RESEÑA
La verdad de la Constitución
Los problemas de nuestra democracia no derivan de la elaboración de la Ley de Leyes del 78
Bonifacio de la Cuadra 9/01/2019

Constitución
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La reedición de un libro sobre la Constitución de 1978, a los 40 años de su aprobación en referéndum –Crónica secreta de la Constitución (40 años después), del que somos autores Soledad Gallego-Díaz y yo, reeditado por Tecnos– tiene como objeto ofrecer la oportunidad de que se lea ahora lo que se escribió hace décadas, fruto del seguimiento detallado de 15 azarosos meses de la vida política española, que culminaron en el establecimiento de las reglas del juego democrático, solo tres años después de la muerte del dictador. A quienes tratan de vincular las deficiencias actuales de nuestra democracia con la elaboración de aquella Constitución, este libro puede resultarles útil para que prevalezca la verdad, de modo que quede claro que el deterioro de nuestras instituciones democráticas no se deriva de errores de origen de la Ley de Leyes.
El seguimiento diario de la elaboración de la Constitución, que no significó que nos plegáramos a la pretendida confidencialidad de los siete ponentes ni aplaudiéramos por sistema a los constituyentes, contrasta con la sorpresa que nos producen ahora jóvenes políticos y jóvenes periodistas, que elaboran el relato de lo ocurrido entonces, vivido, conocido y explicado en aquella época por nosotros en directo. Acaso solo ocurre que a los improvisados cronistas del pasado les faltan detalles de lo ocurrido entonces. Pues en ese libro los tienen.
En la reedición de Crónica secreta... reconocemos que la edición inicial del libro apenas mencionó a las mujeres constituyentes. Es cierto que solo hubo 27 (21 diputadas y 6 senadoras), pero “todas ellas, sin excepción”, reconocemos ahora, “defendieron la rápida incorporación de los derechos de la mujer al texto constitucional”. Y se recuerda que la centrista Teresa Revilla, única mujer que formó parte de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso, intervino el 18 de mayo de 1978, tras la aprobación unánime del artículo 14, que reconoce la igualdad de sexos, “sin que pueda prevalecer discriminación alguna”. En la explicación de voto de su grupo, Revilla llamó la atención sobre que “la mujer española adquiere, por fin, la plenitud de sus derechos”, y añadió: “Pero no vamos a dar las gracias por ello”. Como complemento, el epílogo de la constitucionalista María Luisa Balaguer Callejón, incorporado a la actual reedición, propone “la regulación de los derechos de las mujeres a su propio cuerpo”, entre otras aportaciones.
Los constituyentes
El capítulo Los padres de la Constitución ofrece a los lectores un conjunto de datos que les ayuden a conocer un elemento decisivo de la Constitución: quién la hizo. El protagonismo de los diputados y senadores en la elaboración del texto constitucional no se agota en las enmiendas, discursos, argumentos y votos, sino que se enriquece con la noticia de su edad, profesión, procedencia geográfica, origen social y familiar, nivel económico y de estudios, religiosidad, grado de represión padecida e ideología de quienes elaboraron aquella Constitución para los españoles.
Tanto en la edición inicial como en la reedición de ahora publicamos los resultados de una encuesta propia sobre la personalidad política y el perfil sociológico de los 598 constituyentes (350 diputados y 248 senadores) que intervinieron en aquel proceso. A través de las respuestas obtenidas, el resultado, que nos sigue pareciendo revelador, se describe bajo los siguientes varios epígrafes: “Moderadamente jóvenes”, “Nacieron en provincias”, “Hijos de clase acomodada”, “Estudiaron en la Universidad”, “Abundan los abogados y los profesores”, “Ochenta sufrieron las cárceles de Franco”, “Más de la mitad va a misa” y “Socialistas más socialdemócratas, mayoría absoluta”. Un último epígrafe, “Las respuestas, con nombres y apellidos”, recoge los rasgos humanos y políticos de los constituyentes, de entre los 220 parlamentarios que respondieron a nuestros cuestionarios.
En esta línea de aproximación a las personas de los constituyentes, Soledad Gallego-Díaz, en el Extra de El País, que dirige, del 6 de diciembre de 2018, publicó un artículo titulado La única vez que El País tituló “Sí”, relativo al editorial del 5 de diciembre de 1978, en el que pidió a sus lectores el voto afirmativo a la Constitución, en el referéndum del día siguiente. Gallego-Díaz selecciona a tres personas que “fueron decisivas”, dice, “en aquel proceso de reconciliación y democratización: Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y Juan Carlos I”.
Lo explica así: “Sus biografías son muy distintas y seguramente podrían dar origen a encendidas polémicas, pero sería mezquino negar que de su inteligente comprensión de lo que sucedía en España, de su sincera convicción de que la memoria solo era útil si se hacía presente como experiencia y de su habilidad política se benefició todo un país. Los tres legitimaron sus propias biografías en esa Constitución de libertades y derechos que ayudaron a nacer”.
Esa filosofía, expresada por un@ de l@s dos autor@s de Crónica secreta de la Constitución (40 años después), late en las ediciones de este libro.
La reedición de un libro sobre la Constitución de 1978, a los 40 años de su aprobación en referéndum –Crónica secreta de la Constitución (40 años después), del que somos autores Soledad Gallego-Díaz y yo, reeditado por Tecnos– tiene como objeto ofrecer la oportunidad de que se lea ahora lo que se...
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