PROCESANDO LA SENTENCIA (II)
Sinsentido y sentimentalidad
Ahora que todos los grandes partidos son patriotas, el indulto viene difícil, en tanto que el PSOE ha aceptado los marcos propuestos por C’s
Guillem Martínez Madrid , 23/09/2019
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1. Hola, amiguitos. Esperando la sentencia. Que será en la primera quincena de octubre para evitar llegar al 16-O, segundo aniversario en preventiva de los Jordis. Sí, se podría dictar sentencia más tarde, ampliar la provisional y todo eso. Pero si no has matado a Kennedy, eso sería un –otro– chiste.
2. Josep María Brunet, en La Vanguardia, ha hecho el ejercicio político-estético de limitar los días hábiles para emitir sentencia en esa quincena de octubre. Lo que limita el asunto, en caso de un TS con sensibilidad comunicativa. No sería edificante, así, emitir la sentencia el 1-O –San Oé-oé-oé y Santa Urna Màrtir–. Ni el 3-O –el día en el que el rey abrió la boca de la cara–, ni el 12-O –descubrimiento de las Indias–, ni el 14-O –que se reúne el TJUE para lo de la inmunidad de Junqueras, ese fleco suelto; tendría guasa emitir sentencia ese día, al menos–, ni el 15-O –el día en que se fusiló en Montjuïc al único presi de Gobierno aliado en la II Guerra Mundial–.
3. El punto 2 explica el pitote creado cuando la política se pone en huelga galesa y la judicatura en huelga japonesa. Básicamente, un enrarecimiento de la política y de la justicia. Y de la vida, que ante el despiste se tira de morros al símbolo y a la sentimentalidad. La presencia de tantos días de santoral en los que es imposible emitir sentencia indica, también, que el Estado ha liado un cristo.
4. De confirmarse la filtración de Ernesto Ekaizer, que señala que la sentencia apuesta por la sedición, completita, sin grado alguno, nos encontraríamos ante dos fenómenos preocupantes. Fenómeno a) el TS es un coladero y no disfruta de intimidad –algo preocupante en una institución en la que los caballeros visten con puntillas–. Fenómeno b) se produciría un grave recorte en los derechos de manifestación, reunión y asociación. En la línea, por cierto, reclamada por la Gene y el Parlament en la acusación particular del juicio en la AN y la revisión en el TS del caso Encerclem el Parlament. Lo que no quita ni el chiste ni el carácter dramático de la evolución autoritaria del Estado. Esta mañana a primera hora, no obstante, lo único que se sabe de la sentencia es que no se comunicará en modo live, sino que la colgarán en Google. Y que no será absolutoria. Que desobediencia –un delito, en principio, sin carga de cárcel; el único delito nítido, me temo, por otra parte–, cae sí o sí. El intríngulis, la politización, incluso la erosión de derechos podría pasar por ver lo que hacen con la cosa rebelión o sedición, propuestos por la Fiscalía, y el de organización criminal, propuesto por Vox, esos pioneros. A título orientativo de la sentencia, para verla venir, o para escandalizarse un tanto cuando venga, se sabe que el tribunal alemán aquel vio violencia, pero en ningún caso una amenaza para el orden constitucional. Y que no vio, y la Fiscalía tampoco se esforzó mucho en contestar a sus requerimientos al respecto, malversación.
5. Se sabe que, ahora que todos los grandes partidos son patriotas, el indulto viene difícil, en tanto que el PSOE ha aceptado los marcos al respecto propuestos por C’s. Si las elecciones de noviembre no las gana el PSOE, sino los propietarios de los marcos que utiliza, pues peor. O no. Igual. Vete a saber.
6. Se sabe que en Cat habrá una reacción a la sentencia. Y, diría, que esa reacción será descomunal, ruidosa, sentimental, auto-referencial, poco operativa, testimonial.
7. Al menos, la mani del 11-S, que cada año adelanta las tendencias para la temporada, no planteó, por primera vez desde 2012, ninguna tendencia para la temporada. La mani, menos nutrida que en otras emisiones, quizás planteó un relevo de JxC frente a ERC y de ANC frente a Òmnium. Y la sentimentalidad como respuesta a todo.
El pacto tácito entre JxC y ERC de mantener silencio sobre lo ocurrido desde octubre de 2017 hasta el juicio morirá con la sentencia. El pacto se limita al mutis y al no tirarse de los pelos en público
8. JxC se va al garete y ERC empieza su primacía en la Tierra Media. Si lo consigue –ERC es el pupas jugando al Chicken Game, l'esport nacional català; unos pupas–, supondrá un cambio natural en el procesismo: el abandono de la sentimentalidad rampante, que no va a ningún lado, y el inicio de otra sentimentalidad, que convierta al independentismo en el nuevo autonomismo y no vaya a ningún lado. Lo que, en esencia, viene siendo la esencia del procesismo y su destino.
9. En todo caso, para la cosa respuesta a la sentencia, nadie emite consignas. Lo que es un gran cambio, desde 2010, en un movimiento eminentemente propagandístico. El despiste es inaudito. Algunos periodistas procesistas, por primera vez, por falta de consignas, están al borde del síncope, mientras otros lo han traspasado. No tienen nada que decir, salvo las cuatro sentimentalidades al uso. Parece ser, se diría, se espera un gran qué, un gran comunicado programático de tsunami democràtic, una suerte de El Zorro cat. Nadie sabe quién es pero tiene un proyecto para limpiar la Baja California. Parece ser, por lo que emite, que su proyecto es sentimental I+D. Sorpresa. Ya veremos.
10. El pacto tácito entre JxC y ERC de mantener silencio sobre lo ocurrido desde octubre de 2017 hasta el juicio morirá con la sentencia. El pacto se limita, por lo que veo, al mutis, y al no tirarse de los pelos en público. A ver si aguantan. Yo, no podría. Pero yo no soy político. La cosa está tan calentita que Puigde y Marta Rovira se han fotografiado juntos, reclamado unidad. Unidad que después Rovira, en otra foto individual, ha matizado con sendas críticas a lo que debe ser el procés del futuro. No puede ser el del pasado, se parece mucho a una autonomía sentimental, etc.
11. Sobre Rovira. Hace muy bien, visto lo visto, en instalarse en Ginebra. Pero sorprende su acceso ulterior a la realidad. Recordemos, hermanos, que esa política llegó a llorar de emoçao mientras hablaba el 27-O, y en la tribuna del Parlament, de una DUI que –y ella era de las pocas personas que lo sabían– era más falsa que un euro de Popeye. Con el agravante de que un duro de Popeye, tal y como está el patio de malito, colaría.
12. Por lo mismo sorprende el resultado del último congreso de ERC, celebrado hace algunos días. En dos fases. Muy a la esp. En la primera se votaban cargos, y en la segunda, por venir, cosas más anecdóticas, como las políticas. La lista Junqueras y Rovira ganó por un 88%. O, lo que es lo mismo, ganó por mayoría proto-búlgara el equipo que evitó a ERC ganar en 2015, al concurrir juntos con la futura CDC, que se comió el marrón –arriesgado, imposible, peligroso– de preparar un referéndum en el que JxC hizo poco, que no consiguió nada de lo que anunció, que jugó al Chicken Game con Puigde en los Idus de octubre –a que en vez de elecciones no tienes huevos de emitir DUI, pollo; y el pollo lo hizo; fake, pero lo hizo–. Que acabó en la trena o en el exilio y perdiendo otras elecciones frente a –dios, me cuesta escribir cuando me viene la risa– la lista de Puigde. El equipo que, junto a los chicos y chicas de JxC, se embarcó en abrir algo que no sabía cerrar, y que conducía a una recomposición del Régimen del 78, que ahora disfrutamos todos. El equipo que ayudó a introducir la posdemocracia –propaganda, relato, suplantación de la sociedad por el pueblo, más pequeñito–, que en breve tal vez disfrutaremos en toda la península. La militancia votó con menos profusión a Salvadó, el segundo de Junqueras en Economía. Dicen que por unas declaraciones machistas grabadas por la GC en su día. Supongo que, en realidad, por otras grabaciones de la GC, en las que explicaba a otro gran ideólogo que no había nada preparado, es decir, intelectualizado, para después del 1-O. Que todo era mucho lerele y poco larala.
13. Vamos, el procesismo cambia de líder. Pero no de la característica de los partidos que lo integran: la selección negativa. Que, en este caso, supongo, aportará unos líderes –los de siempre, vamos– más dispuestos a sentimentalizar aún más la cosa, que a intensificar los problemas judiciales, que se intentarían evitar. Otra cosa sorprendente, y que ilustra el carácter vertical de los partidos esp/cat, es que puedes tener a tus líderes en la trena, es decir, lejos de la realidad operativa, y siguen mandando absolutamente. Lo que habla de ausencia de resistencia, de debates vivos y rápidos en los partidos. Hablan de que un líder puede estar 24 horas al día incomunicado en una habitación con una teoría del juego electoral. Quizás, glups, eso es lo que está pasando en los grandes partidos. Glups.
14. Un ejemplo de lo que esconde la selección negativa cotidianamente: la llei Aragonès, emitida por Aragonès, ERC y actual conseller d'Economia. Se trata de una ley para la privatización de servicios, que ilustra, por tanto, un desconocimiento de lo que es la soberanía. Más allá de sentimentalidad, claro. La sentimentalidad, el relato, permite que no haya nadie al volante.
15. La respuesta de Waterloo/Torra, se supone, será sentimental también, todo apunta a ello. Torra puede jugar la baza anunciada de no presentarse al juicio que tiene el 25-S por lo de colgar cartelitos partidistas en la Gene. Ese día hay anunciado un pleno de control al Govern en el Parlament, por lo que tiene conflicto de intereses, sensible de ser explotado sentimental y televisivamente. Torra, que ha apostado por la desobediencia institucional siempre y cuando no afecte a funcionarios –es decir, nunca–, aquí tendría una ocasión de oro para practicar una desobediencia institucional individual. Quedarse en el Parlament y esperar que venga la poli –funcionarios de la Gene, supongo, por otra parte– para llevarlo al juzgado, que no a la trena, conducido por dos carabineri, como Pinocchio.
La Gene, esa cosa presidida por Torra, aquel presi que pedía a los manifestantes: apreteu/apretad. No entendieron que apreteu era un estado sentimental
16. Pero los héroes, o siguen sin estar, o están cansados. Su abogado, en plan Doc Triquiñuelas, ha presentado dos recusaciones. Si no se solucionan antes del 25-S, pues igual no hay juicio, ni problema. Y eso es lo que ha pasado. Se ha cambiado la fecha del juicio. No hay momento Torra detenido en el Parlament, pero sí momento Torra invocando sentimentalidad en el juzgado. El abogado de Torra, por cierto, es el de Puigde. No parece haber sido muy determinante en la suerte de Puigde hasta ahora. Este sería su primer gran caso sobre la cosa en el Estado. La primera recusación en la que, entre otros argumentos, aludía a un defecto de forma en la citación fue contestada por el TSJC aludiendo que también su recusación presentaba defectos de forma.
17. En todo caso, Torra deberá recurrir a un nivel de sentimentalización de culebrón venezolano. Y aun así. Su presidencia está pasando de largo, sin otra aportación que ir con los calcetines caídos. No hay –pinta que no habrá– presupuestos. Y la forma de ir tirando con propaganda y relato, dos años después del fracaso de la propaganda y del relato, ha llegado a su fin, diría. Debe ser transformada, por inoperante. Quico Sallés –gran periodista, con el que tuve un estrecho contacto durante el juicio al procés, hasta el punto de que creo que fue él quien me mangó la American Express– informa en El Món, y en ese sentido, de un caso que haría reír si no hiciera llorar. Un grupo de manifestantes frente a la cárcel de Lledoners ha entrado en fase de instrucción por unos hechos dadás presentados por la Fiscalía. El caso de la cosa es que la Gene se presenta como acusación particular pidiendo más cargos y más condenas. La Gene, esa cosa presidida por Torra, aquel presi que pedía a los manifestantes: apreteu/apretad. No entendieron que apreteu era un estado sentimental. Dios, que acabe todo esto ya. Que pasen los 20 años que durará ya.
18. En todo caso, estamos en campaña electoral, el terreno en el que mejor se mueve el procesismo en general y JxC en particular. Las elecciones acelerarán la separación entre ERC y JxC, y espolearán la imaginación de Puigde. Igual vuelve a presentarse, esta vez con una mano atada a la espalda, para diferenciarse de la anterior. ERC y JxC, al parecer, continuarán apostando por los presos para las listas. Es decir, por la sentimentalidad. Estar en la trena y apostar por la sentimentalidad habla de una bancarrota intelectual. Y política.
19. Un sector de la CUP, Endavant, ha hecho algo muy pertinente y exótico. Elaborar un documento en el que se analiza el procés y su fracaso. Se establece que era relato, no verificable. Se evalúa como un error de cálculo haber supuesto que cuando cantara que JxC y ERC mentían, la parroquia saldría a la calle y desbordaría la situación. Un documento valiente y, a mi juicio, ajustado a la realidad. Los partidos no ajustados a la realidad dan canguelo.
Una sentencia, en un Estado de Derecho, requiere obediencia, pero no acato. Igual este dato tiene algo que ver con las coreografías que veremos en breve
20. Por su parte, la derecha catalanista no adscrita al procés se ha reunido en Poblet, monasterio en el que están los reyes de la Corona Aragonesa –es un decir, el monasterio fue saqueado después de la desamortización; es posible que, con aquellos huesos, hicieran caldo–. Se trata de partidos, tendencias, grupos, individuos, aún por dibujar. Han elaborado un documento programático en el que hay varias concesiones sentimentales al público y, debajo de ellas, este programa: Estatut de 2006, reconocimiento de la cosa nación, mejora de la financiación. Lo que quería el procés antes de perder la chota en la partida de póquer. Los ejes del autonomismo futuro, si se le quita la sentimentalidad. O, incluso, me temo, con ella.
21. El egregio jurista Jordi Nieva ha sacado un interesante artículo en El Periódico, en el que establece la diferencia entre acatar u obedecer una sentencia. Una sentencia, en un Estado de Derecho, requiere obediencia, pero no acato. Igual este dato tiene algo que ver con las coreografías que veremos en breve. O no. Igual no lo leen. Igual no leen.
22. Un Estado de Derecho, por otra parte, es algo que puede transitar de la democracia a su contrario a través de siete pasos, que es lo que dibuja Ece Temelkuran en su libro Cómo perder un país (Anagrama) –sale en breve–, uno de los libros políticos más mixed-emotions del nuevo curso. En Esp y Cat se ha empezado a caminar en la lógica de esos siete pasos. La sentencia, la respuesta, el póquer de Sánchez en las elecciones orientarán sobre la calidad de ese avance. Verbalizar, cotidianizar fórmulas democráticas que no lo son, ya es un serio avance en esa dirección. Me voy a comer que aquí hay hambre. Abur, que dicen los personajes divertidos de Galdós.
23. Esta madrugada, a las 5:00 AM, la GC ha entrado, pumba, en los domicilios de varios miembros de los CDR. Han encontrado material sensible de ser utilizado para fabricar explosivos. U otras cosas. Al parecer, el material ese, me dicen, era cloro. Nadie sabe nada. Algunos de los detenidos, me dicen también, pero no me lo confirman, estaban implicados en la cosa Lledoners, que les explicaba en el punto 17. Puede ser, en efecto, lo que dice la GC. Pero puede ser, en efecto, lo que ha ocurrido en otras ocasiones. Exceso de celo. O exceso, a secas. El terrorismo, por aquí abajo y en todo caso, siempre llega cuando se le necesita.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama).
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