Temporada cero
‘Amend’ y ‘Small Axe’: racismo en la era Black Lives Matter
El documental estadounidense y la serie británica se aproximan de forma muy distinta a un tema común. El primero opta por un discurso casi sin matices ni complejidades, la segunda se niega a simplificar el contexto y las situaciones que retrata
Yago Paris 31/05/2021

Fotograma de Small Axe.
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Fichas técnicas:
Small Axe (2020)
Director: Steve McQueen
Género: drama
Dónde verla: Movistar +
Estados Unidos: La lucha por la libertad (Amend) (2021)
Creadores: Robe Imbriano, Tom Yellin
Género: drama
Dónde verla: Netflix
George Floyd, Breonna Taylor, Dalian Atkinson y Rashan Charles son solo algunos de los ejemplos que muestran la pervivencia del racismo institucional y civil en Estados Unidos y Reino Unido, espoleado por el auge de discursos y políticas de ultraderecha. Las víctimas habituales de estos discursos reaccionarios suelen ser los colectivos más desfavorecidos, como la comunidad negra, y habida cuenta de que ambos países cuentan con un abultado historial de racismo, de origen común, el estado de crispación social y polarización ideológica actual ha acrecentado la represión hacia dicha minoría, como ha denunciado el movimiento Black Lives Matter. La ficción televisiva de ambas naciones se ha sumado a la ola de protestas al producir dos series que abordan el mismo asunto desde perspectivas diferentes, Small Axe (2020) y Estados Unidos: La lucha por la libertad (Amend) (2021). En ellas se mira al pasado para tratar de entender mejor el convulso presente, con la intención de promover una toma de conciencia que permita crear un futuro más justo.
Small Axe es una miniserie antológica que dirige el reputado autor Steve McQueen –Shame (2011), 12 años de esclavitud (2013)–. La obra consiste en un conjunto de capítulos independientes entre sí, unidos por el tema central del racismo –en este caso, hacia la comunidad afrocaribeña residente en Londres entre los años sesenta y ochenta–, pero sin compartir una historia común. La serie combina la reconstrucción de sucesos reales con la elaboración de narraciones ficticias. Al primer caso pertenecen los episodios primero (El Mangrove), tercero (Rojo, blanco y azul) y cuarto (Alex Wheatle). La primera entrega recoge la llamada “marcha de los manglares” –por el nombre del local que centra la historia, el Mangrove–, una manifestación contra la violencia policial que sufría la comunidad afrocaribeña, así como el posterior juicio al que los organizadores fueron sometidos. Rojo, blanco y azul expone las dificultades para erradicar desde dentro los prejuicios raciales del cuerpo de policía, así como el odio de la comunidad negra hacia este, en un tortuoso intento por tender puentes entre ambos bandos. Alex Wheatle aborda la adolescencia y los primeros años de adultez de quien da título al episodio, un reconocido escritor y activista. Las restantes entregas, Lovers’ Rock y Educación, narran, respectivamente, las complejas y muchas veces problemáticas relaciones humanas que se dan dentro de la comunidad afrocaribeña, y el racismo enraizado en el sistema educativo.
Por su parte, Estados Unidos: La lucha por la libertad es un documental que aborda la importancia capital de la enmienda XIV de la Constitución de los Estados Unidos en la lucha por los derechos humanos en ese país. Dicha enmienda, en resumidas cuentas, le concede a todo ciudadano de la nación el derecho a recibir protección total ante la ley, sin discriminación por clase, raza, orientación sexual y/o género. Sin embargo, como Robe Imbriano y Tom Yellin, los creadores de la serie, se encargan de demostrar, existe toda una serie de casos donde esto no se cumple. La obra se centra principalmente en la causa afroamericana, a la que le dedica los cuatro primeros episodios (Ciudadano, Resistencia, Espera y Control). Mediante una extensa indagación en el pasado de la nación, que abordan desde su creación como Estado independiente hasta la actualidad, el relato pone sobre la mesa los nombres clave para entender el conflicto, tanto de quienes lucharon por obrar cambios en favor de la igualdad como de quienes se aferraron al statu quo para evitar perder sus privilegios. En sus últimos tres capítulos, la serie se centra en otros colectivos sociales discriminados. Ya en el cuarto episodio, el metraje alterna entre la comunidad afroamericana y las mujeres. En el quinto (Amor) se aborda la situación del colectivo LGTBI+, y en el sexto (Promesa) se expone el caso de las personas migrantes.
Se trata, por tanto, de dos aproximaciones muy distintas a un tema común. Su diferencia no solo se limita al hecho de que una opte por la ficción y otra por el documental, sino que también alude al tono y a los mecanismos narrativos. Estados Unidos: La lucha por la libertad está enraizada en un modelo de documental típico de nuestro tiempo –Retratos del feminismo, también distribuido por Netflix, peca de los mismos errores–, donde la dificultad para captar la atención de un público hiperestimulado y con una oferta de consumo audiovisual infinita provoca que la narración no se pueda permitir el lujo de abordar sus ideas de manera pausada, en profundidad. Los capítulos dan demasiados datos para el poco tiempo del que se dispone, y el resultado es el de la desinformación por exceso de información. La obra de Steve McQueen, por el contrario, va a lo concreto, a historias individuales –a excepción de Lovers’ Rock–, que se exponen en profundidad, haciendo uso de detalles y matices. Como consecuencia, mientras en el primer caso nos encontramos ante una narración hiperdiscursiva, en el segundo se le ofrece espacio a la audiencia para que reflexione sobre lo que se le muestra. Al mismo tiempo, mientras el documental opta por dar un discurso sencillo, sin apenas matices ni complejidades, la serie de ficción se niega a simplificar el contexto y las situaciones que retrata.
En el primer episodio de Estados Unidos: La lucha por la libertad, cuando se explica en qué consiste la Enmienda XIV, en ningún momento se utilizan citas literales de la misma, ni se llega a mostrar en pantalla el texto íntegro, para que la audiencia pueda leerlo. Al contrario, se opta por una aproximación superficial, que consiste en interpretar el artículo, lo que debería alertarnos del peligro de que podamos estar siendo manipulados de manera flagrante. Este caso, lejos de ser aislado, es la norma a lo largo de los seis episodios de la serie, como se observa en la simpleza con que se explican los logros del activista afroamericano Frederick Douglas o la problemática figura de Abraham Lincoln dentro de la lucha por la abolición de la esclavitud. En Small Axe, en cambio, se opta por una narración más honesta y compleja. Esto se observa en capítulos como Lovers’ Rock, donde se muestran las múltiples realidades de la comunidad afrocaribeña, desde su intensa sensación de unión colectiva hasta su recalcitrante machismo; en Rojo, blanco y azul, donde se deja el final totalmente abierto como forma de enfatizar lo difícil que es llegar a una conclusión clara sobre cómo solucionar un problema tan enquistado; o en Educación, donde se apunta de manera directa al núcleo familiar como parcialmente responsable de la desatención institucional que sufre el niño protagonista.
Se podría concluir que, mientras Small Axe trata al público de manera adulta, en Estados Unidos: La lucha por la libertad resulta sencillo localizar un tono condescendiente. La obra de Steve McQueen anima a la audiencia a pensar; la de Robe Imbriano y Tom Yellin, por el contrario, aspira a reconfortar, a confirmar las ideas que el público objetivo de esta obra –personas con cierta conciencia social– ya tenía antes de empezar a ver la serie. Y en el contexto actual en el que nos encontramos, donde el activismo en redes sociales en tantas ocasiones tiene más que ver con confirmar convicciones y defender un determinado discurso hegemónico que con ofrecer una lectura tan matizada y compleja como toda realidad merece, la coincidencia en el tiempo de estas dos series, tan similares y a la vez tan distintas, es la oportunidad perfecta para que nos planteemos qué tipo de espectador –y por tanto, qué tipo de miembro de la sociedad– queremos ser.
Fichas técnicas:
Small Axe (2020)
Director: Steve McQueen
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Autor >
Yago Paris
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