1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Adriana Royo / Sexóloga y escritora

“En Japón la gente queda para darse abrazos y cuesta ocho pavos”

Alejandro Zambudio 17/12/2020

<p>La sexóloga y escritora Adriana Royo.</p>

La sexóloga y escritora Adriana Royo.

Cedida por la entrevistada

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Adriana Royo se hizo conocida en 2018 con la publicación de su primer libro, Falos y falacias. La terapeuta y sexóloga catalana elaboró todo un manifiesto en contra del autoengaño y la paradoja narcisista de la seducción en tiempos de Instagram y de Tinder. Recientemente ha editado su segundo libro: Ética del despiadado, un ensayo en el que reflexiona acerca de los mecanismos de poder y de culpa que se instauran en nuestras relaciones de pareja, de amistad o familiares. El libro supone una excelente revisión del concepto malsano de amor, nuestro miedo al abandono, la desconexión emocional o las tácticas de sumisión que empleamos para no entrar en conflicto con el otro y perder así el vínculo. Hablamos con ella sobre el poder de la vulnerabilidad, heridas emocionales o la nueva sociedad que puede surgir del coronavirus.

¿Por qué decidió escribir este libro?

Todo depende de lo que entendamos por despiadado. Respecto a tu primera pregunta, y sin ánimo de dar la chapa, es una idea que tengo desde hace cinco años por un tema personal. Quería expresar cómo me siento sin herir al otro, sin miedo a mi rabia. Poco a poco empezaron a venirme pacientes, comencé a fijarme en cómo funcionaba un poco la dinámica, y me empezaron a interesar mucho los conceptos que, en una sociedad en la que he crecido, que nos guste o no es cristiana, qué valores tienen las palabras sacrificio, responsabilidad, víctima tirano, culpa, rabia u odio. O la palabra egoísmo... Lo que yo quería ver era los dos lados: el de víctima y el de perpetrador.

Actualmente, el autocuidado se confunde con el egoísmo. No está bien visto.

Sí. Desde un punto de vista neoliberal está como mal visto. Pero en el mundo en el que vivimos yo necesito cierto egoísmo, no como moral, sino como fuerza para el cuidado. El otro día hablaba con una mujer que se había sacrificado por su marido, sus hijos, porque ella es buena, y yo le preguntaba qué era lo que hacía por ella. Me decía que iba a ser egoísta si hacía cosas por ella. Era una mujer que no se cuidaba en absoluto. En su caso, el egoísmo era una fuerza; en el de un señor de un Wall Street, quizás no. También depende mucho del concepto de cada uno. Por eso lo llamo ética: para que cada uno se pregunte dónde está su límite.

Creo que creamos nuestra identidad odiando a otras personas, pero en el fondo, ese odio representa partes de nosotros que no nos gustan

En muchas ocasiones ha hablado de que estamos ante un nuevo medievo. ¿Por qué?

Pan y circo. Espectáculo. Vamos a entretener a la plebe mientras nosotros hacemos otras cosas. Todo está como denso, sucio y todos estamos con valores de la época medieval. Estamos volviendo a esa época del pasado, pero en versión tecnológica. Y ahora hay un señor feudal, hay un derecho de pernada casi (risas), y una cámara que lo observa todo. Me parece un paralelismo bastante acertado. Hay libros interesantes al respecto.

¿Quiénes serían para usted los nuevos señores feudales?

No soy de la vertiente conspiranoica. No te voy a hablar de una élite, de un 1% de millonarios que de golpe hacen todo esto para instaurar un nuevo orden mundial. Pero yo me fijaría más en que ahora ha cambiado todo. Es la guerra silenciosa. No podemos decir que hay un Hitler y poner nuestro odio allí, porque ya no se puede. Ahora todo tiene más relación con el biopoder, el Big Data, los servidores sirena. Creo que todos somos responsables de este virus. Hemos llegado a un nivel de consumo y de falta de conexión con la naturaleza que nos ha hecho responsables.

Samuel P. Huntington escribía que el odio define cualquier tipo de estructura política y social. A menos que no odiemos a alguien, nunca podremos definir una identidad.

Hay una parte de los cero a los siete en la que es instintiva. Nuestro carácter se está formando. A partir de los seis, siete años, los niños también empiezan a poner límites después de la fase anal. Cuando nos enfadamos con alguien, podemos ver dónde está nuestra identidad y dónde tenemos nosotros este límite. Yo hablaría más de rabia que de odio. Pero el odio y la rabia están muy juntos. Creo que creamos nuestra identidad odiando a otras personas, pero en el fondo, ese odio representa partes de nosotros que no nos gustan. El odio forma nuestro carácter. Por carácter me refiero al ego. Pero odio esa palabra.

Nos metemos ya en la famosa sombra de Carl Jung.

Sí. La proyección de toda la vida. ¿Que es necesaria? También. Necesitamos un inconsciente. Solo con el consciente reventaríamos. Por eso el inconsciente se despliega en sueños a modo de símbolos. Porque no podríamos soportarlo. Tendríamos que nacer ciegos de nosotros mismos, y por eso el odio nos ayuda bastante a definir nuestra identidad. Para vivir en sociedad.

Con el odio sucede lo mismo que con el amor: en el enamoramiento nos enamoramos del nosotros mismos a través del otro, y en el odio nos odiamos también a través del otro

Maravilloso resumen. El odio proviene cuando ves que la otra persona no es como tú creías que era. Sientes que te está decepcionando y te preguntas qué está pasando.Tendemos a que las parejas tapen ese vacío, así que cuando exigimos y no recibimos, montamos el drama. Nuestro niño se enfada porque no obtenemos lo que queremos del otro. Muchas veces nos relacionamos desde esas carencias, y no tiene por qué ser algo negativo. Carencias vamos a tener siempre y tenemos que aprender a vivir con ello, porque todos tenemos heridas. También el problema viene cuando luchamos y estamos en tensión contra esa herida constantemente. Ahí es cuando odiamos, chantajeamos, manipulamos y sacamos nuestra parte más oscura.

¿El despiadado en su libro es ético o vulnerable?

El despiadado con ética es vulnerable. El despiadado inconsciente, ignorante de sí mismo, al que lo mueve una herida de la que no es consciente, es despiadado. También puede ser una víctima despiadada o convertirse en un tirano despiadado, porque no es consciente de su propia impotencia. Ejercer poder sobre los demás para compensar la sensación de insuficiencia que se tiene, me parece despiadado. En cambio, ejercer poder desde una vulnerabilidad, me parece bonito.

En el libro también está reflejado el eterno conflicto entre libertad y responsabilidad.

Correcto. La libertad es jodida y nos asusta más de lo que pensamos. Requiere una responsabilidad afectiva no solo con el otro, sino con nosotros mismos. Yo hablo con personas y estoy viendo que el concepto de libertad es de autoexplotación. Yo vendo mi cuerpo porque soy libre de hacerlo. Yo estoy en redes y tengo una depresión de la hostia, pero soy mi propio jefe. Pensamos que somos libres siendo nuestros propios jefes y teniendo todas las plataformas disponibles. Pero, la realidad es que si no lo consigues, eres un puto fracasado. Te sientes insuficiente para el sistema. Y a esto le llamamos libertad actualmente.

Siempre va a haber este punto mercantilista con el feminismo y las nuevas masculinidades

Lo de ser empresarios de nosotros mismos lo veo mucho con el tema de OnlyFans, que se puede relacionar perfectamente con el tema de su libro. Muchas chicas creen que se muestran porque quieren, pero en realidad lo único que hacen es repetir patrones de de género.

Parecerá muy cliché lo que voy a decir. Pero lo único que se busca es atención. Necesitas sentir que perteneces a algún lugar y que la gente te valide. Luego está la parte económica: ¿eres más libre porque así ganas más dinero? Lo entiendo: te pasas ocho horas fregando suelos pudiendo estar aquí y vender tu cuerpo por 500 euros. Necesitas el argumento de decir que eres libre y vendes tu cuerpo, pero al final es porque quieres el último bolso de Chanel. Todos consumimos muchísimo y eso nos tapa el vacío del que hablo. Todos estamos involucrados en este sistema. No digas que eres libre.

Muchas veces reivindica el poder de la vulnerabilidad. Ahora, con las nuevas masculinidades, se habla mucho de la vulnerabilidad masculina. No sé cómo lo veras usted como terapeuta: si es algo que está sucediendo de verdad o, como piensan otros, es para hacer dinero.

Ambas. Me da rabia cómo se vende: salen cursos, terapeutas: hombres que dicen que eran machistas hasta que pasó un acontecimiento relevante en sus vidas y se hicieron feministas, y me parece un horror. Un horror porque siempre va a haber este punto mercantilista con el feminismo y las nuevas masculinidades. Por otro lado, somos personas, y todos tenemos heridas, como te decía antes. Heridas que muchas veces no queremos mirar. Una vez empiezas a hacerlo y exploras esa vulnerabilidad, a ese niño interno herido, la vulnerabilidad es maravillosa, lejos de si eres hombre o mujer. Ya no tiene que ver con eso. Si has sufrido humillaciones y acoso porque eres homosexual, me parece necesario que se trabaje explicitamente lo masculino. Pero como mujer yo también tengo un lado masculino, así que vamos a hablar de la vulnerabilidad del ser humano, de esa vulnerabilidad de la que tienes que estar alerta, porque si no abusan de ti. Por eso el odio nos pone en alerta, porque nos da una sensación de falso poder. Crees que te van a atacar o a hacer daño. Entonces, si a mi me hicieron daño de pequeño, que era vulnerable, ¿me voy a poner yo vulnerable de adulto? Mira lo que me pasó. Ni de coña. Me pondré un sistema de defensa de la hostia, llámalo chantaje o manipulación, para que no me suceda más esto.

Odiamos a alguien y callamos, somos siervos. Incluso somos siervos voluntarios y callamos. Incluso cuando no hay una relación laboral de por medio somos serviles. ¿Por qué cree que sucede?

Miedo al rechazo. Es muy básico. Si dejas de ser tan servil y levantas la cabeza, puedes crear un conflicto. Por un lado, tenemos el miedo al conflicto y a que nos rechacen; por el otro, el miedo a que nos juzguen, a que nos echen, a que haya un tipo de cambio. Y no es malo, porque también necesitamos comodidad, rutina y hábitos. Pero hay que arriesgarse a desafiar los límites del otro, desafiar tus propios límites también, para tener el derecho a decir no. Nos da miedo porque nos quedamos solos y a no saber gestionar los conflictos que podemos llegar a provocar.

Todo se está adaptando a lo que nosotros queremos. Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a otras personas con gustos y experiencias distintas

Con el coronavirus hemos pasado de la biopolítica a la tecnopolítica. Todo el mundo habla de una nueva era, pero mi impresión es que cuando esto pase, la gente va a hacer lo mismo de siempre. ¿Qué opina?

Eso no va a pasar. Está claro que hay una chinización del mundo. En tiempos de caos te puedo citar a Naomi Klein y La doctrina del shock: momentos perfectos para implantar nuevas formas de control. Estamos yendo hacia una sociedad de control y vigilancia tremenda. Y es lo que hay. Y también hacia una antinaturaleza, aislamiento y desconexión brutales. Nos estamos acostumbrando a no vernos tanto. Esto no va a seguir igual: va a evolucionar hacia un “voy a salir a la calle y si la mascarilla está así me van a multar, y no voy a poder escapar porque va a haber una cámara vigilándome”; y con los datos que tienen de los servidores sirena, más el tema del algoritmo, la manipulación de la política… estoy obsesionada con Boston Dynamics. ¿Los conoces?

No los conozco.

Hacen robótica. En el momento en que la robótica y los muñecos se junten, que está empezando a suceder, pasará como en Japón. En Japón tú vas a un hotel y hay robots. Las personas quedan para darse abrazos y cuesta ocho pavos. Yo estuve allí y era como, vale: esto va a pasar y va a ser así. Desde hace tiempo, la sociedad va hacia un lugar bastante frío y artificial.

La libertad con la tecnología es una ilusión.

Estamos perdiendo la capacidad de disentir. Ya no hay un diálogo entre dos personas y menos en las redes sociales. Todo se está adaptando a lo que nosotros queremos. Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a otras personas con gustos y experiencias distintas para poder decir: “un momento, quizás esté equivocado”. No se van a mover nuestras creencias tanto. Nos aterra el cambio y cambiar nuestras creencias. Lo veo mucho en parejas. Estemos abiertos a que todo cambie, a que todo mute o a que todo muera. En la muerte también existe el dolor; aceptémoslo. Cuanto más nos alejemos de esto, menos querremos mirar al otro; porque muchas veces, si tú y yo nos relacionamos y hay algo que me desestabiliza, eso me permitirá amarte más a ti y a mí misma, puesto que me permitirá ver cosas de mí que no sabía. Hay un punto, como decía Kandinski, en el que el desequilibrio conduce a la creación, y no solo a la artística, sino a ver nuevas partes de ti. Tú no te vas a conocer nunca: todos tenemos montones de identidades distintas. Yo quiero amar para conocer estas identidades. Yo quiero amar para que me desestabilicen.

Adriana Royo se hizo conocida en 2018 con la publicación de su primer libro, Falos y falacias. La terapeuta y sexóloga catalana elaboró todo un manifiesto en contra del autoengaño y la paradoja narcisista de la seducción en tiempos de Instagram y de Tinder. Recientemente ha editado su segundo libro:...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Alejandro Zambudio

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí