1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

INMERSIÓN

(Nuestro) descendimiento

A propósito de la obra de Van der Weyden y su traslación al escenario de la mano de varios artistas

Ana Longoni 21/04/2021

<p>Imagen del espectáculo <em>Descendimiento</em> del Teatro de La Abadía (Madrid).</p>

Imagen del espectáculo Descendimiento del Teatro de La Abadía (Madrid).

Ángela Bonadies / Teatro de La Abadía

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El lunes 12 de abril de 2021 leí estas páginas en la mesa redonda convocada en el Museo del Prado a propósito de la obra teatral Descendimiento, en cartel en el Teatro de La Abadía de Madrid, dirigida por Carlos Marquerié partiendo del poemario de Ada Salas y de la pintura de Rogier Van der Weyden, y que cuenta con música de El Niño de Elche y la coreografía de Elena Córdoba.

Lo que leí no fue un texto teórico, sino más bien una serie de fragmentos y aproximaciones a la conmovedora inmersión que supone la obra, un relato en primera persona que incluye conversaciones y experiencias con amigas a quienes agradezco su acompañar.

Presentimiento

Conocí a Elena Córdoba antes que a Carlos Marquerié, cuando coincidimos (a poco de instalarme en Madrid) en una extraña cena en el último piso de un hotel, y luego cuando pude asistir en noviembre de 2018 a El nacimiento de la bailarina vieja en Teatros del Canal. Fue recién hace poco menos de un año que –de la mano de nuestra común amiga Gloria– llegamos hasta Los Barros, ese maravilloso proyecto que Carlos y Elena tienen en las afueras de Madrid, que no es no sólo su casa y espacio creativo sino un proyecto vital que comparten generosamente. Fue entonces cuando empecé a hablar con Carlos y ya estaba Descendimiento bullendo en su cabeza.

Tomó la decisión de hacer la obra teatral, o más precisamente se entregó a ese destino, el día que escuchó a Ada Salas en el Prado, en este mismo auditorio, leer su poemario, y luego acompañarla hasta (o mejor ante) la pintura de Van der Weyden.

“La pintura me tomó por los pelos, por los pelos del coño”, declara la voz de Ada situando el proceso de escritura, mientras desciende apenas iniciada la obra hasta el submundo del escenario de una trastocada e irreconocible Abadía. Creo que Carlos se reconocería –con alguna variante de esa expresión– entregado, atrapado a hacer Descendimiento...

En un encuentro posterior en casa de  Carlos y Elena, él nos contó (con su tremenda humildad y su estilo parco) alguna ideas, nos mostró las marionetas en proceso de construcción, hechas con troncos que fue encontrando en las inmediaciones de Los Barros o reciclando los títeres de algún antiguo proyecto y viejos juguetes Lego de sus hijos.

El espectáculo Descendimiento del Teatro de La Abadía (Madrid) / Ángela Bonadies

Al día siguiente me compartió un primer documento en que proponía algunas ideas y elementos para empezar el proceso creativo colectivo. Busqué de inmediato el poemario de Ada. Y más tarde, trayendo el libro como talismán, vinimos Gloria y yo en peregrinación hasta el cuadro. Nos detuvimos un buen rato, un tiempo que fue a la vez infinito y brevísimo, a contemplar abstraídas con esa luz que irradia la pintura, especulando sobre lo que no sabíamos, preguntándonos o simplemente mudas.

Le leí algunos poemas en voz baja. Un guía pasó veloz acompañando a una familia, y de todo lo que dijo muy rápido nos quedó vagamente su revelación de que hay un código secreto escrito en la parte inferior del cuadro. Pero no logré seguir su gesto veloz (y dedicado sólo a quienes habían pagado sus servicios) y retener aquello encriptado porque estaba completamente perdida en la imagen, los planos de color, los gestos y los detalles (para mí) inexplicables.

De nuevo solas ante el cuadro vimos que del marco dorado se elevaba una pequeña polilla, una mariposa nocturna exactamente del mismo color dorado del marco. Como si del cuadro emanara un destello de vida. Tuve miedo de que alguien más que nosotras dos hubiese percibido esa presencia y se alertaran protocolos de seguridad ante potenciales plagas devoradoras de telas. Nos reímos imaginando que las vidas no humanas en el Prado habían desarrollado una capacidad de adaptación o simulacro, y se mimetizaban aquí y allí para pasar desapercibidas.

Toda esta introducción sólo para contarles que hice un camino inverso al remontar el río: fui del proceso de la obra teatral al poemario y luego a la pintura. Y también para deslizar un presentimiento (seguramente disparatado): que en aquella obra pintada hace casi seis siglos ya estaba contenida la escena teatral, incluso más: que de alguna manera la exigía. La extraña forma de caja en la que entran forzadamente los personajes, la calavera y el fémur colocados en el suelo; el herraje del gremio de ballesteros, comitente de la obra, en las esquinas superiores; el tamaño extremadamente pequeño de la cruz en la que el cuerpo de Jesús no hubiese podido entrar, si nos pusiéramos realistas; los zapatos y atuendos de señores pudientes propios de la época del pintor: todo exhibe una condición ficcional, artificiosa, y nos indica que estamos ante una puesta en escena. Una construcción de mundo. “Un espacio dramático, la caja donde ocurre el sufrimiento. Y tú el espectador”, nos dice Ada.

Se podría especular con que la puesta en palabra, el acto de dar voz a los personajes del cuadro en el oratorio del poemario de Ada de 2019 y el devenir escénico en 2021 ya estaban no tanto permitidos como de alguna manera exigidos en la pintura, realizada antes de 1443.

Coincidencia

Estoy leyendo Descendimiento en el metro. Lo leo despacio, derritiendo cada palabra en mi boca. Es sábado tarde-noche, y voy camino al cierre de la exposición Hacer la calle de Laura Lío en Casa Banchel.

Un rato después, Laura nos convida a lxs presentes en la exposición a su casa-taller, muy cerca de allí, y lo que veo al entrar por primera vez a esa preciosa guarida es el mismo libro de Ada en la biblioteca, el que encabeza el estante. Brindamos, conversamos, nos olvidamos por un rato del mundo exterior. Cuando ya tocaba acordarnos del toque de queda y de las mascarillas aún estiramos la noche leyendo a muchas voces los poemas de Criba, el recién parido, relumbrante libro de arte que Ada y Laura han hecho juntas: los poemas de una, las piezas gráficas de la otra, abrazándose.

Ensayo

Fui la única, privilegiada espectadora del ensayo de Descendimiento el jueves de Semana Santa. Me sentí invasora o espía de un ritual secreto. Ser testigo de la forma que van asumiendo poco a poco las cosas, los cuerpos, las miradas y también de lo que aún está irresuelto, latente o disperso.

Poder estar allí, a oscuras, presenciando el momento maravilloso en la larga cocina del poner en escena en que las partes empiezan a ensamblarse, todavía cuelgan algunos hilos, los tiempos se rebelan, y poco a poco empieza a correr la Máquina. ¡Y vaya máquina!

Los destilados poemas de Ada dichos sin ninguna ampulosidad ni declamación, como quien susurra a alguien querido, de entrecasa, algo desde el impulso de lo que se siente y no se piensa mucho, un “tengo sed” o un “me alegro de que estés aquí”. Es como si lxs actores no supieran de memoria el texto, ni recordaran el verso que sigue, sino que esperaran a que las palabras les lleguen, les asalten, con el gesto de quien aprende un idioma adivinando o inventando un nuevo término para decir lo que nunca ha dicho hasta hoy. Hacia el final, cuando la escena crece en un revoltijo de cuerpos, la danza desenfrenada y brujeril alrededor del fuego/del muerto/ del dolor, lo que queda es que no hay palabra que pueda ser dicha. Y así nos deja “Descendimiento” (la obra, el libro, el cuadro): mudxs. Perdidxs. Sin palabras.

Caníbal

Hay un nudo abigarrado y duro de desentrañar que está presente en la pintura, en el poemario y en la obra: el lazo entre el dolor inaudito, inconmensurable ante la muerte del (hijo), del más amado y el erotismo.

El primero de esos términos es evidente: el padecimiento ante la muerte del querido es tan absoluto que nos mata, nos hace morir también. Entre madre e hijo: “nunca rompimos la membrana”, dice Ada.

“Ser yo

ese cadáver”

El sacrificio de Jesús no es el asunto de esta saga sino el dolor intolerable de lxs vivxs, lxs supervivientes. “Estamos todos muertos”. Más muertos (más pálidos y sin sangre) que el propio cadáver. Si “Nadie mira hacia nadie” en el cuadro, como señala Ada, la imagen de “la mujer sin cabeza” (en todas las variantes que se exploran en la obra: el cuerpo hundido en el pozo, la cabeza completamente cubierta de vendas o de troncos), saca el dolor del pensamiento y de la mirada, y lo lleva al cuerpo, a los cuerpos. Y allí es donde aparece la conexión del dolor con el deseo. Sufrimiento y sensualidad. La herida, la boca, la vulva, el agujero. El gemido del llanto, que es estertor y es orgasmo a la vez, en el cantar extremo y delicioso del Niño. La orgía de su voz.

Lo que mana. El dedo dibujando la boca como un pozo.

Los ojos extraviados, perdidos, que no quieren ver a nadie.

“¿Puede el brillo de un cadáver iluminar la noche?”.

El criado es el único que toca el cuerpo, la piel del muerto.

“Y con esa lengüita yo voy

a limpiar esa sangre. con esta

lengüecita. Pasará

sobre ti y aunque fueras

el filo de un cuchillo

entrará en esa herida.”

La boca como vulva, la vulva como llaga.

“Amar como morir”. Querer devorar al otrx, desearse caníbal, animal carroñero. Meterse en sus entrañas. Ponerse en el lugar de la que ha perdido un hijo (“Si no fueras un hombre bien podría ser el cuerpo de mi hija”, dice Ada). Y también dice: “Nada sobrevive a la muerte y menos eso que has llamado amor”. Pero me pregunto si morimos con ellxs o finalmente es por amor que no dejamos ir a lxs muertxs de este mundo. Y vivimos, finalmente vivimos, rodeados de espectrxs.

Medusa

La sábana traslúcida, arrugada y blanca (“El blanco es color para la muerte”, dice Ada) se nos aparece como nube neblinosa o espuma de la ola que se forma en el mar profundo, o alguna de sus criaturas: una ameba gigante o una medusa (aguaviva, aguamala, malagua, todos esos nombres a la vez).  Mar/cielo y sábana/mortaja. Queremos que ese lienzo nos envuelva, nos cobije y nos esconda. Las marionetas y el modo en que diseminan el movimiento de ladear las cabezas, su ritmo de autómatas al resto de lxs personajes. Los rostros son máscaras que pueden arrancarse. Piel sin piel. Ser pura llaga.

Lapislázuli

Voy del poema de Ada sobre los colores  (“un muestrario de aquellos artesanos de Gante”) al colectivo argentino Cromoactivismo: finalmente, ambos nos están llamando la atención sobre la dimensión política de los colores, el origen (muchas veces colonial) de los pigmentos y la imposición capitalista de los pantones.

Sin saber demasiado por qué, hace unas semanas me hice tatuar un escarabajo de color lapislázuli en el hombro. Amo esa piedra que asocio con la cordillera de los Andes en Chile y que ahora, gracias a todo esto, he aprendido que llegaba en el medievo desde las minas de Afganistán a Venecia y que valía hasta cuatro veces más que el oro. Había que moler el duro cascote para extraer el pigmento liberándolo de las impurezas y producir el codiciado azul ultramar. El azul maravilloso de los cielos de Giotto en la Capilla de Arena.

Hasta que la Iglesia católica promulgó que era un color divino  y que solo podría emplearse para vestir a la Virgen. Hubo –claro está– desobediencias (de nuevo los cielos, por ejemplo en Tiziano al pintar a Baco y Ariadna) que liberan ese azul del control religioso.

Los cuerpos de ambas actrices, cubiertos con las capas azul y roja, enzarzadas en un abrazo que por momentos se vuelve pelea o confrontación, nos devuelven al cuadro y a la dimensión de politicidad de los colores allí inscripta. Sacralidad y deseo entremezclados.

Dos conexiones

Quisiera terminar estas notas proponiendo dos conexiones que nos llevan a otras prácticas y otros contextos históricos, urdiendo una posible trama con nuestro presente.

Ver a Carlos llevando en sus manos el ritmo del descenso del Cristo desde la cúpula, el Cristo convertido en un pájaro fantasmal, amenazante y frágil a la vez, que baja delicadamente sobre su presa, planeando, me llevó a la obra de León Ferrari La civilización occidental y cristiana, que tantas polémicas ha desatado desde 1965 y que se puede ver hasta hoy en la exposición La bondadosa crueldad en el Museo Reina Sofía: ese Cristo crucificado sobre una réplica de los aviones que bombardeaban Vietnam y que al colgar por encima de quienes lo miran parece a punto de descargar sus bombas y armas letales sobre nosotrxs.

Mi amiga Luciana, que también está por aquí, me dice que cada vez que ve el Descendimiento piensa en Carrying, la acción convocada en 1992 por Pepe Espaliú, ya gravemente enfermo de sida (moriría pocos meses después), cuando sus amigxs cargaron y se fueron traspasando su cuerpo frágil y enfermo, en parejas con los brazos entrelazados, a lo largo de un extenso trayecto, sin que los pies desnudos de Espaliú tocaran el suelo en ningún momento. Un acto colectivo de cargar, cuidar, hacer público el dolor, y también denunciar el desvalimiento y abandono de las víctimas del VIH. Como señala Jesús Alcaide, conectando aquella pandemia con la que vivimos hoy, “No hubo lágrimas, pero si lluvia, pues el Carrying quiso convertir el dolor en lucha, y la rabia, en amor”.

—————

Ana Longoni (La Plata, 1967) es historiadora de arte, escritora, profesora en la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigadora del CONICET argentino. Desde 2018 es directora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía de Madrid.

El lunes 12 de abril de 2021 leí estas páginas en la mesa redonda convocada en el Museo del Prado a propósito de la obra teatral Descendimiento, en cartel en el Teatro de La Abadía de Madrid, dirigida por Carlos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Ana Longoni

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí