LA VITA NUOVA
Pactos tengo
La opción lo-que-sea-pero-con-JxC parece ser, esta mañana a primera hora, la más posible. El Govern resultante sería mítico, sustentado en el lenguaje y el símbolo. Algún entrenador del procesismo debería plantearse distanciarse de los mitos
Guillem Martínez 27/02/2021

Laura Borràs en el acto central de campaña en Vic (Barcelona).
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1- Johan Cruyff definía el trabajo de entrenador de fútbol como el mejor del mundo: “son solo 15 minutos a la semana”. Esto es, los 15 minutos de la media parte de un encuentro, cuando es preciso reformular el encuentro, pues la realidad ha sido otra a la prevista. La-realidad-ha-sido-otra-a-la-prevista, por otra parte y cambiando de tema, es algo que sucede tanto que podría ser el título de la autobiografía de todo el mundo. Pero no se vendería como polos.
2- Tras las elecciones cat la realidad ha sido otra a la prevista. En un sistema multipartidista es en ese momento cuando se inicia la media parte. Es el momento en el que los entrenadores deberían ponerse al tajo y hacer cambios. Y eso es lo que está pasando. Aproximadamente.
3- Lamentablemente, un camello es aproximadamente un caballo, un niño es aproximadamente un adulto, tu pareja es aproximadamente alguien desconocido, aproximadamente alguien desconocido es tu pareja. El palabro ‘aproximadamente’ es el que acostumbra a enviarlo todo al garete. Es decir, vete a saber lo que, aproximadamente, está pasando.
4- Para acabarlo de liar, ‘aproximadamente’ es lo que está pasando. Lo que nos conduce de morros al punto 5, también conocido como ‘Aproximadamente no puedo parar’. Si no les apetece una lectura aproximativa de la época, nos vemos en el punto 6.
Una democracia aproximativa, en la que, salvo el voto, poco o nada funciona, es sumamente eléctrica y apasionada
5- Aproximadamente, el sistema democrático –carece de definición, salvo la aproximativa, que soltó Lincoln en Gettysburg– funciona así. Se elige un parlamento, el parlamento elige un Gobierno, y el Gobierno hace unos presupuestos, que vota el parlamento. En la política institucional, toda la tensión democrática y la ideológica sucede en los presupuestos. Aproximadamente. De manera lenta desde 1979, a toda milk desde finales del siglo XX, y a la velocidad del recibo de la luz en el siglo XXI, la cosa está dejando de ser así. El IRPF, la madre del cordero, ha pasado a ser algo aproximado a un IRPF. Es decir, todo lo contrario. Una trampa para asalariados, un objeto inservible para recolectar la riqueza y repartirla. Sin IRPF/reparto unos presupuestos son aproximadamente unos presupuestos. Y, sin ese momento de tensión democrática e ideológica, la tensión democrática y etc. desaparece del punto previsto y aparece, aproximadamente, en todos los otros tramos. Tal vez para disimularlo. Es decir, a lo bestia. Una democracia aproximativa, en la que, salvo el voto, poco o nada funciona, es sumamente eléctrica y apasionada. Consiste en verter tensión democrática e ideológica en el punto elecciones, el punto elección de Gobierno y, en general, en cualquier punto salvo el de presupuestos. Los presupuestos acaban siendo algo tan poco relevante y sin mojo que, en ocasiones, van y, total, se prorrogan. Aproximadamente.
6- Aproximadamente, lo que sucede en Cat es algo común en un país del Sur desde la anterior austeridad y el advenimiento de la posdemocracia. Una vez jubilada, como quién dice, la posibilidad de hacer política en los presupuestos, se hace en todas las esquinas. Lo que podría ser una buena definición de la política, pero no de la política institucional, esa cosa que pasa en 4 esquinas y con 4 gatos. El mito, la sensación de política y cambio, lo llena todo. Lo que explica que el vacío de funciones en el Govern que se creó con la austeridad más calvinista del Estado, en 2012, debe de ser tan descomunal que solo es posible rellenarlo con mitos, el escombro más barato.
7- Los entrenadores cat, que deberían estar haciendo cambios, están haciéndolo aproximadamente. Es decir, están haciendo todo lo contrario. Gestionando mitos.
JXC está en todas las pomadas posibles. Está en la propuesta inicial de ERC, incluso está en la opción que defiende que es posible un Govern con ERC, Comuns y CUP
8- En una sociedad alfabetizada, los mitos se crean a partir de los análisis y de la información. Por lo que percibo, los análisis y la información procesistas tienden a A) hacer énfasis en el hecho, real, de que el procesismo ha sacado un 51% de los votos. Lo que es B) histórico. Lo que C) es cierto. Todo ello orienta a que el Govern que debe surgir de esta media parte debe ser D) procesista. Más concretamente, E), un Govern presidido por ERC, pero en paridad con JxC y, tal vez, con alguien de la CUP. Sería F) una nueva etapa. Asombrosamente parecida a G) la anterior. A saber: H) un Govern compartimentado en partidos que no se hablan –pero que podrían facilitar a sus cuadros, otra vez, I) estabilidad laboral en el Govern y en los medios públicos–, y que unirían a J) “la gestión del día a día” –ay, uy–, la K) cosa procesista tal y como ha quedado disecada en 2017. La unilateralidad, que en ausencia de movimientos, salvo los míticos y simbólicos, ha quedado reducida al sufrimiento del hombre blanco y su sentimentalización.
9- El punto 8, que puede ser un resumen no tanto de lo que están negociando ERC/JxC/CUP, como de su marco, supone el triunfo del partido perdedor en estas elecciones. JxC. JXC está en todas las pomadas posibles de estos análisis. Está en la propuesta inicial de ERC –un Govern ERC, JxC, Comuns, CUP; es inverosímil; es un camino largo para llegar a un acuerdo con JxC, o un camino más largo aún para que esa posibilidad se pudra, algo poco probable–. Incluso JxC está en la opción que defiende que es posible un Govern de izquierdas y soberanista, con ERC, Comuns y CUP. Que, a temperatura y presión normal, como que no. Necesitaría que Comuns quisiera –está descartado–, y que ERC –ultraliberal en lo económico– se entendiera con CUP. Es decir, que ambos aplazaran las políticas públicas, otra vez, y se dedicaran a emitir simbología y mito unilateralista, que, sin políticas públicas, no diferiría mucho de emisiones de simbología y mitos anteriores. Aún así, JxC tendría que bendecir la misa. Es decir, participar en ella.
10- La opción lo-que-sea-pero-con-JxC parece ser, esta mañana a primera hora, la más posible. Lo que no sólo prueba que los análisis de los entrenadores son míticos, sino que el posible Govern resultante sería, por tanto, mítico, sustentado en el lenguaje y el símbolo. Una reedición de lo de siempre. Es decir, sin políticas públicas. Algo sumamente inquietante, si pensamos en la evolución vertiginosa de los mitos de JxC. En ausencia de movimientos unilateralistas desde que los anunciaron, en 2012, ha crecido el mito y se ha empequeñecido lo unilateral. Es tan grande el mito que impide ver lo sucedido –o, mejor, lo no sucedido– desde 2012. En la actualidad, esa derecha que parece ser determinante en el pack procesista, da indicios de haber acabado con una fase del catalanismo conservador formulada por Pujol en los 60, mantenida por él en todo momento, y que llegó a impregnar, por décadas, el catalanismo a secas. La asunción de la inmigración como parte de la catalanidad. Aquello de que “es cat todo aquel que vive y trabaja en cat”, que tanto mal rollo evitó en su día. Por lo que veo en medios y artículos procesistas, esa fase se ha dado por concluida. La catalanidad se empieza a definir como la corriente humana que no se mezcló con ninguna inmigración en el siglo XX, más toda inmigración, y sus descendientes, que se sumen a algo que ya no es solo una lengua, un derecho civil y unas costumbres, sino algo que va definiendo esa nueva derecha conforme no define nada más. Ese cambio –en verdad, histórico–, tiene consecuencias. Grandes. Dos.
Con ese criterio de (pseudo)hegemonía, el procesismo jamás se comerá una rosca. Pero, en efecto, podrá seguir disponiendo de la mayoría de escaños
11- La primera. Se renuncia a la hegemonía. La sociedad sólo ocupa el 50% de la sociedad, por lo que no hay que buscar en ese otro 50% sobrante simpatías o guiños. El resultado es un curioso concepto de hegemonía. Ya no es hegemonía la extensión de una idea en la sociedad, sino en la política institucional y en los medios públicos y concertados. Es decir, la hegemonía prevista no es la hegemonía que describió Gramsci, sino la que le dieron a Gramsci en toda la frente. Con ese criterio de (pseudo)hegemonía, el procesismo jamás se comerá una rosca. Pero, en efecto, podrá seguir disponiendo de la mayoría de escaños y de los medios públicos y concertados. Lo que explica su itinerario. Ganar elecciones. El procesismo es el nuevo autonomismo. Sin necesidad de políticas públicas.
12- La segunda. Excluir de la nación al 50% de la sociedad es algo que, esta mañana a primera hora, están haciendo los republicanos en los USA, a partir de leyes sincronizadas en diversos estados, que evitarían, si triunfan, el acceso al voto a grupos de tradición Demócrata. En el caso Cat, no se excluye el acceso al voto, sino el acceso a las instituciones de algunos de los partidos votados. Sí, uno es Vox. Pero el resto es, exactamente, el resto. Se permite identificar así una ultraderecha excluyente. Pero no dos. Es más, se permite que una de las dos sea determinante e invisible. Y que module estos quince minutos de media parte. Que sus mitos sean determinantes. Lo serán más a partir de este finde, cuando empiezan las manis por un Govern de lo-que-sea con JxC.
Empieza a ser incomprensible, fuera del mito, que ERC no se plantee alejarse de los mitos de la nueva extrema derecha universal, que plantea JxC
13- Hay otros análisis de esta media parte, en los que los mitos participan menos, y que modulan otra realidad. Explican que A) el partido de la cosa convergente ha perdido y B) ERC le ha ganado. Lo que apunta C) la brutalidad en la respuesta de la cosa convergente en defensa de su puesto de trabajo. Explican que D) el 51% del voto procesista, espectacular, lo es menos. Suponen, corregido por la abstención, un 27% del censo. Esto es, E), un 10% menos que en las anteriores elecciones. Poco para hablar de hegemonía, mucho para hablar de su pérdida. Que un grueso de la sociedad –salvo Vox y JxC–, F) prefiere no suprimir al resto de la sociedad. Que H) hay mayoría, y una demanda social, para un Govern de izquierdas, con I) PSC en el Govern, o apoyándolo desde fuera. Que empieza a ser incomprensible, fuera del mito, J) que ERC –un partido que, como todos, en la distancia corta habla normal, sin lenguaje mítico– no se plantee alejarse de los mitos de la nueva extrema derecha universal, que plantea JxC. Que ERC, tras cerca de 10 años –mucho tiempo– de Chicken Game –esto es, de ir consumiendo los mitos de la cosa convergente, ante el terror de quedarse fuera del marco catalanidad–, está a K) una casilla del seppuku, la muerte mítica.
14- En Cat hay la izquierda que hay. Próxima –ERC/PSC– en lo económico al neoliberalismo. Pero hay también el independentismo que hay. Es el procesismo, el autonomismo del siglo XXI, neoliberalismo pero con mitos para una boda y, cada vez, más inquietantes. En pandemia y crisis económica y social, algún entrenador del procesismo debería plantearse distanciarse de los mitos –por no hablar de practicarles, tal y como van quedando, el cordón sanitario–, e intentar crear algo operativo, sustentado en políticas públicas antes que en mitos excluyentes y, por tanto, de odio. Las políticas públicas eran esa cosa que sucedía, aproximadamente, en el momento presupuestos. La izquierda institucional es poco más que eso. Todo eso, y todo lo que conduce a eso, no está pasando por ahora en esta media parte.
1- Johan Cruyff definía el trabajo de entrenador de fútbol como el mejor del mundo: “son solo 15 minutos a la semana”. Esto es, los 15 minutos de la media parte de un encuentro, cuando es preciso reformular el encuentro, pues la realidad ha sido otra a la prevista....
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama).
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