1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Mujeres atrevidas en tiempos del nazismo

‘El exilio de las mujeres atrevidas’, de Robert Cohen, retoma la mejor tradición de la novela política para documentar los asesinatos de tres militantes comunistas por los nazis

Rubén A. Arribas 26/07/2019

<p>Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald.</p>

Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar puede leer la revista en abierto. Si puedes permitirte aportar 50 euros anuales, pincha en agora.ctxt.es. Gracias.

¿Por dónde empezar a hablar de una novela política de casi 600 páginas tan imponente como El exilio de las mujeres atrevidas? Quizá por explicar que leerla es una experiencia literaria casi olvidada hoy: exige tiempo, paciencia y esfuerzo para moverse con soltura por el amplio territorio que recorre, el enorme fondo documental del que se nutre y las variadas maniobras narrativas que pone en juego. En realidad, exige tanto del lector porque contiene tres novelas en una; una por cada protagonista: Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald, tres jóvenes militantes comunistas alemanas en la época del nazismo.

Eso sí, como todo buen libro, El exilio de las mujeres atrevidas ofrece algo sustancioso a cambio. A partir de un centenar de personajes que orbitaron –con mayor o menor cercanía– alrededor de Benario, Osten y Rewald, la novela construye una impresionante constelación histórica, política y cultural que nos permite conocer mejor cómo fue la aportación del comunismo alemán en la lucha contra el fascismo entre 1928 y 1942. En particular, en hechos tan relevantes como el alzamiento de Luiz Carlos Prestes en Brasil (1935), la Guerra Civil española o la organización de la intelectualidad en el exilio europeo.

El autor del libro, Robert Cohen (Zúrich, 1941), vive desde 1980 en Estados Unidos. Allí se doctoró en Germanística con una tesis sobre la novela La estética de la resistencia, de Peter Weiss, un tema central en su carrera académica junto con la literatura alemana en el exilio o la vanguardia de izquierda en la República de Weimar. Asimismo, y relacionado con el tema de El exilio de las mujeres atrevidas (La Oveja Roja, 2018), Cohen ha publicado al menos dos libros más. Uno es El proceso Benario. Las actas de la Gestapo: 1936-1942 –inédito en España–, donde revisa más de 2.000 documentos oficiales sobre la activista alemana. El otro –inédito también– es la correspondencia que tuvieron Olga Benario y Luiz Carlos Prestes cuando ambos estuvieron encarcelados. Estamos, por tanto, ante la novela de un especialista en la materia.

Olga Benario, revolucionaria profesional

Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald fueron asesinadas en 1942, cuando la mayor de ellas ni siquiera había cumplido aún los 36 años. Con la llegada de Hitler al poder en 1933, las tres se habían exiliado de su Alemania natal para no ser encarceladas por su condición de comunistas. Más adelante –tras la política de racialización nazi–, también fueron perseguidas debido a su origen judío. Benario falleció en la cámara de gas de Bernburg y Rewald, en la de Auschwitz; por su parte, Osten fue víctima de una purga estalinista y murió fusilada en Saratov del Volga. No fueron las únicas; como señala la novela, muchas otras mujeres alemanas de su generación, 1908, fueron ejecutadas debido a su militancia política (y no –o no solo– por su origen étnico).

Benario, Osten y Rewald encarnaron, además, un modelo de feminidad diferente. Las tres desempeñaron un trabajo y un papel político alejados de lo que socialmente se esperaba de ellas. De hecho, las tres tuvieron relaciones de pareja que se ajustaban más al amor libre que pregonaba Alexandra Kollontai –un referente intelectual para ellas– que a las convenciones e imperativos del amor burgués. Además, supieron abrirse paso con atrevimiento en un entorno donde, como subraya una compañera de militancia, casi todos eran varones y tenían más dinero, poder o fuerza que ellas. Un entorno que incluía, entre otros, a Bertolt Brecht, Mijail Koltsov, Lion Feuchtwanger, Alfred Kantorowicz, Claude Lévi-Strauss, Oscar Niemeyer o Jorge Amado.

Probablemente, Olga Benario sea la más conocida de las tres. Desde muy joven, dio muestras de tener dotes como estratega: con 20 años y una pistola descargada, entró en la oficina del juez de instrucción y liberó a su camarada y pareja Otto Braun, encarcelado por su actividad política prosoviética (ilegalizada desde 1923). Su acción fue muy comentada en los periódicos y terminó ocupando incluso un breve episodio en Berlín Alexanderplatz, de Alfred Döblin. Braun y Benario huyeron a la URSS. Allí él se convirtió en el único extranjero que participó en la Larga Marcha en China y ella, en una agente de la Komintern capaz de montar a caballo, tirarse en paracaídas, conducir camiones o disparar.

El exilio de las mujeres atrevidas es un ejemplo de primera magnitud de que la novela política y la llamada alta literatura pueden ir de la mano

En 1934, la Komintern le encargó a Benario una delicada misión: ser la guardaespaldas de Luiz Carlos Prestes. Exiliado en Moscú desde 1931, este revolucionario brasileño fue enviado de regreso a su país de manera clandestina para promover un alzamiento popular similar al que él mismo había liderado en 1924. El roce hizo el cariño, y Benario y Prestes terminaron formando una pareja. A finales de 1935, los acontecimientos se precipitaron y Prestes intentó derrocar al presidente Getúlio Vargas en circunstancias poco favorables. El fracaso del golpe conllevó su detención y la de Benario, que estaba embarazada; ella, meses después, sería deportada a Alemania, donde daría a luz a su hija, Anita, en la prisión femenina de Barnimstraße. Madre e hija estuvieron 14 meses juntas en la cárcel.

En condiciones normales, Anita hubiera ido al orfanato o hubiera sido asesinada por los nazis. Sin embargo, la madre de Prestes consiguió salvar a su nieta gracias a una intensa campaña de apoyo internacional y a su increíble tenacidad. Hoy aquella niña tiene 82 años y es una conocida historiadora brasileña: Anita Leocadia Prestes

Maria Osten, la mujer que conectaba a todos

Maria Osten fue una joven escritora comprometida con el movimiento obrero que colaboró como lectora con la editorial berlinesa Malik. Dirigida por Wieland Herzfelde, esta editorial publicaba a rusos como Maxim Gorki, Ilyá Ehrenburg o Alexandra Kollontai a la par que joven literatura alemana. En esta última categoría figuraban entonces Joseph Roth o Anna Seghers, quienes compartían antología, 24 nuevos narradores alemanes, con Maria Osten. Por las oficinas de Malik pasaron Bertolt Brecht, Walter Benjamin, Kurt Tucholsky o György Lukács. De todos ellos fue amiga o conocida Maria Osten, pieza clave a la hora de nuclear alrededor de la revista Das Wort a la intelectualidad en lengua alemana en el exilio.

Casi siempre a la sombra de sus parejas –el editor Herzfelde, el director de cine soviético Chervyakov, el todopoderoso periodista Mijail Koltsov o el actor y cantante Ernst Busch–, Osten tuvo una presencia activa en muchos de los escenarios relevantes de la guerra. En el Sarre francés –antes del referéndum de 1935– conoció al joven comunista Hubert L'Hoste, a quien llevó a la URSS y cuya historia terminaría contando en el propagandístico Hubert en el país de las maravillas. En París colaboró con Tristan Tzara, Louis Aragon o André Malraux en la Asociación Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. En Moscú escribió para varios periódicos alemanes del exilio y acompañó a Feuchtwanger como traductora en su visita a la URSS (reunión con Stalin incluida...).

En su primer viaje a España, además de traducir y mecanografiar algunos textos para Koltsov, recorrió el frente y escribió artículos para el Deutsche Zentral Zeitung. En ellos habló del batallón de mujeres de Asturias, de Lina Odena o de los efectos de la guerra sobre los niños. Contra la opinión de la Pasionaria –que prefería que los niños se quedasen aquí–, en su primer viaje adoptó un bebé de año y medio que estaba en la Casa Provincial de Huérfanos y se lo llevó a Moscú. Eso sí, apenas tuvo tiempo para hacer de madre: el partido la envió de nuevo a España, esta vez a cubrir y apoyar la gira del cantante Ernst Busch por el frente. También participó en el congreso de escritores celebrado en Valencia. Al poco tiempo de regresar a la URSS, fue detenida y fusilada.

Ruth Rewald, una escritora infantil contra el fascismo

Ruth Rewald se licenció en Derecho y ejerció como trabajadora social. Su experiencia en el área de la asistencia juvenil fue definitiva a la hora de elegir su destino como escritora de libros infantiles y juveniles. A la vista de la rabia que sentían los chavales contra todo y de que leer Mi lucha de Hitler les habilitaba a creerse “una raza pura” y “darle palizas a los judíos y tirarse a sus mujeres”, se planteó escribir para ellos una literatura que combatiera esas ideas.Así nacieron libros como Rudi y su radio; Janko, el joven mexicano, o Tsao y Jing Lin: vida infantil en China, que obtuvieron buenos comentarios de intelectuales como Ernst Bloch o Walter Benjamin. 

Fruto de su estancia de cuatro meses para ver la guerra civil en directo, Rewald escribió Cuatro jóvenes españolesEl libro está basado en la historia de Álvaro, Rodrigo, Pedro y Jerónimo, cuatro adolescentes que se pasaron a las Brigadas Internacionales en el frente de Peñarroya (Córdoba). Rewald supo de la historia gracias a su marido –un brigadista alemán– y comenzó a escribirla durante su estancia en el Hogar Infantil de la Moraleja (Madrid), donde conoció los estragos que estaba causando la guerra entre la población infantil. Terminó la novela en el otoño de 1938, pero no encontró editorial... El manuscrito estuvo desaparecido hasta 1987, año en que fue hallado en un archivo de la RDA y se publicó.  

La vida de Rewald está llena de pequeñas historias que acontecen, sobre todo, en Francia. A través de su personaje vemos lo que ella llama “la desordenada topografía de la existencia en el exilio” y “la vida sin perspectivas de un emigrante”. Es decir: el desgaste inherente a tener que pelear a diario por legalizar la situación, encontrar un trabajo adecuado o soportar las humillaciones que dispensan una burocracia y una población poco empáticas, en general, ante la llegada de tantos extranjeros procedentes de Alemania, España y otros países europeos. 

Al respecto, llama la atención que ni Rewald ni su marido lograran emigrar a Estados Unidos o Palestina, donde tenían familia. Lo intentaron hasta la extenuación, pero por diversas razones no consiguieron el apoyo o los permisos necesarios. Si lo hubieran conseguido, Rewald y su hija habrían podido evitar morir asesinadas por los nazis. Ni siquiera la familia francesa que cuidaba de su hija, los Renauds, tuvo opción alguna para salvar a la pequeña Anja: fue arrestada en 1944, deportada y trasladada a Auschwitz. Tenía 6 años cuando la mataron.

Más mujeres atrevidas

Benario, Osten y Rewald no son las únicas mujeres atrevidas de las que habla esta novela. Debido a la gran cantidad de tramas secundarias, el libro nos ofrece al menos otra media docena de retratos femeninos bastante detallados. Junto a la escritora Anna Seghers –tan omnipresente que parece la cuarta protagonista–, desempeñan un papel relevante las fotógrafas Gerda Taro y Tina Modotti, la dibujante Eva Herrmann, la actriz Grete Steffin o la cosmopolita y polivalente doctora en Historia Annemarie Schwarzenbach. Todas ellas se cruzan de un modo u otro con alguna de las tres protagonistas, y conforman una suerte de hilo narrativo en sí mismo.

la novela construye un punto de vista femenino sobre la época. Se trata de una mirada rica en matices y que abarca inquietudes artísticas, intelectuales y políticas

Gracias a ellas, la novela construye un punto de vista femenino sobre la época. Se trata de una mirada rica en matices y que abarca inquietudes artísticas, intelectuales y políticas, y no solo las relaciones amorosas con los hombres célebres con quienes compartían trabajo, militancia o amistades. Así, Schwarzenbach afirma no sentirse a gusto del todo con los comunistas, pero asegura que comparte sus objetivos; algo similar a lo que afirma Hermmann: “No soy comunista, pero creo que el socialismo es más racional que el capitalismo”. Por su parte, Seghers reflexiona sobre el concepto patria, seposiciona abiertamente contra Victor Serge o reflexiona sobre si existe un modo masculino o femenino de hacer literatura. Mientras que Steffin nos permite conocer mejor cómo era trabajar con Brecht, con sus luces y con sus sombras.

En ese sentido, uno de los momentos culminantes son las tres conversaciones entre Maria Osten y Gerda Taro. La primera, en una cafetería de la plaza de Callao; la segunda, en un hotel de Torija, mientras Taro cubre el frente de Guadalajara; la tercera, paseando por la Gran Vía madrileña. A través de esas charlas, conocemos la opinión de Taro sobre el asunto de la identidad judía, su relación con Robert Capa, la potencia de la fotografía como herramienta de intervención política o su admiración por Tina Modotti. Todo ello unos días antes de que Taro, a sus 26 años, muera atropellada por un tanque republicano en la batalla de Brunete.

Una novela política 

Entre las muchas cuestiones históricas, políticas y culturales que recorren El exilio de las mujeres atrevidas destacan cuatro. La primera es que, en tiempos del nazismo, el exilio se convirtió en la única forma de vida posible para millones de personas en Europa, que se quedaron sin la protección jurídica de un Estado y a merced de las circunstancias. Eso sí, fruto de ese movimiento migratorio forzado –nomadismo lo llama Cohen– surgió una importante literatura alrededor de congresos, editoriales, revistas y periódicos en el exilio. A ese respecto, resulta imperdible el capítulo 12, dedicado íntegramente a contar cómo fue el Congreso por la Defensa de la Cultura celebrado en París (con la presencia estelar de Robert Musil, la polémica alrededor de Victor Serge, el bofetón de André Breton a Ehrenburg o con Joseph Roth caminando por las calles de París).

La segunda es que el nazismo utilizó “la cuestión racial como artimaña para encubrir la persecución de socialistas y comunistas”. Como sostiene Ruth Rewald, los nazis aniquilaban el sentimiento de identidad al reducirla a un solo rasgo –ser judía–, y eso obligó a muchas personas a “entrar en una lucha que no era la suya”. Sin embargo, Rewald insiste en que ella “luchaba contra los nazis no como judía, sino como comunista”. Y esa misma afirmación valdría para Maria Osten y Olga Benario. También para tantas mujeres y hombres comunistas o socialistas que, como Gerda Taro, habían renunciado o dejado de lado su judeidad.

La tercera son las purgas estalinistas, que la novela aborda desde dos vertientes. Una tiene que ver con el cuestionamiento que hicieron intelectuales como Victor Serge, quien camino del exilio mexicano le pregunta a Anna Seghers si le parece bien que “Stalin asesine a compañeros de profesión” como Tretiakov, Bábel, Mandelstam, Koltsov o a su amiga Maria Osten. La otra vertiente es el antisemitismo como un factor relevante a la hora de explicar esas purgas; tanto es así que, en su reunión con Feuchtwanger y Osten, Stalin acusa a los judíos de haberse labrado “para siempre una leyenda verdadera, la de Judas”.

Por último,la novela recoge una gran cantidad de preguntas y de reflexiones sobre la literatura como herramienta política. Aplicando un reduccionismo algo salvaje, estas podrían resumirse en tres grandes cuestiones. Una es si la literatura debe ocuparse del supuesto interior profundo de un individuo o distanciarse y esforzarse por entender las tensiones sociales y los hechos históricos que acontecen en una comunidad. Otra es si el público debe ser el individuo burgués deseoso de solazarse en su mismidad o una masa anónima a la que movilizar para transformar la sociedad. Y la tercera es si la burguesía utiliza la literatura como propaganda con la que perpetuar su posición social y su visión del mundo.

El exilio sobre las mujeres atrevidas contesta a todo ello a través de su propia escritura. Esta es una novela donde lo colectivo está por encima de lo individual, la distancia de la tercera persona está antes que el yo y donde prima el esfuerzo por comprender –y hacer comprender– el contexto histórico antes que incurrir en el manierismo literario. Además, rescata decenas de historias que alimentan lo que Cohen llama mitos de la resistencia, con especial énfasis en la aportación femenina.En ese sentido, la novela honra de principio a fin una frase que dice Olga Benario: “Necesitamos que recuerden nuestras luchas. ¿Quién, sino nosotros, puede transmitir nuestras experiencias y a quién se las podemos transmitir si no es a quienes son como nosotros?”.

Además, lo hace apelando a una amplia y exigente variedad formal. Desde el primer capítulo sabemos que las tres protagonistas morirán y de qué modo lo harán, así que el resto de la novela es una sucesión de saltos hacia delante y hacia atrás en el tiempo, y también entre las historias de las tres protagonistas (que, sobre todo al inicio, avanzan de manera asimétrica). También hay una notable variedad de registros formales: el capítulo 19 es una obra de teatro que da cuenta de una asamblea privada de la Comisión Alemana de la Asociación de Escritores Soviéticos; el 25 termina con la lista de objetos que se le incautaron a Koltsov cuando fue detenido; y el 30 es una sucesión de breves párrafos constituidos por una sola oración que nos llevan hasta el asesinato de Olga Benario en Ravensbrück (“Ravensbrück es un pueblo de barqueros”, “Hasta febrero de 1942 no hay asesinatos sistemáticos”, “Está permitido violar a las detenidas judías”, “A la mayoría de las mujeres se les retira la menstruación”...).  

El exilio de las mujeres atrevidas es un ejemplo de primera magnitud de que la novela política y la llamada alta literatura pueden ir de la mano. También de que las novelas –y no solo los ensayos o el periodismo– sirven para reflexionar sobre las concepciones del mundo. Como sucede con las obras de Erich Hackl o de Belén Gopegui, Robert Cohen nos devuelve la certidumbre de que es posible escribir libros donde el pulso narrativo, el rigor intelectual, la precisión del dato y la exigencia estética estén al servicio de contar historias colectivas. Hace falta, eso sí, ambición, técnica, conocimiento y quizá, como en el caso de Cohen, un buen puesto en una universidad estadounidense. 

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. yyorepublicana

    Me alegra que se traduzcan por fin estos libros y que se den a conocer en este pais que fue aliado de hitler y mussolini y que sus secuaces siguen erre que erre en homenajes y provocaciones diversas!!! viva el no pasaran y los que dieron su vida para que los nazis no ganaran arriba hispania antifascista y guerrillera!!!!

    Hace 4 años 8 meses

  2. Rubén

    De algún modo, este libro memorable, emocionante, verdadero, rebelde, enorme, me hace sentir la vida de las personas que lo pueblan como si estuvieran aquí y ahora, y su suerte me emociona profundamente. Y uno quiere saber más de ellas y de su tiempo, y del por qué y del cómo.... Y esas vidas políticas hacen tanta compañía, tanta...

    Hace 4 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí