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DOCTRINA DEL SHOCK

La pandemia, detonante y espejo de la crisis de salud pública

Necesitamos una marea de solidaridad conscientemente politizada, una continuada y amplia movilización popular, que exija al gobierno, y a una Unión Europea que mira para otro lado, un “plan Marshall sociosanitario”

Joan Benach 20/03/2020

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La pandemia del coronavirus SARS-Cov-2 viene marcada por su letalidad, su transmisibilidad y su impacto sanitario. Aunque la capacidad letal del COVID-19 no es extremadamente alta (alrededor del 3 por ciento),[1] es mucho mayor que la de la gripe (0,1 por ciento) y es más grave en los grupos de edad avanzados,[2] personas con patologías previas[3] y en las clases sociales, mujeres y grupos más frágiles.[4] Su elevada contagiosidad (existente antes de tener síntomas y persistente tras padecer la enfermedad) se extiende entre la población de forma exponencial. ¿Qué ocurre al unir ambos factores? Hace varias décadas, el epidemiólogo británico Geoffrey Rose enseñó una paradoja de la salud pública: “Una gran cantidad de personas expuestas a un pequeño riesgo puede generar muchos más casos que una pequeña cantidad expuesta a un alto riesgo”.[5] Así pues, aunque el riesgo individual de morir por el COVID-19 no sea alto, el número global de muertes puede ser muy elevado.

Además, aunque la mayor parte de casos se desarrollan en forma leve, el elevado número de enfermos genera muchos casos que precisan de atención, lo cual incrementa la posibilidad de colapsar los centros socio-sanitarios y crear una “medicina de la catástrofe”.[6] Los pacientes se aglomeran en hospitales, los recursos escasean, se contrata personal adicional, se cancelan vacaciones, se solicitan más equipos de protección y atención, se habilitan salas especiales, se moviliza a médicos jubilados, estudiantes y recién titulados, se utilizan hospitales de campaña, se adaptan hoteles medicalizados… El cansancio hace mella en los profesionales socio-sanitarios, muchas personas caen enfermas. La presión aumenta, y muchos servicios ya no pueden atender adecuadamente a quienes lo necesitan acercándose a una situación temporal de tercermundialización de la sanidad pública, donde aparecen dilemas éticos sobre cómo y en quién actuar, quién puede vivir o morir, al igual que cotidianamente tiene lugar en países pobres con sistemas sanitarios públicos muy débiles o casi inexistentes, que pueden sufrir sobremanera la actual pandemia.[7] Además, la pandemia está obligando a retrasar pruebas diagnósticas, operaciones quirúrgicas y atención no urgentes, a la vez que enlentece o dificulta en gran medida el poder tratar los numerosos procesos médicos y sanitarios habituales de carácter grave o muy grave, que siguen ocurriendo, y que la pandemia actual no debe hacernos olvidar.

Aunque el riesgo individual de morir por el COVID-19 no sea alto, el número global de muertes puede ser muy elevado

Los ejemplos cotidianos de las dificultades sobrevenidas por la pandemia son incontables y pueden rastrearse con facilidad: desempleados de larga duración, trabajadoras pobres, menores subalimentados, mayores dependientes sin atención… y tantos más. Por ejemplo, los profesionales de la sanidad ponen en riesgo su salud trabajando en condiciones muy limitadas cuando no deplorables o críticas.

Como ha ocurrido en Italia, los profesionales se ven (o pueden verse) obligados a valorar el beneficio colectivo y a tomar decisiones según la gravedad de los casos que tienen enfrente.[8] España se acerca a los 20.000 casos y las 1.000 muertes (20 de marzo). Cuando en los próximos días y semanas la cifra se multiplique, la presión asistencial será brutal y el riesgo para pacientes y profesionales, máximo, en un sistema ya prácticamente colapsado.

China y Corea

La historia de la salud pública muestra ejemplos de cuán difícil es controlar una pandemia, especialmente cuando la infección se propaga con rapidez, el conocimiento es limitado, no hay tratamiento ni vacunas efectivas, la incertidumbre y el temor social son elevados y no hay pautas muy claras de cómo actuar. En tales circunstancias, el seguimiento sistemático de los casos, la aplicación de pruebas diagnósticas adecuadas y la realización de ‘cuarentenas’ o el aislamiento de afectados es una de las pocas estrategias efectivas, tal y como ocurrió con la pandemia de gripe de 1918.[9]Ante una situación de creciente deterioro, ¿qué modelo seguir? En el corto plazo, ¿cuál es la mejor estrategia para contener la epidemia y minimizar su impacto? El modelo autoritario chino, caracterizado por su alta coordinación y vigilancia y el control drástico de la población, es un modelo draconiano que se ha mostrado represivo pero efectivo.[10]El modelo predictivo de Corea del Sur ha consistido en aplicar masivamente pruebas diagnósticas a cualquier persona con síntomas, utilizando rápidamente la cuarentena y el aislamiento de los sospechosos de estar contagiados, e incluso castigar legalmente a quienes se negaron a realizar las pruebas, como estrategias fundamentales.[11]Esa aplicación sin embargo no ha sido el resultado de un capitalismo innovador, sino el uso de tecnologías y la colaboración público-privada coordinada por el gobierno.[12]Las medidas de vigilancia y control aplicadas con rapidez y radicalidad en los países asiáticos han mostrado ser efectivas en el corto plazo, limitando la extensión e impacto de la epidemia gracias a una intervención masiva, basada en las experiencias previas y en utilizar recursos suficientes.[13]Sin embargo, está por ver si estas medidas serán igualmente efectivas a largo plazo, ya que cabe la posibilidad de que se produzca un nuevo brote epidémico que obligue a mantener un nivel de control y vigilancia social muy elevado durante muchos meses. En ese sentido, varios expertos han recomendado la necesidad de realizar, a la vez y según cada contexto, múltiples intervenciones simultáneas y de forma continuada durante mucho tiempo hasta que se disponga de una vacuna que sea efectiva.[14]

Reino Unido

El modelo economicista del Reino Unido es muy particular. Bajo la justificación de conseguir una difusión “moderada” del virus y una “inmunidad de grupo”,[15]el objetivo explícito ha sido reducir la transmisibilidad del contagio y el implícito alterar lo menos posible el curso económico del business as usual. Distintos científicos han señalado lo arriesgado de una estrategia que puede comportar una mortalidad muy elevada entre la población,[16] mientras que otros observadores apuntan a que el gobierno británico estaría practicando una política racista y “eugenésica” encubierta, dejando a las clases sociales más pobres en una situación de gran vulnerabilidad en un sistema sanitario crecientemente mercantilizado. La muerte de muchas personas sería por tanto el “precio a pagar” para proteger la economía del país y los intereses de las élites económicas.[17] Ante el empeoramiento de la situación, el gobierno de Boris Johnson ha ido poco a poco cambiando su discurso y acción, aunque no de forma considerable.[18] De modo parecido, en Estados Unidos, con una masa de población masivamente precarizada, baja protección social, y unos servicios sanitarios fundamentalmente privados, la estrategia neoliberal/fascista de Trump ha sido hasta ahora errática y, con gran probabilidad, criminal.[19]

Al igual que Italia, España eligió un modelo de actuación gradualista. En ambos casos la acción ha sido tardía, errática y poco decidida, caracterizándose por su escasa anticipación y capacidad para valorar la evolución de la epidemia, y sin hacer suficiente caso a los científicos que advirtieron del peligro que se venía encima.[20] Tras varios titubeos, el Gobierno se decidió a tomar medidas “urgentes”, aplicando un modelo centralizado y con el ejército desplegado en medio centenar de ciudades, pero incapaz sin embargo de coordinar una respuesta de salud pública suficientemente contundente. La falta de previsión (por ejemplo, en los equipos de protección y pruebas diagnósticas)[21] y el “goteo” de acciones sanitarias, económicas y sociales para detener la pandemia tiene lugar en una situación cercana a una “economía de guerra”, con útiles medidas restrictivas de control, confinamiento y comunicación, pero limitadas e insuficientes para frenar la pandemia y paliar la enorme vulnerabilidad que padecen sobre todo los sectores populares y más vulnerables.[22] Todo parece apuntar a que la ideología hegemónica neoliberal, junto a las presiones del poder económico, han jugado un importante papel en las prioridades seleccionadas: paliar el “frenazo” económico, para más tarde “revitalizar” la economía mediante una transferencia sin contrapartidas de capital público al sector privado, lo cual a medio plazo podría probablemente conllevar recortes y nuevas medidas de austeridad.[23]

Con una masa de población masivamente precarizada, baja protección social, y unos servicios sanitarios fundamentalmente privados, la estrategia neoliberal/fascista de Trump ha sido hasta ahora errática y, con gran probabilidad, criminal

Tras China e Italia, España es ya el tercer país con más casos confirmados, con la tendencia de crecimiento más elevada del mundo. Ello significa que si se quiere evitar un desastre social y de salud pública, más allá de las discrepancias existentes entre los partidos de la coalición de gobierno,[24] debe ponerse en marcha con urgencia un plan de choque social más ambicioso que el “escudo social” propuesto hasta el momento por el gobierno.[25] Un plan que debe financiarse con la devolución de las ayudas recibidas por los bancos, un impuesto a las grandes fortunas y a las empresas tecnológicas, y la emisión de dinero en lugar de aumentar la deuda. Ese plan deberá contener la intervención de la sanidad privada para utilizar todos los recursos sanitarios en una situación grave de colapso, la moratoria del pago de alquileres, hipoteca y suministros básicos para los que pierdan sus ingresos, preservar los derechos laborales,[26] impidiendo despidos e implantando una renta básica universal o una ‘renta de cuarentena’ mientras la población está en sus casas.[27] A medio y largo plazo, además, debe realizarse una reforma fiscal que incida en una redistribución de la renta mucho más justa, un recorte del presupuesto militar y una tasa Tobin para los movimientos de capital financiero, todo lo cual deberá generar un fuerte incremento del gasto público, con la ampliación y refuerzo de los servicios sanitarios, sociales y el desarrollo de ayuda a las familias, personas dependientes y ancianos. Si años atrás un gobierno rescató a la banca regalándole 65.000 millones de euros, en una situación de emergencia aguda como la que vivimos pero que va a alargarse en el tiempo, este Gobierno debe ser capaz de rescatar a la población.[28]

Además de su impacto sanitario y económico, la elección del modelo de acción a seguir ante la crisis es importante también a medio y largo plazo por varias razones. Primero, porque la pandemia tendrá una larga duración, lo cual pondrá a prueba la capacidad de resistencia del sistema sociosanitario y sus profesionales, lo que se añadirá a la tensión acumulada por una población confinada durante semanas o meses. Segundo, porque es más que probable que el SARS-CoV-2 haya llegado para quedarse, su presencia y extensión pueden ser recurrentes. Tercero, porque parece probable que puedan aparecer pandemias similares o incluso más graves que la actual.[29] Cuarto, porque muchos países no tienen sistemas públicos preparados para hacerle frente. Si los países ricos deben robustecer sus sistemas sanitarios públicos, y en países como Estados Unidos el logro de un sistema de sanidad pública puede ser materia de seguridad nacional,[30] los países pobres se enfrentan a un reto mayúsculo que sólo podrán vencer con un masivo fondo de ayuda internacional. Finalmente, porque las grandes limitaciones y déficits actuales de la Organización Mundial de la Salud ponen de relieve la urgente y vital necesidad de crear y desarrollar un potente sistema de salud pública global que haga frente a las nuevas amenazas sistémicas planetarias que tenemos por delante.[31]

Si se quiere evitar un desastre social y de salud pública, debe ponerse en marcha con urgencia un plan de choque social más ambicioso que el 'escudo social' propuesto hasta el momento por el gobierno

La crisis generada por el coronavirus es un detonante de una crisis global de salud pública, a la vez que un espejo que muestra descarnadamente otra realidad donde llueve sobre personas y territorios empapados. El aguacero de la pandemia cae sobre una sociedad ya inundada, con un ‘mercado laboral’ desregulado, precarizado y mercantilizado en extremo, con niveles de desigualdad y pobreza económica, habitacional y energética enormemente elevados, y con unos servicios públicos sanitarios y sociales debilitados y mercantilizados[32] (durante lo que a veces se ha denominado la “década perdida” del sistema sanitario)[33] o insuficientemente desarrollados por lo que hace sobre todo a la protección de las familias, las escuelas de infancia y los servicios a personas mayores o dependientes, como reiteradamente ha mostrado Vicenç Navarro,[34] en lo que Gaspar Llamazares denominó el ‘estado del medioestar’.[35] En España, una de cada cuatro personas (el 30 por ciento en los menores) está en riesgo de pobreza y exclusión, más de la mitad de la población tiene dificultades para llegar a fin de mes y el país gasta mucho menos que la media de la UE en protección social. El relator de la ONU, Philip Alston, ha señalado muy recientemente que España es un país quebrado entre una parte rica y próspera, y otra donde mucha gente vive al límite con dificultades para sobrevivir, para añadir: “He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país… barrios pobres con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados”.[36]

Ante unos servicios deficitarios y mercantilizados, muchos profesionales al límite de la resistencia sienten cansancio, miedo y desesperación,[37] pero otros muchos reaccionan con compromiso y valentía, y las redes comunitarias y digitales se expanden por muchas partes generando vitalidad, solidaridad, orgullo y esperanza. A pesar de esos esfuerzos, las aún tímidas y limitadas políticas sociales puestas en marcha por un gobierno español (y autonómicos) intervenidos por el poder económico europeo auguran, incluso aunque la pandemia sea controlada, una catástrofe de salud pública y desigualdad al mismo tiempo. Aunque toda la población es vulnerable, unos grupos de población lo son más que otros, tanto en este momento como después de que pase la pandemia. Tras el ‘shock pandémico’ y después de que pase la grave situación actual de emergencia sociosanitaria, las clases populares serán una vez más las que pagarán y sufrirán más esta crisis. Tal y como ocurrió en la crisis de 2008, la Unión Europea está haciendo una política incapaz de responder a una emergencia global y de inequidad.[38] La única posibilidad de que no sea así es que una marea de solidaridad conscientemente politizada, una continuada y amplia movilización popular, exija y fuerce al gobierno y a una Unión Europea que mira para otro lado, a un “plan Marshall sociosanitario” en favor del bien común. Un plan, ambicioso y de largo recorrido, que transforme la salud pública y la política fiscal, que expanda los servicios públicos, que condone la deuda pública generada por las políticas de la UE al tener que recurrir a la financiación bancaria privada impuesta por el BCE, que implante una renta básica universal, que de verdad cree un proceso de transición ecológica dirigido a un decrecimiento selectivo, y que nacionalice los servicios estratégicos fundamentales (energía, transporte, telecomunicaciones, banca), para así reducir la pobreza, la precarización, la desigualdad y la exclusión social. Sólo de ese modo parece posible revertir un modelo europeo neoliberal austericida implantado durante décadas, y que aún podría verse más reforzado por esta crisis de salud pública.



[1] Los países que sean más efectivos en la acción verán una tasa de letalidad del virus del 0,5 al 1 por ciento, mientras que aquellos que no lo hagan podrían alcanzar el 5 por ciento. Se estima que los países que actúen rápidamente pueden reducir el número de muertes por un factor de al menos 10. Ver: Tomás Pueyo. Coronavirus: Why You Must Act Now. Medium. 13-03-20. Accesible en: https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-act-today-or-people-will-die-f4d3d9cd99ca. Versión en castellano en: https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-act-today-or-people-will-die-f4d3d9cd99ca.

[2] La primera descripción de resultados en Estados Unidos indica que la mortalidad es más alta en personas de 85 o más años (10-27%), en personas de 65-84 años (3-11%), de 55-64 años (1-3%), 20-54 años (menos del 1%), y sin muertes entre las personas de 19 o menos años. Ver: Morbidity and Mortality Weekly Report. U.S. Department of Health and Human Services Centers for Disease Control and Prevention. “Severe Outcomes Among Patients with Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) — United States, February 12–March 16, 2020”. CDC, 2020;69 March 18. Accesible en: https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/69/wr/pdfs/mm6912e2-H.pdf

[3] Se estima que quizás el 70-80 por ciento de la población infectada tendrá la enfermedad con síntomas leves. La mortalidad es del 0,3 por ciento entre quienes tienen menos de 50 años, pero del 15 por ciento en los mayores de 80 años. Entre el 5-10 por ciento de infectados tendrán complicaciones médicas que precisarán atención sanitaria o bien ser hospitalizados, lo cual aumentará la mortalidad o hará mucho más difícil tratar otro tipo de problemas sanitarios necesitados de atención. La evolución de la epidemia seguirá incrementándose durante semanas y que las medidas de control duren meses. La transmisibilidad depende de la contagiosidad del virus, el número de contactos que se tengan, y la duración de la infección.

[4] La desigualdad estructural según clase social y género se manifiesta claramente en el empleo: despidos, precarización, trabajadoras de cuidados (hogar, servicio atención domiciliaria, residencias), cajeras y reponedores de supermercados, de empresas logísticas, transporte, de call centers. Son personas que no pueden decidir dejar de trabajar, no tienen fácilmente acceso al teletrabajo, están en viviendas con peores condiciones y con menos capacidad económica de permanecer tiempo en su hogar. Ver: Nuria Alabao, Ernest Cañada, Ivan Murray. Una pandemia con sesgo de clase. El Salto, 17-03-2020. Accesible en: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/teletrabajo-pandemia-desigualdad-aislamiento-lucha-sesgo-clase; Amanda Andrades. “En esta crisis del coronavirus el Gobierno no tiene en cuenta a las trabajadoras domésticas”. Ctxt, 14-03-2020. Accesible en: https://ctxt.es/es/20200302/Politica/31352/trabajadoras-del-hogar-coronavirus-cuidados-internas-sedoac-edith-espino-entrevista-cuarentena-amanda-andrades.htm; Paula Moreno, Iván H. Ayala. “Cómo luchar contra el Covid-19 con perspectiva de género.” 13-03-2020. Accesible en: https://ctxt.es/es/20200302/Politica/31335/Paula-Moreno--Ivan-H-Ayala-coronavirus-mujer-salud-estudios-familia-cuidados.htm

[5] Geoffrey Rose. The strategy of preventive medicine. New York: OUP, 1992.

[6] Otro ejemplo son las trabajadoras de servicios sociales, que realizan servicios esenciales en colectivos con alto riesgo y vulnerabilidad social, que están más allá del límite de su capacidad realizando todo tipo de intervenciones, visitas domiciliarias urgentes, reparto de comidas a ancianos o personas con problemas de movilidad, reparto de alimentos a familias vulnerables, etc. Además, las trabajadoras del hogar que siguen atendiendo los casos más graves lo hacen con unas medidas de higiene y seguridad muy deficientes ya que no existen suficientes equipos de protección.

[7] Gilbert M, Pullano G, Pinotti F, et al. “Preparedness and vulnerability of African countries against importations of COVID-19: a modelling study”. Lancet 2020;395:871-877. Accesible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930411-6

[8] El 6 de marzo, la Sociedad Italiana de Anestesia, Analgesia, Reanimación y Terapia Intensiva (SIAARTI) publicó unas recomendaciones para orientar a los profesionales sanitarios sobre cómo atender a los pacientes en situación de sobrecarga. El anestesista Christian Salaroli, describió la situación de “medicina de catástrofe” como si de una guerra se tratara, donde la supervivencia "se decide por la edad y por las condiciones de salud". Un protocolo de la unidad de la gestión de crisis de Turín generado por el departamento de protección civil de la región del Piamonte señala que, si no hay espacio suficiente, habrá que determinar según la edad y las condiciones de salud del paciente que pacientes recibirán tratamiento en la UCI, dejando morir a aquellos que no puedan ser atendidos. Ver: Di Blasi E. “Italians over 80 'will be left to die' as country overwhelmed by coronavirus.“ The Telegraph. 14-03-20. Accesible en: https://www.telegraph.co.uk/news/2020/03/14/italians-80-will-left-die-country-overwhelmed-coronavirus/. Por su parte, el Departamento de Bioética Clínica del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro difundió el pasado 10 de marzo un documento sobre las consideraciones éticas en la asistencia en las UCIs. Dada la situación que padecemos, “consideramos que es prudente y adecuado dirigir los mayores esfuerzos terapéuticos a los pacientes que, tras evaluación de los criterios clínicos de gravedad y pronósticos previamente seleccionados, se considere que tienen mayor posibilidad de supervivencia.” Ver: Esther Samper. “Una epidemia descontrolada podría llevar a una medicina de catástrofe: el dilema ético del personal sanitario.” Diario.es, 14-03-20. Accesible en: https://www.eldiario.es/sociedad/descontrolada-coronavirus-catastrofe-sanitarios-enfrentados_0_1005799639.html

[9] Durante la gripe de 2018, las ciudades de Estados Unidos que tomaron medidas rápidas (1-3 semanas) tuvieron la mitad de muertes que otras ciudades. Ver: Tomás Pueyo. Coronavirus: Why You Must Act Now. Medium. 13-03-20. Accesible en: https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-act-today-or-people-will-die-f4d3d9cd99ca. Versión en castellano en: https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-act-today-or-people-will-die-f4d3d9cd99ca.

[10] Se formaron cerca de 2.000 equipos de 5 personas cada uno rastreando a cada persona infectada, todos con quienes se habían relacionado y todos sus contactos, aislándolos a todos. Todo parece indicar que si en un país de casi 1.500 millones de habitantes como China no hubiera actuado de ese modo, con gran seguridad se habría producido una catástrofe masiva. Hong Kong y Singapur han aplicado variaciones del modelo chino, con medidas de cuarentena y control también muy estrictos y efectivos.

[11] Corea, con una población de 51 millones, realizó 210.000 tests en tres semanas. Decenas de unidades móviles al aire libre realizaron decenas de miles de pruebas. España con 46 millones, realizó algo más de 30.000 pruebas en dos semanas. Ver: Gessamí Forner. Tres recetas distintas para el mismo virus. El Salto, 17-03-20. Accesible en: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/tres-medicamentos-distintos-para-el-mismo-virus.

[12] El gobierno mostró una respuesta bastante adecuada sobre los inmigrantes indocumentados que pudieron hacerse la prueba sin riesgo de ser deportados, y se proporcionaron servicios de emergencia para aquellos discapacitados y ancianos que vieron interrumpida los servicios de atención diaria. La estrategia ha sido transparente en cuanto a la divulgación de información pública gracias a la ley MERS aprobada tras el brote del MERS-CoV en 2015, pero eso ha dado lugar a una preocupación creciente por la violación de la privacidad y derechos humanos. De hecho, dado que muchas personas fueron culpadas y estigmatizadas por difundir el virus, algunos restaurantes tuvieron que cerrar. Eso hizo que la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea recomendara no divulgar direcciones específicas o nombres de trabajo de los pacientes de COVID-19, ni su ruta de viaje ni los lugares que han visitado para proteger su privacidad. Ver: Sun Kim. PHM Korea statement on COVID-19 outbreak and responses in South Korea. People’s Health Movement. 19-03-2020. Accesible en: http://phmovement.or.kr/phm-korea-statement-on-covid-19-outbreak-and-responses-in-south-korea/

[13] Las principales razones de los modelos asiáticos incluyen: una intervención rápida y masiva del gobierno al haber actuado sin cuestionamiento público de ningún tipo, a disponer de la experiencia de epidemias anteriores (SARS en 2003) y a tener recursos suficientes. Sólo el último de esos factores ha estado claramente disponible en los países europeos afectados, donde los equilibrios parlamentarios y los equilibrios de poder de los poderes económicos juegan un papel relevante. Ver: Richard Horton. “Scientists have been sounding the alarm on coronavirus for months. Why did Britain fail to act?” The Guardian, 18-03-2020. Accesible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/mar/18/coronavirus-uk-expert-advice-wrong.

[14] Ferguson NM, Laydon D, Nedjati-Gilani G. Impact of non-pharmaceutical interventions (NPIs) to reduce COVID19 mortality and healthcare demand. Imperial College COVID-19 Response Team. DOI: https://doi.org/10.25561/77482, 1-20.

[15] El SARS-Cov-2 es el séptimo coronavirus conocido tras el SARS, el MERS y otros cuatro virus del resfriado común que no dejan inmunidad para toda la vida y por eso nos volvemos a infectar. No sabemos lo que va a pasar.

[16] El grado de inmunidad adquirida es desconocido, lo cual podría producir un número de reinfecciones y muertes aún más elevado. Ver: Nafeez Ahmed. “This is how America and Britain are maximising coronavirus deaths. Only radical action and social distancing can avert a bloodbath.” Insurgentelligence, 12-03-20. Accesible en: https://medium.com/insurge-intelligence/science-shows-that-only-radical-action-can-avert-a-coronavirus-bloodbath-2e9955a724d2; Gessamí Forner. Tres recetas distintas para el mismo virus. EL Salto, 17-03-20. Accesible en: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/tres-medicamentos-distintos-para-el-mismo-virus. El 12 de marzo, Boris Johnson se “curó en salud” en una rueda de prensa advirtiendo a la población que muchas familias perderían a sus seres queridos en los próximos días. El 16 de marzo, Boris Johnson decidió promover una recomendación general e individualista para que restrinjan sus actividades, pero sin tomar políticas activas para detener la pandemia. El plan de Johnson prevé en el escenario más favorable un 60% de infectados y la muerte de 277.000 personas, y en el peor un 80% de infectados y una mortalidad de 318.000 a 521.000 personas. Sin embargo, varios científicos como Richard Horton (editor de The Lancet) o Jeremy Rossman de la Universidad de Kent han advertido que la estrategia de Johnson podría provocar la muerte de entre 600.000 y 1 millón de personas, con otros 8 millones de infecciones graves que requieran cuidados críticos".

[17] El sistema sanitario británico es el segundo por la cola de Europa en número de camas hospitalarias en funcionamiento (223 por 100.000 habitantes). Siguiendo un protocolo, en caso de saturación de pacientes, tres especialistas cualificados de cada hospital se verían forzados a elegir cómo organizar el racionamiento de cuidados, como los ventiladores médicos o las camas. Ver: Shaun Lintern. “Coronavirus: Weakest patients could be denied lifesaving care due to lack of funding for NHS, doctors admit”. msn, 27-02-2020. Accesible en: https://www.msn.com/en-gb/news/uknews/coronavirus-weakest-patients-could-be-denied-lifesaving-care-due-to-lack-of-funding-for-nhs-doctors-admit/ar-BB10raxq?ocid=spartanntp.

[18]  Luis Santamaría, Joaquín Hortal, Raquel Pérez Gómez, Silvia Pérez-Espona, Fernando Valladares. “Los bandazos del gobierno británico con el coronavirus nos ponen en peligro a todos.” Diario.es, 18—03-20. Accesible en: https://www.eldiario.es/cienciacritica/bandazos-gobierno-britanico-coronavirus-peligro_6_1007259276.html

[19] Trump primero recortó gravemente el presupuesto de los centros de investigación, vigilancia y control, luego ha negado el problema y atribuido la culpa de una epidemia “falsa” al Partido Demócrata, más tarde, preocupado, por la caída de la bolsa, ha pedido reducir los salarios, bajar los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social, finalmente utilizando un lenguaje ultranacionalista y racista ha llamado a la movilización contra un culpable exterior, el "virus chino", a la vez que ha solicitado una enorme cantidad de dinero al congreso para reactivar la economía. Ante un crecimiento de tipo exponencial, cada día cuenta, ya que al día siguiente se doblan los casos. En Estados Unidos, por ejemplo, si el número de casos se duplica cada tres días, en mayo habría cerca de cien millones de casos.

[20] El modelo de extensión del COVID-19 fue analizado por científicos catalanes como Alex Arenas de la Universitat Rovira i Virgili que a finales de febrero advirtieron a las autoridades políticas de la previsible evolución de la epidemia sin obtener respuesta. Ver: “El confinament de Catalunya i l’estat d’alarma a Espanya pels coronavirus.” FAQS, 14-03-2020.  https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/preguntes-frequents/preguntes-frequents-el-confinament-de-catalunya-i-lestat-dalarma-a-espanya-pel-coronavirus/video/6035309/. Por su parte, infectólogos como Oriol Mitjà han criticado también fuertemente la estrategia del modelo español. Ver: Pau Rodríguez. “El infectólogo que advirtió de la propagación del coronavirus y que investiga cómo cortar los contagios.” eldiario.es, 17-03-2020. Accesible en: https://www.eldiario.es/catalunya/Oriol-Mitja-infectologo-propagacion-COVID-19_0_1006849605.html

[21] Elena G. Sevillano. “Por qué España está sin mascarillas cuando lo peor de la crisis no ha llegado”. El Paìs, 18-03-2020. Accesible en: https://elpais.com/sociedad/2020-03-18/por-que-espana-esta-sin-mascarillas-cuando-lo-peor-de-la-crisis-no-ha-llegado.html; Oriol Güell, Elena G Sevillano. “La epidemia golpea a España sin pruebas diagnósticas suficientes.” El País, 18-03-2020. Accesible en: https://elpais.com/sociedad/2020-03-17/sanidad-reconoce-su-incapacidad-para-hacer-las-pruebas-necesarias.html

[22] Sólo son cuidados paliativos para evitar una implosión en un escenario de gran gravedad social. En el campo laboral, no se acomete la prohibición de despidos en empresas con beneficios; se habla de solicitar la reducción de jornada sin que ello pueda conllevar despido, pero sin garantizar la retribución del salario íntegro; no se acomete la suspensión obligatoria de los desahucios, solo una moratoria de hipotecas para “colectivos vulnerables”, no extensible a las personas en régimen de alquiler; no se aprueba un impuesto especial que incremente la cuota a pagar en el impuesto de sociedades, ni hay ninguna carga impositiva para los ricos. No se plantea nacionalizar sectores estratégicos de la economía, ni dar mayor protección laboral a trabajadores/as que deberán optar por perder su empleo o exponerse a situaciones de riesgo.

[23] Más del 85% de los 117.000 millones movilizados irán a parar a las empresas en forma de línea de avales para “revitalizar” el tejido empresarial, únicamente el 15% restante se dedicará a gasto social, del cual una gran parte se destinará a sufragar costes asumidos indirectamente para -de nuevo- evitar que las empresas tengan que hacerse cargo de las prestaciones por desempleo en caso de aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Ver: David G. Marcos. “Ganó Calviño.” Cuarto poder, 19-03-2020. Accesible en:  https://www.cuartopoder.es/ideas/2020/03/19/gano-calvino-david-g-marcos/

[24] Esther Palomera, Aitor Riveiro. “El Gobierno debate una fuerte inversión en servicios sociales y sectores estratégicos para salvar la economía”. El diario.es, 16-03-2020. Accesible en: https://www.eldiario.es/politica/Gobierno-inversion-servicios-estrategics-facilitar_0_1006500476.html

[25] Entre otras medidas, el plan prevé gastar 300 millones para la asistencia a domicilio de personas mayores, dependientes o discapacitados, y el refuerzo de servicios sociales, residencia de mayores y personas sin hogar.

[26] Junto a una elevada coordinación en la puesta en marcha de amplias medidas restrictivas, Dinamarca ha puesto en marcha un acuerdo retrospectivo entre empresarios y sindicatos por el que el Estado cubre tres cuartas partes del sueldo de los trabajadores para evitar los despidos en las empresas que afrontan presiones financieras a causa del coronavirus. Para los trabajadores por hora cubiertos por el acuerdo, el gobierno cubrirá el 90% de sus salarios. Ver: Bue Rübner Hansen. “Denmark’s Answer to the Coronavirus Recession”. Tribune, 16-03-2020. Accesible en: https://tribunemag.co.uk/2020/03/denmarks-answer-to-the-coronavirus-recession; Rosie Collington. “Denmark is helping those who can’t work due to coronavirus – why isn’t the UK?”. The Guardian, 18-03-2020. Accesible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/mar/18/denmark-coronavirus-uk-government-workers-employees

[27] Redacción El Salto. “Organizaciones sociales exigen al Gobierno un Plan de Choque Social ante la crisis.” El Salto, 16-03-2020. Accesible en: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/organizaciones-sociales-exigen-gobierno-plan-choque-social

[28] Daniel Raventós, G. Buster, Miguel Salas. “Para derrotar al coronavirus y la recesión hacen falta políticas republicanas de izquierda.” Sin Permiso, 15-03-2020. Accesible en: http://www.sinpermiso.info/textos/para-derrotar-al-coronavirus-y-la-recesion-hacen-falta-politicas-republicanas-de-izquierda

[29] No olvidemos que los brotes virales sufridos en los últimos años tienen su origen en el contacto cercano con la industria y mercado intensivo de animales, sin la higiene y salud pública apropiados, a la urbanización y crecimiento demográfico, a un desarrollo turístico global, y en el fondo a un capitalismo globalizado depredador y desigual donde lo local se ha hecho global. Mike Davis. El Monstruo llama a nuestra puerta. [Traducción de María Julia Bertomeu con prólogo de Antoni Domènech]. Barcelona, Viejo Topo, 2006.

[30] Rafael Poch. “Para contener la pandemia hay que matar la economía. Eso incluye algunas oportunidades.” Blog personal. 17-03-20. Accesible en: https://rafaelpoch.com/2020/03/17/estados-unidos-en-el-ojo-del-huracan/

[31] Joan Benach. “El relato oficial del coronavirus oculta una crisis sistémica.” ctxt, 10-03-20. Accesible en: https://ctxt.es/es/20200302/Politica/31295/coronavirus-epidemia-crisis-capitalismo-recesion-joan-benach.htm

[32] El sistema sanitario público español contiene tres puntos débiles acentuados por las políticas neoliberales y austericidas desde el año 2010: la subfinanciación, con un gasto y recursos humanos y materiales insuficientes lo cual va en detrimento de su capacidad y calidad, la mercantilización, con la privatización y parasitación del sistema público, y la medicalización y hospitalocentrismo del sistema con menos peso a los servicios de salud pública y atención primaria. Ver por ejemplo: Benach J, Muntaner C, Tarafa G, Valverde C. La sanidad está en venta. Barcelona: Icaria, 2012; Beiras H, Sánchez Bayle M (coords.). La sanidad no se vende. Madrid: Akal, 2015; Gómez Liébana JA (coord.). Se vende sanidad pública. Madrid: La Catarata, 2017; Benach J. “El Sistema Nacional de Salud español: ¿Cómo se originó? ¿Qué logró? ¿A dónde debería ir?”. Sin Permiso, 29-01-18. http://www.sinpermiso.info/textos/el-sistema-nacional-de-salud-espanol-como-se-origino-que-logro-a-donde-deberia-ir; Sánchez Bayle M (coord.). Privatización sanitaria. Barcelona: Viejo, 2019.

[33] Javier Padilla Bernáldez. “Los erráticos pasos de la incertidumbre en tiempos de pandemia.” El Salto, 17-03-2020. Accesible en: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/javier-padilla-gestion-desigualdad-erraticos-pasos-incertidumbre-tiempos-pandemia; Javier Padilla. ¿A quién vamos a dejar morir? Madrid: Capitán Swing, 2020.

[34] Vicenç Navarro. “Las consecuencias del neoliberalismo en la pandemia actual.” Público, 17-03-2020. Accesible en: https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2020/03/17/las-consecuencias-del-neoliberalismo-en-la-pandemia-actual/

[35] Raquel Seco. “Llamazares arremete contra el ‘Estado del medioestar’”. El País, 10-11-2011. Accesible en: https://elpais.com/politica/2011/11/10/actualidad/1320882502_882982.html

[36] Philip Alston ha señalado que España ha preferido “hacer políticas para los ricos antes que para los pobres.” Entre 2007 y 2017, los ingresos del 1% más rico crecieron un 24% mientras que para el 90% restante subieron menos de un 2%”. El Estado español “optó por recaudar un 5% menos de impuestos que el cualquier otro Gobierno europeo y eso, claro, significa que tiene menos dinero para gastar en protección social”. Ver: Bassam Khawaya. “Siendo un país rico, España vive en la pobreza generalizada, asegura experto de la ONU.” Naciones Unidas. 07-02-2020. Accesible en: https://news.un.org/es/story/2020/02/1469232.

[37] Ver por ejemplo: Rosa Pérez Masdeu. “España: seis historias de trabajadores en época de pandemia por el coronavirus”. France24, 18-03-2020. Accesible en: https://www.france24.com/es/20200317-historias-trabajadores-espa%C3%B1a-emergencia-coronavirus-desigualdad; Marta Borraz, Sofía Pérez Mendoza. “Las medidas contra el coronavirus dejan al descubierto la fragilidad de los hogares más vulnerables”. Diario.es, 12-03-2020. Accesible en: https://www.eldiario.es/sociedad/coronavirus-impactan-extraordinarias-familias-vulnerables_0_1004750520.html; Nueva Tribuna. “El coronavirus evidencia zonas vulnerables: desigualdad en los cuidados”. Nuevatribuna.es. Accesible en: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/coronavirus-evidencia-zonas-vulnerables-desigualdad-cuidados/20200315094246172087.html;

[38] El BCE se ha limitado a anunciar un amplio programa de compra de bonos y a relajar las exigencia de solvencia a las entidades. Algo que, solo va a servir para enriquecer aún más a los más ricos y debilitar la solvencia de los bancos, justo cuando se avecina una tormenta financiera y hará más falta que nunca que los bancos sean solventes. Ver: Juan Torres López. “Europa se pega tiros en los pies”. Rebelión, 19-03-2020. Accesible en: https://rebelion.org/europa-se-pega-tiros-en-los-pies/

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Joan Benach es profesor, investigador y salubrista (Grup Recerca Desigualtats en Salut, Greds-Emconet, UPF, JHU-UPF Public Policy Center), GinTrans2 (Grupo de Investigación Transdisciplinar sobre Transiciones Socioecológicas (UAM)


La pandemia del coronavirus SARS-Cov-2 viene marcada por su letalidad, su transmisibilidad y su impacto sanitario. Aunque la capacidad letal del COVID-19 no es extremadamente alta (alrededor del 3 por ciento),[1] es mucho mayor que la...

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Joan Benach

es profesor, investigador y salubrista (Grup Recerca Desigualtats en Salut, Greds-Emconet, UPF, JHU-UPF Public Policy Center UPF-BSM, Ecological Humanities Research Group GHECO, UAM).

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1 comentario(s)

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  1. StatusCoup

    Este texto es una joya. Conviene insistir, los tiempos son excepcionales, el desafío es existencial y los retos son de época. Estamos asistiendo en vivo y en directo a la caída de un Imperio, el Capitalismo. Visión. Tiempos nuevos, tiempos utópicos. «How Do You Know If You’re Living Through the Death of an Empire? It’s the little things.» By Patrick Wyman. https://www.motherjones.com/media/2020/03/how-do-you-know-if-youre-living-through-the-death-of-an-empire/ ____________________ Dr. Cornel West: 'Stay Strong' https://www.youtube.com/watch?v=P0rGVJC1fXM

    Hace 4 años

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