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Nos jugamos Madrid… y mucho más

Los territorios y Ayuntamientos del cambio nos marcaron la ruta, ahora ha llegado el momento de tomar, también y entre otras plazas, la Comunidad de Madrid

Jorge Lago / Clara Ramas 19/01/2019

<p>Ayuntamiento de Madrid.</p>

Ayuntamiento de Madrid.

Juanedc

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En Madrid nos jugamos, primero, revalidar la alcaldía que, con aciertos mayores o menores, supone una indudable tabla de salvación para el cambio político en el conjunto del Estado. Siempre podemos encontrar ese cambio insuficiente, alejado de los sueños maximalistas que legítimamente se pueden y deben tener, pero podemos también reconocer que las mejores ideas se miden no por su belleza intrínseca, sino por su capacidad o fuerza de llevarse a la práctica. Y a nadie se le escapa que Manuela Carmena está en las mejores condiciones para revalidar posiciones y mantenerse frente a la ofensiva reaccionaria que se nos presenta como su única alternativa.

Porque es así como se nos presenta hoy la disyuntiva política e histórica: cambio político o profunda reacción conservadora y autoritaria. Hace cuatro años faltó un diputado para echar al PP de la Comunidad de Madrid. Es verdad, echar al PP no nos hubiese traído automáticamente el final del capitalismo ni de las formas actuales de explotación y dominación, pero muchos y muchas vivirían significativamente mejor. Hoy ya no se trata “solo” de echar al PP, a la mafia, la corrupción, la desigualdad manifiesta entre regiones dentro de la Comunidad y entre madrileños. De frenar la privatización y desmantelamiento de lo común en beneficio de una élite extractiva y del todo ineficiente (incluso desde criterios meramente mercantiles). Hoy está en juego todo esto y algo más: la continuación de la senda andaluza y, con ella, de una degradación todavía más severa de las condiciones de vida, además de una mayor involución democrática si cabe. Y siempre cabe.

Hoy está en juego todo: la continuación de la senda andaluza y de una degradación todavía más severa de las condiciones de vida

Pero tengamos clara una cosa: este cambio o barbarie ante el que nos enfrentamos no se explica por una significativa subida del apoyo electoral y social de la derecha, sino por una parálisis del cambio político, por una dificultad de las fuerzas progresistas, de izquierdas, del cambio (póngase el adjetivo que se quiera): en Andalucía las derechas sumaron apenas 53.000 votos más que hace cuatro años. PSOE y Adelante Andalucía se dejaron un millón. Es en este contexto, y no en otro, en el que irrumpe la noticia de que Manuela Carmena e Íñigo Errejón se alían para extender la iniciativa de Más Madrid a la Comunidad de Madrid. Las reacciones no se han hecho esperar: ilusión, esperanza pero, también, dudas o rechazo ante la posibilidad de que la izquierda sucumba, una vez más, a su secular tendencia a la ruptura y la guerra interna.  

Y, sin embargo, una cosa está muy clara para todos: había y hay que hacer algo. Si crece la abstención, si una parte significativa de la base de los partidos progresistas y del cambio lleva tiempo desinflándose, y si la inyección de la moción de censura no está siendo suficiente para mantener posiciones y acaso tomar nuevas, algo hay que hacer; o, claro, permitir que una parte de la ciudadanía sucumba al hastío, la desafección, la desilusión y la sensación de que el cambio político era deseable, pero no posible. Porque ese, y no Vox, es el mayor desafío actual: evitar que buena parte de la gente se repliegue en el desánimo y la desafección. Sin movilización social y electoral, no hay victoria posible frente a la reacción.

Claro que lo que ha ocurrido en Andalucía nos ha pillado por sorpresa a la mayoría, y que desde entonces ha cundido la sensación de desconcierto, de desorientación. Pero en un contexto en que los reaccionarios se han construido como bloque coherente (aznarismo duro en el PP, derechización de C´s, infantería de Vox), no basta con un movimiento meramente reactivo, permaneciendo a la defensiva, en las trincheras: “Paremos el fascismo”. Tampoco sirve de nada desvelar las mentiras u ofrecer datos que desmonten sobre el papel un discurso demencial. No sirve cuando lo que impera es la desafección, el miedo y la necesidad de referentes. No se les gana enfrentándose únicamente a ellos, en una polarización en la que sacan rédito azuzando odio y resentimiento.  

Tenemos, sí o sí, que evitar el largo y tenebroso invierno que nos promete la ola reaccionaria que ha empezado en Andalucía. Y el acuerdo Carmena-Errejón puede, y a nuestro juicio debe, entenderse como un primer y fundamental paso en la dirección correcta. Es el revulsivo que, seguramente, el momento pedía: no una estrategia defensiva o inmovilista, sino que movilice y amplíe su base social. La desmovilización, el cansancio y el desánimo, que se vienen fraguando desde años atrás, no se vencen con repliegues o gritos de radicalidad, sino con un proyecto en positivo y con posibilidad real de victoria. Con capacidad, por tanto, de apelar a una mayoría social que corre sino el riesgo de quedarse en casa huérfana de referentes, y sin la cual la alternativa es evidente: tripartito a la andaluza.

Ya se ha hecho antes. No debe cundir el pánico. En España el bloque reaccionario no ha tomado nunca la iniciativa. Cuando vinieron mal dadas y la gente empezó a sufrir los recortes, los desahucios, la precariedad, la destrucción de los servicios públicos, no estaban. Callaban. No fueron nunca la alternativa ciudadana a la crisis y al saqueo de las élites. No dieron una respuesta al malestar de la gente. No generaron un proyecto ilusionante para las mayorías. En España, todo eso lo hizo el 15M. Y, en 2014, Podemos irrumpió y creció a pasos de gigante recogiendo ese testigo. Entendió que sólo se gana saliendo a la ofensiva, con un proyecto amplio, transversal, que reagrupe a un pueblo roto por la precariedad y los recortes. Un proyecto que hable a toda España, no a un partido ni a una parte: al 99%. Que haga de sus siglas un instrumento, no un fin en sí mismo. Un proyecto, en fin, que apele siempre a una unidad por encima de las siglas que lo componen: la unidad popular que agrega a una mayoría social en construcción y encuentra, en cada momento, la mejor herramienta electoral y táctica para movilizarla. Puede hacerse otra vez, y nos jugamos mucho en que así sea.

Solo con un proyecto que saque de sus casas al votante que se ha quedado, que vuelva a generar ilusión y compromiso políticos, podremos transformar las condiciones de vida de nuestro pueblo.

Errejón y Carmena son el tándem con más potencial de victoria. Gustarán más o gustarán menos, pero son hoy la herramienta más útil y eficaz para ganar en Madrid al tiempo que muestran una alternativa factible a la reacción. Y esa es la prioridad. Eso sí, solo podrán hacerlo desde una plataforma cívica abierta, que integre a las fuerzas que llevan años luchando por el cambio, con IU, con Podemos, con Equo y con otras fuerzas que han operado al margen de la organización de los partidos y que son sin duda imprescindibles.

El movimiento ya ha empezado. Los territorios y Ayuntamientos del cambio nos marcaron la ruta, ahora ha llegado el momento de tomar, también y entre otras plazas, la Comunidad de Madrid. De convertir estas elecciones en un punto de inflexión desde el que, sin duda, quedará mucho por hacer, muchas posiciones por tomar, políticas por llevar a cabo, pero un punto de inflexión que puede bloquear la vía a un terrible retroceso democrático, social, económico y cultural. Solo con un proyecto que saque de sus casas al votante que se ha quedado, que les hable a ellos más que a los militantes, por necesarios que estos sean, que vuelva a generar ilusión y compromiso políticos, podremos ganar y transformar las condiciones de vida de nuestro pueblo.

En Madrid nos jugamos, primero, revalidar la alcaldía que, con aciertos mayores o menores, supone una indudable tabla de salvación para el cambio político en el conjunto del Estado. Siempre podemos encontrar ese cambio insuficiente, alejado de los sueños maximalistas que legítimamente se pueden y deben...

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Autor >

Jorge Lago /

Autora >

Clara Ramas

es doctora Europea en Filosofía (UCM). Investigadora post-doc en UCM y UCV. Tratando de pensar lo político hoy desde un verso de Juan Ramón Jiménez: “Raíces y alas. Pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen”.

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  1. Partido Carmenita Español

    Los socioliberales y socialdemocratas creen que con mover la canasta teatralmente por un discurso hueco antes de las elecciones movilizará a la gente. Hechos pocos. Saben que azuzar a la gente contra VOX es ahora su mejor baza para excusar su ineptitud, conservadurismo y fracaso. El problema no es VOX en sí, si no la cultura social reaccionara que va detrás. La propia Carmea con sus verticalismos autoritarios forma parte de ella.

    Hace 5 años 2 meses

  2. Sugerencia a CTXT:

    El sistema de “Deja un comentario” va con efecto retardado. Para que funcione mal, mejor suprímanlo y no nos tomen el pelo, no tiene sentido dejar un comentario y que a lo mejor aparezca a los días. Llamen al “técnico” y que lo arregle o no nos hagan perder el tiempo.

    Hace 5 años 2 meses

  3. Javier

    "Errejón y Carmena son el tándem con más potencial de victoria". ¿Absolverá la historia a Jorge Lago ante semejante afirmación categórica (y por otra parte, hipótesis no comprobable)? Lo cierto es que mientras Manuela logró en 2015 acaparar gran parte del voto tradicionalmente socialista de la ciudad de Madrid, junto con el voto de la "esperanza" de muchos sectores abstencionistas, como los jóvenes, Errejón cuando se ha batido en duelo con las tesis de Pablo Iglesias ha salido esquilmado. Además de que en frente no tendrá a un Carmona de turno, sino a Gabilondo, que probablemente se acerque más al perfil de Carmena que Íñigo, y al cual no salpican las luchas intestinas por el poder orgánico. Ya veremos en qué queda este movimiento, pero mucho me temo que Errejón se tenga a sí mismo en tan alta estima intelectual que haya dejado de tener los pies en el suelo. No ayuda en esto, claro, rodearse de palmeros. Y esto es aplicable también al señor de la coleta.

    Hace 5 años 2 meses

  4. Fernando Caballero Méndez

    Hoy llevo un día decepcionante en cuanto a lectura política se refiere. Empezando por la entrevista a Sol Sánchez (IU) que publica hoy El País en su suplemento madrileño. En ella, Sol Sánchez, cuando la preguntan que “¿Con qué palabra define que un candidato cambie de repente el proyecto que encabeza?”; ella responde que «Es todo muy confuso. En este momento, desconcierto». Previamente le habían preguntado que “ahora, IU tendrá que elegir entre integrarse en Más Madrid, fusionar su lista con las de Podemos y Equo —sin Errejón—, o presentase en solitario”, responde que «Todas las posibilidades están abiertas, pero queremos ser el pegamento de la izquierda». O sea, todo está muy confuso pero, para Sol Sánchez, IU es el loctite de la izquierda. Y aunque afirma que lo principal es hablar de políticas, nos dice que «Consideramos que Hacer Madrid es una pata fundamental de cualquier acuerdo [en la Comunidad de Madrid]» Como no tengo ni idea de que es “Hacer Madrid”, lo busco en google y lo que me aparece son enlaces del tipo ‘qué hacer en Madrid’, ‘diez cosas que se pueden hacer en Madrid’. Intento otra búsqueda más selectiva y me aparece un único enlace de Hacer Madrid; parece una página de esas que se crean para estar presente en las redes y no para informar a la ciudadanía. Parece como si una vez hecha, la hubieran abandonado. No he podido saber quiénes forman parte de ‘Hacer Madrid’. Sí, se puede leer que participan “diversos colectivos —sociales, vecinales, ecologistas, sindicales, feministas, organizaciones políticas y conflictos laborales—“, y que “surge para construir un modelo alternativo”. Pero ni idea de qué colectivos concretos lo forman, ni de cuál es su programa, al margen de que van a discutir sobre muchísimos temas que enumeran telegráficamente. Pincho en la pestaña “Materiales” y lo único que encuentro es un tríptico tan elemental que no dice mucho más que lo que aparece en la página principal. Me desespero, porque pienso que hay políticos que se llevarían un gran disgusto si no fueran elegidos, aunque su partido ganara. ¿Cómo puede decir alguien cuando la hacen una entrevista nos hable de pegamento, de confusión y de patas fundamentales? O que cuando la preguntan sobre el programa diga: «Entre las primeras ideas se estudia proponer que se garanticen los menús veganos en espacios públicos, la supresión de la Comunidad “como la conocemos”, o una profunda enmienda a la operación Chamartín,…». ¿Después de leer esto puedo pensar que esta persona se presenta para favorecer la emancipación de los oprimidos? Directamente pienso que no, que la política se ha transformado en un nicho de empleo y que ciertas personas utilizan los anhelos de los demás para vivir ellos muy bien. Mi segundo malestar político surge con este artículo, que, directamente, me parece malísimo por argumentario ficticio, por confusión generalista y por llorón (Vótennos, por favor). ¿Cómo es posible que después de estar gobernando tres años y medio se pida el voto para los gobernantes en términos negativos? En vez de desplegar sus logros y demostrar que es un ayuntamiento que está en el buen camino, se argumenta con el lobo (yo no los cito por su nombre). Hay una falsa leyenda sobre el gobierno de Carmena: Parece como si su gobierno fuera el mejor posible (¡ojo!, que digo posible y no ideal). En realidad ha sido un gobierno bastante deficiente. Más bien malillo. Las grandes operaciones han sido, o lo serán, favorecedoras del capitalismo imperante (Gran Vía, Operación Centro, Operación Chamartín). Otro de los mayores logros, el de la reducción de deuda, además de que sirvió para que alardearan las podemitas, las ahoritas, las ganemitas (estas menos) y las haceritas de la capacidad ahorrativa del ayuntamiento, también ha servido para que los neoliberales aplaudieran con las orejas en silencio y las quincemitas con memoria nos abochornásemos recordando aquello que gritábamos por las calles de Madrid: ‘no debemos, no pagamos’. Hasta el ex concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, declaró el lunes pasado en el Teatro del Barrio: «He participado en unos cuantos actos disculpándome por reducir la deuda, ese no era el objetivo». Mientras muchas despistadas y no pocas interesadas hacán ostentación de la disminución de la deuda, un cura de San Carlos Borromeo (Entrevías, Vallecas), Javier Baeza declaraba en noviembre del año pasado: «Creo que un Ayuntamiento como el de Carmena tendría que haber hecho lo imposible para que los sectores sociales más vulnerables participasen de las políticas municipales. Muchas estructuras de atención a los vulnerables son las mismas que las de los peores años de Ana Botella (alcaldesa entre 2011 y 2015)», y mientras tanto, aplaudiendo la reducción de deuda. ¿A costa de quién? De los débiles El 29 de diciembre pasado, Eduardo Mangada, concejal de urbanismo por el PCE en el primer gobierno democrático posfranquista, presidido por Tierno Galván (ni punto de comparación con el actual gobierno municipal), escribió un artículo de opinión en El País sobre la Operación Chamartín u Operación Norte o como quieran llamarla, titulado: «Chamartín, escándalo o corrupción», en el que decía «El proyecto intenta vender como desarrollo urbanístico lo que es un puro negocio inmobiliario, publicitado mercantilmente por DCN con la aquiescencia del Ayuntamiento de Madrid» ¿Cómo que Carmena va en la dirección correcta? ¿Por qué es correcta esa dirección? ¿Cómo ha repercutido sus políticas en los sectores más pobres y más necesitados de la ciudad? Si hasta el día que inauguró la Gran Vía fue el ‘Viernes Negro’ de las narices, para que las madrileñas pudieran ir a comprar por aceras más anchas a negocios que potencian el precariado. ¿Qué conformismo es ese que tilda de maximalista a aquellos que no sean puramente neoliberales? Ya está bien de presentar a Podemos como una continuidad del 15M. Esa fue una habilísima operación de marketing dirigido por el quinteto (no de las azores) de políticas. Eso fue parte de su éxito electoral: hicieron creer a muchos votantes que ellos encarnaban el 15M (regalo una bicicleta invisible a quien diga en qué asamblea popular de Madrid participó Pablo Iglesias), cuando el 15M jamás montó ningún partido. Dicen los autores del artículo que «No debe cundir el pánico. En España el bloque reaccionario no ha tomado nunca la iniciativa». Por favor, cómo podéis decir esta burrada. Si nunca han parado de intentar tenerla: La insurrección franquista; posteriormente cuarenta años de dictadura (el carca de Monedero llama caudillo a Franco); la legalización del PCE y del resto de la izquierda ordenada por el que había sido presidente del Movimiento Nacional, Aznar, Rajoy, etc. Decís que Errejón y Carmena son el tándem con más potencial de victoria. Pero si Gabilondo se quedó a tiro de piedra. ¿Quién es Errejón? ¿De dónde salen esas expectativas? Hasta la fecha, la mitología cristiana afirma que Jesús fue la única persona preanunciada. Nadie avisó de la llegada de Buda, Mahoma, Confucio o de Lao-Tse, pero los autores nos anuncian que Errejón es el Mesías esperado por la Comunidad de Madrid. No hace falta ser muy inteligente para saber que no vivimos momentos revolucionarios ni nada parecido; que en cuestiones de voto, no hay ningún partido que vaya a aplicar políticas estrictamente socialdemócratas (las políticas de Carmena no han llegado a tener esa categoría). En cuanto a pedir el voto porque viene la extrema derecha, ya va siendo hora de que nos enteremos de que la extrema derecha no llega porque no se vote a la izquierda sino porque hay mucha gente humilde, que está pagando la crisis como nadie, que apenas han notado el favor del paso de la izquierda por los ayuntamientos y por eso dejan de votar o, incluso votan a la extrema derecha porque se han transformado en racistas, en anti impuestos y en nacionalistas. Es muy probable que en ciertos barrios obreros, por diversas causas, la extrema derecha consiga un buen puñado de votos. Es muy fácil lanzar discursos incendiarios en el Círculo de Bellas Artes y luego gobernar con una manguera en la mano. Es muy fácil estar por la igualdad y luego llevar un estilo de vida muy desigual. Lo he escrito del tirón sin releerlo ni corregirlo, siento los errores que haya podido cometer en la escritura del texto.

    Hace 5 años 2 meses

  5. cayetano

    Como dice Iglesias, Errejón no es Carmena, pero debe serlo para ganar Madrid y debieramos contribuir a ello. Podemos poner todos los peros y diretes, pero en la realidad de hoy, ganar Madrid es una categoría de trascendencia estatal y no conozco mejor candidato que un Errejón hecho Carmena. Dejad que la hierba crezca bajo mis pies, pues cuidará al árbol de las plagas. La sinergía de Errejón y Carmena, el contagio del primero por la segunda, la misma candidatura en autonómicas y municipales es salir a ganar, lo contrario nadie lo menciona porque todo el mundo sabe lo que es... Un cordial saludo.

    Hace 5 años 2 meses

  6. Fernando Caballero Méndez

    Hoy llevo un día decepcionante en cuanto a lectura política se refiere. Empezando por la entrevista a Sol Sánchez (IU) que publica hoy El País en su suplemento madrileño. En ella, Sol Sánchez, cuando la preguntan que “¿Con qué palabra define que un candidato cambie de repente el proyecto que encabeza?”; ella responde que «Es todo muy confuso. En este momento, desconcierto». Previamente le habían preguntado que “ahora, IU tendrá que elegir entre integrarse en Más Madrid, fusionar su lista con las de Podemos y Equo —sin Errejón—, o presentase en solitario”, responde que «Todas las posibilidades están abiertas, pero queremos ser el pegamento de la izquierda». O sea, todo está muy confuso pero, para Sol Sánchez, IU es el loctite de la izquierda. Y aunque afirma que lo principal es hablar de políticas, nos dice que «Consideramos que Hacer Madrid es una pata fundamental de cualquier acuerdo [en la Comunidad de Madrid]» Como no tengo ni idea de que es “Hacer Madrid”, lo busco en google y lo que me aparece son enlaces del tipo ‘qué hacer en Madrid’, ‘diez cosas que se pueden hacer en Madrid’. Intento otra búsqueda más selectiva y me aparece un único enlace de Hacer Madrid; parece una página de esas que se crean para estar presente en las redes y no para informar a la ciudadanía. Parece como si una vez hecha, la hubieran abandonado. No he podido saber quiénes forman parte de ‘Hacer Madrid’. Sí, se puede leer que participan “diversos colectivos —sociales, vecinales, ecologistas, sindicales, feministas, organizaciones políticas y conflictos laborales—“, y que “surge para construir un modelo alternativo”. Pero ni idea de qué colectivos concretos lo forman, ni de cuál es su programa, al margen de que van a discutir sobre muchísimos temas que enumeran telegráficamente. Pincho en la pestaña “Materiales” y lo único que encuentro es un tríptico tan elemental que no dice mucho más que lo que aparece en la página principal. Me desespero, porque pienso que hay políticos que se llevarían un gran disgusto si no fueran elegidos, aunque su partido ganara. ¿Cómo puede decir alguien cuando la hacen una entrevista nos hable de pegamento, de confusión y de patas fundamentales? O que cuando la preguntan sobre el programa diga: «Entre las primeras ideas se estudia proponer que se garanticen los menús veganos en espacios públicos, la supresión de la Comunidad “como la conocemos”, o una profunda enmienda a la operación Chamartín,…». ¿Después de leer esto puedo pensar que esta persona se presenta para favorecer la emancipación de los oprimidos? Directamente pienso que no, que la política se ha transformado en un nicho de empleo y que ciertas personas utilizan los anhelos de los demás para vivir ellos muy bien. Mi segundo malestar político surge con este artículo, que, directamente, me parece malísimo por argumentario ficticio, por confusión generalista y por llorón (Vótennos, por favor). ¿Cómo es posible que después de estar gobernando tres años y medio se pida el voto para los gobernantes en términos negativos? En vez de desplegar sus logros y demostrar que es un ayuntamiento que está en el buen camino, se argumenta con el lobo (yo no los cito por su nombre). Hay una falsa leyenda sobre el gobierno de Carmena: Parece como si su gobierno fuera el mejor posible (¡ojo!, que digo posible y no ideal). En realidad ha sido un gobierno bastante deficiente. Más bien malillo. Las grandes operaciones han sido, o lo serán, favorecedoras del capitalismo imperante (Gran Vía, Operación Centro, Operación Chamartín). Otro de los mayores logros, el de la reducción de deuda, además de que sirvió para que alardearan las podemitas, las ahoritas, las ganemitas (estas menos) y las haceritas de la capacidad ahorrativa del ayuntamiento, también ha servido para que los neoliberales aplaudieran con las orejas en silencio y las quincemitas con memoria nos abochornásemos recordando aquello que gritábamos por las calles de Madrid: ‘no debemos, no pagamos’. Hasta el ex concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, declaró el lunes pasado en el Teatro del Barrio: «He participado en unos cuantos actos disculpándome por reducir la deuda, ese no era el objetivo». Mientras muchas despistadas y no pocas interesadas hacán ostentación de la disminución de la deuda, un cura de San Carlos Borromeo (Entrevías, Vallecas), Javier Baeza declaraba en noviembre del año pasado: «Creo que un Ayuntamiento como el de Carmena tendría que haber hecho lo imposible para que los sectores sociales más vulnerables participasen de las políticas municipales. Muchas estructuras de atención a los vulnerables son las mismas que las de los peores años de Ana Botella (alcaldesa entre 2011 y 2015)», y mientras tanto, aplaudiendo la reducción de deuda. ¿A costa de quién? De los débiles El 29 de diciembre pasado, Eduardo Mangada, concejal de urbanismo por el PCE en el primer gobierno democrático posfranquista, presidido por Tierno Galván (ni punto de comparación con el actual gobierno municipal), escribió un artículo de opinión en El País sobre la Operación Chamartín u Operación Norte o como quieran llamarla, titulado: «Chamartín, escándalo o corrupción», en el que decía «El proyecto intenta vender como desarrollo urbanístico lo que es un puro negocio inmobiliario, publicitado mercantilmente por DCN con la aquiescencia del Ayuntamiento de Madrid» ¿Cómo que Carmena va en la dirección correcta? ¿Por qué es correcta esa dirección? ¿Cómo ha repercutido sus políticas en los sectores más pobres y más necesitados de la ciudad? Si hasta el día que inauguró la Gran Vía fue el ‘Viernes Negro’ de las narices, para que las madrileñas pudieran ir a comprar por aceras más anchas a negocios que potencian el precariado. ¿Qué conformismo es ese que tilda de maximalista a aquellos que no sean puramente neoliberales? Ya está bien de presentar a Podemos como una continuidad del 15M. Esa fue una habilísima operación de marketing dirigido por el quinteto (no de las azores) de políticas. Eso fue parte de su éxito electoral: hicieron creer a muchos votantes que ellos encarnaban el 15M (regalo una bicicleta invisible a quien diga en qué asamblea popular de Madrid participó Pablo Iglesias), cuando el 15M jamás montó ningún partido. Dicen los autores del artículo que «No debe cundir el pánico. En España el bloque reaccionario no ha tomado nunca la iniciativa». Por favor, cómo podéis decir esta burrada. Si nunca han parado de intentar tenerla: La insurrección franquista; posteriormente cuarenta años de dictadura (el carca de Monedero llama caudillo a Franco); la legalización del PCE y del resto de la izquierda ordenada por el que había sido presidente del Movimiento Nacional, Aznar, Rajoy, etc. Decís que Errejón y Carmena son el tándem con más potencial de victoria. Pero si Gabilondo se quedó a tiro de piedra. ¿Quién es Errejón? ¿De dónde salen esas expectativas? Hasta la fecha, la mitología cristiana afirma que Jesús fue la única persona preanunciada. Nadie avisó de la llegada de Buda, Mahoma, Confucio o de Lao-Tse, pero los autores nos anuncian que Errejón es el Mesías esperado por la Comunidad de Madrid. No hace falta ser muy inteligente para saber que no vivimos momentos revolucionarios ni nada parecido; que en cuestiones de voto, no hay ningún partido que vaya a aplicar políticas estrictamente socialdemócratas (las políticas de Carmena no han llegado a tener esa categoría). En cuanto a pedir el voto porque viene la extrema derecha, ya va siendo hora de que nos enteremos de que la extrema derecha no llega porque no se vote a la izquierda sino porque hay mucha gente humilde, que está pagando la crisis como nadie, que apenas han notado el favor del paso de la izquierda por los ayuntamientos y por eso dejan de votar o, incluso votan a la extrema derecha porque se han transformado en racistas, en anti impuestos y en nacionalistas. Es muy probable que en ciertos barrios obreros, por diversas causas, la extrema derecha consiga un buen puñado de votos. Es muy fácil lanzar discursos incendiarios en el Círculo de Bellas Artes y luego gobernar con una manguera en la mano. Es muy fácil estar por la igualdad y luego llevar un estilo de vida muy desigual. Lo he escrito del tirón sin releerlo ni corregirlo, siento los errores que haya podido cometer en la escritura del texto.

    Hace 5 años 2 meses

  7. Mark

    Os jugais el carguito, pandilla de neofalangistas y neopsoes.

    Hace 5 años 2 meses

  8. cayetano

    El discurso en gran parte puede ser compartido por quienes denostan en este momento la iniciativa de Errejón, que debemos de valorar `por encima de las formas de su presentación -fueran o no justas-, luego objetivos y análisis genéricos se comparten. La cuestión es sí comprenden que Madrid requiere de un pérfil propio de sus liderazgos, como ha venido ocurriendo tanto en el PSOE como el PP, cuando han sido alternativa real o gobierno. Y en este caso, además de contar con dos perfiles propios el de Errejón y Carmena, que hay que dejarlos trabajar y obtener sus niveles de autonomía y capacidad de dirección por encima de tutelajes estatales, como ha ocurrido con los proyectos triunfantes en Madrid tanto del PSOE como del PP -quizás con la excepción de Alvárez del Manzano-. Perfiles, que son discursos, talantes, propuestas, y equipos de personsa que aglutinen sectores sociales que las siglas no alcanzan. Y aquí parece que es donde se encuentra el mayor escollo: siempre ha existido una competencia entre los liderazgos de Madrid y España, y parece que Pablo Iglesias y/o su entorno no confían en esa relación de equilibrio como generadora de sinergías desde la diversidad ampliando la base social y electoral. No otra cosa que confundir las bases adscritas de Podemos con su base social o electoral, mucho más alcanzar más allá de esta, se traduce de las continúas ostentaciones de que Errejón está en minoría en Madrid dentro de Podemos, de que ni una tontería más le dijeron en algún momento. Es precisamente superar esa realidad, no ya en clave interna, sino en representación social y electoral, desbordarla lo que se requiere para ganar Madrid. Ciertamente Errejón no es Carmena, pero ahora mismo encarna lo mismo que Carmena, y precisamente es de ser inteligente abrirle las puertas para que sea también igual a Carmena. Porque en Madrid se requiere otra Carmena candidata a la Comunidad, y sí se consensua entorno a la candidatura de Errejón con Más Madrid a la Comunidad Autónoma, se habrán sentado las bases para que sea otra Carmena y salir a Ganar la Comunidad de Madrid con posibilidades. Lo contrario, presentarse Podemos a la Comunidad de Madrid, es un suicidio por la coincidencia de autonómicas, municipales y europeas, para Podemos y probablemente también para alcanzar la alcaldía y presidencia de Madrid. Es de esperar que la sensatez de la reflexión se impongan sobre la reacción comprensible al calor del momento, porque el liderazgo que más pierde de no cuajar la candidatura única de Errejón, paradójicamente es el de Pablo. Liderazgo estatal que no depende de las adhesiones personales, sean de capital o no, del ordeno y mando, sino de representar el consenso de todas las afinidades y sensibilidades, también de las peculiaridades territoriales que no todas son nacionalismos. Por eso de no cuajar la iniciativa de Errejón, perderían los dos, aunque uno tiene más que perder y que hacernos perder al conjunto de las izquierdas. Compañer@s, responsabilidad, ganar Madrid requiere un perfil diferente a Podemos y UP (estado) que aglutine nuevos sectores sociales y electores. Salir a ganar y que además sea creible para hacerlo posible. Un cordial saludo.

    Hace 5 años 2 meses

  9. Chaleco Amarillo

    Jorge Lago y Clara Ramas os lo diré muy claro: se vive muy bien teniendo trabajo seguro y sueldo digno pontificando desde vuestras torres de marfil de los departamentos académicos y mejor aún apoltronados en el parlamento. Si la izquierda española está en crisis es precisamente porque las condiciones materiales de vida de la población han sido desatendidas en favor de otras cuestiones postmodernas simbólico-culturales entre ellas la última payasada errejonísta de hacernos comulgar con la bandera rojigualda en su nueva “estrategia” de arrebatársela a los fachas. Es increíble, no os dais cuenta de que el cansancio de quienes os votaron, en mi caso al menos, tiene que ver con vuestro abandono absoluto de una reivindicación clave y prioritaria como es la RENTA BÁSICA INCONDICIONAL Y UNIVERSAL. Sí, esa medida que acabaría con la pobreza y nos dejaría respirar a todos los que solo conocemos la precariedad laboral, la inseguridad e incertidumbre vitales. Pero ahora venís a vendernos a Dña Manuela la repostera y al ególatra Errejón como la panacea que van a movilizar a no sé qué masas. Sabed que en mi caso al menos me quedaré en casa, que no os vuelvo a votar, y que en caso de hacerlo lo haré únicamente a los republicanos e independentistas de izquierdas catalanes que tienen bastante más mérito que vosotros en combatir el viejo régimen antidemocrático del 78. Teníais a Pablo Iglesias, pero como ladraba verdades no os gustaba, demasiado áspero para la izquierda guay en la que os habéis convertido en vuestro viaje unidireccional al PSOE. En la línea de vuestras teorías relativistas postmodernas todo vale para vosotros, hasta la reciente jugada sucia, contáis para ello con los vientos mediáticos de El País y CTXT que soplan a vuestro favor. No obstante, os costará convencer. Errejonistas y manuelistas: jamás os votaré.

    Hace 5 años 2 meses

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