1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

memoria

Gonzalo Pando, de médico de Rascafría a comandante del batallón Thaelman

La historiadora Ana María Afzali, su sobrina nieta, rescata la historia de un hombre comprometido que se convirtió en un líder militar del Ejército Popular

Pablo Iglesias 30/12/2022

<p>Gonzalo Pando.</p>

Gonzalo Pando.

Imagen cedida por Ana María Afzali

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Mi tía abuela materna, Ángeles Santa María, nació en 1912. Vallecana de familia obrera, a principios de los años treinta del siglo pasado entró a servir en la casa que tenía en Rascafría –un hermoso pueblo del Valle del Lozoya en el norte de la provincia de Madrid– un señor adinerado. Aquel señor da hoy nombre a una calle y al polideportivo municipal de Rascafría. En aquel tiempo, mi tía Ángeles conoció a las nietas del ilustre señor; una de esas niñas, entonces adolescente, Lola Peláez, terminaría siendo mi abuela paterna. Pero esa es otra historia. El caso es que mi tía abuela me contó que aquel señor, don Francisco Zapater, padecía un cáncer que terminó matándolo en 1934 y me contó también que el día que murió, el anciano se desmoronó sobre ella en el jardín de la casa y, por lo visto, derramó sobre ella bastante saliva. Mi tía, que no era una mujer instruida en la medicina, estaba muy alarmada ante la posibilidad de que la enfermedad de mi tatarabuelo fuera contagiosa y fue a pedir consejo al médico del pueblo. Y aquí empieza la historia de esta entrevista. El médico de Rascafría de entonces, Gonzalo Pando, resultó ser un héroe de nuestra Guerra Civil que, además, dejó una profunda huella en el pueblo de la sierra de Madrid donde ejerció la medicina y el activismo político, como bien sabían en mi familia paterna que siempre veraneó allí. En este año que termina, una de sus descendientes, Ana María Afzali, su sobrina nieta y catedrática de Filología Española en el Citrus College de Los Ángeles, en Estados Unidos, ha presentado en España el libro Gonzalo Pando Rivero: De médico a comandante republicano de la Guerra Civil Española, que relata las experiencias de un hombre comprometido y valiente que se convirtió en un destacado militar del Ejército Popular. Hemos hablado con ella. 

¿Cuándo supiste por primera vez de la existencia y del papel tan destacado de tu ascendiente Gonzalo Pando en la Guerra Civil? 

En 1970, cuando yo era muy niña todavía, y bajo la dictadura de Franco, mi padre falleció de cáncer dejando a mi madre viuda, con siete hijos muy jóvenes. Con la muerte de mi padre desapareció también su historia. En 1981 mi madre se casó con un diplomático estadounidense y al poco tiempo me marché a Maine a estudiar empresariales, más adelante magisterio y posteriormente realicé una maestría y un doctorado en Literatura Medieval Española en UCLA (Universidad de California en Los Ángeles). Desde California intenté averiguar más de mi familia paterna con poco éxito.

En 2017 decidí hacer el camino de Santiago desde Oviedo, pues sí que sabía que mis orígenes paternos se hallaban en Villaviciosa, pueblo asturiano en el que posteriormente descubriría que mi bisabuelo –y padre de Gonzalo Pando– había sido el último alcalde del siglo XIX y el primero del XX. Qué mejor manera, pensé, de conocer mi tierra que caminarla, hablar con los labradores, acariciar a los animales y oler la tierra mojada…

Durante este itinerario de dos semanas ocurrieron una serie de coincidencias que todavía hoy me sorprenden. Al regresar a Los Ángeles me preguntaba si éstas seguirían ocurriendo o si fue todo parte de la magia del Camino. Durante esos días recibí la llamada de Luis Silva Pando, del que nunca había oído hablar hasta entonces. Me indicó que era mi primo segundo y que mi abuela, María Pando Rivero, había tenido 15 hermanos con papeles muy importantes durante la Guerra Civil española; en su mayoría en el bando republicano, aunque los hubo también del bando nacional.

En cierta manera es como si mi padre hubiera vuelto a vivir al descubrir su historia familiar. El primo Luis me contó varias historias de mis tíos abuelos. Como sobrina nieta para mí aquello fue dolorosísimo y emocionante al mismo tiempo, y como historiadora sencillamente fascinante. Luis se puso en contacto conmigo porque se iba a organizar un evento en Vilagarcía de Arousa para hacer a su abuelo Luis Pando Rivero hijo adoptivo de la villa y ponerle su nombre a una calle. Estaba buscando descendientes de los Pando Rivero para invitarlos al evento. Luis Pando Rivero había sido un gran juez en este pueblo gallego. Al principio de la guerra estuvo detenido varios meses en la isla de San Simón. El día después de su fusilamiento llegó el indulto. Fue un gran hombre que, como muchos, perdió la vida sin haber hecho nada malo a nadie.

Si bien me fue imposible asistir al evento de Luis Pando por trabajo, sí que lo seguí muy de cerca y desde entonces comencé a investigar las historias de los 16 hermanos. Siempre dije que algún día escribiría la historia.

En marzo del 2020 tenía planeada una gira por la Península Ibérica haciendo presentaciones históricas para Smithsonian Journeys, una división del museo Smithsonian de Washington. Un día antes de mi partida se canceló el viaje por la pandemia. Surgió entonces la oportunidad perfecta para investigar y escribir la historia de los 16 hermanos Pando Rivero. 

Fue durante esta búsqueda cuando surgieron infinidad de datos, como sobrina nieta, como historiadora y como española, que su historia tenía que escribirse

¿De qué medios te valiste para encontrar toda la información?

Bueno, para empezar, tuvimos que averiguar exactamente cuántos hermanos había, pues inicialmente surgieron discrepancias. En medio de la pandemia, Senén Rivero, un gran amigo e historiador de Villaviciosa, donde nacieron casi todos los hermanos, fue al registro y averiguamos con exactitud la cantidad y los nombres de todos los hermanos. Después me puse en contacto con los descendientes de los Pando Rivero que tuvieron hijos y nietos para ver qué información tenían ellos. Más adelante entré de lleno en archivos como el Histórico de la Universidad de Santiago de Compostela, Memoria Histórica, etc. Pude encontrar también un gran número de periódicos de la Guerra Civil que habían sido digitalizados. Durante este periodo, estuve en contacto con mi prima carnal Maribel Pérez Lorenzo, que se hallaba confinada en Madrid, y con todo lo que estaba apareciendo se entusiasmó también con mi proyecto y empezó a ayudarme.

Fue durante esta búsqueda cuando surgieron infinidad de datos sobre mi tío abuelo Gonzalo Pando Rivero. No me cupo la menor duda, como sobrina nieta, como historiadora y como española, que su historia tenía que escribirse. Así surgió el libro sobre el tío Gonzalo.

Al final escribí dos libros: el de Gonzalo Pando, que se publicó en enero del 2022, y el segundo, La familia Pando Rivero, historia de una generación, que no se publicó, pues era solamente para los descendientes. En mayo tuvimos una reunión familiar en Santiago de Compostela, en el edificio en el que en su día estuvo la banca que empezó mi tatarabuelo Manuel Pérez Sáenz en la Plaza de Cervantes a mediados del siglo XIX y que ahora pertenece a la fundación de Abanca y que generosamente nos cedió el espacio ese día. Asistieron más de 70 nietos y bisnietos de los 16 hermanos Pando Rivero. Era la primera vez que toda la familia se reunía. Como yo indiqué ese día, la Guerra Civil separó y silenció a nuestra familia y con ese proyecto yo quise unirla y darle voz. Creo que lo he conseguido. El evento tuvo lugar en el mes en que mi padre habría cumplido 100 años.

Fue un gran médico que trabajó en varios pueblos de España y fue ahí donde descubrió lo mal que se trataba a los labradores y a la clase obrera

¿Había alguna publicación sobre Gonzalo Pando cuando comenzaste tu investigación? 

No, prácticamente nada. Únicamente alguna cosa en internet con errores importantes. Me puse en contacto con historiadores en España que trabajaban el tema de la Guerra Civil, y se entusiasmaron al saber que Pando tenía descendencia y que había más información sobre él. Muchos de ellos se pusieron a mi disposición para ayudarme incondicionalmente en lo que pudieran. Quise leer también las historias de las personas que lucharon con el tío Gonzalo Pando y para ello tuve que comprar libros que ya estaban descatalogados por ser tan antiguos, cosa que hice a través de coleccionistas. 

Cuanto más descubría sobre este tío abuelo, más lo admiraba. Fue un gran médico que trabajó en varios pueblos de España y fue ahí donde descubrió lo mal que se trataba a los labradores y a la clase obrera. Cuando llegó al pueblo de Rascafría a principios de los años 30, se convirtió en una parte importante de esta comunidad; enseñó a las gentes del pueblo a leer y a escribir, les habló de sus derechos y los organizó en sindicatos. Cuando se proclamó la República en 1931, fueron todos a darle la enhorabuena a su casa porque, para ellos, era Gonzalo quien representaba la libertad, la educación y la defensa de los derechos de los trabajadores.

Cuando se produjo el golpe de Estado en julio de 1936, Pando no se lo pensó ni un momento, se fue a las montañas con un grupo de hombres y de rifles. Así, el gran médico y activista dejó el bisturí para sanar a la sociedad con las armas y con sus dotes de mando, y llegó a convertirse en uno de los comandantes más importantes del bando republicano en la XI división de Enrique Líster. Fue el líder del famoso batallón Thaelman con el que luchó en las batallas más importantes entre julio de 1936 y de 1937, y del que hablo con detalle en el libro.

La primera vez que se venció a los fascistas en nuestra historia fue durante la batalla de Guadalajara en Trijueque, en marzo de 1937 y Gonzalo Pando fue uno de sus principales responsables. En el libro aparece una fotografía maravillosa, hasta el momento inédita, de Gonzalo Pando con sus hombres en la plaza de Trijueque poco después de aquella victoria. Para mí, fue un honor presentar el libro en el ayuntamiento de esa misma plaza, en septiembre del 2022.

¿Qué nos puedes decir de la relación de Enrique Líster con Gonzalo Pando?

Eran dos personas muy diferentes. Líster carecía de formación, había sido cantero; Pando era un hombre culto y con carrera. Leí todos los libros que Líster escribió sobre la Guerra Civil, y en más de uno habló maravillosamente de las cualidades humanas y las dotes de mando de Pando, al que sus hombres veneraban. Hace algunos meses entrevisté al hijo de Enrique Líster, que ha vivido prácticamente toda su vida en Francia, y me dijo que su padre habló del tío Gonzalo el resto de su vida con mucho respeto y admiración.

Al terminar la guerra, como sabemos, el nombre de Pando se susurraba solamente en alguna casa, pero jamás se habló de él en la calle

Además de una referencia genérica al médico de Rascafría por parte de una tía abuela mía, que me habló de una consulta que le hizo al fallecer mi tatarabuelo Francisco Zapater, yo sabía de Gonzalo a través de mi abuelo paterno, que no llegó a conocerle (mi abuela sí porque veraneó durante toda su vida en Rascafría). Mi abuelo recibió muchos testimonios de vecinos de Rascafría que hablaban maravillas de don Gonzalo. Yo sé que es muy tarde y que esto debió de haberse hecho en los años 70 y 80 del siglo pasado, pero ¿no crees que todavía sería posible recoger testimonios de los hijos y nietos de los habitantes de Rascafría sobre la personalidad de Gonzalo Pando?

En un pleno del ayuntamiento de Rascafría que se retransmitió por Facebook, en febrero del 2022, se anunció que yo iba a hacer una presentación del libro sobre Gonzalo Pando. Poco después de llegar a Madrid, en marzo del mismo año, Máximo Hernández, una gran persona y concejal del pueblo, me invitó a pasar el día allí. Fuimos primero a las montañas de Navafría donde Pando pasó las primeras semanas de la Guerra Civil y, al llegar al pueblo, la recepción fue increíble. Me explico: al terminar la guerra, como sabemos, hubo una represión terrible. Muchos acabaron en prisiones o fusilados, con lo que hubo mucho miedo. Por eso, el nombre de Pando se susurraba solamente en alguna casa, pero jamás se habló de él en la calle. Las generaciones posteriores siguieron haciendo lo mismo, aunque ya no existiera peligro porque la dictadura había terminado.

Al llegar yo al pueblo con la noticia de este libro es como si todos esos susurros se convirtieran en clamores. Todas las personas que me saludaban tenían historias maravillosas sobre mi tío abuelo, el gran médico y después el comandante Pando.

Grabé entrevistas con varios ancianos del pueblo que lo conocieron. Curiosamente, una gran amiga con la que yo había estudiado Formación Profesional en Buitrago de Lozoya en los años 80, y que era de Rascafría, me contó que el último acto médico que realizó mi tío abuelo en el pueblo fue traer al mundo a su padre. Después le dijo a su abuela que se iba a las montañas porque él no podía consentir que la democracia y los derechos de la clase trabajadora se pusieran en peligro con el golpe de Estado. Era el 20 de julio de 1936. Conocí también a personas cuyos padres lucharon con Pando en las montañas de Rascafría y en las batallas más importantes de esta terrible guerra que poco tuvo de civil.

Estoy segura de que si hubiera podido ir a Rascafría en los años 70 habría conseguido muchos más testimonios, pero yo no supe ni que mi abuela hubiera tenido hermanos hasta el 2017.

¿Qué nos puedes decir sobre la muerte del comandante Pando?

Al tío Gonzalo lo hirieron mortalmente en la Batalla de Brunete el 25 de julio de 1937, el mismo día que hirieron a Gerda Taro, la novia de Robert Capa. Los llevaron a los dos al hospital de El Escorial. Gerda falleció unas horas más tarde y Pando el día 31. Está enterrado en el Escorial en una humilde sepultura que tuve el honor de visitar más de una vez este año. Fueron momentos muy emotivos. En el libro aparece una preciosa fotografía de su entierro, en la que miles de personas siguen su féretro en la procesión funeraria. Fue un hombre muy querido y respetado, tanto por la clase trabajadora como por sus soldados y los otros altos mandos del bando republicano.

Al llegar yo al pueblo con la noticia de este libro es como si todos esos susurros se convirtieran en clamores

En la cronología dices que, aproximadamente en 1931, Ramón J. Sender pidió la mano de Asunción Pando, prima de Gonzalo y finalmente su mujer en abril de 1932. Luego señala que Sender se casará en enero de 1934 con Amparo Barayón, fusilada por los franquistas en Zamora en 1936 (solo por ser la mujer de Sender) ¿Sabes algo más de la relación entre Gonzalo Pando y Sender? Ambos coincidieron a las órdenes de Líster y debieron de actuar juntos en Villaverde, en diciembre de 1936, pero mientras que Líster sólo dedica alabanzas a Gonzalo Pando, habla muy mal de la actuación de Sender en Villaverde.

Estoy segura de que se conocieron y de que hubo por lo menos respeto entre ellos. Gonzalo perdió a su sobrino y gran colaborador Sebastián Zaldívar Pando en la Batalla de Villaverde. Esto le tuvo que afectar profundamente, pues estaban muy unidos. Asunción Pando Baura, prima carnal de Gonzalo e hija del fundador del Colegio de Médicos, fue madrina de guerra de Sénder cuando éste luchó en Marruecos, fue así como se hicieron novios. Por lo que me cuenta la familia, Asunción era comunista, una mujer muy inteligente e independiente. Por alguna razón, llegó dos horas tarde a la pedida de mano y Sénder cortó la relación. Fue entonces cuando Asunción decide viajar a Santiago de Compostela a visitar a sus primos. Al regresar, cuenta la familia que Asunción les dijo: “Hay dos cosas que me han enamorado de Santiago, la catedral y los ojos de mi primo Gonzalo”. Se enamoraron profundamente y poco después se casaron.

Sé que Sénder y Asunción se escribieron durante años al terminar la guerra y que mantuvieron una profunda amistad hasta que fallecieron.

Durante mis meses de investigación, entrevisté al hijo de Ramón J. Sénder. Éste me explicó que cuando mataron a su madre en Zamora, su padre, que se sintió responsable del asesinato, fue allí inmediatamente para sacar a sus hijos del país y salvarles la vida. Líster interpretó aquella partida como una deserción, aunque Sénder intentó regresar después de ocuparse de sus hijos.

Al tío Gonzalo lo hirieron mortalmente en la Batalla de Brunete el 25 de julio de 1937, el mismo día que hirieron a Gerda Taro, la novia de Robert Capa

Vista la suerte que corrió Amparo Barayón en Zamora y el papel que tuvo la mujer y prima de Gonzalo Pando, Asunción Pando, primero como maestra en Rascafría y luego en la guerra, haciendo donaciones al Socorro Rojo etc. ¿Qué noticias tienes sobre lo que ocurrió con Asunción después de la guerra? ¿Qué represalias tomaron y cómo las vivió?

Sé que Asunción pasó la guerra en Rascafría con un sobrino al que se llevó allí de Madrid para cuidarlo. En abril de 1939, Asunción se marchó a Cangas en Galicia para esconderse una temporada. Posteriormente vivió en Madrid (en la calle Claudio Cuello) y tuvo una casa también en El Escorial. Falleció ya de edad avanzada, en 1983.

La familia la quería mucho y cuentan que tenía una gran biblioteca en su casa y un busto de Gonzalo Pando. De hecho, se conserva alguna carta en la que se escribió con miembros de la familia del bando nacional, tras la guerra, con mucho afecto. Por otro lado, tenemos que recordar que venía de una gran familia, ya comentamos antes que su padre había fundado el colegio de médicos de Madrid y el colegio de huérfanos de médicos (que aún existe hoy) y que llevó el hospital que cuidó a los heridos de la guerra de Cuba, entre otras cosas. Su tío Jesús fue uno de los fundadores de la Cruz Roja en España, gran autor y abogado, y su otro tío, el padre de Gonzalo, Adolfo Pando y Valle, un gran farmacéutico y alcalde de Villaviciosa. En junio presenté en el Ateneo Obrero de ese pueblo un documental sobre los tres hermanos Pando y Valle y sus contribuciones humanitarias, sociales y literarias. Por estos lazos de parentesco es muy posible que dejaran en paz a Asunción. Venía de una gran familia. Sé que vivió una vida relativamente feliz aunque nunca olvidó a su gran amor ni volvió a casarse.

¿Cómo juzga la recepción que ha tenido su libro en España?

Depende de con quién hables. Los historiadores y estudiosos de la Guerra Civil ven este libro como una importante aportación. Este año he realizado presentaciones en seis pueblos y ciudades, con grandes aplausos y agradecimientos por sacar a la luz la figura del comandante Pando.

Aunque vivo a caballo entre España y Estados Unidos, desde hace ya varios años, no sigo la política de nuestro país tan de cerca como me gustaría. Bastante he tenido estos últimos años con la política estadounidense, que ha sido caótica. De hecho, el 6 de enero del 2021 me encontraba escribiendo este libro cuando, al encender las noticias, vi horrorizada el asalto al Capitolio de Washington. En fin, al llegar a España para presentar este trabajo me entristeció ver lo polarizado que está el país y lo politizada que se encuentra todavía la Guerra Civil Española. 

Para mí el libro del tío Gonzalo Pando Rivero es un trabajo histórico de investigación riguroso, sin etiquetas ni lazos políticos. El golpe de Estado nunca tuvo que haber ocurrido, pero una vez comenzada la guerra, ambos bandos cometieron barbaridades. He recibido grandes comentarios tanto de gente de derechas como de izquierdas.

Creo que es muy importante que se cuenten todas nuestras vidas. Esta es la mejor forma de sanar las heridas de este oscuro periodo de nuestra historia, y que ha afectado a varias generaciones.

En marzo tuve una conversación con Netflix en Madrid sobre la posibilidad de llevar a la pantalla grande una película o serie sobre la vida del comandante Pando y de sus 15 hermanos. Les pareció una historia fascinante y que vale la pena producir, pero ya tienen entre manos otro documental del mismo periodo y, viendo que no podían encajar ambos proyectos en su programación al mismo tiempo, no llegamos a ningún acuerdo. Creo que algún día esta historia aparecerá en el cine. Es muy importante que las generaciones más jóvenes aprendan lo que ocurrió. La vida de Gonzalo Pando Rivero muestra la historia personal de un gran humanista, médico y comandante y la de los 16 hermanos ilustra perfectamente que las guerras no ayudan a nadie y que perjudican no sólo a aquellos que luchan y pierden la vida, sino a muchas generaciones posteriores. 

Como historiadora y como sobrina nieta de Gonzalo Pando puedo decir que éste ha sido uno de los proyectos más gratificantes de mi carrera.

¿Qué planes tienes para el futuro con este libro?

Ahora estoy trabajando en la segunda edición del libro, pero todavía no sé quién lo va a publicar. Incluirá bastante más información sobre la Batalla de Guadalajara, más testimonios personales y bastantes más documentos. Además, estoy escribiendo una versión en inglés que contendrá un contexto más amplio, porque en Estados Unidos no se sabe mucho sobre la Guerra Civil española. También quiero escribir un libro sobre los Pando y Valle de Villaviciosa. Creo que tengo trabajo aquí para varios años y lo haré encantada.

Mi tía abuela materna, Ángeles Santa María, nació en 1912. Vallecana de familia obrera, a principios de los años treinta del siglo pasado entró a servir en la casa que tenía en Rascafría –un hermoso pueblo del Valle del Lozoya en el norte de la provincia de Madrid– un señor adinerado. Aquel señor da hoy nombre a...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Pablo Iglesias

Es doctor por la Complutense, universidad por la que se licenció en Derecho y Ciencias Políticas. En 2013 recibió el premio de periodismo La Lupa. Fue secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí