1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Palabras mayores
Ginés García

El actor que no amaba el cine

Ginés García hizo su primer papel para televisión con 65 años. Durante tres décadas fue electricista del Metro de Madrid

Aníbal Malvar Madrid , 23/12/2019

<p>Ginés García, caracterizado para un personaje. </p>

Ginés García, caracterizado para un personaje. 

Cedida por el entrevistado

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Ginés García (Cartagena, 1951) se jubiló antes de conseguir su primer bolo como actor. Firmó su primer papel para televisión con 65 años, y desde entonces se le puede ver en series, anuncios y otros formatos haciendo figuraciones o pequeñas interpretaciones de carácter. Con estos ingresos completa la pensión que le dejó su trabajo durante casi 30 años como electricista de mantenimiento en el Metro de Madrid. Está feliz con su nueva vocación, en contraste con la mayor parte de los profesionales del sector. Según la Unión de Actores, el 53% no gana más de 3.000 euros anuales y un 46% recurre a otras fuentes de ingresos para subsistir. 

A Ginés García, a pesar de su vocación crepuscular, no es que le apasione el mundo de la imagen. Resulta imposible sonsacarle una película que ame o que recuerde especialmente. Ni siquiera tiene el empeño de ver sus trabajos una vez los ha rodado.

Al hombre que no le gusta el cine de repente la industria lo llama y empieza a trabajar en series, cine y anuncios regularmente. ¿Cómo pasó eso?

Me gustaban las películas de risa. El cine español de la transición. Fernando Esteso y Pajares, todo aquello

Fue por un amigo, que me dijo que me metiera en las agencias de publicidad. José Palacios, se llama. Se dedica a repartir publicidad. Cuando le dije que me iba a jubilar, me dice él: “Pues yo te apunto en las agencias”. Fui con él y me inscribí. Me hicieron fotos y enseguida me dijeron que iba a ser figurante. Al poco tiempo me empezaron a llamar de la agencia Penélope, la Making Of, Bendita Profesión… Cuando llegué a los rodajes, estaba fascinado con las cámaras, los actores, todo… Pensaba yo: “Joder, sin ese golpe me habría muerto sin ver esto”. 

¿Cuál fue tu primer papel?

Un día me llamaron y me dieron una frase para que me la aprendiera. Yo era el médico de uno que estaba en prisión en Amar es para siempre. La frase era: “No te preocupes, que yo me hago cargo”. 

¿Cuánto se está pagando en el medio?

Pues mira, yo creo que aquel día me pagaron 200 euros, o algo así. Joder, pensaba yo: por un minuto me han pagado doscientos pavos. Claro, es una figuración especial porque tienes frase. Después me llamaron para un anuncio de coches eléctricos en el que ya tenía una parrafada. Ahí me pagaron mil y pico euros, macho. Ahora es que estoy enganchado a las cámaras. Como tengo tanto tiempo libre…

¿Cómo ves las series españolas actuales? El nivel ha subido una barbaridad.

Veo la tele muy poco.

¿Ni siquiera las series en las que sales?

A veces me echo la siesta con la televisión encendida y de pronto me despierto: “Coño, si ese soy yo”. Me pasó el otro día con la serie Servir y proteger

¿Cómo preparas los papeles?

Repito muchas veces. Es muy intuitivo.

¿Te atreverías con un papel extenso?

A lo mejor, ahora ya sí. Yo creo que sí.

Ginés García creció en el Barrio del Peral de Cartagena, suburbio obrero. Era el menor de siete hermanos y su padre llevaba una grúa en el astillero Bazán. Su madre era muy religiosa, pero dice Ginés que más por miedo a la miseria que por otra cosa: “Yo creo que iba tanto a misa por miedo a la pobreza extrema, porque éramos una prole. Iba a rezar por sacarnos adelante a nosotros. A mí me llevó con el cura, para que fuera monaguillo. Estaba tan metido en el ambiente de la iglesia que le dije a mi madre que quería entrar en el seminario: ‘No, hijo. Eso es para los niños que no tienen padre. Tú aquí, con nosotros’. Ahí pensé que de aquella casa yo no salía nunca. Mi madre era muy protectora y yo era el más pequeño.

¿Tenías vocación?

Claro. Era lo único que conocía. Lo que había visto hacer desde pequeño. 

¿Y ahora?

Supongo que aun soy creyente. Pero con el tiempo me fui cuestionando muchas cosas de la iglesia. 

Ginés García, en Atocha (Madrid).

Ginés García, en Atocha (Madrid).

¿Con cuántos años empiezas a trabajar?

Con diecisiete. Me fui a un taller a aprender el oficio de chapista. Pero mi madre me sacó de allí porque decía que no me podía ver tan sucio. Ya te digo que me tenía enmadrado. En esa época, había una campaña del ejército muy potente: “Muchacho, la Marina te llama”. Yo tenía la necesidad imperiosa de irme de casa. Y hablé con mi padre: “Oye, que me voy a la Marina. Si me quedo aquí, con mi madre y con mis cinco hermanas, me vuelvo marica”.

Hoy suena muy políticamente incorrecto contarlo así…

Ya lo sé. Pero es lo que le dije. Entonces no se hablaba de otra manera. Te lo cuento como fue. 

¿Hoy lo dirías de otra manera?

Claro, hombre. 

O sea que te haces marinero por aquella campaña.

Yo no conocía nada más que la iglesia. Era enclenque, sabía que no estaba preparado, que si no salía de allí me iba a pasar la vida recibiendo hostias. Lo único que me dijo mi padre es que tuviera mucho cuidado: “Si te pasa algo, tu madre me corta las piernas”. Y otra cosa me dijo: “Allí por lo menos te van a dar de comer bien”.

¿Y qué tal se comía?

Fatal.

Tuvo que ser bastante impactante pasar de aquel ambiente al del Ejército franquista. 

Todo era disciplina, nada más que disciplina. Yo me pensaba quedar en la Marina, de todas formas, porque seguía creyendo que no existía nada más allá. Pero en aquellos años hubo un convenio por el que los americanos nos daban barcos a cambio de las bases que tenían aquí, en Rota y Torrejón, y nos mandaron a por unos dragaminas a Estados Unidos. Salimos en el Aragón, un barco de guerra. Llegamos a Florida. Nos montaron en un avión y aterrizamos en Long Beach, en California. Nos cruzamos toda Norteamérica. 

¿Cuál era tu labor?

Yo era de la primera promoción de timoneles señaleros. Llevaba el timón y hacía las señales de banderas. Iba en el puente de navegación al mando del capitán. Estuvimos allí tres meses, conviviendo con los americanos, hasta que nos hicimos con los barcos. Pero allí es donde decidí que no seguiría en la Marina.

¿Y eso?

Me di cuenta en aquella época de que la marina americana estaba a años luz de la nuestra. Allí todo el mundo era igual. Se sabía quién era el capitán, quiénes eran los oficiales, pero por lo demás había un trato de tú a tú, sin distinciones. Nosotros estábamos todo el día en tensión: que viene el capitán, que viene el teniente… ¡A sus órdenes, a sus órdenes!

Acojonados.

Acojonados. Allí el marinero se trataba con el capitán y con el oficial. Después unos daban las órdenes y otros obedecían. Pero el trato era como el de cualquier oficina de cualquier profesión que puedas pensar hoy en España. Como supongo que pasará también hoy en el ejército español. Se habrá profesionalizado. 

Algunas denuncias muy inquietantes hacen dudar de eso...

Pero por lo menos ahora hay denuncias. 

En cierto modo, el contraste entre los dos ejércitos te pudo dar una idea de la represión bajo la que vivías.

Supongo, porque yo vengo de una familia obrera. Pero mi padre no dejaba hablar en casa de política. Él había estado en un barco de guerra, de fogonero. Cartagena fue la última ciudad que se rindió a los nacionales.  Estaba acojonado. No podía darme una conciencia política. No quería dárnosla.

¿Y no sentías opresión en el ambiente? ¿Cómo percibiste la diferencia entre la marina española y a la norteamericana?

Supongo que opresión ya es sentir el miedo de tus padres a hablar. Quisieron que creciéramos en un ambiente apolítico. 

¿Cuándo dejas entonces la Marina?

En 1972 me licencié con 4.000 pesetas y me fui a Bilbao a sacar el título de marinero de la mercante.

Cartel de reclutamiento de la Marina.

Cartel de reclutamiento de la Marina.

¿Para cuánto daban las cuatro mil pelas en el 72?

Para vivir un par de meses. Vi enseguida que el dinero se me acababa y encontré trabajo vendiendo productos de cosmética. No vendía nada. 

¿Cómo era el ambiente en Bilbao? ETA ya había empezado a matar, aunque a un ritmo que aún no hacía presagiar lo que vino luego.

Yo estaba demasiado ocupado en trabajar y traerme cuatro duros. 

¿No se hablaba de política en Euskadi? No me lo creo.

Si se hablaba, no en mi círculo. Yo no me conciencié políticamente hasta que llegué a Madrid en el 73. Allí me busqué la vida también de vendedor. Vendía placas para las puertas de los pisos y para los buzones. Pero compartí piso con un periodista que trabajaba en Pueblo y me metí en su círculo. Paco Martínez, Francisco Pérez Abellán, que falleció hace poco; José Luis Molleda, que era dibujante… Llegué a conocer a Emilio Romero, y claro, en ese círculo sí se hablaba, y mucho, de política. Todos eran intelectuales. Yo era allí el único currante. Creamos una peña de artistas y periodistas que se llamaba la Siempreviva, algunos abiertamente antifranquistas, otros aperturistas, otros liberales. Yo era el más pelao de todos. No podía seguir su ritmo de whiskies y comilonas, pero me gustaba escucharles. Y, por alguna razón que nunca entendí, a ellos también les gustaba mi compañía.

¿Aún no trabajabas en el Metro de Madrid?

No. Yo entré al Metro de Madrid de una manera curiosa. En el 75 conocí a una novieta que vivía en Glorieta de Quevedo. La acompañaba a su casa. El caso es que me volví en Metro y, al ver al jefe de Estación, me dijo: “Dese usted prisa, que va a pasar el último tren”. Y mientras llegaba nos pusimos a hablar. Yo estaba muy acostumbrado a buscarme la vida y a preguntar, y así el hombre me dijo que había plazas para conductores y para mantenimiento eléctrico. Yo algo sabía de electricidad, también por haber estado en la Marina. Él me ayudó a llenar la instancia. “¿Cómo te llamas?”; “Ginés García Moral”; “Mira qué bien. Yo me apellido también García. Vamos a poner que eres mi primo”; “Oiga, si yo no lo conozco a usted de nada. Le agradezco mucho el detalle, pero yo puedo ser un delincuente…”; “No, se te ve buena gente”. Yo no sé si lo de ser primo falso del jefe de Estación influyó, pero a los 15 o 20 días me llamaron para la prueba y aprobé. Y, directamente, me metieron a mantenimiento de centrales eléctrica. En el Metro, entre los curritos, sí se empezaba a hablar más de política, aunque siempre en tono discreto. ETA ya había matado a Carrero Blanco, pero Franco aún no se había muerto. 

¿No te dio por militar?

Me metí en Comisiones Obreras. Pero no porque yo fuera muy político: es que eran los míos, la clase trabajadora. En una manifestación no me inflaron a hostias gracias al ABC. Cuando vi que ya cargaba la policía me acerqué a un kiosco y compré un ABC. Los policías salieron de las lecheras y estaban arreando hostias a diestro y siniestro, y yo allí en medio, saliendo del barullo con mi ABC bien visible, sin que me pasara nada.

¿Te compraste el ABC para parecer de derechas?

Para parecer de derechas. Salí ileso de allí de milagro. Fue una inspiración.

También podrías haber cogido El Alcázar… 

Hombre, tanto no.

¿Vivías la noche madrileña?

Ganaba 18.000 pesetas. Y lo que ganaba me lo gastaba. A veces en la discoteca, en la Long Play. Yo me codeaba con esta gente pero sin gastar tanto dinero, porque no tenía. 

¿Se notaba el aperturismo sexual?

Nunca he sido un playboy. Tenía autoestima baja por no tener dinero, por no ser guapo. No ligaba nada y las pocas veces que ligaba me mandaban a tomar por culo. Yo creo que eran inteligentes. Empecé a follar regularmente ya de mayor. 

Pero, hombre. Es la Transición, la Movida, el gran boom de las libertades…

Allí follaban cuatro, como siempre. El resto estábamos a verlas venir. 

¿Te interesaron un poco entonces el cine y la música de aquella época?

Yo iba al cine para hacer manitas, por decirlo fino. 

A ver, Ginés. Que acabaste como actor. ¿Me estás diciendo que el cine no te importó nunca un carajo? Dime por lo menos una película que te haya gustado mucho. No me creo la pose del actor que desprecia el cine.

Me gustaban las películas de risa. El cine español de la transición. Fernando Esteso y Pajares, todo aquello.

¿Almodóvar, Zulueta, Trueba…, los directores de la Movida?

Me gustaron menos. Además, todo el ambiente de la Movida, cuando empezaban las drogas, me echaba patrás. Me daba un poco de miedo, un poco de respeto. 

Si te movías en el mundo de los periodistas, que siempre hemos tenido una muy mala fama politoxicómana.

Sí, y en ese ambiente sí había de todo. Y claro que me invitaban. Pero yo decía que no. Ni siquiera fumaba. Me compré un mechero Dupont y siempre llevaba tabaco para invitar, para romper el hielo con las mujeres. 

Pero, coño, Ginés, lo que has hecho tú para ligar.

Y mira que no me gustaba a mí nada el cigarro. Pero yo siempre seguía, siempre he seguido intentándolo.

Ya que hablas tanto del asunto, ¿ligas ahora más trabajando en la tele?

Yo creo que no es por eso. Que es por la edad. Que los hombres, a cierta edad, le podemos dar estabilidad a mujeres que la necesitan. 

¿Cómo es el sexo pasados los 60?

Pues igual. Igual de bueno. Lo que no entiendo son cosas como lo de La Manada. Eso no es sexo.

Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. pepe

    Cualquier actor de 50 años para arriba y que este en paro se le deben de estar retorciendo las tripas. Pero claro a las agencias les resultan mas cómodos los borregos. Luego hablan del intrusismo laboral.

    Hace 4 años 2 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí