas que no son planas y ahora estoy investigando mucho con nuevos formatos.

¿Conseguir abrirte camino en el mundo del arte es suerte o empeño?

Las dos. Hay que tener suerte, pero al final si te quedas en tu casa pintando y las obras las ve tu madre cuando viene a verte del pueblo, pues no vas a hacer nada. Yo uso mucho las redes sociales, salgo mucho, acabo conociendo a gente. Tienes que dejarte ver, conocer gente para hacer colaboraciones. Yo soy muy de salir (se ríe). Pero también tuve suerte, fui a una tienda, a un showroom y hablando con la dueña conseguí que mi primera exposición fuese allí.

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Autor >

Gabriel Méndez-Nicolas

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5 comentario(s)

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  1. Lute

    Si querían clics con esa estupidez de titular, quizá lo han logrado. Ahora bien, en vez de leer con interés sobre el artista urbano, leo a un ser con una inteligencia cívica justita. El argumento lo he oído a gente que arranca la plantas de jardines públicos, que sube el coche a la acera, a los alumnos que pintan y vandalizan el mobiliario y las instalaciones del instituto, a los adultos que tiran colilllas, fuman en espacios públicos. etc. Lo de todos es mío, y tengo derecho a hacer lo que me da la gana. No se puede pintar como no se debería poder ocupar las aceras con mesas para fumadores, ni abrumar la vista con cartelones horrendos, ni cegar con leds de luminosos, ni tantas agresiones que se cometen cada día en la ciudad "porque es de todos", la primera, la ocupación del vehículo privado de casi todo el espacio horizontal y el aire que respiramos todas.

    Hace 5 años 3 meses

  2. ghkghk

    Que cada uno defeque donde quiera, que para eso la calle es de todos... Valiente tontería.

    Hace 5 años 3 meses

  3. Peio

    Tengo un gran concepto de ctxt ypor eso me he quedado sorprendido al leer en el titular de este artículo una gran estupidez. La calle consta de dos partes y si bien se puede aceptar que la horizontal es de todos esto no se cumple en la vertical. Las paredes de los edificios y las persianas de las tiendas son propiedades privadas y los presuntos artistas deberían pedir autorización para pintar en ellas en lugar de destrozarlas pintando una y otra vez sus chorradas narcisistas.

    Hace 5 años 3 meses

  4. Antuán

    Hombre, si el colectivo grafittero fuera tan bueno y responsable como Bansky, aún. Pero la mayor parte del grafitti es puta basura. Y no por ser de todos la calle, tiene nadie derecho, en general, a llenarla de nuestras historias. Aún en muros de obra y poco más entiendo que lo hagan. Pero es que hay infinidad de subnormales que, aparte de pintar mal, son capaces de pintarte la furgoneta....

    Hace 5 años 3 meses

  5. jose

    No. Precisamente porque la calle es de todos no hay que pintarla. Si pueden pintar todos, por una obra decente se pintarán cien indecentes (en sentido artístico).

    Hace 5 años 3 meses

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