En el día en el que la gente fue al Metropolitano ilusionada por ver a los nuevos fichajes rojiblancos, los que sacaron las castañas del fuego fueron varios viejos conocidos, con mención especial para dos jugadores que han empezado la temporada a un nivel altísimo, Llorente y Barrios que, como ya ocurrió en Villarreal, resultaron ser los más destacados. Con destellos puntuales, efectividad y mucho trabajo colectivo en defensa, el Atleti recuperó su identidad para lograr la primera victoria de la Liga ante un Girona que cuidó el balón, que lo tuvo más tiempo y que tenía clara la idea de partido. Pero al que le faltaron algunos de los actores principales que tenía el año pasado.

Parece evidente que las posibilidades de que el Atleti compita por títulos dependen, en buena medida, de que se haga fuerte en sus virtudes. Y una de ellas siempre fue la solidez defensiva, la que no tuvo la campaña pasada y la que también le faltó en La Cerámica hace una semana. En el momento en el que la afición venía de bajón porque va a llegar Lenglet en lugar del deseado Hancko para reforzar la zaga, los de Simeone ofrecieron ante los catalanes una cara más positiva en ese aspecto. La presencia de Giménez, junto a un destacado compromiso colectivo, sumó para frenar el juego ofensivo del rival, a lo que se añadió la contundencia que tuvo en ataque. El plan puede que no fuera muy vistoso por momentos, pero pareció un punto de partida desde donde crecer.

Los de Simeone ofrecieron una cara más positiva en defensa gracias a la presencia de Giménez y al compromiso colectivo

El Girona de Michel mantiene las mismas señas de identidad de la pasada campaña. Salida de balón desde atrás creando superioridades, combinaciones rápidas a pocos toques, búsqueda de las bandas para desnivelar las defensas y envíos al área para encontrar el remate. La teoría la sigue manejando, pero en la práctica suspendió porque de momento echa de menos a las piezas que se le han ido este verano. De inicio se hizo con el balón, y superó con relativa facilidad la presión alta que le presentó el Atleti. Tan solo una vez pudieron recuperar el balón los rojiblancos y sirvió para que Julián Álvarez armara un disparo rápido desde fuera del área que se le fue desviado.

Tenía la posesión el Girona, pero le faltaba profundidad. La que buscó el Atleti en la primera parte por la banda izquierda con la dupla formada por Riquelme y Lino, que conectaron varias veces, pero sin más resultado que dos disparos flojos del brasileño. Resulta curioso que no intentaran buscar más a Llorente, teniendo en cuenta su excelente estado de forma. Lo cierto es que cuando conseguían recuperar el balón y atacar en juego posicional, a los colchoneros les costaba mucho superar las líneas rivales. Barrios y De Paul tenían la misión de organizar en la medular – ante el descanso que dio Simeone a Koke, que inició el choque en el banquillo–, pero casi siempre estaban en inferioridad y el juego de ataque era lento y previsible. Griezmann no entraba en juego y no aparecía ninguna conexión con Julián Álvarez.

El partido se desenredó de una forma insospechada en el minuto 37. Un despeje en largo de Le Normand provocó una salida precipitada del área grande del portero visitante, Gazzaniga, para adelantarse al intento de Álvarez de buscar el balón. Sin embargo, el guardameta midió mal y cuando vio que la pelota le iba a superar tras el bote, la cogió con la mano fuera del área. El colegiado Martínez Munuera entendió que no era ocasión manifiesta de gol al estar los dos centrales visitantes junto al delantero rojiblanco y mostró solo tarjeta amarilla ante las protestas de jugadores y aficionados locales. El final de la historia fue en cualquier caso positivo para los del Metropolitano. Griezmann se encargó de ejecutar la falta directa desde la media luna y encontró un hueco junto al poste más alejado para llevar el balón a la red y poner el 1-0, tras rozarlo el defensa Arnau y llegar tarde el cancerbero.

El partido se volvió loco por momentos y Abel Ruiz pudo empatar al minuto siguiente tras recoger un envío en largo, entrar en el área y disparar cruzado con la oposición de Giménez, pero logró despejar Oblak. Y a continuación tuvo Riquelme el 2-0 tras un pase de Lino que le dejó en ventaja para correr en solitario, entrar en el área en posición esquinada y, al ver que no tenía línea de pase para ningún compañero, buscar el disparo que rechazó el portero. Otro remate con la zurda dentro del área de Abel Ruiz, que detuvo Oblak, puso el epílogo a la primera parte.

Las posibilidades del Girona de levantar el resultado sufrieron un mazazo casi definitivo a los tres minutos de reanudarse el juego. Un pase al centro del campo lo bajó de cabeza Julián Álvarez, lo dirigió hacia Griezmann, que, de primera y de volea en el aire, abrió el balón a Marcos Llorente. El carrilero atlético encontró una autopista desde su propio campo con los zagueros rivales reculando en lugar de salirle al encuentro y, cuando estaba a un par de metros del área grande, conectó un duro disparo que sorprendió a Gazzaniga para convertirse en el 2-0. Es cierto que el balón iba fuerte, pero también que iba centrado y que entró justo donde estaba el guardameta, que pudo hacer mucho más que poner tarde las manos.

A partir de ahí el Atleti se echó atrás, cerró filas y se dedicó a buscar una contra ante un Girona que se mostró impotente para generar peligro verdadero ante Oblak, a pesar de la alta posesión que tuvo. Un dato significativo es que lanzó nueve saques de esquina por tan solo uno del Atleti. Ni el triple cambio que hizo Michel, metiendo a Portu, Solis y el delantero Miovski por Iván Martín, Oriol Romeu y Abel Ruiz, dio resultado. En el otro banquillo, Simeone introdujo a Koke e hizo debutar a Gallagher, que mostró una gran capacidad defensiva a la hora de presionar e ir al duelo, aunque aún se le vio poco suelto con el balón. Más tarde cambiaría a los delanteros, dando entrada a Correa y Sorloth.

Los intentos del Girona, bien por banda o con centros al área, fueron neutralizados por la defensa atlética en la que todos estuvieron a buen nivel. El técnico gironí también introdujo al hábil extremo canterano Almena, pero el Cholo lo contrarrestó poniendo a Reinildo en lugar de Lino y el mozambiqueño lo tuvo a raya. Apenas tuvieron los de Montilivi en toda la segunda parte un remate de Brian que se fue alto y otro de Miovski que detuvo Oblak. Mantener ese nivel de concentración y de acierto en la zaga atlética y que no sea algo puntual es el reto que tienen que demostrar en los próximos compromisos. Evidentemente el contexto ayudaba, al tener el resultado a favor y no necesitar exponerse. Habrá aficionados colchoneros a los que no les gustará dejar tanto balón al rival, aunque los resultados favorables tapan debates. Ante otros rivales con más pólvora, será peligroso.

Lo cierto es que la propuesta de Simeone salió esta vez a la perfección. Como muestra, la jugada del tercer gol. Recuperación en campo propio, Correa que hizo un buen giro para esquivar a un rival y dar un pase a la salida en carrera de Barrios, que se recorrió todo el campo pugnando con Bryan Gil hasta llegar al área rival, donde frenó y logró pasar el balón a Llorente para que éste metiera un envío cruzado que remató Koke con la derecha a la altura de la línea del área pequeña a la red. Un gol que acababa con la sequía realizadora del capitán, que no marcaba desde marzo de 2022.

El resultado es demasiado abultado para lo que se vio en el partido, pero en su fortaleza del Metropolitano, el Atleti sacó su aguijón para rasgar el juego de seda del Girona. En todo caso, no hay mucho tiempo para disfrutar ni para lamentarse porque entre semana se juega una nueva jornada.