1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

ROSSO DI SERA

Meloni no sale de la nada

En Italia la extrema derecha no es una amenaza, es una realidad consolidada. El proceso de normalización del posfascismo viene de lejos: incluso el centroizquierda lo ha legitimado

Alba Sidera 24/07/2022

<p>Giorgia Meloni.</p>

Giorgia Meloni.

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Ahora que Italia va a celebrar elecciones generales el próximo 25 de septiembre y la posfascista Giorgia Meloni lidera los sondeos, el resto del mundo parece que empieza a tomarse en serio que el país tiene un problema gordo con la extrema derecha y con la normalización del fascismo. En verdad, la extrema derecha, más que una amenaza, es una realidad consolidada en Italia. Desde hace décadas gobierna las regiones del norte –pudimos ver las nefastas consecuencias del desmantelamiento de la sanidad pública y la priorización de los beneficios de los grandes empresarios durante la pandemia– y ha estado presente en (y condicionado a) todos los gobiernos berlusconianos desde mediados de los noventa. Una de las peores leyes de la República, la que criminaliza la inmigración y la categoriza desde un punto de vista clasista, lleva el nombre de Bossi-Fini, exponentes de las dos patas de la extrema derecha italiana, la liguista y la postfascista. Es decir, desde hace veinte años, la vida de los inmigrantes en Italia está sometida a una rígida ley de la extrema derecha. Y Matteo Salvini, justo antes de la pandemia, alcanzó récords de popularidad como ministro del Interior y viceprimer ministro al lado de Luigi di Maio, pasándose los derechos humanos por el forro, a expensas de la vida de los refugiados.

La extrema derecha está a punto de arrasar en las urnas y el centroizquierda ha decidido copiarle el tono, el lenguaje y el marco

A diferencia de Francia, en Italia no hay una segunda vuelta en la que votar con una pinza en la nariz al candidato menos malo. Y tampoco hay, ni de lejos, una izquierda con capacidad de plantar cara a la extrema derecha: Sinistra Italiana más los Verdes no alcanzan ni el 3% en los sondeos. El Partido Democrático (22% de los consensos), por su parte, más democristiano y desubicado que nunca, no ha sabido encontrar nada con más gancho para iniciar la campaña electoral que declararse fan incondicional del exbanquero Mario Draghi.

La extrema derecha está a punto de arrasar en las urnas y el centroizquierda ha decidido copiarle el tono, el lenguaje y el marco. ¿Qué podría salir mal? Enrico Letta, líder del PD, inauguró la campaña electoral con un tuit de una imagen de Draghi alzando la mano y este mensaje en mayúsculas grandes: “Italia ha sido traicionada. El Partido Democrático la defiende. Y tú, ¿estás con nosotros?”. Para enmarcar el despropósito solo un hashtag: “Italia traicionada”. Este mensaje patriótico, además de parecer un llamamiento a las armas, pone en evidencia la triste realidad: los socialdemócratas italianos han tapado el vacío ideológico con un póster de su ídolo del momento, Súpermario.

¿Dónde están las propuestas, los líderes políticos del centroizquierda? No han encontrado nada mejor para promocionarse que aprovechar el tirón de un primer ministro tecnócrata que se define a sí mismo como “un banquero central”, y que, en teoría, tenía un mandato temporal ligado, sobre todo, a la gestión de los fondos europeos. ¿Apelar al sentimiento de traición nacional y liderar el club de fans de Draghi es lo que tendría que motivar a los trabajadores a no dejarse seducir por los cantos de sirena obreristas de la extrema derecha?

 En Italia no ha habido un centroderecha liberal que no haya pactado con la extrema derecha de matriz fascista

Examinemos otra parte del tablero. En Italia no ha habido un centroderecha liberal que no haya pactado con la extrema derecha de matriz fascista. Este espacio, el de los que se definen como moderados, es el que puede presentar más novedades. Una serie de pequeños partidos, como el del perseverante Matteo Renzi, Italia Viva (en proceso de restyling) y el de su emulador, el dirigente de empresa Carlo Calenda (Azione), o la flamante escisión grillina de Luigi di Maio, se disputan los votos de este “nuevo” centroderecha. Renzi está intentando unir los minipartidos con los exgrillini y los históricos de Berlusconi que han abandonado Forza Italia porque querían seguir en el gobierno Draghi (donde tenían cargos). Querría llamarlo “Agenda Draghi”. Es difícil prever qué resultado podría obtener el invento, pero los más optimistas lo sitúan alrededor de un 14%. Si por azar esta amalgama, que va desde férreos berlusconianos de toda la vida como Renato Brunetta al exdelfín de Grillo, Luigi di Maio, pasando por la izquierda y el centroizquierda, decidieran unirse, tampoco superarían a la extrema derecha que, esta sí, se presenta en coalición y roza el 47% de la intención de voto.

Los grillini, por su parte, siguen en caída libre, y los sondeos –después de la escisión– les dan un 11%. La necesidad de marcar perfil del desdibujado Giuseppe Conte, que amenazó a Draghi con retirarle el apoyo si no aceptaba sus condiciones, fue lo que provocó la crisis de gobierno y el anuncio de dimisión del exbanquero. Con chantajes, me voy. ¿Seguro que es lo que queréis?, vino a decir Draghi, que es gato viejo y no se deja marear. En los cinco días que se tomó desde el anuncio hasta la dimisión había conseguido su objetivo: todos los poderes fuertes le pidieron que se quedara; le llamaron Joe Biden y Vlodimir Zelenski. Los grillini quedaron aislados, se evidenció su irrelevancia y se agrietaron aún más. Sus votos no eran necesarios, así que Draghi podía continuar sin ellos. Pero llegó la traición: Berlusconi y Salvini, que habían tenido la desfachatez de llamar “irresponsables con los que no se puede confiar” a los Cinco Estrellas por su intención de no apoyar al gobierno Draghi, terminaron haciendo lo mismo, pero por la espalda. Ni siquiera fueron a la votación. Berlusconi dio la orden de traicionar a Draghi despatarrado en el sillón de la terraza de su lujosa villa romana, con su joven novia cogiéndole la mano y Salvini riéndole las gracias.

Todos los sondeos indican que ganará la extrema derecha por goleada. Lo que ha cambiado es el porcentaje del pastel que se reparten Salvini y Meloni

Hace más de tres años que todos los sondeos indican que ganará la extrema derecha por goleada cuando se convoquen elecciones generales. En sustancia, lo que ha cambiado es el porcentaje del pastel que se reparten Salvini y Meloni. Los (muchos) puntos que ha perdido el liguista los ha sumado la líder de Fratelli d’Italia, que, desde hace un año, no solo le ha quitado el primer puesto a Salvini dentro de la coalición que mantienen los dos con Berlusconi, sino que se ha convertido en el primer partido del país en intención de voto. Pero es que, de forma ininterrumpida, desde hace más de tres años, la coalición de la derecha y la extrema derecha no baja del 45% en todas las encuestas, llegando incluso a superar el 51%, como en julio de 2019. Una barbaridad. Durante todo este tiempo, ¿qué han hecho el resto de formaciones políticas para intentar frenar a la extrema derecha –además de retrasar las elecciones–? Más bien le han allanado el camino.

El M5E es el partido que quedó primero en las últimas generales, en marzo de 2018. Son los que, siguiendo las directrices de Steve Bannon, eligieron gobernar con Salvini, que había quedado tercero, antes que hacerlo con los demócratas, que habían quedado segundos. El gobierno gialloverde, como se bautizó, tenía que servir de modelo precursor para el resto de Europa, dijo Bannon, que soñaba con el inicio de una “revolución populista e identitaria”. Y es que los grillini son el movimiento que, en palabras de su fundador, el multimillonario Beppe Grillo, se identificaba con Donald Trump y lo que significó su victoria en la Casa Blanca, que el excómico genovés celebró como si fuera propia. Los “ni de derechas ni de izquierdas, ni fascistas ni antifascistas”. Los “sin ideología”, según Di Maio, el que fue capo político del Movimiento hasta el mes pasado, y ahora hace de escudero de Draghi, como lo fue primero de Salvini cuando gobernaba con él, y luego de Conte, siempre como ministro pero con tres gobiernos de tres ideologías diferentes. Evidentemente definirse “sin ideología” significa, en realidad, estar al lado de la ideología del poder, sea la que sea: la constante es el poder.

Giorgia Meloni ha sido la única oposición al Gobierno Draghi. Y esto le ha dado una visibilidad brutal

Giorgia Meloni ha sido la única oposición al Gobierno Draghi. Y esto le ha dado una visibilidad brutal. La decisión de Salvini de entrar a formar parte del ejecutivo de unidad nacional –cosa que fue celebrada por los demócratas como signo de responsabilidad y sentido de estado– le perjudicó. Perdió peso mediático y tenía difícil seguir con su estrategia comunicativa de echar pestes de todo sin proponer nada. Se ha pasado los 17 meses que ha durado el gobierno haciendo equilibrios entre criticar a la casta y sentarse a su lado. Encima, su jefe de comunicación lo abandonó por el camino. Y la estocada final llegó con la guerra de Ucrania. Él, que había profesado su devoción por Putin de todas las formas posibles, incluso firmando acuerdos políticos con su partido y manteniendo sospechosos lazos económicos con su entorno, no supo dónde esconderse. Todo esto ha hecho descender su popularidad en los sondeos que ha recogido, con toda la calma, Meloni sin apenas hacer nada. El 29 de julio de 2019, Salvini tenía un 38% de intención de voto; Meloni un 6,6%. Hoy, Meloni tiene un 23% y Salvini un 14,5%. Berlusconi, el tercer socio, un 6,5% entonces y un 9% ahora. Salvini podría tener otra oportunidad: federarse con Berlusconi, que machista como es, hasta hace poco llamaba a Meloni la ragazza, e intentar llevarse él los votos y el cargo de primer ministro. Los dos viejos socios lo están negociando.

Si la extrema derecha lidera los sondeos desde hace más de tres años es, en gran parte, gracias a la incomparecencia de los que habrían tenido que combatirla: el centroizquierda. Cuando emergió Salvini, enfrente del PD había Renzi: un ambicioso personaje que hizo carrera en los demócratas porque su verdadero espacio político, el centroderecha, estaba ocupado –Berlusconi lo quiere todo para él–. Llevó a cabo políticas tan de derechas como una reforma laboral que competía con la de Mariano Rajoy.

Letta tiene un carácter más afable que su excompañero de partido. Nadie ha contribuido más que él a blanquear a Meloni

Enrico Letta tiene un carácter mucho más afable que su excompañero de partido –que lo apuñaló públicamente para quitarle el sitio de primer ministro–. Quizás demasiado afable. Nadie más que él ha contribuido a blanquear la figura de Meloni. Letta y Meloni han presentado juntos, riendo y cómplices, libros revisionistas sobre el fascismo. Letta, junto a Renzi, Conte y la élite empresarial y mediática del país asistieron a la fiesta anual de Fratelli d’Italia el pasado diciembre. Letta y Meloni se llevan tan bien que el demócrata ha tenido que recordar, entre bromas, que él y la aliada de Vox son adversarios políticos.

Meloni no reniega de su pasado militante fascista, su partido homenajea a Mussolini, sus dirigentes se fotografían haciendo el saludo nazifascista. Y aun así, el centroderecha le ríe las gracias. En Italia, después de ir de cañas con él y copiarle los eslóganes, no colaría ni siquiera el socorrido “que viene el lobo” del fascismo, tan usado por los socialdemócratas en períodos electorales.

Si la extrema derecha ha llegado donde ha llegado en Italia es gracias a todos los que la han blanqueado. Desde los medios que se empecinan en llamar centroderecha a Salvini y Meloni, hasta Berlusconi y los grillini que la llevaron al poder, pasando por un centroizquierda que, desorientado, la ha subestimado y legitimado. Meloni no sale de la nada. Hace años que se prepara para ser primera ministra –sería la primera mujer de la historia de Italia–, y tanto los medios como el centroizquierda la han acompañado de la mano en este camino con total normalidad. El contraste con el que se vive la posibilidad de que los posfascistas gobiernen de nuevo, en Italia y desde fuera, es abismal. Y quizás el ejemplo más pasmoso y elocuente de la gravedad de la situación. 


Ahora que Italia va a celebrar elecciones generales el próximo 25 de septiembre y la posfascista Giorgia Meloni lidera los sondeos, el resto del mundo parece que empieza a tomarse en serio que el país tiene un problema gordo con la extrema derecha y con la normalización del fascismo. En verdad, la...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Alba Sidera

Periodista especializada en la extrema derecha y el análisis político. Vive en Roma desde el 2008, donde trabaja como corresponsal. Autora del libro 'Feixisme Persistent'.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. marcoantonio-mira

    Triste destino el de Italia, probablemente el país que más cerca estuvo en Europa de formar un frente socialista y soviético con la extinta URSS, con el partido comunista más numeroso de toda la Europa "capitalista" en la posguerra. Parece que la izquierda y su responsabilidad histórica han desaparecido en este siglo, sumidas en un proceso autodestructivo que nos aliena a todos los europeos y no solo a los italianos. No parece nada gracioso que una ferviente musoliniana vaya a conquistar la presidencia y probablemente no lo es...sino un síntoma del final, no solo de la historia, sino de la humanidad en este planeta, una muestra de poca sabiduría en el homo apellidado sapiens (y por algunos científicos, sapiens, sapiens). Ironías de la evolución.

    Hace 1 año 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí