1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

MEMORIAS DE UN GESTOR CULTURAL, 1987-2004 (VI)

La Red de Centros Culturales (continuación)

Vaivenes de la cooperación cultural durante el ‘aznarato’

Carlos Alberdi 29/05/2022

<p>Entrada al Centro Cultural de España en México DF. Foto de 2013.</p>

Entrada al Centro Cultural de España en México DF. Foto de 2013.

keizers | wikimedia commons

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Los seis años en la central de la Aecid no sólo los dediqué a los centros culturales. Además de Jesús Gracia, que era el director General del ICI, y de Manuel Gómez-Acebo, que era el subdirector con el que trabajaba diariamente, tenían su importancia el secretario general de la Agencia, Luis Espinosa, y el vicesecretario, Luis Herrero. Dos personas muy distintas. Luis Espinosa era el político que había seleccionado Fernando para que dirigiera la Agencia. Venía de la patronal valenciana y era un duro. Primero sacaba el látigo y luego preguntaba. Afortunadamente, su ascenso político se vio lastrado, casi desde el principio, por el incierto destino de unas ayudas para formación que había recibido la patronal valenciana, en los tiempos en que él era el responsable. Luis Herrero ocupaba el puesto de vicesecretario. Se encargaba de la máquina administrativa de la Agencia, como distinguido técnico de la Administración Civil que era. Nadie olvidaba que acababa de ser, hasta las elecciones, subsecretario del superministro Belloch, que unió por un tiempo Interior y Justicia. Un duro del PP para la política y un TAC socialista para la administración.

El primer conflicto que surgió en el área cultural, verano del 96, fue la destitución de Félix Grande de la dirección de Cuadernos Hispanoamericanos. Fernando, como la mayoría de los que seguíamos desde dentro la revista, estaba cansado de la desganada dirección de Félix y pensaba que a Cuadernos le vendría bien un cambio de aires. Le ofreció la dirección a Blas Matamoro, que estaba de subdirector. Corrió el escalafón y la revista siguió su curso. El entorno de Félix montó en cólera y se publicó en la prensa un manifiesto en el que firmaba un montón de gente. En mi ingenuidad, intenté explicar a algunos amigos que Félix trabajaba a su manera y que había estado de director suficientes años. No tuve ningún éxito. Fernando sacó un artículo, en la página de Cultura del ABC, explicando por qué había tomado la decisión de cesar a Félix y nos apuntamos el primer disgusto.

El puesto que ocupé era el que tuvo Pedro Molina desde que llegó de Buenos Aires hasta que se fue a Casa de América. El equipo, sin embargo, no era el mismo

El puesto que ocupé era el que tuvo Pedro Molina desde que llegó de Buenos Aires hasta que se fue a Casa de América. El equipo, sin embargo, no era el mismo. Martín Bartolomé, el argentino experto en exposiciones había fallecido, y Alberto García Ferrer, el también argentino y experto en cine, se había ido a dirigir la escuela de cine de San Antonio de los Baños en Cuba. A Martín le había sustituido un técnico en cooperación, completamente ajeno al mundo del arte. Para el audiovisual, Luis Espinosa se trajo a un joven de Valencia de su confianza. Quien continuaba era el experto en literatura Julián Soriano, que se encargaba de las semanas de autor, el Premio Tirso de Molina y las itinerancias de escritores. Los tres expertos constituían el núcleo duro cultural de aquella oficina. En un segundo círculo, con tareas no exclusivamente culturales, estaban Antonio Papell, que dirigía el Servicio de Publicaciones, al tiempo que editorializaba para el grupo Vocento, y Maimen Díez Hoyo, que dirigía la excelente biblioteca de la Casa.

En una posición autónoma respecto a lo cultural, por la envergadura de su programa, estaba Amparo Gómez-Pallete, que llevaba, derivado del Quinto Centenario, el Programa de Patrimonio y Escuelas Taller. Restauraban edificios emblemáticos por toda Iberoamérica, organizaban seminarios sobre asuntos técnicos y gestionaban escuelas taller asociadas a proyectos de restauración. Dentro de la misma subdirección estaban los temas de ciencia. Gonzalo Guzmán, a quien había conocido en el CSIC en los tiempos de la Residencia, se encargaba de las becas, las ayudas a investigadores y de los viajes de universitarios, que entonces se denominaban Intercampus. Cuando llegué, también estaba en el ICI el programa CYTED, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, con Jesús Sebastián, pero Gracia lo destituyó, un movimiento que el tiempo demostró equivocado.

Para mi tarea, disponía de tres habitaciones en la segunda planta. El despacho, un despacho contiguo en el que se quedó Rosa Serrano, que me ayudaba en todo, y un archivo-almacén, donde se guardaban los papeles y las revistas que nos mandaba la Dirección General del Libro, para que las enviáramos a nuestros centros y a las oficinas culturales de las embajadas.

En la otra dirección general de la Aecid, que se encargaba del mundo árabe, Guinea y Filipinas, lo cultural estaba fragmentado. Había dos técnicas arabistas de mucho peso, Felisa Sastre y Helena de Felipe, y técnicos en cooperación para los asuntos guineanos y filipinos.

El año 98 tuvo sus cosas interesantes. Por una parte, un viaje a La Habana con Santiago Cabanas, para sondear a los cubanos sobre cómo entendían la efemérides. Sacamos en claro que no había nada que hacer con ellos. Para mí fue un aprendizaje. Pude entender que los altos cargos cubanos se sentían en guerra con Estados Unidos, como forma de dar coherencia a sus actitudes y a su trabajo. Visitamos, con Ion de la Riva, que estaba de consejero cultural, al historiador de la ciudad, que se consideraba a sí mismo como un posible protagonista de una posible transición. También visitamos las obras de restauración de lo que sería el Centro Cultural de España en La Habana.

El año 98 tuvo sus cosas interesantes. La primera, un viaje a La Habana con Santiago Cabanas. La segunda, una comisión donde vi cómo historiadores del PP se repartían el pastel y preparaban su asalto a TVE

La segunda cosa interesante fue una comisión de historiadores que montó Fernando Rodríguez Lafuente para la celebración española. Me tocó asistir en representación de la Aecid. Allí se vio cómo los historiadores del PP se repartían el pastel y preparaban su asalto a TVE. La partida la ganó Fernando García de Cortázar, que supo jugar sus bazas, sus libros se vendían mucho, y dos años después consiguió un programa de historia en televisión, tan caro de producción como olvidable. El fiel de la balanza lo manejaba José Varela Ortega, que presidía. En la oposición, si es que se puede decir, se manejaba Javier Tussell que aprovechaba cualquier oportunidad para recordarles que a serio y a trabajador no le ganaba nadie. El momento álgido de aquella reunión fue una sesión, a la que se invitó al responsable de programas culturales de TVE, a quien yo conocía de cuando hicimos El poeta en su voz. Lo invitaron para atacarle sin misericordia y cuando intentó replicar que la lógica de la televisión también debía incluirse a la hora de hacer programas de historia, los ilustres profesores perdieron los papeles. El que hubiera una lógica televisiva, que ellos ignoraban, les parecía irrelevante.

Otro tema en el que se avanzó fue el del cine. Pedro Pérez, que había presidido FAPAE, la federación de productores, pasó a Vía Digital, un invento de Telefónica para fastidiar a Prisa, y acumuló mucha fuerza política. El director general de Cine en el Ministerio de Cultura era José María Otero, un productor socarrón e inteligente. Se alinearon los planetas y se planteó la posibilidad de dar dinero procedente de la cooperación con Iberoamérica a la producción cinematográfica. No estuve en las entrañas del asunto, pero sí en la primera fila de sus efectos. Al director del ICI no le apetecía demasiado enterrar trescientos millones, de pesetas de entonces, en el cine. Villalonga o Moncloa, no lo sé, se impusieron. El tándem negociador estuvo formado por Gerardo Herrero, que había sustituido a Pedro en FAPAE, y Enrique de las Casas, que era la memoria histórica del mundo del cine y la televisión. Desde el principio se decidió que el Programa Ibermedia no tuviera personalidad jurídica propia. La televisión educativa, que sí que la tenía, se había metido en deudas y el ICI estaba escarmentado. De las Casas incorporó aspectos tomados de los programas Media europeos, y el poder se puso en manos de la reunión de directores generales de cinematografía. Recuerdo una fiesta en La Moncloa para sellar el idilio entre el mundo del cine y José María Aznar. Estaban Juan Luis Galiardo, diciéndole a alguien que le iba a abrir la cabeza, Emma Suárez, con su elegante sencillez, y mucha más gente tomando una copita al aire libre. Sucedió hace mucho.

Recuerdo una fiesta en La Moncloa para sellar el idilio entre el mundo del cine y José María Aznar. Estaban Juan Luis Galiardo, Emma Suárez y mucha más gente

Sin tanto glamour, pusimos en marcha un proyecto iberoamericano de archivos. Copiamos descaradamente el modelo organizativo de Ibermedia, pero no resultó tan brillante. Es más difícil convencer a las haciendas públicas de poner dinero en recuperar archivos, por mucho que les hables de memorias compartidas y de tesoros en riesgo. Además, sólo unos pocos de los archivos nacionales de Iberoamérica dependen de los ministerios de cultura. Esa dispersión institucional también limitó la capacidad de expansión del Programa de Ayuda al Desarrollo de los Archivos Iberoamericanos (ADAI).

Entretanto la dirección de Culturales se arruinaba. Santiago Cabanas utilizaba su extraordinaria mano izquierda de diplomático ejemplar para estar en todo, a través de una mesa que coordinaba con la Dirección de Cooperación del Ministerio y gracias a que Miguel Ángel Cortés, entonces secretario de Estado de Cultura, sabía que necesitaba al Ministerio de Exteriores para sus proyectos internacionales. Pero no tenía un duro. Publicaron un libro sobre la historia de la Dirección con una portada que tenía la estructura de una lápida. Se mudaron a un edificio de la calle Atocha y tuve varios viajes con Santiago, porque Fernando se empeñaba en que había que poner recursos de la Cooperación al servicio de la Dirección de Culturales. Unos años después, en el 2000, Miguel Ángel Cortés introdujo Culturales en la Agencia Española de Cooperación Internacional y allí se produjo la transfusión económica. En medio de la depresión, Santiago fichó a un subdirector excelente, Carlos Maldonado, pero a la hora de la verdad, cuando Abel Matutes le ofreció ser su director de Gabinete, no se lo pensó dos veces.

A finales del 98 entró Juan Sell de subdirector. Simpático, literario y teatral mantuvo un apoyo constante a la actividad. Hice con él un viaje fantástico a El Salvador, donde había estado destinado en tiempos de la negociación con la guerrilla. Estaba de embajador Andrés Collado, que nos recibió en el aeropuerto, porque en el mismo vuelo llegaban Ramón Rato, el hermano mayor de Rodrigo, y un Salazar-Simpson que, además de ser su cuñado, dirigía una empresa de telefonía. Estaban conectados a la Fundación Padre Arrupe, que agrupa el jesuitismo de derechas frente al de izquierdas, agrupado en torno a la memoria de Ellacuría y los jesuitas asesinados. San Salvador es una ciudad en la que, tras cualquier puerta importante que se abre, hay un guardia armado. Viajamos a Suchitoto, en el interior, donde al alcalde indígena se le trataba muy ceremoniosamente de usted, con el don por delante, y asistimos a una fiesta, en casa de un potentado ferretero catalán al que se le llamaba Pepete, en la que estuvieron todos los poderes, incluido el presidente de la República, que era entonces Flores.

Cuando se acercó el final de la legislatura y avanzó el proceso legal en el que estaba involucrado Luis Espinosa, se impuso su cese. Desconozco la cocina interna del cambio, pero el hecho fue que el 15 de noviembre de 1999 a Jesús Gracia le hicieron secretario general de la Agencia. Fue el pistoletazo de salida de varios cambios que se fueron sucediendo. Tras las elecciones, Aznar cambió de secretario de Estado. Fernando cesó y ocupó su lugar Miguel Ángel Cortés. Los temas culturales, a su manera, cobraron mayor protagonismo y la Dirección de Culturales se integró en la Agencia. Cortés mantuvo a Gracia como secretario general un año y luego lo mandó de embajador a La Habana. Le sustituyó Rodríguez Ponga como secretario general, y de director de Culturales vino Jesús Silva. El panorama cambió completamente. Los técnicos del ICI quedaron marginados y entraron un buen número de contratados, que se pusieron a producir exposiciones frenéticamente. Artistas españoles para girar por museos latinoamericanos.

En la legislatura anterior, habíamos tenido un programa con el Reina Sofía y llevamos a Sicilia, Arroyo y Barceló. En paralelo hacíamos exposiciones de bolsillo de artistas jóvenes

En la legislatura anterior, habíamos tenido un programa con el Reina Sofía y llevamos a Sicilia, Arroyo y Barceló. En paralelo hacíamos exposiciones de bolsillo de artistas jóvenes para nuestros centros culturales o salas locales de pequeño tamaño. Recuerdo Andar por casa, que preparó Rafael Doctor, 6 pintores españoles de los noventa, que comisarió Mariano Navarro, y varias que hicimos con los premiados del Injuve donde trabajaba incansable Jorge Díaz. El nuevo equipo quería cosas más grandes. Exposiciones individuales con buenos catálogos. Contrataron a Pepe Guirao, que estuvo poco tiempo antes de irse a La Casa Encendida, y a Christian Domínguez, que compaginaba sus ataques de gota con una actividad desbordante. A mí me tocaba el papel de último de Filipinas. La Dirección de Culturales tenía su sede en el Ministerio, que entonces estaba en el antiguo edificio del INI, en la plaza del Marqués de Salamanca. Hacía doble jornada, por la mañana en la sede de la Aecid en Reyes Católicos y por la tarde en Culturales, en aquel edificio de anchos pasillos, que luego hubo que cerrar porque estaba contaminado de naftaleno, y que ahora han vuelto a abrir una vez restaurado. La filosofía de lo pequeño, que habíamos practicado hasta la fecha, se giró con Miguel Ángel Cortés y la llegada de fondos frescos de la cooperación. Mis problemas, sin embargo, no vinieron tanto por ahí, seguía teniendo mucho trabajo y muy interesante, como por los cambios en el Centro Cultural de Buenos Aires.

Rafael Rodríguez-Ponga, ya en la Aecid, acertó plenamente acelerando los trabajos del Centro Cultural de España en México y enviando como directora, concurso mediante, a Ángeles Albert. La había visto trabajar en el proyecto de la neocueva de Altamira y conocía sus cualidades. La finalización de las obras y la apertura del Centro se pusieron a tiro. Sin embargo, en Buenos Aires, Rafael destituyó a Tono Martínez por haber hecho una exposición de León Ferrari. Un artista argentino de fama mundial, que aceptaba exponer en el Centro español, debería ser un mérito para el gestor que lo consiguiera. No fue así. Ponga no soportaba a los artistas que trabajaban la iconografía católica. Le parecían censurables. Además, eligió equivocadamente al sustituto de Tono, que inició una enmienda a la totalidad de lo que se venía haciendo en el Centro. Se consideraba un experto en cultura y desarrollo y trató de aplicar sus ideas de gabinete en la escena cultural porteña. Un disparate que traté de frenar sin suerte. El asunto se enquistó y me sentí desautorizado en mi tarea de coordinador de la Red. Empecé a buscar trabajo. Rodríguez Lafuente me ofreció que le ayudara en la Fundación Ortega. Las conversaciones se atascaron cuando llegó el momento de hablar de condiciones. Sin embargo Pepe Guirao me hizo una oferta razonable para integrarme en el equipo de puesta en marcha de La Casa Encendida y resolví en pocos días. Después de seis años en la sede central de la Aecid, a los que se sumaban los dos de Buenos Aires, era un veterano y me costó pedir la excedencia como funcionario y dejar la casa. Traspasarme a La Casa Encendida era volver a Madrid y a reeditar la puesta en marcha de un centro cultural. Lo que en su momento había vivido con la Residencia de Estudiantes. Era distinto y era lo mismo.

Los seis años en la central de la Aecid no sólo los dediqué a los centros culturales. Además de Jesús Gracia, que era el director General del ICI, y de Manuel Gómez-Acebo, que era el subdirector con el que trabajaba diariamente, tenían su importancia el secretario general de la Agencia, Luis Espinosa, y el...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Carlos Alberdi

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí